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AU BON MARCHÉ
Por. Juan Antonio Varese
jvarese@st.com.uy

 


 
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En diciembre de 1911 se inauguraba un nuevo café en Montevideo en la esquina de Soriano y Florida, por entonces uno de los puntos más concurridos de la ciudad. Se trataba del AU BON MARCHÉ, que con el tiempo se convertiría en un enclave del tango donde actuarían infinidad de intérpretes de la música que, pasada su etapa clandestina, irrumpía con fuerza en los salones, teatros y cafés.
Era la primera década del siglo XX y Montevideo vivía el esplendor de la Belle Epoque. Adelantos sociales y empleos bien remunerados permitían que la gente dispusiera de tiempo libre. En una sociedad que ofrecía pocas diversiones los cafés y confiterías se constituían en lugares de encuentro y centros de reunión y a la vez activos focos de intercambio de ideas y realización de proyectos. Artistas, escritores, hombres de negocios, políticos, patrones y empleados, todos buscaban sus afanes en los diferentes cafés y confiterías, que los había para todos los gustos y estratos sociales. Distintos los ubicados en el entorno portuario o en el “Bajo” que los elegantes del centro o los más familiares de los barrios. En general los cafés competían en ofrecer motivos de esparcimiento además del tradicional brebaje de su nombre, refrescos que se preparaban al momento con soda y esencias o las bebidas alcohólicas. Casi todos disponían de mesas de billar y rincones para los juegos de cartas o dados; a veces se jugaba por dinero y otras por la honra, pero siempre con el mismo empeño. Las mujeres, en su mayoría, frecuentaban las confiterías para tomar el té, que las había numerosas y muy bien dispuestas como EL TELEGRAFO, DEL JOCKEY CLUB, LA AMERICANA, DEL LEON, LA MALLORQUINA, LOS DOS CHINOS, LA LIGURIA, LA CASTELLANA y un largo etcétera, tema del que nos ocuparemos en otra oportunidad.
Por entonces se había hecho costumbre que algunos cafés y confiterías anexaran espectáculos musicales en horarios vespertinos o nocturnos, los que con el afrancesamiento de la época pasaron a ser llamados cafés concert. En principio se ofrecían interpretaciones de música clásica o canto lírico, muchas veces a cargo del propio dueño o sus amigos, que solía serlo un músico o actor que dejaba las tablas para invertir en un negocio más rentable tras el mostrador.
El tango, nacido en la década de 1880 en los arrabales de Buenos Aires y de Montevideo, desde la primera década del siglo (1910 en adelante), había comenzado a iluminarse con las luces del centro. Hasta entonces mantenía el bajo perfil de los suburbios, música orillera de aire prohibido, lo que le confería un especial encanto. La llegada a Montevideo de algunos músicos argentinos de renombre, que por distintos y personales motivos se radicaron temporalmente en nuestra ciudad, fue un espaldarazo para los cafés y confiterías más renombrados como La Giralda, el Ateneo, el Palace, el Tupí Nuevo, etc. Lo que supuso una gran competencia entre los cafés, en realidad con los representantes artísticos, para contar con algunos intérpretes en exclusividad.
Respecto del lugar elegido para la apertura del AU BON MARCHÉ, Soriano y Florida, si bien hoy se encuentra deprimido en los comienzos del siglo XX se trataba de uno de los más transitados de la ciudad. El Mercado Central, a menos de dos cuadras, lo dinamizaba con la pujanza de un centro comercial; muy cerca abría sus puertas el hotel Cervantes, en Soriano entre Convención y Andes, de estilo florentino por fuera y confortable por dentro, predilecto de visitantes extranjeros y compañías europeas así como por escritores de la vecina orilla, en especial Jorge Luís Borges, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortazar (los dos últimos lo inmortalizaron como escenario de alguno de sus cuentos) y también elegido por personajes del mundo artístico como Carlos Gardel en sus visitas a Montevideo y otros del teatro y la canción.(1) También la proximidad de la Sala Verdi (2), Soriano nº 914, le arrimaba una selecta clientela al par que propiciaba la visita de los actores extranjeros. También la veta artística que rodeaba la esquina del AU BON MARCHE se veía incrementada por la presencia del CASINO ORIENTAL, sala abierta en el año 1900 sobre la calle Florida entre Soriano y Canelones, es decir a la vuelta misma del café, a la que luego se le cambio el nombre por el de TEATRO NACIONAL en virtud de que se representaban exclusivamente obras de autores uruguayos. Como todo teatro fomentaba la concurrencia de actores antes o después de los ensayos y de espectadores a la salida de las funciones, clientela que agregaba un toque de bohemia y vida nocturna.
Como dijimos, el café abrió sus puertas el 16 de diciembre de 1911 en medio de gran expectativa y lucida ceremonia, de la que conservo una foto en mi archivo. Su propietario, don Cornelio Constante, era un conocido hombre de negocios en el ramo de la alimentación, dueño de un almacén al por mayor de artículos importados AU MAGASIN DU BON MARCHÉ (en homenaje a la famosa tienda parisiense del mismo nombre), lindero al café sobre la calle Soriano nº 27.(3) Insólito para la época, la propaganda de la apertura comenzó 6 meses antes con avisos escalonados en una conocida revista. La publicidad resaltaba la calidad de los billares (de tipo americano) en un tiempo en que todos los clientes eran hábiles en la carambola o el casin. (En otro artículo hablaremos de los distintos tipos de billar). Y aseguraba que “ningún lugar en Montevideo seria más a propósito para pasar el rato”, resumen de la filosofía que pretendía impartirle el experimentado dueño y los representantes artísticos.
Apoteósico fue el éxito alcanzado desde un principio, en especial después de 1915 tras su transformación en café concert, con una tarima para la actuación de artistas y orquestas de tango. Su representante, con gran vinculación con el ambiente porteño, logro el concurso de algunos músicos de prestigio, entre ellos la larga actuación del conjunto dirigido por el bandoneonísta argentino Juan Pacho Maglio, que alcanzaba un lleno todas las noches de funcion. Cuenta el Pollo Ricardo que las actuaciones eran tan concurridas que la multitud agolpada sobre la calle Soriano para escuchar la orquesta, interrumpía el tránsito, incluso el tranvía tenía que esperar que hubiera un intervalo para continuar el recorrido. Épocas sin prisa y con pausas, pero sin el stress de nuestros días.
Otro conjunto de larga y concurrida actuación en el AU BON MARCHE fue el de Enrique Delfino, el popular Delfy. Nacido en Buenos Aires el 15 de noviembre de 1895 falleció en el año 1967. De adolescente fue enviado a Italia para estudiar piano y luego a Montevideo para continuar sus estudios donde, según cuenta Roberto Biano en “La Santísima Tanguidad”, empezó a actuar y componer sus primeras piezas. De su etapa montevideana son los tangos Sans Souci, Re Fa Si, El Apache Oriental, Dicen que dicen, Aquel tapado de armiño, Milonguita, entre otros clásicos del repertorio rioplatense. Toco primero en el café SPORT, del que nos ocuparemos en otra oportunidad) y luego en el AU BON MARCHE con gran éxito de publico. Años después, en 1919, se presento en el carnaval del Teatro Solís.
En el mismo año de 1915 Carlos Gardel y José Razzano llegaron  con su guitarra al hombro para hacer tiempo antes de su presentación en el Teatro Royall de Montevideo. Por entonces Carlos no era tan popular y su aspecto bastante diferente. Como lo describía un cronista: “Gardel era un mozo gordo, redondo, el sobretodito le llegaba hasta la rodilla. Era la moda, gacho blando con el ala caída sobre un ojo; bufanda rayada blanco y negro”. El debut en Monte ideo fue un éxito y fue esta actuación el primer gran paso del artista frente al publico montevideano que lo aclamaba con devoción.
Ignoramos la fecha de cierre del BON MARCHÉ. En el año 1940 se encontraba con las puertas abiertas, sobre la calle Soriano 802/810 y los propietarios eran Mezeijn y Cia en el rubro de billares y café.
En su lugar hoy se construye un moderno edificio de apartamentos.

 

 

 

 

 

 

 

 

1) Afortunadamente el Cervantes se encuentra en proceso de reciclamiento para transformarlo en la moderna tendencia de hotel boutique.

2)El edificio fue inaugurado en 1894. Su construcción fue fruto del esfuerzo de los músicos uruguayos Luis, Francisco y Juan Sambucetti, quienes el 5 de septiembre de 1890 habían fundado el Instituto Verdi.
El plano correspondió al arquitecto británico John Adams, también a cargo del Teatro Victoria. En su escenario actuaron grandes orquestas sinfónicas y cantantes líricos. Se transformo en teatro en 1954, con la actuación de actores nacionales y extranjeros. En 1946 pasó a ser propiedad de la Intendencia de Montevideo. Reinaugurado en 2010.

3)Artículos que ofrecía el MAGASIN DU BON MARCHE: Bombones finos, turrón Jijona, guayaba en dulce mechado, caramelos ingleses, champagnes franceses de marcas Turpin, Clicot, Carte Blanche, vinos finos italianos Grignolino, Friesa, Barbera, Buttafuoco y Moscato, castañas frescas, fiambres especiales, conservas del Cantábrico, genovesas, francesas e inglesas, Panettone y pan dulce importados.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




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