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Juan Pedro Ribas

   
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MORIR EN EL BORRO


Otro hermano de la vida ha caído en la heroica lucha por el jornal diario, en la anónima, esforzada y mal remunerada epopeya de la vida.

Cuando el niño aprieta el gatillo, todos morimos un poco.
Cuando el hombre aprieta el gatillo, el niño murió hace rato.

Murió a los seis o a los siete años, cuando lo violaron, cuando se congeló de frío, cuando la barriga se retorció de hambre, cuando se le partieron los dientes y le dio al pegamento para calmar el dolor. Cuando caminó descalzo sobre el hielo para buscar agua, cuando dejó la escuela para mangar, cuando encontró a su madre changando en la esquina, o con los ojos morados por la paliza del padre, no por changar sino por el vino.

Cuántos niños matamos cada día.
Cuántos jóvenes pierden la esperanza.

Por eso escribí mis Cuentos al Margen. Por eso las Historias de Miserias y Riquezas. Para que veas cuán dura puede ser la vida y para que te des cuenta con cuán poco podés ayudar a cambiar la realidad.

Para que comprendas cuánto le debemos a los curas, a Mateo, a José, a Rodolfo, a Pedro, a la hermana Eva, a la pastora Mery, a José, a Perico, a Manzana, a Fernando de Oxalá.

Para que quede claro que la indiferencia es el peor disparador.

Humildemente, te quise aportar que esto no lo solucionás con dinero, con casa y auto, con cien mil policías.

Esto lo solucionás “estando”, logrando gente que “esté” con los más infelices y menos privilegiados.

No con cátedras ni con discursos, sino aprendiendo y acompañando.

No con amenazas, sino con el corazón, aunque sea para decirle “te acompaño y no puedo hacer nada”.

No en la campaña electoral, sino todos los días, porque hay cientos, hay miles, la inmensa mayoría juega al fútbol, aprende oficios, forma bibliotecas populares, sigue concurriendo a la escuela, cultiva el arte.

Alentalos con tu presencia; alentá a los buenos, que lo otro lo hace el barrio.

Todavía hay tiempo; el más grande capital de este país es su gente. Hacelo por el corazón o por la razón.

Aunque sea para disfrutar más tranquilo tu confort.

Porque va a llegar un momento en que no serán eficaces las rejas ni los vigilantes ni el chofer para los que van a los colegios.

Cuando llegue ese momento de la verdad, lo único que va a quedar entre tú y el que te encare, es lo que hayamos podido sembrarle hoy en el corazón.

Voy a terminar contándote algo que no incluí en mi libro.

Estaba yo filmando para mi programa En Positivo que presentó el Canario Luna, el referido a los sin techo y los carritos de la madrugada. En la Plaza de la Bandera, bajo la bandera, en la Patria de Artigas, había –durmiendo sobre diarios– dos infantes.

Cuando el de doce años me contaba su historia, mi hijo con la cámara despertó al de nueve que, enojado, me puso un cuchillo en la garganta; le dije: “Mirá que si me matás, te va a acorralar la Policía”.

Y ¿sabés qué me contestó? (se había escapado del Clínicas por una neumonía de las noches de intemperie): “A mí qué me importa; no me importa morir…”

 

Carta abierta de Juan Pedro Ribas a Daniel Martínez



Querido amigo y compañero de la Fundación, Ing. Daniel Martínez

He sentido la necesidad de escribirte esta carta abierta para agradecerte que me hayas honrado, solicitando mi opinión en temas de seguridad, prevención y humanismo.
Debo confesarte que yo estoy aprendiendo de los jóvenes, de las nuevas generaciones, de miles y miles de liceales y no liceales, y sumando a mi experiencia con Don Julio Pérez, Roque Máspoli, Pistola Marcicano y Pablo Estramin a lo que escucho hoy;  lo que me dicen el Maestro Ariel Britos de la Orquesta Juvenil del Sodre, el Maestro Víctor Mederos de los Coros Infantiles y Juveniles, Alejando Garay, Demarco y Pagani del Complejo Celeste, el Padre José Tejero del Oratorio de La Tablada y el Pastor Manzana, ex recluso del Barrio Borro.
Ellos, con su proyectos, Fundaciones y tareas y nosotros dentro del marco del Proyecto Charruitas de la Fundación Winners, juntos estamos haciendo milagros "Construyendo Ciudadanía". Pero necesito más.
De nuestro encuentro concluí en la necesidad de escuchar más y más opiniones, como factor esencial para lograr una visión lo más completa posible de un tema tan complejo.
Confirmo que voy a continuar mis rondas de encuentros con las madres y abuelas de aquellos lugares humildes más castigados, con las fuerzas vivas  de la sociedad y distintas Organizaciones, pero también y públicamente, debo expresar que especialmente iré a preguntar, escuchar con suma atención y a aprender  de dignos ciudadanos amigos como Jorge Zabalza, Hugo de León, Comandante Enrique Navas, porque el saber no está solo en los círculos cercanos y consejeros convencionales.
Me han dicho: "si te rechazan, es un papelón humillante", y yo digo: "no lo es" y conociéndote se que tampoco lo veras así.
Es un acto de humildad y aprendizaje y reconocimiento a trayectorias nobles, claras y sin dobleces.
Y si sucediera el temido rechazo, lejos de sentir indignación volveré con la cabeza en alto pensando "por algo será, quizá en algo me habré o nos habremos equivocado".

Gracias de nuevo y un fuerte abrazo

Juan Pedro Ribas
Director Proyecto Charruitas
Fundación Winners

 

 

 


 

Que tienen los pobres en la cabeza Uruguay / mensaje de Juan Pedro Ribas en la Junta Departamental

 

 


 

Dios no fue a la iglesia(a ninguna)

por. Juan Pedro Ribas

 

 

Pego el faltazo, se hizo la rabona,
pero te puedo decir a donde fue,
porque lo vieron,
recorrió el rancherío, la miseria y la basura,
dio fuerzas a los que empujan los carros a brazo limpio,
a sus compañeros y colegas, los recicladores,
paso por las cárceles y reciclo almas,
estuvo con los obreros, con los carteros, con las costureras y los estudiantes.
Se acerco a los tullidos, a los VIH y a los sufrientes,
beso a los críos de las madres solteras,
acaricio las canas de las madres y abuelas que tiemblan y rezan,
por el destino de sus hijos y nietos en las noches de balacera
acompaño al Pastor Manzana a hablar con los muchachos del porro,
para que retornen a sus casas
y cuando dispuso de algunos segundos de respiro,
escucho al Padre Cacho, al Cura Romero, a Farinelo
y no creo que haya discutido con Camilo.

 

 

 

 

 





   
 


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