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Por. Julio C. Romero

   
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RECUERDOS DE LA NIÑEZ por. Julio César Romero Magliocca

 



En tiempos de vacaciones era normal que nuestra madre para que no molestáramos a los vecinos en la hora de la siesta , nos mandaba a bajar la intensidad de nuestros juegos. Con mi hermano compartíamos horas de lecturas. Era común que mi madre canjeara revistas en la feria de Colón, así que junto con el pescado la fruta y la verdura también nos traía algunas de esas revistas usadas que alguien hacía de puente para que recorriera la lectura de tanta gente. Era allí que nos internábamos en las historietas, tanto nos concentrábamos en esa lectura de fantasía que hasta nos imaginábamos batallas, o historias. “El Tony” , era una de mis preferidas , ya que traía casi todas las historias que a mi me gustaban. Mi madre mientras tanto colocaba unos baldes en el pasto justo donde daba el sol veraniego, eran los baldes que luego servirían para ducharnos y estar prontos para salir un rato en la tarde para otros juegos…ella hacía incapié que así quedábamos fresquitos. Algunos de los jóvenes de nuestros días si cae este tipo de lectura en sus manos, no entenderá mucho, ya que HOY la tecnología le permite entrar en variadas dispersiones. Con un botón trae una película , o entra en redes a chatear con “amigos” de otros países , esos amigos virtuales que con el mismo botón los trae o los aleja. Sin dudas que aquellos tiempos que vivimos estaban impregnados en mucha imaginación, era así también para los juegos, no solo la pelota salvaba del aburrimiento. Tiempos que ya no volverán.

 

 

 

 

RECUERDOS DE UN AYER QUE NO SE OLVIDA
Por Julio Cesar Romero Magliocca

La madrugada se hunde en su silencio y se marcha para otro lado…el amanecer me invita a sentir que los pájaros me llaman …vienen a buscar su desayuno…


En el jardín tengo un tupper junto a la canilla en donde todas las mañanas temprano lo cargo con alimentos que ellos vienen a buscar…
En momentos de su comida, primero llegan los gorriones que ocupan el nido de horneros que estos abandonaron hace unos meses , justo sobre la columna del frente de casa. Yo pretendía seguir durmiendo, pero ellos con su canto ahora no me dejan…es allí que reviso el celular para ver si un mensaje quedó para atrás, encuentro alguno pero no es hora de contestar , si lo haré más tarde…
Miro el facebook para ver que hay, allí de entrada veo una imagen que me visita desde el pasado, pienso que mi vieja desde el cielo me manda este mensaje…
Es una pileta de las de antes, donde se lavaba la ropa, esa donde en los inviernos nuestras madres estrujaban nuestra ropa sucia, donde la túnica de la escuela , si esa blanca tela que el lunes relucía y el viernes se apagaba por los roces…
Esa pileta Multi uso que en verano también servía para colocar allí las bebidas en las fiestas con la barra de hielo que mis viejos compraban para conservar el frío, recuerdo cómo casa por medio teníamos como vecinos una carpintería, mi madre nos decía que pidiéramos la viruta o el aserrin de madera para ayudar con ello a conservar más esa barra de hielo…Estoy hablando de tiempos en lo que en casa no existía la heladera…inmediatamente mi cabeza activa el recuerdo para traerme la fiambrera, mueble este de madera con un tejido mosquitero en donde guardábamos algún chorizo que luego integraba los alimentos de algún tuco o guiso, allí se conservaban…
También está pileta sirvió de piscina cuando apenas contaba con pocos años… mi madre la cargaba con el agua fresca del aljibe que juntaba el agua de la lluvia, el que luego de un sistema ingenioso de bombeo sacábamos se esas profundidades…
En Colón viví unos 15 años, hasta que nos mudamos a Casavalle, mi madre siguió usando esa pileta hasta que un día mi tía le pasara una lavadora a vaiven , claro que esa pileta tomó otras funciones, sin dejar de utilizarse en aquellas ropas que eran necesarias, para lavar cuellos o mangas de nuestras camisas, no ya la túnica que dio paso al uniforme en nuestros estudios…
Que valor doy hoy al esfuerzo de mi vieja, ella nunca se quejaba por la mugre de nuestras ropas, allí junto a esa pileta descansaban montañas de tela…
En esa pileta llena de agua helada, mi madre sumergía sus manos tibias de ternura, manos que encontraban la rebeldía de los inviernos , manos que corrían a abrazar el mate caliente que yo le cebaba sentado en una silla, ese que despedía el aroma de la hoja de cedron de esa planta que estaba junto al gallinero, refugio muchas veces de otros pájaros de la familia de los que hoy me despiertan para hacer este relato… me resta decir gracias mamá por mostrarme que aún estás allí , prendida a esta imagen que hoy me despierta para traerte por un ratito…

 

La liebre y la tortuga

“Érase una vez, una tortuga iba caminando por el camino lentamente cuando una liebre se le acercó. Esta se burló de la su lentitud y le preguntó a la tortuga por qué iba tan despacio, a lo que la tortuga respondió que pese a su lentitud nadie le ganaba en lo que respecta a resistencia. Cansada de las burlas, la tortuga le propuso hacer una carrera a la liebre. Esta, mofándose de la tortuga y pensando en que iba a obtener una victoria fácil, aceptó el desafío, el cual se llevaría a cabo el día siguiente.
Cuando llegó el día, con la ayuda de una zorra la cual marcaría la salida y la meta y un cuervo que haría de árbitro, la carrera empezó. La tortuga empezó a moverse lentamente, mientras que la liebre salió disparada. Viendo la ventaja que llevaba, la liebre se paró a esperarla y burlarse de ella, hasta que la tortuga alcanzó su posición. Entonces la liebre volvió a correr para adelantarle y se paró poco después, repitiéndose esta situación varias veces y creyendo la liebre que bastaría con que al final corriera un poco para llegar la primera.
Sin embargo, la liebre terminó por dormirse en una de las esperas. La tortuga continuó lenta pero segura, acercándose más y más a la meta. Cuando la liebre despertó se dió cuenta de que la tortuga estaba a punto de llegar a la meta, y empezó a correr. Sin embargo, no llegó a tiempo y la tortuga alcanzó su objetivo, quedando la primera en su carrera. La liebre jamás volvió a burlarse de la tortuga”.
Este cuento, más bien una fábula creada en la antigüedad por Esopo, sirve como ejemplo del valor del esfuerzo y la persistencia simbolizados por la tortuga, así como de cara a observar cómo la arrogancia y la prepotencia nos pueden conducir a perder, tal y como le ocurre a la liebre.

 

 

PAGINA 19  RAICES MAYO 2023

 

EL FOSO DE LAS RANAS

Dice que había un gran grupo de ranas que siempre iba a divertirse al bosque. Todas cantaban y saltaban hasta que caía la noche. Permanecían muertas de la risa y nada las separaba.
Un día, en su salida acostumbrada, fueron a conocer un bosque nuevo. Estaban en sus juegos cuando tres de ellas cayeron en un profundo foso del que ninguna se había percatado. Las restantes se conmocionaron. Miraron hacia el fondo del foso y vieron que era demasiado profundo. “Las perdimos”, dijeron.
Las tres ranas caídas intentaron subir por las paredes del foso, pero era muy difícil. Apenas avanzaban un metro y volvían a caer. Las demás comenzaron a comentar que sus esfuerzos eran inútiles. ¿Cómo iban a lograr escalar una pared tan alta? Era mejor que se resignaran. No había nada que hacer. Dos de las ranas escucharon esos comentarios y comenzaron a rendirse. Pensaron que las demás tenían razón. La tercera rana, en cambio, siguió subiendo y cayendo, pero tras un par de horas, consiguió salir a la superficie. Las demás estaban asombradas. Una le preguntó: “¿Cómo lo lograste?” Pero la rana no contestó. Era sorda.

 

 

 

 

 

 

MIS CORDILLERAS
por. Julio Cesar Romero Magliocca



Cuando era un niño y comenzaba a leer, cae en mis manos un suplemento del diario "El día" , su color sepia. Yo tenía unos 8 años, era diciembre del año 1972. El título quizás decía ¡¡VIVEN!!
Daba cuenta sobre los 72 días que tuvieron que pasar quienes sobrevivieron al accidente de los uruguayos que cayeron en la cordillera de los Andes. Recuerdo que dormía con ese suplemento debajo de mi almohada. Me adelantaba en la lectura para ver como habían pasado estos jóvenes uruguayos, emocionado iba pasando las hojas o releyendo las hojas anteriores. Por momentos se me aparecían los héroes que lograron atravesar kilómetros de montañas para llegar a buscar auxilio para el resto de los accidentados que habían quedado en el Valle de las Lágrimas. Ellos eran Fernando Parrado y Roberto Canessa. Poco se sabía en ese relato de otros líderes de bajo perfil que con el tiempo fui descubriendo en esta historia y al final les comentaré sobre quién se trata.

MI PRIMERA CORDILLERA

Por esos años el país estaba bastante convulsionado, a los pocos meses el país sufría una de las peores (sino la peor) de las dictaduras , el 27 de junio del año 1973 , caerían las instituciones. Con ellas varios hogares sufrirían las consecuencias de todo ello. Mi hogar no fue ajeno a esto, mis padres eran detenidos como presos políticos , también correrían igual suerte mis hermanos mayores, con mi hermano de 13 años fuimos a vivir a lo de mi tía y mis primos a Sayago (por parte de madre), nuestro hogar mientras tanto era residencia de soldados que saquearon todo lo que pudieron, igual eran la ley en ese momento. ¿Cómo reinsertarse en la vida normal escolar en nuestro nuevo mundo?, ¿cómo acomodar la cabeza para un niño que allí ya tenía 9 años?. 

A los meses mi madre obtuvo la libertad , no así mi padre que paso a residir en Libertad por un período de 7 años y medio. Tuve que ser muy fuerte para superar momentos muy traumáticos, al igual que yo, tomaba contacto con otros niños en las visitas de cárcel que el mundo no solo había cambiado para mí... el resto no lo voy a relatar porque forma parte de algo que jamás contaré, porque forman parte de la caja fuerte muy íntima.

MI SEGUNDA CORDILLERA

Para el año 1979, mi madre estaba bastante nerviosa en una mañana, creo que no me quería participar de una mala noticia, pero no hubo más remedio que enterarnos de alguna forma. El dueño de la casa donde vivíamos solicitaba su casa. Se había vencido el contrato de alquiler, y él quería nuestra casa para su hija que se casaba. Mi madre se anota en un plan de viviendas, debíamos abandonar la casa en la cual yo había nacido, y cuando digo nacido en ese lugar en el dormitorio de mi madre un 4 de mayo de 1964 se me da por romper las cáscara y aparecer en persona luego de 9 meses de cobijo materno. 

Nacía en mi casa con la ayuda de mi abuela paterna, mientras mi padre buscaba a la partera. Allí desde esa casa había cultivado mis amigos, mis árboles frutales eran las escaleras para llegar más alto, los pastos del terreno eran el espacio donde jugaba...debía mudarme. Compensaba esta mala noticia , otra importante que era la liberación de mi padre y el comienzo de otra etapa. Y llega el día de la mudanza, el camión esperando en la puerta para ser cargado con los muebles, mi perrito , la gata , las plantas , la vieja pileta y los muebles todos arriba ... yo en mi cuarto besando las paredes , mirando por la ventana del fondo , repasando mi corta historia que tenía que abandonar.

La llegada al nuevo barrio en Casavalle, el camión que se descarga, mi padre que me pide que vaya alguna almacén para buscar una bebida para compartir con el señor dueño del camión que nos mudaba y su gesto por ayudarnos. Apenas piso el almacén del nuevo barrio, unos gritos en la calle, dos jóvenes peleando un herido , un charco de sangre, unas sirenas , insultos , reproches ... me daban la bienvenida al nuevo barrio... en el cual viviría por 30 años.

MI TERCERA CORDILLERA

Cuando uno pierde a su madre, puede aceptarlo desde si uno pasa por alguna enfermedad como le pasó a mi madre. Un ACV la mantuvo postrada por 9 años , ver como esos años marchitaban la flor que me había dado la vida, fue aceptar la muerte lentamente, cada día que pasaba con las complicaciones en su salud, me iban preparando y llegó el día que teníamos que despedirnos, y esta vez sería para siempre, más allá que las palabras adornen las cosas, que viven en el corazón, que a los seres que perdemos , viven siempre en nuestro recuerdo, bla bla bla. Pero acepté su muerte, porque lo di todo para que no le faltara nada, porque puse lo que es necesario poner, la presencia , compartiendo el día a día, procurando hacerle mas leve ese dolor que viviría hasta su último aliento. 

Entre mis hermanos aportamos lo que estaba a nuestro alcance para que en esa cooperativa de esfuerzos todo doliera parejo para todos. Y soy un agradecido por recibir de mis hermanos todo lo que necesite para darlo a mi madre, eso me lleno de paz en el momento de la partida. 

Luego al poco tiempo, recibo la noticia de la enfermedad de mi hermano mayor en 5 años, aquel jovencito de 13 con el cual viviéramos momentos dolorosos de nuestra infancia, el mismo hermano que supo ser padre para suplir al titular que estaba preso, ese que tan niño tuvo que salir a trabajar para que nada me faltara, ese mismo que yo veía como mí ídolo invencible ahora se estaba debatiendo entre la vida y la muerte con su enfermedad fulminante. 

Y el día llegó un 18 de junio del 2018, fallecía mi hermano. Caí en una gran depresión, sentía que la vida era injusta, me sentía impotente, no podía hacer nada.Tuve que hacer los trámites para cremarlo ya que era su voluntad. Y un día me encuentro con una caja de plástico en mis manos, dentro de ellas unas cenizas que debería decidir que hacer...atontado por la situación , decidí dejarlas junto al Rosedal del Prado, lugar donde durante la enfermedad muchas veces solíamos visitar y recorrer en las mañanas de fin de semana paseando a mi perro Andrés.

 Recuerdo que un día me dijo "que increíble , pasé trabajando toda mi vida y ni conocía este hermoso lugar" , allí desde ese día sería su nuevo hogar. La depresión cada vez era más fuerte, tenía miedo de salir a la puerta, logré encerrarme en mi tristeza y pasar el duelo en mi soledad. Solo el sueño calmaba mi dolor, quizás hice mal no buscar ayuda con algún profesional temiendo que me llenarían a pastilla. Entonces me aferré de aquel niño, el que tuvo que ser fuerte para superar el hogar roto en dictadura. Tuve que aferrarme de aquella palabra : ¡¡¡PUDE!!!  y le agregué ¡¡¡VOY A PODER!!! . Y el duelo, duró bastante y aún tengo reflujos de depresión, en donde muchas veces uno quisiera levantar un teléfono y escuchar del otro lado un "hola como estas" , pero debí aceptar que eso sería en vano , no podría ocurrir nunca.

Creo que lo que me ayudó para salir de ese estado horrible , torturante de la depresión, fue releer la historia de los ANDES, y así lo hice, no como forma morbosa de interpretar la historia desde el lugar de la alimentación para no fallecer, sino del trabajo de equipo que se fue dando en la "Sociedad de la Nieve". 

Pude leer y releer la historia contada por varios integrantes de los sobrevivientes, y cada uno tenía su cordillera, tenía su propia historia. Cada uno de esos relatos me fueron ayudando, para escapar a mi propio cilindro de tristezas. Hoy debo darles las gracias a cada uno de ellos, los que lucharon y no pudieron volver, los que lucharon y los que volvieron, los que perdieron sus amigos , sus hijos , sus nietos allí en esa montaña, cada uno de ellos me hicieron escalar mi propia cordillera, y como ellos yo tuve que poner mis fuerzas, mis propias fuerzas para lograrlo.

La vida me regaló la posibilidad de que Fernando Parrado me regalara su libro autografiado, la vida me permitió poder conocer a Gustavo Zervino,  cuando traje al país al misionero Pedro Opeka , la vida me permitió poder intercambiar con "Coche" Inciarte , Eduardo Strauch , y mañana poder entrevistar a Daniel Fernández Strauch. Ellos que forman parte de aquel suplemento con el cual dormía debajo de mi almohada cuando era un niño, y a los que yo veía como mis héroes que superaban todos los momentos difíciles de sus cortas vidas en esa Cordillera, hoy siento que también ayudaron para que yo rescatara la voluntad de superar la mía ...a ellos les digo G R A C I A S.

¿Quién puede asegurar cual será la próxima cordillera que tendremos que afrontar?  SI sabemos que todas las cordilleras que tendremos frente a nosotros, debemos poner todas las fuerzas del mundo para superarlas, no bajando los brazos, no claudicando nunca, no quedar en el camino, esperando que otro resuelva lo que nos corresponde escalar a nosotros...disculpen si fue muy largo. Solo decirles ¡¡¡ fuerzas para superar tus cordilleras!!!

 

El escobero
Por. Julio César Romero Magliocca



Este pequeño homenaje, pretende hacer justicia con HUMBERTO CARNEIRO MOREIRA, y todos aquellos vendedores ambulantes que recorren nuestra ciudad, a diario.


Las oportunidades no llegan a todos, quedan en el camino sueños truncos, estudios que se abandonan para abordar primero otras necesidades. Humberto, por ejemplo trabajo toda su vida en una fábrica de escobas, cumpliendo rigurosamente con sus obligaciones como ciudadano. Uno se lo imagina levantándose temprano para tomar aquel transporte que lo llevaría a recorrer el camino hasta esa fábrica. Luego llegar hasta su barrio y así durante muchos años. El pasa en la actualidad por frente de casa, con su multicolor carro, lleno este de escobas , escobillones, plumeros y todo aquello que es necesario como elemento para hacer la limpieza en las distintas casas.

Con su carro que no es muy liviano y sumado a su carga con estos elementos de limpieza, trepa a diario por las distintas calles del Cerrito de la Victoria y zonas vecinas. El vive en el límite del Cerrito, casi a dos pasos de Aires Puros, barrios de gente trabajadora que llena los ómnibus en las mañanas con vecinos del barrio, para luego llegar a sus casas ,,,todos marchando a trabajar o estudiar. El otro día estuvimos hablando un rato con Humberto, el me contaba que en la fábrica de escobas trabajó unos cuantos años. El es delgado, pero con una fortaleza que le permite hacer grandes despliegues para trepar a diario un Cerrito de la Victoria con sus 72 metros sobre el nivel del mar. Me contaba, que un día quiso juntar los años necesarios para jubilarse y tener una platita segura todos los meses, producto de una vida de trabajo. Resulta que se llevo una sorpresa, ya la fábrica no existía más como empresa ante el BPS , pero no solo eso , no habían vertido lo que a el le retenían en concepto de impuestos jubilatorios. Uno piensa, “que triste es llegar a una edad avanzada y tener que seguir trabajando porque aquello por lo cual había previsto y cumplido ,,,hoy ya no existe”. De todas formas Humberto, no ha quedado de brazos cruzados. Con la dedicatoria que corresponde, arma el carro todos los días para salir a buscar la diaria, una bocina de mano incluida en el carro alerta que el llega al barrio para recorrer todas estas calles llenas de historias, historias que el mismo con su presencia logran dibujar a diario. Humberto, que ya no es un indiferente para la gente, tiene 71 años, su temple para seguir, su sonrisa para ver la vida sin remordimientos, ni broncas , su sonrisa de buena gente sigue a diario visitando los barrios como un personaje, tomado de un libro de cuentos.

Quijote familiar, que es ejemplo de vida, nos hace reflexionar muchas cosas, una de ellas es que mediante el trabajo siempre la dignidad está resguardada y protegida. Ahora bien, vecino/a , Ud. ya conoce un plumazo de historia en estas líneas, cuando lo vea pasar y tenga la necesidad de comprar una escoba, un escobillón, cepillo o algunos de los artículos que también Humberto vende al igual que en las grandes superficies lo hacen, pero estos diferentes porque, estos está compuestos de materiales que darán larga vida para la limpieza, no lo dude, ayude a Humberto a seguir haciendo y recorriendo caminos…el será un poco más feliz de saber que existen personas que valoran lo que hace. Historia común en otros oficios, por allí casi ni se ven los afiladores de cuchillos, han ido desapareciendo, Humberto me contaba que es uno de los últimos en su rubro. Queríamos homenajear con la hermosa pintura del maestro Álvaro Saralegui Rosé, con la imagen de Humberto este número que ayuda a cumplir a RAICES , 22 años dedicados a resaltar este tipo de historias, siendo un vehículo de rescate de nuestras mejores tradiciones, desde lo más sencillo, pero sentido.

 

DA QUE PENSAR

"Un amigo vino a mi casa a tomar café, nos sentamos y hablamos, hablando de la vida. A un cierto punto de la conversación, le digo: "voy a lavar los platos y vuelvo enseguida". El me miró como si le hubiera dicho que iba a construir un cohete espacial. Entonces me dijo con admiración pero un poco perplejo: "me alegra que ayudes a tu mujer, yo no ayudo porque cuando yo hago mi mujer no alaba. La semana pasada me lavé el piso y ni un gracias."
Volví a sentarme con él y le expliqué que yo no "ayudo" a mi esposa.
En realidad, mi mujer no necesita ayuda, ella necesita un socio.
Yo soy un socio en casa y por vía de esa sociedad se dividen las funciones, pero no se trata de una "ayuda" de las tareas de la casa.Yo no ayudo a mi esposa a limpiar la casa porque yo también vivo aquí y es necesario que yo también limpie.Yo no ayudo a mi mujer a cocinar porque yo también quiero comer y es necesario que yo también cocine. Yo no ayudo a mi mujer a lavar los platos después de comer porque yo también uso esos platos. Yo no ayudo a mi esposa con sus hijos porque también son mis hijos y mi trabajo es ser padre. Yo no ayudo a mi mujer a lavar, extender o doblar la ropa, porque la ropa también es mía y de mis hijos. Yo no soy una ayuda en casa, soy parte de la casa.
Y con respecto a elogiar, le pregunté a mi amigo cuando fue la última vez que, después de que su mujer termine de limpiar la casa, lavar la ropa, cambiar las sábanas de la cama, bañar a sus hijos, cocinar, organizar , etc., le dio las gracias?
Pero un gracias del tipo: Wow, cariño!!! Eres fantástica!!!
Eso te parece absurdo? Te está pareciendo extraño?
Cuando una vez en la vida, limpió el piso, vos esperabas en lo mínimo un premio de excelencia con mucha gloria... por qué? Nunca pensaste en eso amigo?
Tal vez porque para vos, la cultura machista haya mostrado que todo sea tarea de ella. Tal vez se te haya sido enseñado que todo esto debe hacerse sin tener que mover un dedo? Entonces la elogias como vos querías ser elogiado, de la misma forma, con la misma intensidad. Dale una mano, compórtate como un verdadero compañero, no como un huésped que solo viene para comer, dormir, bañarse y satisfacer las necesidades sexuales...Siéntete como en casa. En tu casa. El cambio real de nuestra sociedad empieza en nuestros hogares, enseñémosle a nuestros hijos e hijas el real sentido del compañerismo!"

 

¡¡¡PONME LA CADENITA!!!


 
En algún hogar del mundo, esa mañana como todos los días, se escuchaban los gritos alterados de un hombre regañando a su hijo: -Levántate pronto, lávate la cara, los dientes, péinate, ponte la camisa....pero apúrate, tienes que ir a clases.
¿Sabes qué?... Ya no hay tiempo para que desayunes, en el camino tomarás tu jugo, pero no lo vayas a tirar.. ¿Qué te dije, tonto?. Ya te manchaste la camisa.
Me tienes harto, nunca aprendiste a hacer bien las cosas.
El chiquillo guardaba silencio, sabía que le podía ir peor. Estaba tan atemorizado que ni siquiera podía decirle "papá". En la escuela, constantemente era reprendido por su maestra porque se distraía. Siempre pensando por qué no podía ser feliz como los demás niños.

 

Esa tarde al regresar a casa , sin saber por qué, se atrevió a romper el silencio y dijo:
-Hoy me preguntó la maestra en qué trabajas y no supe qué responder.
Yo entreno perros, dijo el hombre.
-¿Y para qué los entrenas? dijo el niño.
-Los enseño a ser obedientes a sentarse, a echarse, a quedarse quietos, a brincar obstáculos, a no hacer destrozos, cuidar la casa, cuidar y proteger a los niños.
Los entreno para trabajar en la policía, en los bomberos, los entreno para rescatar personas, para salvar vidas localizando explosivos y muchas cosas más...
¡Ah! , ¡También los entreno para ayudar a caminar a las personas ciegas!
Con mucho interés seguía preguntando:
-¿Y les pagan a los perros por hacer todo eso?
Claro que no, dijo él.
A cambio reciben mucho amor, atención y cuidados de parte de sus dueños o de quienes trabajan con ellos.
- ¿Y cómo logras entrenarlos?
-Es muy sencillo, dijo.
Solamente les pongo una cadenita los llevo a pasear, camino y platico con ellos y poco a poco les voy enseñando.
Cuando no hacen bien los ejercicios los corrijo firmemente pero sin lastimarlos, después los acaricio para que sientan que no estoy enojado con ellos!.
Pero se necesita mucha paciencia!
El pequeño, muy emocionado , quería salir corriendo y platicarle a sus amiguitos lo que acababa de escuchar, pero de pronto....Con ese gesto infantil , característico y natural que hacen los niños cuando sienten que van a brotar sus lágrimas, levantó su carita inocente y dijo...
-Ponme la cadenita!
Yo también quiero salir a pasear y platicar contigo, quiero aprender muchas cosas de ti, quiero que me corrijas si lo hago mal y después me acaricies para sentir que no estás enojado conmigo.
A cambio yo seré un niño obediente, no te haré enojar más, no haré destrozos, cuidaré la casa, aprenderé a cuidar a las personas a salvar vidas...
Ah! y si un día tú quedaras ciego, yo te ayudaré a caminar!
¡Por favor, ponme la cadenita, solo tenme paciencia!
El hombre aquel estalló en un sollozo profundo que le desgarró el pecho y al abrazar a su hijo, sintió que de su corazón salía una cadenita que rápidamente se enlazaba con el corazón de su hijo.
¡Era una cadenita con muchos eslabones de amor, de calor humano de comprensión y mucha paciencia!
El niño sonrió, se acurrucó en su pecho y dijo: ¡Gracias Papá!
"Que todo lo amable, gentil, tolerantes, cariñosos, cuidadosos que podemos ser lo seamos con nuestros, hijos , esposo (a) padres, nietos, hermanos familia, amigos y los que nos rodean y podamos reflejar así el amor en donde estemos".

 

MOSAIQUISMO
por Julio César Romero Magliocca

Los artesanos griegos fueron precursores el arte del mosaico o mosaiquismo. Se consideró mosaico a todo trabajo artesanal hecho con fracciones de roca, madera o vidrio. ... En Pompeya (79 a.C.) se encontraron monumentales mosaicos, tanto en paredes como en pavimentos. El mosaico tuvo un papel destacado en el arte romano. Los primeros mosaicos conocidos fueron hallados en un templo mesopotámico que data del tercer milenio a.C. Compuestas de marfil, conchas y piedras, estas piezas decorativas y abstractas sentaron las bases de mosaicos realizados miles de años después en la antigua Grecia y el Imperio romano

Posiblemente el primer mosaico de la historia, hecho con cilindros pequeños y conos, lo encontramos en Mesopotamia, en el templo de Uruk (la actual ciudad iraquí de Warka), construido entre el 3800-3400 a.C. Como tal, un mosaico es una obra elaborada con teselas, es decir, pequeños fragmentos de piedra, cerámica o vidrio, de diferentes formas y colores, que se aplican sobre cualquier superficie para formar composiciones geométricas o figurativas, cuyos temas pueden ir desde la mitología hasta escenas de la vida cotidiana

El mosaico es una técnica con fines decorativos que se realiza combinando diferentes elementos para formar una figura que se coloca en paredes, pisos o techos para sustituir la pintura u otro revestimiento. Los mosaicos más antiguos que se conocen datan del siglo VIII a.C. y se hacían de guijarros, una técnica que fue perfeccionada por los artesanos griegos en el siglo V a.C. Los guijarros son uniformes y su espectro de color varía entre el blanco y el negro

Aun así, el primer templo decorado con mosaicos del que se tiene noticia es el de Olinto -siglo IV a. de C. -, en Macedonia. Su decoración inspiró a los griegos, que fueron la primera civilización que desarrolló con profusión este arte. Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas llamadas teselas, de ahí que se refiriesen a ellos también como opus tessellatum. Las teselas son piezas de forma cúbica, hechas de rocas calcáreas o material de vidrio o cerámica, muy cuidadas y elaboradas y de distintos tamaños.
Un mosaico es una obra que se elabora con pequeñas piezas irregulares, es algo parecido a un rompecabezas pero se usan piezas de cerámica, vidrio, piedra, monedas, legumbres, papel, vidrio u otros materiales de diversas formas y colores…

De Colón a Casavalle
Por Julio César Romero Magliocca



Todo estaba arriba del camión , el gato en una jaula y mi amigo perruno Nicky trepados también. En un rincón de la casa un niño besaba las paredes de su cuarto por última vez. Ese niño ahora cruza la calle y del primer árbol arranca una ramita de eucaliptos con bronca , se lleva entre sus manos el símbolo de Colón. Ahora el destartalado camión avanza a su nuevo destino, ese Niño no miró hacia atrás, la lluvia de sus ojos solo lo hacían mirar adelante. Cómo puede el camión trepa por Aparicio Saravia , cruza Peñarol y se interna en la pobreza bien pobre. Para un lado ranchos, enfrente un cementerio, el más pobre de la ciudad. Ahora ese camión torciendo su volante hacia la izquierda, dobla en San Martín, una cuadra más y dobla en Casavalle y luego de unas vueltas , destino Nuevo Ellauri.

 

 

Olores a bosta, ruidos de herraduras que sacan chispas en un cemento gastado, carritos que van y vienen con cajas, botellas , chapas , hierros, todo allí es pobre...dicen que también allí la esperanza se mudó de barrio...por 30 años sería mi barrio. Atrás y de un plumazo quedaban mis amigos, mi corta historia, el aroma a eucalipto, mi casa. Mis primeros tiempos fueron complicados, insertarse en el nuevo barrio. Como eran viviendas del BHU, a medida que las iban entregando uno veía si con la mudanza y la nueva familia no llegaba algún niño de mi edad. Poco a poco se iban completando las viviendas con nuevos sueños, esta casa algún día iba a ser nuestra. Muchas veces en silencio, cuando la tristeza del cambio me doblegaba, pensaba porqué estaría viviendo todo eso.
Un día comprendí, allí conocí un pedazo de Dios, lo habían dejado de guardia...era el Padre Cacho. Allí conocí “Un Cacho de Dios” , vivía desde hacía un año , allí entre los pobres, Dios me pegó un sopapo para que despertara , era su premio que me tenía reservado,  que me hizo ir a buscarlo allí a Casavalle.

El Padre Cacho, fue un religioso Salesiano que tuvo que pasarse al clero para poder convivir entre los pobres desde un ranchito, desarrollando un gran trabajo de promoción con los pobres de la zona. En su mayoría los habitantes vivían de la recolección de materiales y posterior clasificación para vender en los depósitos del barrio, los que luego ingresarían en la Industria. Al morir en 1992 el Padre Cacho, su velorio fue casi una escena de una película, ya que en el momento de subir al coche fúnebre su féretro, el mismo es tomado por los clasificadores quienes lo instalan en un carro (el mejor del barrio), adornado con flores con el mejor caballo (cepillado la noche previa) y sus mejores arreos, para hacer el recorrido entre las comunidades en donde él había trabajado, hasta llegar luego al cementerio del Norte, el más pobre de los cementerios.
A los 10 años retiran sus restos, para ser llevados a  la Parroquia de Possolo, allí descansan desde el 2002.

 

MEMORIAS DE MI QUERIDO COLÓN
Por. Julio César Romero Magliocca

LA PLAZA DE TOROS DE VILLA COLÓN.

Sociedad Taurina “Curro Cúchares”



Villa Colón, siguiendo los vaivenes de las costumbres y dando con el gusto de las gentes de la época, tenía que presentar también su plaza de toros, para entretenimiento de los aficionados al arte del toreo o Tauromaquia. Fue entonces que , la colonia vasca de dentro y de fuera de la Villa, la que tomó la iniciativa.
A principios del año 1894, los hermanos: don Manuel , don Raymundo, y don Pedro Leániz, apoyados por los otros compatriotas, se propusieron fundar una Sociedad Taurina, y como buenos vascos que era, no se quedaron con la intención sino que, en seguida, llevaron a buen término sus deseos, fundando una sociedad llamada “Curro Cúchares”, en memoria del gran torero del mismo nombre.
La plaza fue instalada en una propiedad del Sr. Don Manuel Leániz, ubicada en la esquina Este, de las cuatro que al cruzarse forman las calles Santa María y Gioia.

 

 

 


El ruedo fue contruido con materiales livianos a base de maderas y chapas de zinc; pero no por ello dejó de ser cómodo y confortable, puesto que , además del sembrado de arena, con sus correspondiente barrera y burladeros, su entoldada cubierta , y graderías y tendido para el público en general, presentaba un palco oficial reservado para las autoridades oficiales y los convidados especiales.

Esta Sociedad Recreativa, netamente taurófila, se proponía hacer escuela de aficionados a la “fiesta brava”, es decir, formar un plantel de “diestros” para aquellas demostraciones de valentía, y además programar también corridas especiales con toreros de fama mundial para atraer al público amante al arte de Manolete, que en aquella época los había, no sólo entre la gente modesta del pueblo, sino que los habían también en la gente adinerada y hasta en algunos gobernantes del país. Todos los domingos, había corridas de toros en la plaza, y no creáis que sólo se lidiaban con becerros o novillos de abasto, sino que se empleaban toros especiales de lidia, los Miuras de “pedigrée” que los proporcionaba el Sr. Don Carlos Reyles, que los criaba en su cabaña “El Paraíso” ubicada en Melilla.Allí se formaron buenos “lidiadores” entre los cuales estaban los Balparda, los Pigurina, los Rodero, y otros.

Parece que los señores organizadores de aquellas fiestas eran hombres prudentes y humanitarios, porque los toros – por orden superior – desde que salían a la arena, y durante todo el tiempo que durase la faena, debían tener sus cuernos “embolados”, evitando con ello los riesgos de vida humana, que de lo contrario, producirían los agudos pitones de sus guampas. Estas fiestas eran para los vascos su “jai alai” (alegre fiesta) , por eso los domingos de tarde, habían corridas en dicha plaza, y ya desde temprano empezaban a aparecer carruajes de toda laya, desde el más sencillo Tilbury hasta la más lujosa Carroza, y allí, en la calla Santa María, se iban estacionando, en doble fila, que ocupaban el espacio comprendido entre el cierre con el Campo de la Caridad, de la mencionada calle, hasta la Avenida Lezica; y allí, se veía una abigarrada cantidad de coches de todo tipo y condición, como ser: Volantas, Victorias, Break, Americanas, Landós, Calesas, Berlinas, Charrets, Dockard, etc. que aquello parecía estar viendo una verdadera fiesta de la Locomoción, según el decir de los vecinos. Mientras duraba la fiesta, los cocheros, aurigas, y lacayos, se “refugiaban” en un despacho de bebidas que había en la esquina de Lezica y Santa María, que lo atendían los hermanos Enrique y Teodoro Labarrére, que con toda gentileza – aquellos vasquitos-franceses – les servían el Suizé (ajenjo), bebida fresca y aromática, muy en boga en aquel tiempo y que gustaba mucho a los trabajadores de las riendas y los látigos. Los vecinos contaban, que de varias cuadras de distancia de la plaza de toros oían el sonido agudo del clarín, cuando daban la orden de la salida de los toros al combate, y alegres acordes de los Pasodobles y Marchas toreras, ejecutadas por la banda de músicos. Al finalizar la fiesta se oía el bullicio que hacía el público de ambos sexos con sus comentarios, los vivas y los ¡olé! De los hinchas, los gritos de los cocheros a sus bestias, el restallido de los látigos, y la música de los cascabeles que pendían de los arneses de las caballerías; todo ese rumor daba vida y calor al ambiente, que pocos minutos después, volvía a la calma y silencio, de un bosque umbrío y solitario. Las corridas de toros en Villa Colón, terminaron a fines del año 1898, cuando una Ley Nacional prohibió las corridas en el territorio uruguayo, y la Sociedad “Curro Cúchares” se disolvió, por tal imperativo. La Plaza de toros quedó abandonada; el dueño de la finca se fue a pasear a Europa, y , los “amigos de lo ajeno”, la fueron despojando de sus chapas de zinc y maderos, hasta que el Sr. don Raymundo Leániz, con una actitud enérgica y ejemplar, tomó cartas en el asunto, y con los materiales que aún quedaban, hizo contruir una vivienda para una familia pobre, con la sola condición de que cuidasen la quinta de su hermano Manuel, que había en las adyacencias del lugar, para que no fuese destruida por los cacos, como lo habían sido el local de lidias y las preciosas fuentes y jardines de la Plaza 12 de Octubre, en los años anteriores.

Fuente: libro 100 años de vida - reseña histórica de Villa Colón - autor Dr. César de Alava.

 

 

 

MEMORIAS DE MI QUERIDO COLÓN
Por. Julio César Romero Magliocca


07En este tiempo de comodidades, cierro los ojos y me imagino niño por un instante y repaso aquella niñez en el barrio Colón. Nuestra casa se encontraba frente al monte vecino del monte llamado de “La Francesa”, donde ya existía el hermoso Teatro de Verano, rodeado de eucaliptos.
Los inviernos se sufría mucho el frío y la humedad , de hecho muchos vecinos llamaban la zona “barrio la humedad”… los veranos hermosos con la sombra de tantos árboles igual se sufría el calor. Muchos me preguntan ¿porqué amas tanto Colón? , solo contesto que nací en mi casa – Yegros 1816 – toma ese nombre por el paraguayo amigo de nuestro prócer quien fuera fusilado por la dictadura de Gaspar de Francia el 17 de julio de 1821 acusado de conspiración a “El Supremo” , así se hacía llamar el dictador. Fulgencio Yegros ofrece apoyo a José Artigas en los últimos momentos de su vida en tierras orientales antes de su derrota. Artigas al entrar en tierras paraguayas se encontró con una situación política interna muy complicada. El ingresa a tierras paraguayas , el 16 de setiembre de 1820 , es tomado prisionero , pasando a residir en una celda conventual , en el Convento de la Merced, sin poder exponer personalmente sus ideas y planes al jefe absoluto de Paraguay, porque nunca lo recibió, ni respondió a sus cartas.

En esa casa nací un 4 de mayo de 1964, con la presencia de mi abuela paterna quien asistía a mi madre, mi padre había salido a buscar  la partera , esta al llegar terminó el trabajo para conectarme formalmente a la vida cotidiana cortando el cordón umbilical.
En nuestro hogar , el que era alquilado, los dueños nunca habían hecho la conexiones a Ose por lo que nos arreglábamos para todo menos para tomar, con el agua que descansaba en el aljibe. El agua era proveniente de las lluvias y por un sistema de bombeo la sacábamos para guardarla en baldes, esta servía para la higiene y las necesidades del sanitario. Si queríamos tener agua para beber , debíamos ir a una canilla que se encontraba por la esquina de Calderón de la Barca y Matto Grosso , esta era pública por lo que debíamos esperar el turno para luego transportarla hasta nuestro hogar.
01Para cocinar utilizábamos el primus o la cocina volcán , en los dos casos el combustible que hacía posible era el kerosene y este muchas veces en los comercios (almacenes) para estirarlo un poco se le colocaba agua , lo que hacía más rebelde el funcionamiento de cada uno de estos elementos. Recuerdo la lucha a mi madre con el prímus, primero en el platillito inferior se le colocaba alcohol para luego encenderlo, este creaba un sistema de calentamiento que luego de dar bomba y cerrar las válvulas de aire encendía para durar el tiempo necesario. Cuando el kerosene llegaba sucio, esto tapaba el oído, entonces enojado no funcionaba como era debido, allí con una aguja muy fina se destapaba para normalizarlo.
El primus nos servía también en los crudos inviernos para mantener el calor en los distintos ambientes, para ello se colocaba un ladrillo en la parte superior lo que ayudaba a repartir el calor con más potencia. Cuando enfermábamos de los bronquios por la humedad y los fríos , mi madre colocaba una olla con coquitos de eucaliptos para hacer los famosos vahos,  aspirando el aire mentolado lo que ayudaba para abrir los bronquios , respirando mejor. Con la cocina Volcán (así se llamaba la marca de la cocina), mi madre la utilizaba para hacer algo al horno o en las dos hornallas hervir alimentos. Recuerdo que para bañarnos, mi madre colocaba el primus en el baño con la olla, se calentaba allí el agua y al mismo tiempo quedaba calefaccionado el espacio con el calor que este daba.
Seguramente quien no conoció este artefacto se estará preguntando, ¿de que habla este “tipo”?, para ellos van a encontrar la imagen que ilustra este material.
Hoy al ver como nos arreglábamos en aquellos años no reniego para nada haber vivido con determinadas carencias , todas ellas se suplían con otras cosas y estas no eran conformismo. El tiempo de los niños es mayor , para discernir y aprender para aceptar lo recibido y ser agradecido.
Los tiempos de ocio los invertíamos en juegos, lecturas y colaboración con las tareas del hogar. Jamás olvidaré cuando en los crudos inviernos despertaba y casi pegado a la ventana de mi dormitorio bajo un techo de zinc y doblada junto a la pileta , mi madre tarareaba una canción de moda lavando nuestra ropa , cuando ella terminaba esa tarea sus manos estaban rojas casi moradas de frío , buscando el calorcito de un rico mate con cedrón que ayudaba a seguir la tarea en otro rubro en la casa.
Si fuimos felices o no, pienso que sí éramos felices , en el hogar había amor , comunicación , tiempos de respetos en familia , lo que luego cimentaban la sociedad en códigos y límites…

 

Los “matarifes” de mi barrio


Cómo olvidar aquellos hermosos churrascos clandestinos, como olvidar aquellos relatos llenos de aventuras y peligros en las madrugadas de aquella década del 70. Aun replican en mi cabeza historias, algunas leyendas pero bueno dejemos que la pluma avance y les cuente.
1
Nuestra casa se encontraba a unas cuantas cuadras de La Tablada. A ese lugar llegaban los trenes del interior del país con el ganado que luego iban a ser transportados por la calle “Camino de las Tropas”, hasta los frigoríficos del Cerros. Me imagino a los vaqueanos con sus picanas en una procesión de ganado por ese camino adoquinado. Estos animales en esos viajes de varios kilómetros muchas veces llegaban un tanto lastimados, algunos incluso entre frenadas se quebraban y ese acto desgraciado permitía que el resto lo pisara. Como ese animal no iba a servir para para hacer el resto del camino hasta los frigoríficos, era separado del resto al llegar a La Tablada. En ese lugar había un hotel muy importante al cual llegaban los ganaderos y los compradores de esos frigoríficos, el asunto es que allí se terminaba haciendo el negocio de la compra. Por aquellos años en casi todos los barrios vivían vecinos que habían venido del interior, lo que le daba ventaja frente al de ciudad, ellos sabían manejar el facón y faenar con mucha ductilidad. Lescano, oriundo de Carmelo, era el padre de mi amigo “Antoñito”, el era mi vecino mencionado del “conventillo”. En las madrugadas cuando se sabía que venía ganado a La Tablada, como reguero de pólvora se desparramaba por el barrio que habría faena.


2Todos comprenderán que esta faena era clandestina, seguramente los guardias estarían por otro lado cuando operaba el faenador, que lo hacía muy rápidamente. Se mataba el animal y allí mismo se fraccionaba en trozos , los que eran cargados a hombro para luego sortear el arroyo Pantanoso y llegar a sus hogares para hacer la parte final , fileteado y el resto.
Don Lescano tenía una balanza muy antigua, allí los vecinos como si a una carnicería concurrían a comprar la carne más barata por supuesto, el peligro sanitario estaba descartado en aquellos tiempos porque el animal no tenía alteraciones como por estos tiempos, al criarse a campo que el mismo lejos de estar contaminado brindaba al animal una comida saludable.
Claro está que el animal no visitaba al veterinario ya que este recién tomaba contacto con el animal una vez que ingresaba en los frigoríficos, pero bueno aquí estamos para contar el cuento.
Rápidamente la carne se terminaba casi al mediodía, ni llegaba a la carnicería del barrio porque los vecinos hacían la compra directo, a todos les servía el precio.
Los “matarifes”, en la tarde se reunían para dejar que la suerte incrementara su ganancia, mediante el juego de la taba. Entonces debajo de una gran enramada iban llegando los jugadores, con su facón en la cintura , dejaban atado el caballo contra algún árbol y bueno todo ese juego llevaba horas, por lo que el vino era la bebida común que circulaba mientras tanto. Para ello como observadores con un tanto de distancia nos encontrábamos mi amigo “Antoñito” y yo , para hacer los mandados, pan , vino , fiambre, queso y algunos caramelos que pagaban ese gesto para nosotros. No siempre terminaba bien ese juego de la “Taba” , roces, discusiones que muchas veces llevaban a emplear ese facón que asomaba en sus cinturas, al rato, todos abrazados curando las heridas…había que estar bien para la próxima faena.

 

FERIANTES
Por. Julio César Romero Magliocca

05Me despierto todos los días 6:30 , un breve desayuno y luego alcanzar a mi señora hasta su trabajo para luego volver a casa. Hoy es día de feria en el barrio Cerrito de la Victoria, antes paso por el pescador para seguir una tradición familiar de comer por lo menos un día en la semana el pescado de diferentes formas, en milanesas a la plancha o la la marinera , eso lo decido luego estando allí que es cuando me doy cuenta que tipo de pescado tienen en el día. Me imagino que Claudia y Heber deben estar en la feria acomodando todo para luego trabajar en la jornada atendiendo a los vecinos. Ellos tienen su puesto en un camión muy bien equipado,  en la calle Basilio Araujo y García de Zúñiga…como siempre llego en el momento que acomodan todo, hoy me decido a escribir este relato en el auto, seguramente cuando termine, ya comenzarán a atenderlo. Tómese esto,  como un pequeño homenaje a todos los feriantes de mi país, quienes no importe si hacer frío o calor, si llueve o hay viento…siempre estarán allí.

Una mañana de neblina, apenas se ven las siluetas…ellos allí armando el puesto.


5BUn gran camión llega esforzando su andar, para trepar la subida, casi, casi sobre el predio del Santuario del Cerrito de la Victoria. El esforzado feriante sabe de soles, de crudos inviernos, días radiantes , como también, aquellos de incertidumbres climáticas. Se levantan temprano para acomodarlo todo, alguno a las 4 de la madrugada si su carga de cajones es numerosa. Luego su marcha para armar el puesto, carro y diminuto espacio que le toque en suerte. Nada sabrán de cómo estará el día de ventas, quizás por la fecha algunos compradores tendrán sus pesos nuevos del mes, otros llegarán como pueden. Ya el reloj marca las 08:00 , la neblina comienza a despejar, los puestos toman forma, aprontándose para un nuevo día de ventas…
El vocabulario del feriante es particular, invita al comprador con su voz y un relato tentador. Algún madrugador como yo, comienza su marcha, las miradas del feriante nos desafían a mirar precios…hoy es día jueves, el pescado es sagrado este día.
Me acerco al puesto para ver que tienen hoy, tal vez ese “mochuelo-salmón criollo” para la plancha, o la “pescadilla” a la marinera, sino “lenguado” , “palometa” , pero mejor me quedo con el “atún” de carne azul para probar otro sabor, lo haré seguramente a la plancha, luego de pasarlo por harina de un lado y del otro, seguramente acompañado de alguna ensalada, chauchas, huevos , remolacha, y tomates. Me alejo de la feria, mi compra ya está hecha…ahora sí como ecos, cantos de feriantes me despiden: “¡mire vecino que buena lechuga, ni le cuento la naranja jugosa que trajimos hoy” …”la mejor pera vecino, la mejor manzana” .
Luego de llegar a casa y colocar la compra en su lugar, pienso : “¿ que tal será el regreso del feriante?” Lo imagino, desarmar todo el puesto, cargar el camión, para emprender el retorno y llegar a sus casas, bajarlo casi todo, reponer mercadería y aprontarlo todo para un nuevo día de feria quien sabe en qué lugar…

 

¿MIEDO A LA VEJEZ DE TUS PADRES?

“Hay una ruptura en la historia de la familia, donde las edades se acumulan y se superponen y el orden natural no tiene sentido: es cuando el hijo se convierte en el padre de su padre”.


Es cuando el padre se hace mayor y comienza a trotar como si estuviera dentro de la niebla. Lento, lento, impreciso. Es cuando uno de los padres que te tomó con fuerza de la mano cuando eras pequeño ya no quiere estar solo. Es cuando el padre, una vez firme e insuperable, se debilita y toma aliento dos veces antes de levantarse de su lugar.
Es cuando el padre, que en otro tiempo había mandado y ordenado, hoy solo suspira, solo gime, y busca dónde está la puerta y la ventana - todo corredor ahora está lejos.
Es cuando uno de los padres antes dispuesto y trabajador fracasa en ponerse su propia ropa y no recuerda tomar sus medicamentos.
Y nosotros, como hijos, no haremos otra cosa sino aceptar que somos responsables de esa vida. Aquella vida que nos engendró depende de nuestra vida para morir en paz.
Todo hijo es el padre de la muerte de su padre. Tal vez la vejez del padre y de la madre es curiosamente el último embarazo. Nuestra última enseñanza. Una oportunidad para devolver los cuidados y el amor que nos han dado por décadas.
Y así como adaptamos nuestra casa para cuidar de nuestros bebés, bloqueando tomas de luz y poniendo corralitos, ahora vamos a cambiar la distribución de los muebles para nuestros padres.
La primera transformación ocurre en el cuarto de baño. Seremos los padres de nuestros padres los que ahora pondremos una barra en la regadera.
La barra es emblemática. La barra es simbólica. La barra es inaugurar el “destemplamiento de las aguas”.
Porque la ducha, simple y refrescante, ahora es una tempestad para los viejos pies de nuestros protectores.
No podemos dejarlos ningún momento.
La casa de quien cuida de sus padres tendrá abrazaderas por las paredes. Y nuestros brazos se extenderán en forma de barandillas.
Envejecer es caminar sosteniéndose de los objetos, envejecer es incluso subir escaleras sin escalones. Seremos extraños en nuestra propia casa. Observaremos cada detalle con miedo y desconocimiento, con duda y preocupación.
Seremos arquitectos, diseñadores, ingenieros frustrados. ¿Cómo no previmos que nuestros padres se enfermarían y necesitarían de nosotros?
Nos lamentaremos de los sofás, las estatuas y la escalera de caracol. Lamentaremos todos los obstáculos y la alfombra.
Feliz el hijo que es el padre de su padre antes de su muerte, y pobre del hijo que aparece sólo en el funeral y no se despide un poco cada día. Mi amigo Joseph Klein acompañó a su padre hasta sus últimos minutos.
En el hospital, la enfermera hacía la maniobra para moverlo de la cama a la camilla, tratando de cambiar las sábanas cuando Joe gritó desde su asiento: Deja que te ayude. Reunió fuerzas y tomó por primera vez a su padre en su regazo. Colocó la cara de su padre contra su pecho.
Acomodó en sus hombros a su padre consumido por el cáncer: pequeño, arrugado, frágil, tembloroso. Se quedó abrazándolo por un buen tiempo, el tiempo equivalente a su infancia, el tiempo equivalente a su adolescencia, un buen tiempo, un tiempo interminable. Meciendo a su padre de un lado al otro. Acariciando a su padre. Calmando él a su padre. Y decía en voz baja:
- ¡Estoy aquí, estoy aquí, papá! “
Lo que un padre quiere oír al final de su vida es que su hijo está ahí”.

 

EL PEDIDO DE UNA MADRE A SU HIJO…


De pequeños, nuestros padres cuidan con mucha atención nuestro bienestar. Lo mismo hicieron esta familia con su único hijo. Los tres vivían juntos hasta que su hijo se casó y formó su propia familia, por lo que se fue de casa. Luego de la muerte de su padre, el hijo decide que lo mejor para su madre es un asilo. El muchacho alegaba que no tenía el tiempo suficiente para atender a su madre como merecía ser atendida. Por lo que decidió llevarla al asilo, pues tendría una mejor atención y estaría más cómoda. En un principio, su hijo la visitaba diariamente, pero con el paso de los meses, las visitas fueron disminuyendo. El trabajo, su familia, su pareja, su vida social, eran demasiadas cosas para el muchacho. Estas actividades le empezaron a robar el tiempo que dedicaba a su madre, por lo que la visitaba ocasionalmente.
Una noticia impactante
Cierto día, recibe una llamada del asilo y, pensando que su madre estaba aburrida y quería hablarle, duda en contestar. Sin embargo, termina contestando el teléfono y la noticia que recibió lo dejo impactado. Su madre estaba en su último suspiro y lo necesitaban en el asilo inmediatamente. Al llegar, su hijo no aguanta el remordimiento y le dice que le pida lo que sea, él lo haría por ella. Su madre le dice:
“Por favor, coloca ventiladores en cada esquina de este asilo donde pasé tantos años. Además, ayuda al asilo a conseguir donaciones para conseguir refrigeradores. De esa forma, los que quedan y los que vendrán no comerán comida casi dañada por falta de refrigeración. También, solicita ayuda a las autoridades, muchos del personal no están capacitados para atendernos. Hazlo por mí, hazlo en memoria de tu madre.”
Su única preocupación era su hijo
Su hijo no puede creer lo que sus oídos escuchan. Indignado, le pregunta a su madre por qué no se lo dijo antes, así lo hubiera hecho antes y ella no sufría tanto. Aunque su madre esperaba que dijera que se la hubiera llevado a vivir con él, a ella no le importó. Siguió diciéndole a su hijo lo siguiente:
“Con el tiempo, me acostumbré al calor y al hambre, aunque nunca pude superar tu abandono. Todos los días esperaba con ansias que me regalaras un minuto de tu tiempo, pero estabas muy ocupado. Ahora, el peor de mis miedos es que cuando tu llegues a mi edad, no puedas acostumbrarte al abandono de tus hijos. Le pido a Dios con todas mis fuerzas que eso jamás te pase a ti.”
¿Por qué los hijos no cuidan a sus padres y los abandonan en estos lugares? ¿Acaso no merecen ellos la atención de sus hijos? Tenemos la esperanza de que esta historia te haga reflexionar en el gran valor de tus padres. Muéstrales todo el amor y respeto que te mostraron a ti cuando estabas pequeño.

 

EL PESCADOR
por. Julio César Romero Magliocca


Hemos hecho del lamento una herramienta que aletarga todos los intentos.
Muchas veces nos quedamos en la teoría, sin intentar esbozar cambios en nuestros comportamientos.
Ya es hora de intentar algo nuevo, algo que provoque un cambio de actitud.
El ejercicio del pescador, con su parsimonia para preparar todos los elementos para desarrollar su pesca es hasta un modelo para hacer reaccionar en nosotros una idea para esa búsqueda.
El llega al lugar , busca el espacio para estar sólo meditando, quizás su idea final sea rescatar de las aguas el fruto de su tiempo , de su búsqueda, pero mientras tanto diseña su estrategia, con paciencia, la espera es su amiga, si eligió bien tendrá su recompensa.
Y la vida es eso , es búsqueda, es intentar los caminos que nos acerquen a todo aquello que llamamos felicidad, en donde la satisfacción de los sentidos aplauden para llenarnos.
La vida es tropezones, que nos enseñará en esa búsqueda, es aciertos que nos dirán quizás que vamos bien por ese lado. Solo nosotros , cada uno de nosotros , somos los dueños de nuestro destino, y el resultado siempre irá de la mano del esfuerzo, la habilidad , y en pocos casos la suerte.
Tenemos una única oportunidad de vivir, y para hacerlo no podemos derrochar ese instrumento sabio que es el tiempo. El no regresa, siempre camina hacia delante, por ello intentemos vivir intensamente.
Si aprovechamos el recorrido, al final el mayor premio es la sabiduría, ese cúmulo de aprendizaje amasado en nuestro tiempo, el tiempo que nos tocara vivir.

“Se humilde para repasar tus errores y corregirlos, se solidario para dar la mano a quién permanece bloqueado , se agradecido para reconocer lo que recibiste, ten memoria en saber que por tu historia pasaron muchos que te sirvieron de ejemplo , o de bastón cuando tenías dificultad para caminar”

 

 

LAS FORTALEZAS
por. Julio César Romero Magliocca

"Hay batallas que damos muchas veces en silencio, de esas que duelen en el alma. Dibujamos una sonrisa en nuestra cara para mostrar un espejo que contagie, que ilumine. Sin mostrar que muchas veces nuestros adentros llueven cataratas de tristezas. Cuando usamos los restos de esa rebeldía que nos hace pararnos ante lo triste , ante las depre , nos damos cuenta que seguimos luchando. Solo el tiempo logra esconder tanto dolor junto para cicatrizarlo en el camino, porque más que una batalla ganada o perdida lo que vale en el largo plazo es el proyecto y la vida es un proyecto para ser felices, para aprender , para resbalar y levantarse , para gritar alegrías , para llorar tristezas , todo ello pone al tope los sentidos, esos que nos hacen más humanos"

 

MUJER LLORANDO...
por. Julio Cesar Romero Magliocca

Secaré tu rostro de lágrimas viejas,
en nuevos te quiero,
porque así es la vida,
marchando nuevos senderos,
haciendo ecos en cada paso nuevo,
matando soledades de desaciertos,
porque el error, da paso a nuevos aciertos,
porque sentimos la victoria, sin corregir errores,
sintiéndonos dioses por un momento,
sin darnos cuenta que el perdón como latido,
nos hace grandes, nos hace ciertos.

 

 

CADA TANTO
por. Julio Cesar Romero Magliocca


Cada tanto se escapa alguno,
cada tanto rompe cárceles,
cada tanto se apartan del camino,
para poder hacer y dejar su sello,
para ayudar al que quedó en el camino,
para encausar sus fuerzas,
para enderezar su ruta,
para ayudar a poder,
para atenuar las injusticias,
para decirle que se puede,
aunque en lo previo no parezca.
Cada tanto nace un Cacho,
cada tanto un Mateo,
cada tanto un Opeka,
porque los equilibrios son necesarios,
porque nos muestran el camino,
para terminar con egoísmos,
para dejar sus huellas,
para ser seguidas,
aunque tan solo de cerca,
para iluminar más vidas,
ganadas por el espanto de la pobreza.

 

MI QUERIDA MADRE
por. Julio César Romero Magliocca



El 10 de octubre fue un día especial, para mi y mis hermanos...Nuestra madre cumpliría 94 años  ...como una lluvia de flashes la encuentro en varias imágenes. Si tuviera que rescatarla en una de esas imágenes, esa sería en mi querido barrio Colón, junto a la pileta lavando la ropa y al mismo tiempo compartiendo un mate con aquella hoja de cedrón que tanto le gustaba...Encorvada en esa pileta de material en la que solía lavarnos la ropa para luego colgar algunas en la cuerda y la túnica en el pasto verde (ella decía que de esa forma al sol quedaban mucho más blancas). Y si escarbo en mis recuerdos la veo en una mirada triste por la ventana junto a la maquina de coser  "Singer", remendando los pantalones gastados por aquellos partidos de bolita, colocando en ellos las rodilleras de cuero que no me gustaban pero que hacían perdurar un poco más en el tiempo los vaqueros que algún día usara mi hermano Álvaro. La recuerdo también en aquellos viajes interminables hacia Libertad, en donde se encontraban sus hijos (mis queridos hermanos Gabriel y Sergio) y mi padre, por pensar distinto, por jugárselas en tiempos que era más fácil mirar por la ventana y dejarla pasar...La dibujo en aquella cocina volcán , luchando con el oído y el querosén que el almacenero estiraba con agua, calentando alguna olla para los fideos que eran habituales comer por aquellos tiempos...La veo allí y la veo acá en esta mi soledad...la vida se gasto y ya no te tengo para darte un beso, pero si tengo mucho más que un manojo de recuerdos que te traen por el instante del recuerdo y es más que eso , es el sentimiento de agradecimiento por recibir de ti todo lo que tú tenías,,,,a pesar de no estar yo te tengo

 

 

CUANDO EL MILAGRO CONVIERTE LA MUERTE EN VIDA…
Por Julio César Romero Magliocca

Un accidente cerebrovascular sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Algunas veces, se denomina "ataque cerebral". Si el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células cerebrales pueden morir, lo que causa daño permanente.

Esta enfermedad condenó a 9 años de postración a mi madre. Un día llego al residencial donde se encontraba y veo la muerte en sus ojos.
Sin decirme nada, veo que el brillo de sus ojos se había perdido, su mirada se había perdido en un punto fijo , la alegría de verme ya se encontraba en viaje.
Pedí a Dios que me permitiera estar allí el día que partiera y así fue …tomados de la mano nos despedimos en una charla muy íntima , allí no quería que estuviera nadie más que ella y yo… en esos 9 años acepté recibir su partida , ya no era vida para ella.

La vida tiene esas cosas y debemos aceptarlo, de nada sirve llorar ahora, ya lo había hecho en silencio en los rincones de mi casa cuando nadie me veía, mezcla de impotencia por no poder hacer más allá que acompañar. Acepté verla y sentir como se estrujaba mi corazón cuando no me conocía, acepté verla frágil cuando toda su vida fue quien me motivara a levantarme ante cualquier cosa , acepté verla apagándose de apoco.

Y ese día llegó y fue de Paz, de sentir que todo lo que estaba a mi alcance se lo había dado , paz de no quedarme con deudas y aceptar soltar la mano , a no ser egoísta, y pensar más en ella. Y ese día le di gracias a Dios por haber dado la oportunidad de apretar su mano para decirle adios y gracias, apreté los dientes, apreté su mano y nos despedimos. No pasó una semana cuando un día llego del gimnasio a casa.Tras las rejas un perrito con cara de miedo me miraba…
Miré para todos lados como buscando una respuesta solo dije:

¿y vos quien sos, que haces aquí , quién te dejó aquí?

Siempre entendí que la respuesta , la encontraría más tarde.
Comprendí con el tiempo que mi madre , me lo había mandado para que no estuviera triste , comprendí que siempre ante el dolor , hay un mañana…

 

 

 

Caminar sin pausa...

Es solo cuestión de caminar...


Cuando era un niño y el dolor golpea la puerta de nuestro hogar y despavoridos se abandonaba el nido...
Sufrí mucho , pero junté los pedazos que quedaban y salí a caminar , no había tiempo para tristezas...
Cuando niño casi adolescente abandonaba el barrio para llevar mis recuerdos a otro y hacer caminos nuevos...Atrás quedaban mis amigos , mi joven historia dibujada.Cuando por primera vez el amor golpeaba mis puertas, y al rato la historia terminaba...
Cuando sufrí separarme de mi primera semilla y no podía verla , junté las piezas y salí a caminar...
Porque comprendí que la vida es un camino largo, a veces sinuosos, a veces con la calma de la paciencia, pero siempre de aprendizajes , de sacar lectura para que sirva, para que enseñe aunque duela, de esto tambien se aprende.Y la vida me recompensó, me devolvió esperanzas, proyectos, me devolvió sabiduría en semilla nueva, me dejó cicatrices para tapar las penas. Hoy doblando el codo por los años, comprendo que vivir es siempre caminar , es cuestión de caminar.
De llenar los espacios que te hagan sentir lleno, no por un rato sino por el instante que te permite la vida seguir respirando. Todos algún día debemos marcharnos, por ese camino del que solo se vuelve con el recuerdo, de aquellos que te han querido , de aquellos que aún mantengo.
Y te irás solo , ligero de ropas , de sueños, para encontrarte con el silencio,
de aquellos que se fueron antes, de aquellos que no murieron.

 

PARA REFLEXIONAR UN POCO


En esta escena la persona que está encima no puede ver la serpiente que está mordiendo a la persona que está en la parte de abajo y la persona que está en la parte de abajo no puede ver la piedra encima de la persona que está en la parte de arriba!! Saben lo que esto significa? No siempre la persona puede ver el dolor que el otro está sufriendo y el otro no siempre puede entender la presión que la otra persona siente en el día a día. Necesitamos ejercitar más la comprensión, comunicarnos mejor, hablar de nuestras debilidades, escuchar sobre la debilidad del otro, entender los problemas, las limitaciones y tener más empatía para entender que aun que la persona no está haciendo todo lo que esperamos para estar a nuestro lado, no significa que no esta haciendo lo mejor que puede.

 

 

 

 

 

 

 

 

Carnicerías ambulantes

En el primer Montevideo no había, en rigor , carnicerías establecidas en un lugar fijo. La carne venía de extramuros en carreta, y el carnicero se instalaba en cualquier esquina con su vehículo cargado. Las compras solían hacerlas negras esclavas, que llegaban hasta la carreta del carnicero con sus “tipas” ,
Canasta de cuero o de junco, que fabricaban los mismos morenos. En aquellos dichosos tiempos no había necesidad de sierras, serruchos o balanzas. La carne se cortaba a hachazos y a ojo de buen cubero. El camionero que era siempre un gaucho que llegaba a la ciudad con su chiripá, su calzoncillo con flecos y sus botas de potro, tendía un cuero cualquiera en el suelo, y sobre él colocaba los pedazos de res a vender. El hachazo a veces resultaba demasiado violento, y podía suceder que traspasando la pulpa, llegara a cortar el cuero que servía de improvisado mostrador. La carne quedaba así encastrada con barro, o pegoteada con mechones de pelo del mismo cuero; pero nada de esto merecía el menor repara del comprador , quién recogía sin más su pieza de carne, pagaba y se marchaba. ¿Sin pesar la mercadería? Por cierto. Era tan barata la carne entonces, que a nadie le importaba unos gramos más o menos. El kilo costaba apenas vintenes. Y eso que sólo se vendían los trozos más selectos. Los restantes, deleznables, son los que en la actualidad nos atrevemos, con suerte, a conquistar de vez en cuando; pero por aquellos días se los arrojaba a los perros porque no se consideraban dignos de cristianos. Cuando llegaba la noche, la venta de carne no se interrumpía. El carnicero iluminaba su comercio con un método rudimentario, hoy lujoso; practicaba un agujero en un pedazo de pulpa, e incrustaba la vela de sebo en aquel singular candelero.

Fuente: Boulevard Sarandí – Milton Schinca

 

 

CUANDO EL SILENCIO DE LA SOLEDAD TE LASTIME... 
por. Julio César Romero Magliocca



Acuérdate de aquellos tiempos,
en los que corrías  en los campos libre,
tras la pelota gastada por las patadas,
del beso entregado de tu madre luego del abrigo,
de tus amigos que hoy no están
y los recuperas con tu recuerdo,
de tus luchas por vencer tu vergüenza y el miedo,
de tu primer gol para llenarte de gritos los pulmones,
de tu escuela y tus compañeros, junto a tus maestras,
de tu primer trabajo y esa carga de nervios tempraneros,
de tus silencios meditados diseñando tus proyectos,
del viento y la lluvia de aquellos tiempos,
de tu arroyo y tu río y de aquellos peces muertos,
de tus pantalones remendados y aquel saco viejo,
recuérdate niño, en el silencio de tus soledades,
recuérdate todo ello sin tiempo, 
te darás cuenta que fue solo un momento.
Hoy que solo ves canas y arrugas,
son las huellas,
de aquellos , tus queridos tiempos,
los que te levantarán el ánimo,
para cargar con nuevos proyectos.

 

AQUELLAS REUNIONES...
Por. Julio César Romero Magliocca


https://www.raicesuruguay.com/raices/imagenes/2017_08/aquellasreuniones.jpg

Que lindos tiempos aquellos en que las mesas largas provocaban juntarnos en FAMILIA. Nosotros los niños, jugábamos a más no poder correteando todo , los mayores entre tragos y picadas se ponían al día. 
HOY el encuentro es a través de facebook como receptor de imágenes frías, comentarios a medio terminar , interpretaciones erróneas. Ese gran invento en las comunicaciones, sin dudas ha sustituido al abrazo verdadero, a la comprensión meditada en un ida y vueltas de charlas , el beso , la caricia , porque podrá llenar de brillos la ventana de la compu , pero nunca va a interpretar el mundo que brilla en una mirada".
"Creemos conocer los problemas y la vida de los demás, en una frase, en una imagen, sin darnos un tiempo para meditar los dolores del otro, porque nos enseñaron a vivir rápido, de esa forma nos equivocamos tanto, por no tener el tiempo necesario para elaborar un juicio de valor... Nos hemos acostumbrado a usar y tirar, porque la sociedad de consumo así lo exige , antes una media se cosía , ese ejercicio de zurcir provocaba trasladarlo a los ejemplos propios de la vida, hoy las relaciones van y vienen con un botón, así traemos "amigos" nuevos , que al tiempo si no nos gusta su pensamiento lo "borramos" , el tiempo de escucha se ha perdido, el tiempo del consejo quedo en un perchero, todo es muy a lo egoísta, mi cuenta , mi correo , mi cel , mis problemas, mis varios etc más" 

"A pesar de los grises y que la naturaleza nos regala el ciclo hermoso de ver la lluvia y salir el sol , siempre existirá una razón para vivir , no para acomodar solo lo que está mal , sino para cargar las baterías que nos provocan seguir en el camino, hasta el final"

 

 

CUANDO LO INVISIBLE SE TRANSFORMA EN VISIBLE…
por. Julio César Romero Magliocca



Una mañana de domingo, impulsados por la necesidad de salir un poco de paseo en un día que invitaba, para tomar unos mates con mi señora, nos llevamos a Andrés (cachorro llegado a nuestras vidas desde muy chiquito), emprendiendo el viaje al Prado, ese hermoso pulmón que cuenta la ciudad. El camino para llegar directo estaba cortado por una carrera mañanera organizada por el Colegio Maturana. Esto provocó caminar un poco más para rodear el arroyo hasta depositarnos en ese paraíso (aun sin flores) del Rosedal. Aprontamos el mate, mientras Andrés se desayunaba ansioso varios cms3 de agua, justo debajo de la canilla que se encuentra dentro del predio. Como nuestro banco estaba justo a escasos dos metros del lugar, allí presenciábamos las distintas razas de perros, en su gran mayoría llenos de glamur…

En un momento se sientan tres personas frente a nosotros, un señor que por su aspecto , lo que dejaba escapar de sus palabras era jubilado (no nos esforzábamos mucho por escuchar ya que hablaban fuerte) , una joven y un supuesto compañero de ruta este último casi seguro era hijo de este señor. Su charla giraba en comer sin sal (consejo dado por los jóvenes al señor) , puestos laborales, dinero y todo aquello enmarcado en cosas materiales. Mientras se daba esta charla para ellos amena, aparecían perros y perros de raza (muy bonitos y cuidados).
En un momento, se van esas tres personas y su asiento es ocupado por una pareja joven con su pequeña hija …Aparece al instante un perro con su dueño , el pobre llegaba tan cansado que estaba a punto de darle un infarto. Su dueño contaba que por la conformación de su trompa esta raza tenía dificultades respiratorias y se agitaban mucho. Pronto nos enteramos que es una raza un tanto cara ya que el cachorro cuesta u$s 1.400. Con mi señora nos miramos no comprendiendo nada , pero entre bizcochos y mate uno iba digiriendo esto nuevo para nosotros.

En un momento un joven con su vestimenta muy humilde, de barba , con un perro negro que ni la raza conocíamos, pide permiso para poder darle de beber a su perro. La apariencia de este joven quizás para quien lo veía era de alguien que tal vez viviera en situación de calle o muy cerca de ello. El perrito contaba con una cuerda tan humilde, similar a la que usamos para tender la ropa en nuestras casas. El joven nos cuenta que a ese perrito lo había rescatado de una volqueta dentro de unas bolsas, cuando estaba retirando unas maderas que se encontraban junto a esta.

Como sintió un movimiento dentro, descubrió a este perrito que ahora adoptaba con mucho cariño. Más tarde nos cuenta que había descubierto a su amor en Montevideo, por ello venía cada tanto a ver a su nobel compañera a quien había conocido entregando las lechugas que cultivaba en la chacra ecológica y turística en la que vivía y trabajaba en Gregorio Aznarez (cercano a Piriapolis). Sus ojos brillaban al contar que en esa granja el cocinaba como chef, con todo sano y cultivado sin fertilizantes. Se sentía raro en la ciudad ya que en su lugar encontraba la paz, de salir de noche y dejar ganar sus ojos por las estrellas, romper su nariz con aire puro, cosa que advertía lo congestionado que estaba por estos lados.

Fue cosa de pocos minutos, su tiempo había terminado debía marcharse, luego de un saludo educado, tranquilo, tan manso como la vida que llevaba se retira, dejando para nosotros la enseñanza sencilla aquella que va de la mano al sacar una lectura simple. 
Muchas veces prejuzgamos sin querer o queriendo, muchas veces adelantamos juicios estúpidos sin vernos en un espejo sin encontrar los propios de una autocritica de como caminamos y como actuamos. Muchas veces nos deslumbramos con los “exitosos” , aquellos que la cáscara de su persona nos muestran un ser casi elegido a seguir y parecernos, y nos aleja del conocimiento de aquellas personas simples, cargadas de valores, esos un poco olvidados como traje fuera de época. Hasta pronto

 

 

LAS FIESTAS
Por. Julio César Romero Magliocca

Las clases ya habían terminado, todo era vacaciones.
Levantarse tarde casi sin lavarme la cara, me esperaban junto al sauce que estaba a un costado de la casa mis padres  y mi hermano con un mate calentito.
Las mañanas de verano en el Barrio Colón, jamás las olvidaré.
El despertar con el canto de los pájaros, el teñirse de colores los eucaliptus y desprender ese aroma, incrementado aún cuando las vecinas quemaban las hojas secas, esos aromas me acompañaran hasta mi partida.

Cuando se acercaban las fiestas navideñas, como olvidar el voceo de quienes vendían fruta y verduras en sus jardineras, con esa balanza que siempre marcaba la diferencia para su bolsillo. En la tarde el camión del Mercado Modelo vendiendo las barras de hielo para aquellos que no teníamos heladera. Recuerdo que uno podía comprar la mitad de esa barra, envolverla con la bolsa de arpillera y luego taparla con viruta o aserrín para que pudiera mantenerse mas tiempo antes que se hiciera agua.
Esta barra como destino tenía la pileta en donde mi madre lavaba nuestras ropas, ahora sí vacía para hacer las veces de heladera, allí iba los refrescos, la fruta y las verduras eran bajados al aljibe con un balde para quedar bien frescos al momento de comerlos.

Como vivíamos frente al monte, problemas de leña no teníamos ya que luego de los crudos inviernos, algún árbol viejo dejaba su verticalidad para seguir siendo útil, ahora no por su sombra sino por su leña la que apilábamos para estas fiestas ya que los asados eran una forma de juntar a la familia y algunos vecinos.

A mediados de diciembre, nosotros armábamos los judas (muñecos rellenos de pasto y papel con ropas usadas) , con estos teníamos la excusa de pedirles algunas monedas a los vecinos que pasaban, al final teníamos algún dinero para comprar algunas bengalas, cohetes y todo lo que hiciera bastante ruido cuando llegara la navidad o el año nuevo.

Por fin llegaba el 24 de diciembre, era el comienzo de una fiesta que se extendía desde la mañana hasta entrada la madrugada. Todos los aprontes , el árbol de navidad con aquellas tarjetas navideñas de otros años , sus guirnaldas y su puntero , se solía armar alrededor del 8 de diciembre , justo el día que daba comienzo al tiempo de las playas.
El juntar la leña y limpiar bien la parrilla, para luego comenzar el fuego, cuidando al agregar la carne que nuestras mascotas no se hicieran un festín.
El momento de la cena, el brindis y el saludo con los vecinos, hasta con aquellos que normalmente no teníamos mucha relación, todo eso provocaba las fiestas.

Un fuego que se apaga, dejando brasas teñidas de grises,  las que el viento de la madrugada aviva como queriendo no dejar que mueran, sus rojos luchando en la oscura noche con una desconsolada parrilla vacía, otras fiestas habían pasado.
Es hora de ir a dormir, abrazados de aquella pelota que Papá Noel nos había dejado avisando su paso…desde la calle algún borracho cantando su felicidad cerraba el telón de aquella obra de arte que hablaba de risas, familia unida , y muchos deseos.

“Cada vez estos momentos se van perdiendo…se vive muy deprisa, el protagonista ahora es el celular buscando los me gusta de nuestras publicaciones, comparando momentos de amigos a la distancia, sin ver que cultivar la amistad a través de los abrazos , estos tienen el valor de la presencia, del compartir , de sentirte vivo, viviendo una vida real y no tan virtual , detrás de una tecla que marca la felicidad de la adrenalina , pero no de la piel , aquella que nos hace sentir

 

TIEMPO AL TIEMPO
Por. Julio César Romero Magliocca

"Si la gota no es acompañada por la suavidad de la paciencia y el empuje del tesón, jamás va a terminar de perforar la roca"

Vivimos en tiempos que todo lo queremos YA …en cuanto a lo material no podemos esperar , como si con ello la felicidad estará asegurada. En lo particular llegué a criarme en tiempos que teníamos que medir los pesos, porque estos eran pocos y se utilizaban para lo necesario.

Recuerdo mis solicitudes a mis padres para comprar el ansiado par de zapatos de fútbol de cuero.
Esto era inalcanzable, había que arreglarse con los famosos “goleadores” championes con suela de goma y los tapones del mismo material, todo el resto era de una tela fuerte que si los cuidábamos estos duraban bastante tiempo.

El solo hecho de una explicación acompañada de un “no se puede” , nos conformaba para esperar.
Esto no era simple conformismo , era aceptar la realidad como se nos presentaba.
Mi padre salía de un trabajo para entrar en otro, en aquellos tiempos como cortador de calzado, con una industria muy fuerte como la exportación de zapatos finos.
De igual forma el dinero que entraba en casa daba para mantener los gastos, la comida diaria y poco más.

Hoy es distinto, vivimos adelantando la vida en gastos, atentando contra la tranquilidad económica del hogar.
Todo lo queremos ahora, porque parece que el mundo terminara mañana, entonces si no lo tengo me siento frustrado. Las ofertas de diseño, los medios que ayudan en su ampliación de difusión, todo ello hace un coctel que no se detiene en conformarse con lo que tenemos. Lo que hoy es nuevo, mañana será viejo, el modelo que tenemos hoy , mañana ya es antiguo y así llevamos de la mano una vida vertiginosa.

“El hombre conseguirá algún día, reconstruirse a partir de su humildad, valorando más lo que se tiene sin dejarse ganar por los destellos luminarios de los ratos de felicidad, construidos en lo material”.

KAFKA Y LA MUÑECA…la omnipresencia de la pérdida.

Un año antes de su muerte, Franz Kafka vivió una experiencia insólita. Paseando por el parque Steglitz, en Berlín, encontró a una niña llorando desconsolada: había perdido su muñeca.
Kafka se ofreció a ayudar a buscar la muñeca y se dispuso a reunirse con ella al día siguiente en el mismo lugar.
Incapaz de encontrar a la muñeca compuso una carta “escrita” por la muñeca y se la leyó cuando se reencontraron:
- “Por favor no llores, he salido de viaje para ver el mundo. Te voy a escribir sobre mis aventuras ...“- Este fue el comienzo de muchas cartas.
Cuando él y la niña se reunían, él le leía estas cartas cuidadosamente compuestas de aventuras imaginarias sobre la querida muñeca. La niña fue consolada. Cuando las reuniones llegaron a su fin, Kafka le regaló una muñeca. Ella obviamente la veía diferente de la muñeca original . Una carta adjunta explicó:
-"mis viajes me han cambiado … “

Muchos años más tarde, la chica ahora crecida, encontró una carta metida en una grieta desapercibida dentro de la muñeca. En resumen, decía: -" Cada cosa que amas es muy probable que la pierdas, pero al final, el amor volverá de una forma diferente“- .

 

EL NIÑO QUE PUDO HACERLO...



Dos niños llevaban toda la mañana patinando sobre un lago helado cuando, de pronto, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. La corriente interna lo desplazó unos metros por debajo de la parte helada, por lo que para salvarlo la única opción que había era romper la capa que lo cubría.

Su amigo comenzó a gritar pidiendo ayuda, pero al ver que nadie acudía buscó rápidamente una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas.
Golpeó, golpeó y golpeó hasta que con-siguió abrir una grieta por la que metió el brazo para agarrar a su compañero y salvarlo.

A los pocos minutos, avisados por los vecinos que habían oído los gritos de socorro, llegaron los bomberos.

Cuando les contaron lo ocurrido, no paraban de preguntarse cómo aquel niño tan pequeño había sido capaz de romper una capa de hielo tan gruesa.
-Es imposible que con esas manos lo haya logrado, es imposible, no tiene la fuerza suficiente ¿cómo ha podido conseguirlo? -comentaban entre ellos.

Un anciano que estaba por los alrededores, al escuchar la conversación, se acercó a los bomberos.
-Yo sí sé cómo lo hizo -dijo.
-¿Cómo? -respondieron sorprendidos.
-No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo

 

EL BURRO Y EL CAMPESINO

Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer. 
Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo. 
Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. 
El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra. 
El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio... con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra. 

Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando... 
La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra... el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos... 

¡¡¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!!!

 

DECISIÓN CAMPESINA

Un campesino cansado de la rutina del campo y de tanto trabajo duro, decidió vender su finca. Como sabia que su vecino era un destacado poeta, decidió pedirle el favor que le hiciera el aviso de venta. El poeta accedió gustosamente. El aviso decía: "Vendo un pedacito de cielo, adornado con bellas flores y verdes árboles, hermosos prados y un cristalino río con el agua mas pura que jamás hayan visto" El poeta tuvo que marcharse por un tiempo, pero a su regreso decidió visitar a sus nuevos vecinos, pensando que aquél hombre del aviso se había mudado. Su sorpresa fue mayor al ver al campesino trabajando en sus faenas.

El poeta pregunto: ¡Amigo! ¿No se iba de la finca? El campesino con una sonrisa le respondió: -No mi querido vecino, después de leer el aviso que Ud. me hizo, comprendí que tenia el lugar mas maravilloso de la tierra y que no existe otro mejor... Moraleja: No esperes a que venga un poeta para hacerte un aviso que diga lo maravillosa que es tu vida, tu hogar, tu familia y lo que con tanto trabajo hoy posees. Dale gracias a Dios porque tienes vida, salud y esperanza de poder seguir luchando para alcanzar tus metas... Que el Señor bendiga ese pedacito de cielo que es tu vida.. "Nacimos para ser Felices, no para ser Perfectos... El amanecer es la parte mas bonita del día, nos hace dar el primer paso de un nuevo día.

“La felicidad como destino, necesita de tu primer paso para llegar a ella , los claros y oscuros del trayecto solo son motivo para intentarlo una y otra vez”. 

Julio César Romero Magliocca.

 

 

PEQUEÑO MANUAL PARA NO ENTRAR EN GUERRA, DANDO UNA BUENA LECCION DE VIDA...
por. Julio César Romero Magliocca

El ómnibus transitaba por Avda. Gral Flores casi Bvar. Artigas, en camino a Las Piedras...
Una "trancadera" provocó que el conductor detuviera el coche unos metros antes de la parada, para que pudieran descender los pasajeros que bajaban allí y pudieran subir los otros que se encontraban en la parada, todos los hicieron menos uno.
El coche al ver la luz verde comienza su marcha, la que es detenida en la parada para subir al último pasajero que entre insultos subía al mismo.
Todo el camino transcurre en que tenía que parar en la parada, que porqué había parado antes, en fin algo tedioso para quien viene manejando en un transito espeso y complicado en esa arteria en la peor hora del día.
Este pasajero deja los agravios verbales y pasa a insultos con amenazas entre ellas , "ahora vas a ver cuando lleguemos a Las Piedras" , el chofer sin salirse de la línea mostrando su mejor sonrisa al pasajero que subía continúa su marcha soportando uno y otro insulto de este señor que estaba enajenado por un hecho menor.
El ómnibus por fin llega a destino, descienden todos los pasajeros, y este buen señor ya remangando su camisa lo invita a pelear como si la solución del entredicho fuera a mejorar de esta forma.
Con la cancha que le dan los años el chofer, continúa la marcha junto con el violento pasajero, dobla en la próxima esquina y continúa decidido a otro destino. Este buen hombre "el enojado" le pregunta, "¿a donde vas?" , el chofer le contesta: "voy hasta la panadería a comer unos bizcochos y tomar un colet, así agarro fuerzas para pelear contigo" , dobla en otra calle y toca bocina junto a la comisaría : Un oficial se acerca y le pregunta :
¿Que pasó? , a lo que el chofer le entrega al pasajero con una reflexión y relato al mismo tiempo de los hechos.
"Este señor subió en Avda. Gral. Flores y Bvar. Artigas, como no tenía lugar para parar justo en la parada por el atascadero que había por el tránsito, se ofuscó conmigo insultándome y amenazando con romperme la cabeza, así durante todo el viaje"
con el agregado siguiente:
"Este señor subió en Avda. Gral. Flores y Bvar. Artigas, como no tenía lugar para parar justo en la parada por el atascadero que había por el tránsito, se ofuscó conmigo insultándome y amenazando con romperme la cabeza..."
Todo finalizó con el hombre detenido por 8 horas en la comisaría para recapacitar sobre lo sucedido...
Estamos viviendo tiempos de violencia e intolerancia, donde la mezcla de nuestros derechos con las frustraciones hacen un cóctel peligroso, transformándonos. Yo no estoy libre porque muchas veces me veo en situaciones violentas en donde creo tener la razón, cuando uno debería tener más cuidados al discutir en el tránsito o en cualquier lado, porque nunca sabemos a donde nos puede llevar esa discusión.
Quizás en esta historia real que le pasara a un chofer de ómnibus y un pasajero intolerante, nos vemos reflejado en nuestras actitudes muchas veces, donde creemos que nuestro tiempo es el más valioso, pisoteando el espacio ajeno. Todos los benditos días tenemos ejemplos de estos en la cola del supermercado, en los ómnibus, o donde ponemos a prueba nuestra paciencia.

 

 

ATRAPA SUEÑOS
Por. Julio César Romero

Vivimos en una burbuja llamada planeta Tierra…
Apenas somos un punto insignificante de este planeta, que nos da albergue por el tiempo de nuestras vidas. El hombre en su afán por conquistar las guerras que nacen en su cerebro, cree ser el mayor conquistador, su mente le indica a cuanto puede llegar. En todo este tiempo han existido mentes enfermas persiguiendo sueños de conquistas que llevaron a la muerte a tanta y tanta gente. Ellos han tenido la habilidad de ser seguidos como en un rebaño prestando su propio sueño. No hemos logrado aun, la forma de vivir en paz y armonía.

Cuando el hombre logre entender que la madre naturaleza le entrega las herramientas para ser feliz sin tener que avasallar a nadie… Cuando el hombre entienda que como huésped por un rato en este planeta debemos alimentar nuestros fuegos internos para vencer aquellos otros egoístas que hablan idiomas de guerra, de luchas individuales que premian solo al que se adelanta en pensamientos destructivos.
Cuando el hombre comience a mirar sus adentros para rescatar los buenos valores, alimentándolos para su crecimiento en plural, favoreciendo y siendo instrumento de cambio para aquellos que nadan en oscuridades sin ver la salida.
Quizás pueda ser tarde, pero está bueno intentarlo para ser dignos de haber vivido en un mundo que nos brinda todo, y al que debemos con nuestro esfuerzo mantener para próximas generaciones.

La cabeza puede ser la jaula que encarcele los sueños, puede ser motor de cambios para nosotros y para otros , puede ser paz y guerra al mismo tiempo, puede ser amor, poesía, y hasta puede ser laguna cristalina en donde amanecen sueños compartidos.
La evolución siempre nos demostrará que el borrón de nuestra niñez, será peldaño del libro escrito en la madurez con la sabiduría de nuestros años, aquilatando todo el aprendizaje.

“De tanto dar tiempo al tiempo, no dejemos que transcurran nuestros días sin escribir la primera página de nuestro libro”.

 

CUANDO LO INVISIBLE SE TRANSFORMA EN VISIBLE

Por. Julio César Romero Magliocca

 

Una mañana de domingo, impulsados por la necesidad de salir un poco de paseo en un día que invitaba, para tomar unos mates con mi señora, nos llevamos a Andrés (cachorro llegado a nuestras vidas desde muy chiquito), emprendiendo el viaje al Prado, ese hermoso pulmón que cuenta la ciudad. El camino para llegar directo estaba cortado por una carrera mañanera organizada por el Colegio Maturana. Esto provocó caminar un poco más para rodear el arroyo hasta depositarnos en ese paraíso (aun sin flores) del Rosedal. Aprontamos el mate, mientras Andrés se desayunaba ansioso varios cms3 de agua, justo debajo de la canilla que se encuentra dentro del predio. Como nuestro banco estaba justo a escasos dos metros del lugar, allí presenciábamos las distintas razas de perros, en su gran mayoría llenos de glamur…

En un momento se sientan tres personas frente a nosotros, un señor que por su aspecto y lo que dejaba escapar de sus palabras era jubilado (no nos esforzábamos mucho por escuchar ya que hablaban fuerte) , una joven y un supuesto compañero de ruta este último casi seguro era hijo de este señor. Su charla giraba en comer sin sal (consejo dado por los jóvenes al señor) , puestos laborales, dinero y todo aquello enmarcado en cosas materiales. Mientras se daba esta charla para ellos amena, aparecían perros y perros de raza (muy bonitos y cuidados).En un momento, se van esas tres personas y su asiento es ocupado por una pareja joven con su pequeña hija …Aparece al instante un perro con su dueño , el pobre llegaba tan cansado que estaba a punto de darle un infarto. Su dueño contaba que por la conformación de su trompa esta raza tenía dificultades respiratorias y se agitaban mucho. Pronto nos enteramos que es una raza un tanto cara ya que el cachorro cuesta u$s 1.400. Con mi señora nos miramos no comprendiendo nada , pero entre bizcochos y mate uno iba digiriendo esto nuevo para nosotros.

En un momento un joven con su vestimenta muy humilde, de barba , con un perro negro que ni la raza conocíamos, pide permiso para poder darle de beber a su perro. La apariencia de este joven quizás para quien lo veía era de alguien que tal vez viviera en situación de calle o muy cerca de ello. El perrito contaba con una cuerda tan humilde, similar a la que usamos para tender la ropa en nuestras casas. El joven nos cuenta que a ese perrito lo había rescatado de una volqueta dentro de unas bolsas, cuando estaba retirando unas maderas que se encontraban junto a esta. Como sintió un movimiento dentro, descubrió a este perrito que ahora adoptaba con mucho cariño. Más tarde nos cuenta que había descubierto a su amor en Montevideo, por ello venía cada tanto a ver a su nobel compañera a quien había conocido entregando las lechugas que cultivaba en la chacra ecológica y turística en la que vivía y trabajaba en Gregorio Aznarez (cercano a Piriapolis). Sus ojos brillaban al contar que en esa granja el cocinaba como chef, con todo sano y cultivado sin fertilizantes. Se sentía raro en la ciudad ya que en su lugar encontraba la paz, de salir de noche y dejar ganar sus ojos por las estrellas, romper su nariz con aire puro, cosa que advertía lo congestionado que estaba por estos lados. Fue cosa de pocos minutos, su tiempo había terminado debía marcharse, luego de un saludo educado, tranquilo, tan manso como la vida que llevaba se retira, dejando para nosotros la enseñanza sencilla aquella que va de la mano al sacar una lectura simple.

Muchas veces prejuzgamos sin querer o queriendo, muchas veces adelantamos juicios estúpidos sin vernos en un espejo sin encontrar los propios de una autocritica de como caminamos y como actuamos. Muchas veces nos deslumbramos con los “exitosos” , aquellos que la cáscara de su persona nos muestran un ser casi elegido a seguir y parecernos, y nos aleja del conocimiento de aquellas personas simples, cargadas de valores, esos un poco olvidados como traje fuera de época. Hasta pronto


CUANDO SE DECIDE SER FELIZ…

Una señora, bien equilibrada y orgullosa, de 92 años de edad que cada mañana se paraba a las 8 en punto para peinar su cabello al estilo de peluquería y aplicarse un maquillaje perfecto, aún sabiendo que era casi ciega y que hoy tenía que mudarse a un asilo de ancianos.

Su marido de 90 años, recientemente había muerto, obligándola a realizar este cambio en su vida después de su fallecimiento tan doloroso para ella. Habían sido una pareja muy felizmente casados por más de 60 años.

Después de muchas horas de esperar pacientemente en la recepción del asilo de ancianos, ella sonrió muy dulcemente cuando le avisaron que su habitación estaba lista. Mientras ella maniobraba su andador al ascensor, la enfermera le daba una descripción detallada de su pequeño cuarto, incluyendo las sábanas y cortinas que habían sido colgadas en su ventana, "Me encantan", dijo ella con el entusiasmo de una niña de 8 años al que acaban de mostrarle un nuevo cachorro.

"Sra. Pérez, usted aún no ha visto el cuarto, sólo espere" le dijo la enfermera. "Eso no tiene nada que ver", dijo ella. "La felicidad es algo que uno decide con anticipación. El hecho de que me guste mi cuarto o no me guste, no depende en cómo este arreglado el lugar, depende en como yo arregle mi mente. Ya había decidido de antemano que me encantaría". Es una decisión que tomo cada mañana al levantarme".

"Cada mañana que me levanto tengo dos opciones:


1. Puedo pasarme el día en la cama enumerando las dificultades que tengo con las partes de mi cuerpo que ya no funcionan, o…


2. Puedo levantarme de la cama y agradecerle al universo por las que sí funcionan.

Para mí, cada día es un regalo, y mientras mis ojos estén abiertos me enfocaré ese nuevo día y en las memorias felices que he guardado en mi mente.

La vejez es como una cuenta bancaria, uno extrae de lo que había depositado en ella". Entonces, hablándole a la enfermera, mi consejo para ti sería "que deposites una gran cantidad de felicidad en la cuenta bancaria de tus recuerdos, para que un día puedas retirarla cuando las cosas se pongan difíciles".

Y antes que la amable enfermera la dejará en su nueva habitación para que acomodara sus cosas le dijo, "quiero compartir contigo 5 reglas para ser feliz. Estas las aprendí hace muchos años y trato de cumplir con ellas todos los días y espero que te ayuden a ti tanto como me han ayudado a mi".

  • LIBERA TU CORAZÓN DE ODIO

  • LIBERA TU MENTE DE PREOCUPACIONES

  • VIVE HUMILDEMENTE

  • DA MÁS

  • ESPERA MENOS

RODOLFO TALICE - “EL HOMBRE DEL SIGLO”
Por. Julio César Romero Magliocca

Talice

Tálice nació en Montevideo el 2 de mayo de 1899, en el seno de una familia de inmigrantes. Le gustaba decir que por sus venas corría sangre latina por tres vertientes: italiana, por su padre, española, por su madre y también francesa, por su esposa. Sus primeros recuerdos, como solía contar, se remontaban a la primera década de este siglo a punto de finalizar, cuando su familia se mudó a Pocitos, a la calle Pereyra Nº 8, en una manzana en la que había nada más que cuatro casas: «La de los Moretti, la de los Algorta, la de las lavanderas y la nuestra». Sin embargo, y por la salud de su madre, que era asmática, vivió en numerosos barrios de la capital: La Aguada, Sayago, Cordón, Parque Rodó y hasta en el Prado. De este último barrio le gustaba recordar cuándo con sus amigos se bañaba y pescaba en las por entonces limpias e incontamidas aguas del arroyo Miguelete. Sus estudios primarios fueron cursados en el Colegio Elbio Fernández y secundarios en el Liceo N° 35 Instituto Alfredo Vázquez Acevedo (conocido como IAVA). Cursó en la Facultad de Medicina de la Universidad de la República, de la cual se graduó en 1924. Fue el primer parasitólogo académico uruguayo, profesor titular durante treinta años de esa disciplina. Publicó el primer caso de la enfermedad de “Chagas “en Uruguay, y realizó numerosos trabajos al respecto. Investigó sobre la etoecología, la ecología y la fauna de Uruguay, y fue pionero en la utilización de los medios de comunicación para la divulgación de la ciencia en Uruguay.

 

Encuentro con el Dr. Tálice.

La cita estaba acordada con su hija para una tarde de otoño…

Llego al edificio de Avda. Brasil, entre nervios llamo el ascensor que me llevaría junto al sabio uruguayo…Me atiende su hija Francine y prontamente me lleva en donde se encontraba él.

Casi 100 años de vida estaban resumidos en esa figura que me esperaba con una sonrisa…

Me pide que tome asiento y muy atento a mis preguntas comienza a contarme sus comienzos en medicina. Sus investigaciones en el “mal de Chagas” y el problema con la Vinchuca, pero lo que más me llamó la atención es el énfasis que ponía en la Etología.

En un momento con un dejo de tristeza me cuenta que todo nacía en la temprana edad ya en el nacimiento. Los niños deberían nacer en un lugar oscuro, con mucho silencio, con una música muy suave. En ese hogar protegido del vientre el niño, al encontrarse con el mundo exterior, ya es un shock fuerte al nacer… allí es cuando se graba en el genoma todo lo que va a seguir luego.

El Dr. Tálice, solía visitar las peores cárceles del Uruguay, para llegar a los más sanguinarios criminales para estudiar sus comportamientos, allí en un gran porcentaje veía que casi la totalidad de ellos, no habían tenido el apego madre-hijo dentro de los primeros dos años.

El decía que sería bueno que a nivel Nacional, pudiera incorporarse como materia de estudio, la Etología (estudio del comportamiento humano) , esa lucha que le llevo tantos años lamentablemente nunca fue tomada en cuenta.

Luego de una charla que se extendiera por casi una hora, marché para mi domicilio licuando todo el contenido lleno de sabiduría…esa nota al poco tiempo fue incorporada a un suplemento que editaba el “Diario La República” y más tarde en mi segundo libro “Cronista de Barrio” – Atrapando Historias.

Me queda como una pequeña reflexión, la misma es como lamentablemente desaprovechamos a estos grandes sabios que pasan por nuestras narices destilando sabiduría, cargada de investigaciones que llevan tantos y tantos años de estudio. En un mundo tan violento que nos toca vivir, el Dr. Rodolfo Tálice sin dudas como visionario e investigador, logra colocarnos la Etología como una de las mayores herramientas para salvar este mundo que recorre los caminos equivocados. Más allá del revolucionario que investiga, está el hacedor que logra unir teoría y práctica. Esta herramienta de la Etología sin dudas se convierte en un actualizado vehículo que pueda salvar a este mundo tan frío, tan perseguidor de sueños enmarcados por carreras materialistas.

No alcanza mi palabra a lo que evoco y es tanto que no basta decir poco”

 

 

AL PADRE CACHO
Por. Julio C. Romero

cacho

"Con el tiempo comprendí que el hombre no es malo, sino que está distraído y sustraído de los nobles propósitos, aquellos que alimentan el alma y nos hacen más humanos"

La vida me dio la chance de conocer a un gran hombre, pude transitar mis pasos allí nomás donde él entregara su vida entre los pobres. Un 4 de setiembre de 1992, se fue en silencio pero no solo, la prensa de aquellos años titulaba  “Adiós al cura de los cantegriles”, su gente había preparado un caballo blanco y los arreos, junto al carro de clasificador, lo subieron a él y en una marcha silenciosa recorrieron las distintas comunidades donde Cacho había dejado su huella. Los medios hablaban de 4.000 personas, más de 50 carros con los clasificadores, despedían a este Santo hasta su última morada.
A 23 años de su partida, El Padre Cacho vive en su ejemplo, camina en el barro del barrio con su morral y su ropa modesta. Está cuando las barrigas piden comida, o cuando desfallece la esperanza del pobre. Dicen en los rincones del barrio que él sigue volviendo…

   
   
 


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