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BAR UNIVERSITARIO
Por. Juan Antonio Varese

 


 
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El BAR UNIVERSITARIO o UNI BAR como terminaron por bautizarlo los propios clientes, es un pequeño, curioso y coqueto café de estudiantes ubicado en la esquina de Guayabos y Eduardo Acevedo. Se ubica, equidistante, entre la Facultad de Derecho y el Instituto Alfredo Vázquez Acevedo, el popular I.A.V.A.


Este artículo trasunta cierta nostalgia porque nos retrotrae a la vida de estudiantes en la lejana, lejanísima década de 1960. La zona conserva todavía un aire de barrio con toque bohemio, entre el bullicio de los jóvenes y la tranquilidad que reina después de terminadas las clases, no obstante su proximidad con 18 de Julio. Barrio de librerías, de textos y de usados, de los antiguos apuntes a mimeógrafo y de los actuales fotocopiados. Se agolpan los recuerdos de cuando dábamos exámenes de Preparatorio y luego de estudiantes en la Facultad de Derecho. A veces íbamos al Sportman (ver Raíces de febrero 2007) y otras nos refugiábamos en los pequeños barcitos que daban sobre Eduardo Acevedo: El Refugio, La Peña, El Jardín y El Universitario, entre otros cuyo nombre la memoria no registra. Algunos de existencia fugaz, abrían un tiempo y luego cambiaban de nombre o de dueño, aunque seguían manteniendo la misma modalidad de clientela de estudiantes alrededor de una mesa, embebidos en los últimos repasos o en la preparación de los ferrocarriles previos al examen. Eran locales pequeños, de mesas y sillas de cármica (la panacea del mobiliario de entonces), apropiadas tanto para tomar café como para repasar las últimas bolillas. Amores de estudiante, comentarios de exámenes, nerviosismo y estrategia para encarar a los profesores o comentar la justicia o injusticia del resultado, según nos fuera. El Universitario es el único que se mantiene hasta nuestros días. Fue fundado en el año 1950 por Sergio Terrazo, un gallego de Orense exponente de aquellos españoles que llegaban al país para trabajar de sol a sol con vocación indeclinable. Llegado al Uruguay con 16 años de edad, Sergio comenzó a trabajar en un bar hasta aprender el oficio y ahorrar lo suficiente para entrar de socio en un boliche de Punta Carretas que tenía el sugestivo nombre de El Chevrolet. Tiempo después decidió apostar por un negocio propio e instaló el Universitario Bar  en un local esquina. Un lugar pequeño, en edificio nuevo y muy bien ubicado. Estaba cerca de la Biblioteca Nacional, el Ministerio de Salud Pública, la Alliance Francaise y la Asociación Cristiana de Jóvenes, pero la principal clientela siempre fue la de los estudiantes.En sus comienzos el bar podía definirse como el recreo de la facultad, el lugar de reunión de los estudiantes, de refuerzos y cafés; quedando las bebidas alcohólicas  reservadas para alguna ocasión especial. Luego de rendir algún examen se brindaba con una copa de orujo que se preparaba en la casa o con alguna grappita  a la que se le agregaban yuyos, frutas secas, según la inventiva y formula secreta del bolichero. Pero sin duda la mayor rareza, convertida en una especialidad y tradición de la casa desde el momento de su apertura, es la cerveza verde. Bebida a la que se le añade un toque de licor que le cambia la apariencia y el gusto, secreto rigurosamente conservado. Según nos cuenta el hijo de Sergio, Fernando Terrazo, quien actualmente está al frente del lugar, antes era un boliche más bohemio, donde se cocinaba la política entre militantes de la FEUU, sin olvidar a aquellos veteranos habitúes que se instalaban desde horas bien tempranas de la mañana a tomar su copita.


Además de los estudiantes el lugar  presentaba especial atracción para los músicos. Entre las décadas del 70 y 80 se reunían los integrantes del grupo Zero y de Los Traidores, por lo que Fernando afirma que el boliche fue la “cuna del rock nacional”. Entre estos artistas se hace obligada la mención de Eduardo Mateo, uno de los más entrañables compositores y músicos de nuestro país, creador de un nuevo estilo que dio en llamarse candombe beat. Personaje curioso, de pocas palabras, llegaba al Uni todos los días a la misma hora para pedir un café y un pan con grasa, mientras se quedaba horas sentado y arrancando servilletas que llenaba con signos musicales o con estrofas de letras, muchas de las cuales Fernando aún conserva.
Pero no sólo los artistas se daban cita en este lugar, también eran clientes asiduos otros personajes vinculados a la política como Huidobro,  Zabalza, Ramírez, Alba Robillo, por lo que el bar era una especie de tertulia donde “se cocinaba todo”. Fernando recuerda una anécdota transcurrida en la década del 70, cuando en un momento de tiroteos y peleas se bajaron las cortinas del lugar para cuidar al público que estaba adentro. La gente estaba tirada en el piso y en un momento quedó una puerta abierta y se metió al lugar un coracero a caballo. Sergio, su padre,  se puso delante y le dijo que salía en nombre de todos esos clientes que no tenían nada que ver con todo eso que estaba pasando afuera. Y el tipo se calmó y se fue.
Si bien en los comienzos del siglo XXI las cosas han cambiado y los boliches son ahora la movida, el después de Facultad, el Uni Bar se mantiene como un testigo y un resabio del pasado que conserva  aún su estatus de “típico bar de esquina”, que reclama por mantener la cultura bolichera. El lugar ha sido considerado un boliche histórico, patrimonio de Montevideo, por la Comisión cafés y bares con historia, y junto al Ministerio de Turismo e Intendencia Municipal de Montevideo, se llevan a cabo distintas actividades que buscan revitalizar este espacio y de esta forma preservar esa idiosincrasia que también hace al ser montevideano.
              

No podemos concluir este artículo sin mencionar al Coco, personaje muy querido por todos, quien trabajó como mozo muchos años en el lugar, hasta su muerte.  Todos los recuerdan como un hombre que mantuvo siempre la misma fuerza, un trabajador nato, quien ofreció a todos aquellos que se acercaron su amistad y comprensión. Va para él también este sentido homenaje.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 




Bar

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