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Misionero PEDRO PABLO OPEKA 
por. Julio César Romero Magliocca

   
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PARTE 01 > ver PDF

 

 

 

 

 

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”
por. Julio César Romero Magliocca.

Nació el 29 de junio de 1948 en San Martín, Provincia de Buenos Aires.
Estudió en el Colegio María Reina de los Padres Vicentinos de Lanús.
El Bachillerato en el Colegio de Escobar. A los 18 años ingresó al Seminario de la congregación para la misión de San Vicente de Paul, en la localidad de San Miguel.
En 1968 viajó a Europa, donde estudió Filosofía en Eslovenia y Teología en Francia, permaneciendo dos años como misionero en la congregación en Madagascar.
Fue ordenado sacerdote en la Basílica de Luján, el 25 de setiembre de 1975.
En el año 1976 regresó a Madagascar, donde vive desde entonces.
Hasta el año 1989 atendió una Parroquia en la zona selvática del sur de la isla, su nombre VANGAINDRANO, allí participa con los habitantes en la plantación de arroz, fundan dispensarios para salud, educación, y cooperativas de trabajo.
En este lugar contrae varias enfermedades entre ellas paludismo y parasitosis.
Para tratar las mismas es trasladado a la capital del país, ANTANANARIVO, desde entonces se encuentra allí.

Cuenta Pedro: “Allí no vi pobreza, ahí conocí la miseria. Cuando llegué vi miles y miles de personas que vivían de uno de los basurales más grandes del mundo. Esa noche no dormí y le pedí a Dios que me diera fuerzas para rescatarlos de ahí”.

Lo primero que hizo fue crear una pequeña casa para los chicos, un hogar de cuatro por cuatro metros al borde del vertedero, para darles la leche o el té. Después convenció a los padres para que enviaran a sus hijos una hora antes de la merienda:
En ese rato jugaba con ellos, les cantaba y les enseñaba a escribir. El Basural tenía unas 20 hectáreas. Sobre ellas vivían cinco mil personas. Opeka convocó a algunos conocidos para que le ayudaran, jóvenes que se recibían y no tenían que hacer por el gran desempleo.

Allí emprendió un gran desafío: crear trabajo para los sin techo.
Pedro diría: “Mi padre me enseñó el oficio de albañil, eso me fue muy útil, porque soy muy práctico, donde pongo el ojo veo trabajo”.

De las primeras cosas que hizo fue, contagiar a los hombres a desafiar la montaña llena de granito para convertirla en piedras, pedregullo y adoquines: materiales que se podían vender para la construcción. Así nació la cantera en la que llegaron a trabajar 2.500 personas que hasta ese momento se encontraban en la calle y vivían de la basura. Luego propuso aprovechar el vertedero como fuente de trabajo, y creó una empresa de venta de abono natural. Poco a poco la organización se consolidó con la construcción de viviendas. Primero se prohibió vivir dentro del basural y se levantaron casillas precarias en los bordes del vertedero, para disminuir el riesgo sanitario. Luego, las casuchas fueron siendo reemplazadas por casas de ladrillo, de dos pisos, que el mismo iba levantando, a la par que enseñaba cómo hacerlo.

Las casas se convirtieron en un barrio , en dos, en tres. Hoy son más de 20 pueblitos que conforman una verdadera ciudad levantada donde estaba el basural. Ya fueron construidas más de 3.000 casas y por el centro de acogida pasaron más de 500.000 personas, viven más de 29.000 personas en los distintos barrios. Cada pueblo tiene su comité y las medidas se toman entre todos, cuando se juntan en un parlamento los representantes de cada comité. Fueron creadas cuatro escuelas primarias, tres secundarias, un liceo : allí estudian casi 10.000 alumnos.
Se cuenta con jardín de infantes, hay talleres de empleo de bordados, confección, artesanía.
Se cuenta con cuatro dispensarios, un pequeño hospital y dos maternidades. Los colaboradores del Padre Pedro llegan a 400 en la gran mayoría “Malgaches”, entre técnicos, docentes, médicos, enfermeros. Hay un dispensario, redes de agua potable y un comedor.

El mayor mérito de su misión entre los más pobres ha sido que no ha querido darles, sino enseñarles y apoyarlos para que salgan adelante. Dentro de sus consignas, una de las más importantes es:

“Yo siempre les digo a ellos que los amo demasiado como para regalarles todo. Si esa fuese mi única misión, me voy hoy mismo de Madagascar, porque el amor no es asistir de manera perenne a un pobre; es darle trabajo, es darle herramientas, es cambiarle lentamente la mentalidad para que sea tuto y promotor de su propio crecimiento”

“Este trabajo no es fácil porque ellos están acostumbrados a eso y a veces hay que ser un poco violento, hablarles con mucha fuerza para que entiendan que deben cambiar su manera de ver el mundo, cambiar esa costumbre que tenían de pedir y de ser asistidos…por eso siempre les pido tres cosas: que acepten el trabajo, que acepten educar y escolarizar a los niños, y que acepten la disciplina de la comunidad”


Queridos lectores de RAICES , los que siguen mes a mes esta revista, podrán recordar que el año pasado gestionamos dos homenajes a PEDRO OPEKA. El primero lo realizamos en la Embajada de Uruguay en la Argentina el 20 de julio de 2018 , allí le entregamos el Reconocimiento “Isidro Alonso – Padre Cacho”. El 26 de julio de 2018 luego de hacer las gestiones correspondientes, logramos que la Intendencia Municipal de Montevideo por intermedio del Ing. Daniel Martínez le entregara el Reconocimiento “ Visitante Ilustre de Montevideo”. En los próximos números seguiremos repasando la vida de este misionero que lograra mediante el trabajo recuperar a miles del personas castigadas por la pobreza extrema, logrando levantarlos para dignificar sus vidas.

 

 

LOS COMIENZOS EN MADAGASCAR

“ Mi vida en Madagascar se divide en dos capítulos: los primeros quince años transcurrieron en la costa sureste, en un lugar selvático, luego fui a la capital, Antananarivo
Primero sería , la selva tropical, un pueblo llamado Vangaindrano. Era un ambiente hermosísimo, un día de sol eso era un paraíso. Pero el agua contaminada y los bosques iban siendo destruidos. Ahí he visto por primera vez chicos con hambre. Y he visto las enfermedades de la gente, aunque todos con mucha alegría y dignidad : vi esa bondad que Dios ha creado en el hombre, el respeto de los chicos por los padres, de los padres a los ancianos. Todo lo contrario a lo que viví después en la capital.
En la selva animaba la iglesia del lugar. Había 25 mil habitantes en el pueblo y 5 mil bautizados. Éramos cuatro curas eslovenos que llegamos, blancos nosotros, a trabajar entre los negros. Y nos metimos mucho con la gente. El estigma de ser blanco fue justamente su primer obstáculo. Había atrás demasiados años de sojuzgamientos, de represiones y de matanzas para que una comunidad africana aceptara la presencia de un miembro de aquella raza del terror. Con el fútbol me metí a jugar con la gente. Los domingos después de misa me venían a buscar para llevarme a la cancha. Y jugaba con ellos. Eso los sorprendió muchísimo. ¿Qué hacía un blanco jugando con un negro? , se preguntaban. Ahí nació una nueva imagen : corriendo estábamos de igual a igual, con las mismas chances. Y hasta me convertí en goleador del equipo , cuenta Pedro.
Recuerdo que me daban patadas y codazos, aprovechando para desquitarse de los blancos. Después empezaron a cambiar. Decían, no hay que pegarle tanto, es otro blanco. Un día pasó que mi equipo jugaba en otro pueblo y yo llegué tarde, en el segundo tiempo. Y cuando entré a la cancha, la hinchada contraria se puso de pie y me aplaudió. Al quiebre del fútbol siguió la decisión de meterse en el barro para ayudar en el cultivo del arroz. Aquí pasan hambre, nos dijimos. Y decidimos dar ejemplo. Así impulsamos el valor del trabajo , la importancia del desarrollo de cada uno, trabajando a la par, todo el día. Y esa fue otra sorpresa: ellos, los blancos, los notables, los personajes, metidos en el fango hasta la cintura, cultivando el arroz para sobrevivir. Después vino el dispensario para la salud, la escuela, la cooperativa de campesinos. Y después , las enfermedades. El Padre Pedro terminó con paludismo y parasitosis.
Así , con el estómago hecho un zoológico , como dice ahora, fue enviado a la capital del país para curarse y hacerse cargo luego de la formación de los futuros sacerdotes malgaches. Los superiores de la orden de San Vicente de Paul, a la que pertenece, tuvieron en cuenta sus estudios de teología y filosofía. Eso ocurrió en 1989. Pero Opeka no resistió el claustro del seminario. “ Cuando llegué a Antananarivo – relata – ya no vi pobreza; vi miseria como uno nunca se la puede imaginar si no la ve. Vi en las afueras de la ciudad a 800 familias, cada una con seis, siete, ocho chicos, metidas adentro de la basura, viviendo en el vertedero, en túneles hechos dentro de los desperdicios. Los chicos muriendo de frío en invierno, con una camisetita, descalzos, sin comida, sin casa. Vi madres a las que se les habían muerto seis o siete chicos.
¿Y de qué le vas a hablar a una madre que perdió a siete chicos? Cállate y anda a ayudarle. Y pensé, si pido permiso a mis superiores no me lo van a dar, no es mi oficio ocuparme de ese problema social. Vamos directamente , dije. No abandoné el Seminario, yo era director, así que tenía tiempo libre a la mañana y a la tarde. Y entonces me iba con ellos. Yo ya sabía la lengua, ya tenía la experiencia de la selva, por eso fue un poco más fácil. Lo primero que hizo fue crear una pequeña casa para los chicos, un hogar de cuatro maestros por cuatro, al borde del vertedero, para darles la leche o el té. Después convenció a los padres para que enviaran a sus hijos una hora antes de la merienda: en ese rato jugaba con ellos, les cantaba y les enseñaba a escribir. El basural tenía unas 20 hectáreas. Sobre ellas vivían cinco mil personas. Opeka convocó a algunos conocidos para que le ayudaran, jóvenes que se recibían y no tenían que hacer por el gran desempleo. Y emprendió su gran desafío : crear trabajo para los sin techo. “mí papá me enseñó el oficio de albañil, eso me fue muy útil, porque soy muy práctico : donde pongo el ojo veo trabajo”.

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Primero entusiasmó a los hombres a desafiar la montaña llena de granito para convertirla en piedras, pedregullo y adoquines: materiales que se podían vender para la construcción. Así nació la cantera en la que llegaron a trabajar 2.500 personas que hasta ese momento estaban en la calle y vivían de la basura. Luego propuso aprovechar el vertedero como fuente de trabajo, y creó una empresa de venta de abono natural. La organización se consolidó con la construcción de viviendas. Primero se prohibió vivir dentro del basural y se levantaron casillas precarias en los bordes del vertedero, para disminuir el riesgo sanitario. Luego, las casuchas fueron siendo reemplazadas por casas de ladrillo, de dos pisos, que él mismo iba levantando, a la par que enseñaba cómo hacerlo.

“Fui criticado porque las casas que construíamos para los pobres eran lindas, grandes , con detalles muy cuidados. Cada casa nos cuesta cuatro mil euros. ¿Por qué los pobres tienen que vivir en casas feas?”

Las casas se convirtieron en un barrio, en dos , en tres. Hoy son 17 pueblitos que conforman una verdadera ciudad levantada donde estaba el basural. Ya fueron construidas 2.300 casas y faltan 450, dice Opeka. Por el centro de acogida pasaron 500.000 personas. De esas, 25.000 están viviendo en la nueva ciudad. Cada pueblo tiene su comité y las medidas se toman entre todos, cuando se juntan en un parlamento los representantes de cada comité. Fueron creadas cuatro escuelas primarias, tres secundarias, un liceo : allí estudian 7.000 alumnos. Y un jardín de infantes, al que van 200 chicos. Hay talleres de empleo, de bordados, confección , artesanía : 500 mujeres pasaron por esos cursos. Ahora trabajan 800 personas estables en la cantera. Hay cuatro dispensarios, un pequeño hospital y dos maternidades. Los colaboradores del padre Pedro llegan a 253, entre técnicos, docentes, médicos, enfermeros. Hay un dispensario, redes de agua potable y un comedor.

Para financiar esto se han creado redes de amigos – cuenta Pedro – que juntan donaciones, hay tres ONG en Francia y una en Mónaco. También recibimos ayuda de España y Eslovenia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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Pobreza.
“El dinero sobra en el mundo, el asunto es que no se utiliza bien”.
Por esa razón cada vez hay más pobres los que habitan el planeta. Pese al desarrollo económico, la pobreza no disminuye y es el gran fracaso de la humanidad. Cuando los recursos sociales los maneja el estado, no llegan a donde deben llegar, van a parar a otro lado, generalmente a los bolsillos de los políticos. Sobre todo en los países subdesarrollados”.

“El fatalismo y la resignación van de la mano. No es una buena respuesta a los problemas, pero es una característica de los pobres pensar que las cosas no pueden cambiar. Y no es así, las cosas pueden y deben cambiar. Yo siempre le digo a la gente que llega que aquí no hay lugar para la resignación; tienen que trabajar, ponerse de pie y luchar. Entre todos saldremos adelante. Muchos son sinceros y me dicen que están resignados frente a tantos problemas: el desempleo, la falta de agua y de comida, vivienda y seguridad social”.

“…En una parte del mundo parecería que no hay futuro, porque no hay medios, y en la otra, sobran los medios pero se utilizan mal, en forma egoísta, cuando la riqueza debiera ser compartida, el hombre, necesariamente, para ser feliz, para ser el mismo, tiene que vivir en equilibrio, tiene que esquivar los extremos. Pero los extremos atraen, uno por la pobreza, y otro por la ambición desmedida y el placer de tener. Conclusión: Todo el mundo padece, el mundo pobre padece de resignación, y el supuestamente desarrollado, de vació y temor.”

Asistencialismo
“No debemos asistir, porque cuando lo hacemos, estamos disminuyendo a la gente, los convertimos en dependientes, casi en esclavos de nosotros. Y Dios no vino al mundo para hacernos esclavos sino para liberarnos, ponernos de pie. Claro que cuando estamos enfermos o sin trabajo, es normal que nos asistan momentáneamente, pero eso no debe durar toda la vida. Tenemos que trabajar. Hay que combatir ese asistencialismo hasta en la propia familia, porque sino, no dejamos crecer a los hijos. De lo contrario, los hijos se acostumbrarán a recibir todo de los padres, y estos envejecen. Lo mismo sucede con los pobres. Y hasta ocurre en las mismas congregaciones religiosas. En la nuestra, cada región debe lograr su propia subsistencia. Estamos obligados a crear medios y alternativas. La pereza forma parte de la debilidad del hombre, es un defecto. La pereza va en contra de todo lo que es creatividad. ¿Quien va a servir a un perezoso en la sociedad? No, la sociedad y la familia tienen derecho a exigirles que trabajen. El problema en muchos países, incluyendo Argentina, es que los dirigentes políticos se encargan de hacerles creer que el estado les va a resolver todos los problemas. Así anda la política, porque están pendiendo bases falsas a la sociedad, y cuando se construye una casa sobre malos cimientos, a la larga se desmorona. No se puede construir sobre ilusiones, sobre mentiras, sobre palabras que luego no se cumplen.”

 


 

PEDRO PABLO OPEKA misionero argentino en Madagascar
Premio Noble de la PAZ      por Julio César Romero Magliocca

Pedro Pablo Opeka nació en San Martín, provincia de Buenos Aires, el 29 de junio de 1948. Hijo de Luis Opeka y María Marolt, inmigrantes eslovenos que llegaron a la Argentina en enero de 1948, huyendo del comunismo que se había instalado en Eslovenia. Hermano de Bernarda, Helena, Mariana, Luis, Irene Silvia (Luba), Lucía e Isabel (Cvety).
Estudió en el colegio María Reina de los padres vicentinos de Lanús e hizo su bachillerato en el colegio de Escobar ingresando a los 18 años en el seminario de la congregación para la misión de San Vicente de Paul, en San Miguel. En 1968 viajó a Europa, donde estudió filosofía en Eslovenia y teología en Francia, permaneciendo dos años como misionero de la congregación en Madagascar. Fue ordenado sacerdote en la basílica de Luján, el 25 de septiembre de 1975.
En 1976 regresó a Madagascar, donde vive desde entonces. Hasta 1989 atendió una parroquia en la zona selvática del sur de la isla y a partir de ese año fue trasladado a la capital, Antananarivo, para hacerse cargo del seminario de la congregación. Viendo la situación de indigencia y pobreza que reinaba en la capital y sus suburbios, especialmente en los basureros donde la gente vivía en casas de cartón y los niños se disputaban la comida con los cerdos, se conmovió y resolvió hacer algo por ellos, siempre que estuvieran dispuestos a trabajar.
El 13 de enero de 1990 fundó con un grupo de jóvenes colaboradores, la Asociación Humanitaria de Akamasoa (en lengua malgache quiere decir "Los Buenos Amigos") con el propósito de servir a los más necesitados. Con ayuda del exterior y el trabajo de la gente comenzaron a fundar pequeños poblados, con escuelas, dispensarios, pequeñas empresas y hasta un hospital. Hoy en los cinco poblados (uno en el campo y cuatro en los alrededores de la capital junto al basurero municipal), viven más de 25.000 personas, cerca de 9.500 chicos estudian en sus colegios y unas 3.500 personas trabajan en la Asociación (atendiendo escuelas, dispensarios, hospitales, canteras, fábricas de muebles y artesanías).Además desde su fundación más 500.000 personas han pasado por su centro de acogida donde reciben ayuda temporaria.
Su causa lo llevó a ser propuesto para el Nobel de la Paz en años anteriores y la contemporaneidad de su lucha interminable lo posicionó nuevamente en este año. Las nominaciones para el galardón son secretas, pero muchas veces quienes proponen a los ganadores rompen el silencio. Su lugar en el mundo no se condice con su lugar de origen, pero respeta su esencia, responde a su condición heroica.
2Mientras tanto en Uruguay, tomé dos determinaciones luego de conocer esta historia plagada de entrega por los pobres, en primer lugar escribirle al Dr. Héctor Lescano (Embajador de Uruguay en la República Argentina) , sabedor que Pedro Opeka llegaría en el mes de julio a pasar cerca de un mes con sus familiares en Argentina , aprovechando la cercanía con su cumpleaños. Propusimos al Embajador hacerle un reconocimiento el que se llamaría ISIDRO ALONSO-PADRE CACHO como muestra de cercanía de nuestro pueblo y homenajeando también al símbolo de nuestra Iglesia con dicho reconocimiento. Luego de la aceptación del Embajador nos pusimos a trabajar en verificar fechas con la familia de Opeka para ello logramos comunicarnos casi a diario con Lucía y Luba Opeka (hermanas de Pedro). La fecha elegida sería el 20 de julio en la nueva sede de la Embajada (Arenales 1392). Invitamos al periodista Juan Carlos López (programa “Americando”) , para hacer la cobertura el evento.

408Luego de tener confirmado todo esto, nos dispusimos ir más allá en los reconocimientos, para ello escribimos al Ing. Daniel Martínez (Intendente de Montevideo) , quién rápidamente trasladó la propuesta a la comisión que estudia todo lo concerniente a esta importante distinción. Con la familia Opeka vimos que sería bueno hacerlo el 26 de julio contemplando el viaje del Intendente a EEUU a una importante misión. El día de su llegada a Montevideo, el tiempo de apiadó un poco dejando solo una llovizna como cortina durante todo el día. La agenda de Pedro estuvo muy cargada debido a las distintas visitas, tanto del Senador José Mujica al hotel (Crystal Tower) , como luego la visita al programa “Esta Boca es mía” , para luego llegar al encuentro con la Primera Dama Sra. María Auxiliadora Delgado de Vázquez quien nos recibiera en el Palacio Estévez. Por ultimo el encuentro se daría en la IMM para recibir el reconocimiento “Visitante Ilustre de Montevideo”. Como frutilla de la torta luego de este acto terminamos compartiendo una cena en la Parrillada “Don Manuel”,  con Pedro Opeka y su familia , sumando a dos colegas , Padre Páez (superior Vicentino) y el Padre Fernando , mi señora,  así como el dibujante Gustavo López , quien le entregara a Pedro un dibujo hermoso en donde se unen las obras de Padre Cacho con Pedro Opeka.

 

 

¿Qué nos deja la visita de Pedro Opeka a nuestro país?


Pedro y su ejemplo nos invita a despojarnos de los egoísmos y todos aquellos antivalores que terminan fracturando a una sociedad. Nos invita a cruzar fronteras revolucionando nuestra forma de pensar. Nos trae un aire fresco de que todo es posible si hay voluntad para sumar en los cambios para transformar la injusticia social. Vivimos atrapados por los egos, esos que nos muestran a un ser que solo piensa en el y sus logros. Cuando vemos esta tremenda carga de energía conviviendo con Pedro casi 24 horas junto a él, quedamos chiquitos cuando creemos que hemos hecho algo. Desde su llegada a la Argentina el 3 de julio , Pedro no ha parado de visitar Parroquias, recibir premios, visitar penales y barrios carenciados, estando donde lo requerían, contradiciendo en parte su propio propósito que era llegar a ver a su familia para descansar. Me tocó el tiempo que estuvo en nuestro país , recibirlo en XXX , para luego marchar al Hotel Crystal Tower , presenciar reuniones y estar en todos los lugares que su agenda armada por mí lo requería. Nunca lo vi con un gesto de cansancio o malestar, siempre dispuesto a firmar un libro , a sacarse fotos a entregar un gesto. Mucho antes de su llegada a nuestro país, remití invitaciones a los medios para organizar entrevistas o ruedas de prensa , tomando en cuenta lo trascendente que podría ser recibir a una figura de estatura mundial como lo es Pedro. Lastimosamente en nuestro país noticia es :  …que la persona muerda al perro. En los recorridos de Pedro no iban a haber disparos de armas de fuego , no iban a haber copamientos ni nada de eso que llenan los renglones de los diarios y ocupan las cámaras de nuestros canales.

10AGRADECIMIENTOS ESPECIALES
Agradecemos a Conrado Polvarini (productor del programa “Esta Boca es mía”) , quien rápidamente aceptó la propuesta de llevar a Pedro a su programa. Un agradecimiento eterno al periodista para mí mas calificado que tiene nuestro país el Sr. Juan Carlos López por hacer el esfuerzo en trasladarse a la República Argentina para poder cubrir todo el acto que se dio en la Embajada uruguaya. Al Hotel Crystal Tower y en especial al Gerente General Sr. Sammy Arlin, por brindarnos un recibimiento muy especial para Pedro Opeka en su encuentro con el Senador José Mujica. A Manuel Pinto por brindar su Parrillada (cita en Avda.Gral. Flores y Lamas) , para ofrecerle la cena a Pedro , su familia y amigos.

 

 

 

 

 

Entrega de Obra al Padre Pedro Opeka

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Entre medio de la agitada rutina, llega el pedido de realizar una obra a quien en otro extremo del planeta, ha levantado un oasis de esperanza. Julio Romero, con quien intercambiamos en varias oportunidades nuestro gusto por un arte evangelizador, me dio la posibilidad de llegar a quien yo hasta ese momento poco conocía. Indagué sobre su obra en Madagascar, que de oídas sabía que era algo imponente, pero como siempre, poco palpable en estas latitudes. Me maravilló la jovial energía de ese hombre de barba blanca en medio de basurales. Escucharlo en los videos y leer los artículos sobre su obra, me daba la pauta de que solo un hombre valiente es capaz de dejar actuar como torbellino la fuerza del Espíritu para poder cambiar una partecita del mundo. Es así, que con solo dos días de tiempo antes de que Pedro Opeka pisara suelo uruguayo, con un clima frío y húmedo, comencé a visualizar y bosquejar un retrato simbólico. Por lo que, para llegar a una imagen que me gustara, fui a la raíz del asunto, a lo central de su obra y de quien está delante de él motivando su actuar. Con el tiempo contra reloj, haciendo una pausa al retrato que estaba realizando del Papa Francisco, con una pincelada motivada, fui conformando el rostro de Opeka, expentante en la hostia consagrada. “La realidad de Cristo” es el título de la obra, ya que es en la realidad concreta, en el hombre desechado en donde Cristo manifiesta su presencia doliente, y es en las manos que lo elevan donde Él  manifiesta su grandeza. Cuando tuve la gracia de entregárselo en persona, una frase que me quedó resonando fue: “me hiciste con cara de preocupado! qué responsabilidad levantar al pobre”, aludiendo a la imagen de los niños que se visualizan en el centro del Pan consagrado.

 

Entrega de Obra al Papa Francisco


222Me defino como un artista descontextualizado, muchas veces pienso que soy de otra época en la que el arte religioso no era controversial. Pero al parecer Dios me puso en este siglo, en donde el concepto del arte está "desdibujado” y cuanto más un arte que siempre esconde implícita o explícitamente un mensaje con raíz cristiana. Ya anteriormente había enviado una obra a Benedicto XVI, de quien recibí su agradecimiento. Y tenía que ser el turno de Francisco, cuya personalidad me desafió artísticamente. No encontraba en Francisco el porte para un retrato tradicional, envuelto en las vestiduras papales. Es así que luego de largo tiempo ideando en mi cabeza el concepto de la obra que quería realizar, es que logré llegar a la imagen final la cual titulo: “El Niño del poncho”.La obra es un óleo sobre lienzo, en el que se retrata al Papa Francisco, quien lleva en sus hombros al niño Jesús.  Ambos se encuentran en un ambiente matinal, con la luz y frescura del alba. Jesús, lleva puesto un poncho rojo, atuendo tradicional de la zona rioplatense. Su cabeza se recuesta sobre el rostro del Papa, con serenidad, como si estuviera durmiendo, cansado de un largo viaje, pero a su vez con la confianza de quien “lo lleva”.  Su mano parece acariciar levemente el rostro de Francisco, sujetando la cadena de la Cruz pectoral. Si bien es un gesto sutil, no es menor que Jesús sujete también la Cruz, ya que Él siempre está de forma imperceptible, ayudando a cargar nuestras cruces.La imagen del Niño es claramente luminosa, pero una luz que no emana solo de él, sino del Espíritu que guía el caminar. El rostro de Francisco es calmo y alegre, con la mirada puesta en el camino. La sombra de Jesús se proyecta sobre el rostro de Francisco. Esto tiene dos intenciones: que la mirada de Francisco está bajo la sombra de Jesús, es decir protegida; y da lugar a que el rostro luminoso sea el del propio Jesús. 
Por lo general, sabemos que es Jesús quien nos carga, pero en esta ocasión somos nosotros y también en la persona del Papa, que llevamos a Jesús en nuestros hombros con Su Mensaje. ¡Cuánta confianza nos tiene Jesús para dejarse llevar por nosotros! Con su ternura, su calidez, su alegría, simpleza y frescura de niño, quiere sensibilizarnos y guiarnos. Pero también, ¡qué responsabilidad es cargar a un niño! También pasa así con Jesús, ¡qué responsabilidad es llevar correctamente su mensaje a la gente! Jesús, quien parece descansar silencioso en nuestros hombros en el largo camino, igual nos da la certeza de que siempre está para alegrarnos en la tristeza, calmarnos en la dificultad y recordarnos de que lo más importante que debemos transmitir de su Mensaje, es su eterno Amor.El miércoles 10 de abril por la mañana en la audiencia general, me pude encontrar a los pies de la majestuosa fachada de San Pedro, con Francisco, a quien hoy recuerdo con su rostro de asombro al ver la obra salpicada por la lluvia. Se detuvo a observar el lienzo y a hacer su apreciación, donde recalcó la tensión que se visualizaba en los trazos de su figura, lo cual no era fácil lograrlo. Luego de intercambiar unas palabras, le pedí que bendijera mi pincel y paleta de pintor, con la cual sin duda seguiré pintando todo aquello que me inspire, a Quien le debo el don de pintar. 

 

POBREZA
Por. Pedro Pablo OPEKA




002"El dinero sobra en el mundo, el asunto es que no se utiliza bien. Por esa razón cada vez hay más pobres los que habitan el planeta. Pese al desarrollo económico, la pobreza no disminuye y es el gran fracaso de la humanidad. Cuando los recursos sociales los maneja el estado, no llegan a donde deben llegar, van a parar a otro lado, generalmente a los bolsillos de los políticos. Sobre todo en los países subdesarrollados".

"El fatalismo y la resignación van de la mano. No es buena respuesta a los problemas, pero es una característica de los pobres pensar que las cosas no pueden cambiar. Y no es así, las cosas pueden y deben cambiar. Yo siempre le digo a la gente que llega , que aquí no hay lugar para la resignación ; tienen que trabajar, ponerse de pie y luchar. Entre todos saldremos adelante. Muchos son sinceros y me dice que están resignados frente a tantos problemas ; el desempleo, la falta de agua de comida, vivienda y seguridad social".


"...en una parte del mundo parecería que no hay futuro, porque no hay medios, y en la otra, sobran los medios pero se utilizan mal, en forma egoísta, cuando la riqueza debiera ser compartida, el hombre, necesariamente, para ser feliz, para ser el mismo, tiene que vivir en equilibrio, tiene que esquivar los extremos. Pero los extremos atraen, uno por la pobreza, y otro por la ambición desmedida y el placer de tener. Conclusión: todo el mundo padece, el mundo pobre padece de resignación , y el supuestamente desarrollado , de vacío y temor"
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“No hay una fórmula para salir de la pobreza. No hay estrategias, sólo espíritu y corazón. Para ganarse la confianza de la gente no hay recetas, solo hay miradas , gestos, calor humano. Hay que llegar al pobre sin atropellarlo, sin quererlo convertir, dándole tiempo al tiempo. Entonces se va despertando el respeto, el amor que crea raíces profundas y un día, de golpe, la gente comienza a responder”.

“Cristo nos dio el mejor ejemplo de caridad. Porque todo en El era desprendimiento, nada le pertenecía y lo que tenía era para los demás, para todos por igual. Esa es la actitud que deberíamos tener. Decir : Lo que tengo, sea mucho o poco, es para servir a los demás y además poder disfrutar los bienes con solidaridad. Yo pienso que todos estamos invitados a vivir en la sobriedad, porque cuando vives así, tu vida se vuelve sana. Sana en cuerpo y en espíritu, porque no estas atado y sabes que lo que tienes no te va a esclavizar. Si dependemos mucho del confort y la comodidad, cuando hay que salir del propio mundo, todo comienza a complicarse, aparecen las dudas y el miedo. Es fácil decirlo, pero no vivirlo ; pero tenemos que tender a eso. Porque las riquezas del mundo fueron dadas para todos. Nadie que ve un chico muriéndose de hambre puede ser indiferente. Tenemos el deber de salvar vidas humanas, escuchar el sentimiento de compasión que surge de nuestra alma. Hay que producir riquezas porque aumenta la población. Hay que generar empleos para que todo el mundo pueda vivir dignamente, pero , lamentablemente, lo que vemos en el mundo de hoy, es que millares de personas viven por debajo de la línea de la pobreza, directamente en la exclusión”.

“Eso es un desafío, es un reto para todos los que pensamos y tratamos de vivir como Cristo. Allí nosotros, los cristianos, tendríamos que estar a la vanguardia de las reivindicaciones. No con bombos o palos, sino como hechos concretos, poniendo granitos de arena en cada barrio y parroquia. Porque los poderes públicos y los gobiernos, por más que lo intenten, no podrán solucionar los problemas de la pobreza. Siempre habrá pobres en la sociedad, pero lo que puede cambiar es la manera de serlo. Por lo menos tienen que tener una vivienda, educación y alimentos. Creo que eso es posible, pero falta mucho. Nuestra generación tal vez no lo vea, hasta que un día se fabriquen casas de plástico o inflables. Pero cada generación tendrá que buscar a los pobres y esos pobres ser siempre los amigos de los seguidores de Cristo. No debemos pensar que los sociólogos o economistas nos digan cuales son los pobres o quién es considerado pobre, sino que lo debemos ver nosotros mismos en la vida diaria y allí aplicar nuestra imaginación”.

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”
POBREZA
Por. Pedro Pablo OPEKA



"El dinero sobra en el mundo, el asunto es que no se utiliza bien. Por esa razón cada vez hay más pobres los que habitan el planeta. Pese al desarrollo económico, la pobreza no disminuye y es el gran fracaso de la humanidad. Cuando los recursos sociales los maneja el estado, no llegan a donde deben llegar, van a parar a otro lado, generalmente a los bolsillos de los políticos. Sobre todo en los países subdesarrollados".

"El fatalismo y la resignación van de la mano. No es buena respuesta a los problemas, pero es una característica de los pobres pensar que las cosas no pueden cambiar. Y no es así, las cosas pueden y deben cambiar. Yo siempre le digo a la gente que llega , que aquí no hay lugar para la resignación ; tienen que trabajar, ponerse de pie y luchar. Entre todos saldremos adelante. Muchos son sinceros y me dice que están resignados frente a tantos problemas ; el desempleo, la falta de agua de comida, vivienda y seguridad social".


"...en una parte del mundo parecería que no hay futuro, porque no hay medios, y en la otra, sobran los medios pero se utilizan mal, en forma egoísta, cuando la riqueza debiera ser compartida, el hombre, necesariamente, para ser feliz, para ser el mismo, tiene que vivir en equilibrio, tiene que esquivar los extremos. Pero los extremos atraen, uno por la pobreza, y otro por la ambición desmedida y el placer de tener. Conclusión: todo el mundo padece, el mundo pobre padece de resignación , y el supuestamente desarrollado , de vacío y temor"

“No hay una fórmula para salir de la pobreza. No hay estrategias, sólo espíritu y corazón. Para ganarse la confianza de la gente no hay recetas, solo hay miradas , gestos, calor humano. Hay que llegar al pobre sin atropellarlo, sin quererlo convertir, dándole tiempo al tiempo. Entonces se va despertando el respeto, el amor que crea raíces profundas y un día, de golpe, la gente comienza a responder”.

“Cristo nos dio el mejor ejemplo de caridad. Porque todo en El era desprendimiento, nada le pertenecía y lo que tenía era para los demás, para todos por igual. Esa es la actitud que deberíamos tener. Decir : Lo que tengo, sea mucho o poco, es para servir a los demás y además poder disfrutar los bienes con solidaridad. Yo pienso que todos estamos invitados a vivir en la sobriedad, porque cuando vives así, tu vida se vuelve sana. Sana en cuerpo y en espíritu, porque no estas atado y sabes que lo que tienes no te va a esclavizar. Si dependemos mucho del confort y la comodidad, cuando hay que salir del propio mundo, todo comienza a complicarse, aparecen las dudas y el miedo. Es fácil decirlo, pero no vivirlo ; pero tenemos que tender a eso. Porque las riquezas del mundo fueron dadas para todos. Nadie que ve un chico muriéndose de hambre puede ser indiferente. Tenemos el deber de salvar vidas humanas, escuchar el sentimiento de compasión que surge de nuestra alma. Hay que producir riquezas porque aumenta la población. Hay que generar empleos para que todo el mundo pueda vivir dignamente, pero , lamentablemente, lo que vemos en el mundo de hoy, es que millares de personas viven por debajo de la línea de la pobreza, directamente en la exclusión”.

“Eso es un desafío, es un reto para todos los que pensamos y tratamos de vivir como Cristo. Allí nosotros, los cristianos, tendríamos que estar a la vanguardia de las reivindicaciones. No con bombos o palos, sino como hechos concretos, poniendo granitos de arena en cada barrio y parroquia. Porque los poderes públicos y los gobiernos, por más que lo intenten, no podrán solucionar los problemas de la pobreza. Siempre habrá pobres en la sociedad, pero lo que puede cambiar es la manera de serlo. Por lo menos tienen que tener una vivienda, educación y alimentos. Creo que eso es posible, pero falta mucho. Nuestra generación tal vez no lo vea, hasta que un día se fabriquen casas de plástico o inflables. Pero cada generación tendrá que buscar a los pobres y esos pobres ser siempre los amigos de los seguidores de Cristo. No debemos pensar que los sociólogos o economistas nos digan cuales son los pobres o quién es considerado pobre, sino que lo debemos ver nosotros mismos en la vida diaria y allí aplicar nuestra imaginación”.

 

COMBATAMOS SIN TREGUA LA POBREZA
Por. Pedro Pablo OPEKA

Comprometámonos en este combate con pleno conocimiento de causa. Todos estos años al servicio de los más pobres de Madagascar me dan autoridad para hacer esta sencilla advertencia: evitemos el romanticismo y la inmadurez. Ningún otro combate está sujeto  tantas ilusiones y desilusiones. Algunos podrían pensar que el padre Pedro es Obelix que cayó dentro del caldero del druida o de cualquier otro encantador. Sería un error. A riesgo de decepcionarlos, Akamasoa no surgió de un toque de varita mágica. Cuando uno arremete contra la pobreza, el peligro radica en pensar a lo gran de entrada, lo cual es una debilidad muy natural. Uno se imagina fácilmente a la cabeza de un pueblo de pobres llenos de gratitud y de amor que nos siguen como al mesías, a la manera de los pobres de Palestina que seguían a Jesús. ¡Craso error! En primer lugar, hay que encarar el proyecto a una escala razonable. Luego, la gratitud no se hace presente forzosamente. Por último, las desilusiones son tan numerosas que se hace necesaria una fe muy resistente para superarlas. ¡Lejos de mi intención el disuadirlos sea como fuere!
Se trata más bien de poner todas las cartas sobre la mesa para que el compromiso de ustedes no se convierta en una llama pasajera. La experiencia de todos aquellos que se comprometieron a lo largo de los años en esta guerra, la única “guerra hermosa” como decía el abate Pierre, no es inútil.
Otra pequeña advertencia de entrada: ¡evitemos idealizar a los pobres! Si la pobreza hiciera mejor a la gente, sería una sorpresa. El pobre puede ser una buena persona, abierta y generosa, pero también puede ser taimado, mentiroso, hipócrita, egoísta, como cada uno de nosotros. El que se lanzara a este combate con actitud dulzona, pensando que el pobre es agradecido y generoso, no soportaría mucho tiempo y se escaparía corriendo ante los primeros magullones. ¡Nada de angelismo ni de ingenuidad! Más vale prepararse para las lágrimas, los dramas y las dudas así como para las alegrías que acompañarán nuestra ruta. Sepan que los engañarán, incluso a veces en grande, una y otra vez. A nuestro lado, para ayudarnos a escapar de esas trampas, está el Espíritu de Dios. Para no abandonar y resistir, es necesaria la fe y cambiar plegarias pro acciones. Hace algunos días, me llamaron para ir a ver a un hombre que había intentado quemarse dentro de su casa. Si una vida humana no tiene precio, una casa entre nosotros es un tesoro. Como todas las familias necesitan un techo para desarrollarse, una parte de la ayuda que recibo se destina a construir casitas, lindas en lo posible, pues los pobres son sensibles a la belleza como cualquier persona. Ciertamente, el hombre se salvó de milagro. ¡Qué alegría! Pero había, no obstante, motivo para enfurecerse. Si esa casa se hubiera quemado, eso significaba ¡una familia sin techo! ¡Una familia que nosotros no podríamos acoger! Le expresé a ese hombre toda mi felicidad de que estuviera vivo y luego ¡lo reprendí! Nada es simple entre nosotros. Los pobres a veces dan muestra entre sí de la misma indiferencia que los ricos frente a ellos. Es cierto que no hay que generalizar pero sí advertir a los que desean largarse a la aventura, ¡decirles con crudeza lo que les espera! Sí, nuestros hermanos sufren, pero a veces también engañan a las esposas. ¡Ocurre incluso que roban o violan y matan! Algunas veces hasta abandonan a sus hijos. Por supuesto, también hay hermosas sorpresas, almas que se abren, fraternidades que se crean, pero los progresos son siempre lentos. Trabajar con los pobres nunca será fácil. No obstante, ¡no se desanimen jamás! Cada vez que se sientan abatidos, si se dirigen a Dios, él no los dejará nunca sin respuesta. Cada vez que le pedí, aun cuando oía sólo una vocesita, él me decía: “¡Continúa!”. Y esa palabrita tan simple me revitalizaba, reconfortaba todo mi ser. La fe de mis padres, de mi familia regresaba a mi, y yo reflexionaba: “¡De todos modos no vas a dar marcha atrás frente a este problema!” Seguimos creyendo en lo correcto de esta combate porque renunciar nunca es una solución, sino solo perseverar…¿Abandonar el campo de batalla, huir? Jamás. Si estamos inspirados por ese Espíritu de Dios que está en nosotros, debemos continuar haciéndole frente al mal. En la medida de nuestras posibilidades, a nuestro modo, con nuestras simples fuerzas, allá donde nos toque. Le hacemos frente. Me viene a la memoria el recuerdo de mi abuelo en Eslovenia. Había vivido cosas muy duras, pero nunca renunciaba. Dominaba una especie de teología rústica y sólida como una roca, y cuando yo lo escuchaba quedaba estupefacto. Basándose en su experiencia, hablaba mejor que muchos teólogos. Lo que demuestra que todo ser humano posee en sí mismo la facultad de impregnarse de Dios de una manera carnal y de combatir a favor de la luz. Todos somos capaces de llevar un poco de esa luz y somos recompensados por ello a través de pequeños signos que nos llenan el corazón. Una tarde , en uno de nuestros pueblos, vi a lo lejos una luz que brillaba en la capillita de más abajo donde nuestros hermanos rezaban. No había más que esa lucecita en medio de la noche negra. Me sentí colmado y eso que la jornada no había sido nada fácil…

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro REBELARSE POR AMOR de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de febrero 2020)

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”
¡Desconfiemos de la cólera!
Por. Pedro Pablo OPEKA


Esta misma mañana me enfurecí. No es por placer, pero a veces no puedo más, y un buen acceso de cólera puede ser saludable. Sé muy bien que aquí algunos siguen bebiendo y drogándose. Ya de por sí es bastante triste, pero cuando se trata de uno de nuestros choferes de Akamasoa puede ser dramático. Anoche uno de ellos, ebrio, provocó un accidente e hirió a muchas personas. ¡Gracias a Dios no hubo muertos! ¿Cómo tolerar la conducta de ese chofer? ¡Sobre todo que no se trata de la primera vez!
Esta mañana, pasada la borrachera, vino a pedir perdón y permiso para volver a su trabajo. Yo tenía ganas de personarlo, no obstante, me mantuve firme: “¡No, no y no!  Este mes te pongo a prueba: no vas a trabajar. Después veremos” Es cierto que siempre hay que perdonar, no hay que quedarse jamás en la cólera. ¡Estando ebrio hubiera podido matar gente! Siempre se debe pensar en los demás y no solo en el culpable.

Ese tipo de situaciones ocurren aquí a cada momento y cuando yo he dado una advertencia, luego dos, luego tres, sin éxito, entonces sí, ¡sucede que me salgo de las casillas!. Cuando los obreros que construyen las casas para los pobres empiezan a robar cemento, ladrillos , hierro, y esto se repite cinco, diez, veinte veces, termino por enfurecerme. No está bien y no me enorgullezco de ello, pero  ¿qué otra cosa puedo hacer? Mientras recorro el mundo para traerles materiales para construir sus casas, ellos se lo roban. Los reúno y los sacudo: - ¡Por el amor de Dios! Piensen en sus hijos, en sus familias. ¡Si ustedes roban los materiales, le impiden trabajar a un centenar de familias! ¡Esta ruta que ustedes paran porque no hay materiales es la ruta de todos! ¡El futuro de todos ustedes! ¡Por qué sabotean su propio futuro y el de sus hijos? ¡Yo lucho por ustedes! ¿Qué quieren? ¿Desalentarme? ¿Quieren que me vaya?
-No, no , te queremos mucho…- Entonces, ¿por qué? ¿Quiren impedirme que siga elevando la voz en nombre de ustedes por todas partes?

-¿Una santa cólera?

-¡No hay que creer de ningún modo en la santidad de la cólera! Si se la puede evitar, mejor. Pero ¿qué quieren…? Cuando los adolescentes de aquí, felizmente unos pocos, que han sido niños maravillosos que sonreían a la vida, se ponen a beber, a drogarse, a robar,. ¿cómo actuar? Son NUESTROS hijos. ¿Qué padre de familia digno de ese nombre lo aceptaría? Ninguno…Entonces no lo acepto y me soblevo. Empiezo por hablarles amablemente. Una vez, dos veces, tres veces. A veces, cuando la cosa no marcha exploto.

-¿Cómo se hace para sacudirlos y al mismo tiempo seguir respetándolos?

-Quedándose con ellos. Definitivamente con ellos. Aunque te enfureces, al final, te quedas con ellos. Cuántas veces me han visto llorar mientras les hablo duramente: “No quisiera que ustedes se arruinaran, porque los amo tanto” . Los miro como a mis propios hijos.

-No se entristezca. ¡El mismo Jesús se enfureció!

-Una sola vez. Ante los mercaderes del templo. ¡No tolero que la casa de oración se vuelva un refugio de malhechores! Es siempre así: la misma atracción por la ganancia, la atracción por el dinero es más fuerte que la búsqueda de la dignidad, de la fraternidad y del amor. La pasión por el becerro de oro en todas sus formas

 

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Marzo 2020)

 

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡NO AL ABISMO NORTE-SUR! (continuación)

¿Qué se puede hacer?

-En primer lugar, ¡ayudar más rápido! No hay que cansarse de gritarlo. Todo es demasiado lento. Los grandes proyectos internacionales requieren siempre interminables estudios previos, carpetas de documentación gruesas como mamuts, planos, literatura como para llenar bibliotecas. Al principio, aquí se respondía a sus cuestionarios. Pero ¡ya basta! La pobreza acá te estalla en los ojos. Entonces no perdamos más tiempo en chácharas. ¡Démonos prisa! Hay fuego, hay urgencia, puesto que mientras ustedes discuten, queridos amigos, la gente se muere de a miles. De a decenas de miles. Y, paralelamente, nacen tres veces más que engrosan los números de la miseria. Basta con ver los miles de alumnos y estudiantes en las escuelas y en las universidades de Tana para preguntarse con terror: ¿qué futuro tendrán? Es enloquecedor. ¡Es tan SIMPLE entender eso! No hace falta un dibujo. La única solución radica en el trabajo concreto e intenso, la buena voluntad y el respeto por nuestros hermanos del hemisferio sur. Aquí no hay lugares destacados, puestos de consideración, sino simplemente el sudor y el espíritu de compartir, la rabia y la pasión por abrazar esta miseria para salir de ella todos juntos. ¡Sí, acá se sufre! Sí, yo he llorado, Dios sabe lo que he llorado en Madagascar, cuántas veces me he sentido impotente. ¡ Y todavía estoy en pie! Solo a este precio podremos mover los límites. No hay ninguna fórmula mágica. No hay más que gente de buena voluntad que defiende pequeños proyectos y los ve crecer.

¿Y si hubiera mil Akamasoa en África?

-¡Habría mil oasis que darían esperanza y ejemplo! Con una condición resultante: que seamos honestos, que no robemos, que no nos aprovechemos de los pobres, que nos quedemos con ellos, que suframos con ellos, ¡que lloremos y riamos con ellos! ¡Denunciar no es suficiente si no actúas! El mundo no marcha bien. La obsesión por el beneficio mata el espíritu de solidaridad. Una minoría se enriquece en tanto que la inmensa mayoría zozobra. Tomará largo tiempo cambiar el corazón del hombre; yo no me hago ilusiones.

¿Cómo hacer para sacar del corazón del hombre esa obsesión por la ganancia?

-No tengo ninguna receta mágica…Sin embargo, sé que hay generosa, ¡y son muchos! Cuento con el contagio del espíritu de generosidad, con la educación en la generosidad, con la fe, con la oración. Hasta los religiosos pueden dejarse seducir por la riqueza. Los palacios del Vaticano nos han hecho olvidar el espíritu de las catacumbas…¿Es posible que la religión misma consiga desaparecer para ceder el lugar al amor? Al amor solo. La institución pasará entonces a un segundo plano. Por un lado, el Concilio Vaticano II proclamó que la Iglesia de Cristo es el pueblo de Dios. Por otro lado, Jesús, ¿no dejó acaso en herencia estas palabras: “Les dejo un solo mandamiento: ámense unos a otros como yo los he amado”? Hemos progresado. Entre el papa Borgia y el papa Francisco hay un abismo , ¿no?
-La miseria, las dictaduras, los fundamentalismos, los cálculos ajustados de las grandes potencias constituyen un terreno fértil para las guerras. Esas guerras general millones de refugiados. Esos refugiados general decenas de miles de muertos.
-Es la gran vergüenza de nuestra época. ¿Quién tiene el derecho de rebelarse? ¿Los que fueron a sacar del agua a la gente que iba a ahogarse? Seguramente. Mientras que los que no se ven directamente afectados se indignan tibiamente. La actitud de las potencias debería ser simple: a los que huyen de las guerras civiles y tienen su propia vida amenazada debemos ayudarlos cien por ciento, sin dudas.
Con respecto a los africanos que escapan de la miseria, es necesario que Occidente se movilice con urgencia para encontrar soluciones. Y rápido. No hemos hecho más que demorarnos demasiado. Europa tiene una deuda moral inmensa con el África, con esos millones de hermanos africanos que han sido raptados y vendidos como una vulgar “mercancía” en todo el continente americano. Esa deuda habría que pagarla un día, en nombre de la justicia y con el fin de promover nuevamente la fraternidad entre los pueblos y naciones. A falta de reparación de un delito contra la humanidad, al menos se puede hacer un gesto de solidaridad con nuestros hermanos de África. De lo contrario, todas esas oleadas de refugiados – que llegan a las costas de Europa de manera brutal y anárquica, con las consecuencias dramáticas conocidas por todo: muerte, prostitución, explotación infantil, miseria – van a seguir esparciéndose. Quisiéramos disuadir a los pobres de venir. Se les dice esto: “Atención, acá hay fronteras”. Cuando te mueres de hambre y estas amenazado de muerte, te importan bien poco las fronteras.

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Mayo 2020)

 

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡NO AL ABISMO NORTE-SUR! (continuación)

¿Tienes la sensación de que África es el continente del que no se quiere oír hablar?

-Mejor decidirse a ser sordo, pues África significa mil millones de habitantes, y cincuenta millones de chinos ya que san instalado ahí por razones desprovistas de todo humanismo y con un afán de lucro. ¿Cualquier cosa excepto África? ¡Qué error! A pesar de lo cual se continúan saqueando alegremente los recursos africanos. No es así como se levantará a África, saqueando el subsuelo con la complicidad de las élites en el poder y arruinando la naturaleza y el ecosistema africanos. Uno debe contenerse de gritar al ver esto: si ustedes se enriquecen, devuelvan al menos un porcentaje lógico de esa riqueza a sus hermanos africanos. La riqueza les pertenece a ellos. No se trata de caridad, sino de una exigencia de justicia. ¡O se conducen como salvajes o lo hacen como seres humanos! Cambien de actitud. Olviden las corrientes de uranio y escuchen las palabras que les exigen salvar a la humanidad de la debacle, las de Gandhi, las de Mandela, las del abate Pierre, las del papa Francisco. Necesitamos esos modelos, esas estrellas que brillan en el cielo.

¿Qué piensas de la decisión de Bill Gates de donar tres cuartas partes de su fortuna a los pobres del sur?

-Demuestra que el dinero no pudre el corazón de todos los ricos, ¡gracias a Dios! Ruego que esos ricos sean cada vez más numerosos para compartir con sus hermanos que se encuentran en situaciones dramáticas…Siempre y cuando no santifiquemos a esos multimillonarios que solo cumplen con su deber. No me hago ilusiones: el multimillonario tendrá siempre en el corazón un motor más fuerte que la necesidad de compartir. Acaso un rico, ¿es necesariamente pobre de corazón? La riqueza endurece el corazón, y uno tiende más bien a encerrarse, a protegerse, antes que a abrirse. El rico ve ladrones potenciales en todas partes. Como ya sabemos: ¡Nada es imposible para Dios!

Tengo la impresión de que la palabra más hermosa en todas las lenguas es compartir, ¿no?

-No hay nada más hermosos. Es la palabra que me da la fuerza para continuar…

Para vivir hace falta dinero. Pero no hay que ser esclavo del dinero. ¿Cuánto hay que ganar para sentirse feliz?
-¿Para ser feliz? Cómo saberlo. Yo no gano nada y soy feliz. El dinero no hace la felicidad. Sin embargo, hace soñar. Tienes todo lo que quieres e incluso muchos amigos que vienen a decirte que que eres un tipo formidable. ¡Aduladores! Para responder a tu pregunta, diré que tal vez es necesario tener de qué vivir unos meses, posiblemente un año para afrontar los imprevistos que puedan presentarse en la existencia. ¿De qué sirve tener de qué vivir diez años? ¿Qué puede pasar en diez años? Puedes morirte, y allá arriba no se necesita dinero. Hay que contar con dinero para alimentos, vivienda, atención médica y para enviar a los hijos a la escuela. Esto basta para ser feliz. El sobrante dalo a los que no poseen nada. Eso te hará aún más feliz. Muchos ya lo hacen. Muchos se deshacen de lo que les sobra.

Hago aquí una convocatoria para que haya cientos, miles, millones de personas que destinen un diezmo anual a los pobres. Así todo el mundo estaría más feliz. Si tienes un auto, ¿necesitas dos? ¿Precisas un vehículo de cien mil euros, una habitación de cien metros cuadrados en un hotel de lujo, grifos de oro en tu baño, una botella de vino de mil euros? Todo eso es orgullo, la arrogancia del hombre que busca estar por encima de su hermano. ¿Podremos superar eso algún día? No lo creo. Si la gente supiera que dar es la alegría más grande..

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Junio 2020)

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡LA JUSTICIA POR ENCIMA DE LA LEY!

06

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La ley nos protege, la ley nos da tranquilidad. En los tiempos de inquietud en que nos hallamos, la ley aparece como la barrera absoluta contra las transgresiones. Hecha para disuadir a los delincuentes, es una muralla contra las tentaciones que amenazan una vida serena en sociedad. La ley, nada más que la ley. No solo debemos defendernos contra el mal. En primer lugar, debemos interesarnos por el núcleo duro del ser humano para hacerlo retroceder tomando poco a poco conciencia de nuestra humanidad. Ese núcleo duro se llama espíritu. Jesús vino precisamente a decirnos que la ley sola no sería capaz de manifestar el verdadero rostro de Dios. Es una parte de la justicia, uno de sus instrumentos, pero es el amor el que transfigura la ley. Jesús vino a exhortarnos: “Entren en el mundo del espíritu que es amor, porque es así como no tendrán más necesidad de ley”. Miren pues a los equilibristas que atraviesan sobre un hilo el vacío entre dos acantilados. ¿Necesitan barreras que les impidan caer? No. De la misma manera, el que atraviesa la vida sin necesitar la ley está en la cadencia del espíritu y no se cae. Tiene tal confianza en sí mismo, posee tal equilibrio que camina derecho sobre el camino que Dios le propone. Si preservas el espíritu y el amor de Dios en ti, ya no te hace falta la ley está en la cadencia del espíritu y no se cae. Tiene tal confianza en sí mismo, posee tal equilibrio que camina derecho sobre el camino que Dios le propone. Si preservas el espíritu y el amor de Dios en ti, ya no te hace falta la ley. Ya no es necesaria. Se ha pasado del miedo a la confianza. ¡Vayan entonces más allá de la ley! Es ese el fin último de la vida. El de la justicia irradiada por el espíritu. Es cierto que no es tan simple acceder a eso. La Iglesia misma, la mayoría de las veces hasta hoy, se ha conformado con la ley…

-“Felices los que tienen sed de justicia”, ¿es lo que quiso decirnos Jesús?
-Exactamente. Una justicia que es amor y misericordia. Una justicia sin amor no vale nada. Tengo ganas de decirles a todos mis hermanos: tienen la democracia, tienen la ley, tienen los derechos humanos…Pero si no van más allá, en el espíritu del amor, todo eso seguirá siendo frío y tan duro como un fósil.

 

03

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Cómo se sabe que uno va pasando poco a poco más allá de la ley?

-¡Por la alegría! Por la alegría que se siente. Exactamente lo que sentimos aquí en Akamasoa…La alegría es lo que Dios utiliza para comunicarnos que vamos en la dirección correcta. Un guiño de ojo que significa ¡continúen! Allí donde hay alegría, y una alegría duradera, está forzosamente el espíritu. Más allá de las traiciones, de los sufrimientos, de las muertes, la alegría sigue estando cuando es verdadera, cuando es movida por el gran soplo del espíritu. Como si Dios pusiera allí sus iniciales. Si obramos fuera de toda alegría, obramos entonces por obligación, por miedo, por deber. Pero ¿se puede amar por deber?
Imposible. Intenten decirle a alguien: yo te amo por deber, o porque la ley me obliga…Por mi parte, yo valoro esa alegría cotidiana de donde venga, solo o en compañía de mis hermanos.

En otro tiempo, conocí la gracia inefable de esta alegría que mantuve secreta en el fondo del corazón, una alegría que no decía su nombre. Era joven, todavía ignoraba lo que me iba a caer sobre la cabeza. En esa época, yo soñaba con un mundo mejor. Luego me sumergí con alma y vida en el combate contra la pobreza, y esa alegría se quedó en su núcleo duro, la fe. También experimentó momentos de gracia cuando cierro los ojos durante la misa y me abandono enteramente al Evangelio o incluso al amanecer, en mi encuentro cara a cara con el Espíritu, en la soledad de mi pequeña capilla.

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Julio 2020)

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡LA JUSTICIA POR ENCIMA DE LA LEY!

10…Pero volvamos a la ley de la que se quiere hacer el non plus de la vida. Parece que se ha vuelto hoy una obsesión en nuestras sociedades. Lejos de desacelerarse, se infla hasta volverse obesa. Se elaboran leyes para todo. Apenas ocurre un problema, una ley, de manera que, a fuerza de apilarlas, los códigos se vuelven ilegibles, incomprensibles. No critico para nada las sociedades civiles porque sucede lo mismo en las sociedades religiosas. Esto me impresionó en mi propia comunidad, entre los lazaristas. Algunos de mis hermanos lo disfrutaban tanto que pasaban el tiempo buscando los puntos y las comas olvidando por momentos que eran los hijos de un santo del amor. Un día, contrariado, salí de una de sus asambleas conteniéndome para no dar un portazo. Estaba harto de esa actitud; esos apóstoles de la ley era los primeros que no la aplicaban. Sin duda, solo era buena para los otros…En todas partes ocurre lo mismo: en lugar de trabajar en el espíritu, se trabaja sobre la ley, y nos insensibilizamos.

 

 

 

 

-La ley tranquiliza, dices …Calma nuestros miedos, pero ¿nos hace olvidarnos de lo esencial?

-Es exactamente lo que el papa Francisco quiso transmitirles a los cardenales cuando los reunió en la víspera de Navidad: “Ustedes han dejada endurecer y resecar sus corazones de tanto apoyarse solo en la ley y la institución”.


02Algunos opinaron con una pizca de humor que hubiera podido esperar a la cuaresma, pero nadie le impedirá a Francisco expresar lo que tiene en el corazón, ni la curia, ni las leyes, ni la altanería, ni la morgue. Esto puede sintetizarse así: hermanos, ustedes se creen por encima de todo. Se equivocan porque somos solo humanos, incluidos el Papa y los cardenales. La ley y los cánones de la Iglesia no son los que nos hacen fuertes, no son tampoco nuestras certezas, es el soplo del Evangelio y el mensaje de Cristo, ¡el humilde carpintero de Nazaret! Las leyes de ustedes acaban con la ley eterna, la del corazón. Si hoy regresara Jesús, ¡no entendería nada de esto! Tantas leyes han acabado por aniquilar el impulso y la fuerza del espíritu. Nos sentimos satisfechos con la ley, pero no podríamos vivir de la ley. En lugar de conformarnos con unas pocas reglas simples y de apoyarnos en el espíritu de verdad, el hombre prefiere complicarlo todo e inventar un saber reservado a una élite para dominar mejor a los pequeños. De esta manera hacemos más profunda la brecha entre los que tienen y los que no tienen, entre los que saben y los que no saben, entre los ricos y los pobres.

Aquí en Madagascar se han creado dos justicias: el pobre que roba un pollo es condenado a un año de cárcel, mientras que se condecora al rico que roba millones…Otro ejemplo de la imperfección de la ley lo vemos en la cárcel. Lejos de mi intención decirles que no hay que sancionar. Pero no olvidemos nunca que hay una enorme diferencia entre el autor de crímenes atroces que no se arrepiente de nada y el autor de delitos menores a quien se puede enmendar y recuperar. Para este último la cárcel debe ser un instrumento de redención. Si lo olvidamos, no entendimos nada de la cárcel. Y no contemos para ello solamente con el personal penitenciario. Ellos están ahí para hacer respetar la ley en la prisión y ganarse la vida. No , es necesario que trabajen ahí personas que consideren a los presos hermanos y que les sostengan la mano en la difícil conversión que atraviesan.

Cada vez hay más suicidios en prisión, lo que revela que la situación está lejos de resolverse. Sin embargo, ¿qué es más hermoso que la redención de un ser que ha caído? Lo que no quiere decir que haya que mostrarse angelical e ingenuo. No se puede ser misericordioso solo por serlo, ya que hay casos en que no sirve de nada. Frente a un terrorista noruego que asesinó en 2011 a decenas de personas a sangre fría y que no se arrepiente de nada, ¿qué se puede hacer? ¡Hay que saber aceptar la impotencia!.

 

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Agosto 2020)

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡ACTUEMOS A FAVOR DE LA FRATERNIDAD!

7Cada vez que tengan ganas de injuriar, de lastimar, de hacerle daño a alguien, ¡recuerden que ese alguien es un hermano! Pertenecemos todos a la misma sociedad, a la familia de los seres humanos, lo que hace de nosotros hermanos y hermanas. Pero como somos seres imperfectos, con nuestros malos sentimientos, nuestras cóleras, nuestras envidias e incluso nuestros odios, es necesario que cultivemos ese espíritu, desde la más temprana edad, desde el jardín de infantes.

Aclaremos que el espíritu de fraternidad no evita que nos peleemos, como ocurre en la familia, pero con una sola condición: no olvidar jamás que el otro es nuestra hermano o nuestra hermana. La fraternidad debe prohibirnos matar, violar, odiar u olvidar al miserable a un lado del camino. La palabra hermano es la palabra más hermosa del Evangelio. Jesús vino al mundo para decirnos que todos somos hermanos. A mí me encanta decir esa palabra en malgache, en francés, en español, en esloveno, en todas las lenguas que conozco. Llamen al otro “ hermano mío” con bondad, con dulzura, con amistad y verán qué honrado y emocionado se sentirá con eso. Será  como una descarga eléctrica positiva. Si todos somos humanos, hijos de un mismo Dios, todos poseemos esa disposición, esa riqueza de poder entendernos unos a otros como hermanos. Es de alguna manera innato, casi inscripto en nuestros genes y explica nuestra sociabilidad natural. Sucede que la fuerza de nuestros impulsos nos lo hace olvidar, pero hay que recuperar rápidamente esa profunda naturaleza. Una señora vino a verme esta mañana para excusarse porque su hija es muy violenta y perturba a los vecinos: “A pesar de todo, padre, es muy cierto que aquí, en Akamasoa, nos sentimos hermanos y hermanas” Esa señora había comprendido todo.

-¿Acaso no le damos demasiada preponderancia a la libertad y a la igualdad dejando de lado la fraternidad que tendemos a ver como la menos importante de la “trinidad republicana”?

4-Exacto. Sin la fraternidad, ¿cuánto valdrían la libertad y la igualdad? El espíritu fraternal es revolucionario. Si reconoces en el extraño a tu hermano, vas a concederle mucho más fácilmente su derecho a la libertad y su deseo de igualdad. Si es tu hermano, entonces es tu igual y deseas lo mejor para él. Cuando la fraternidad está ausente, deja de ser posible cualquier progreso humano. Las comunidades religiosas obsesionadas con la ley y las reglas han visto desaparecer el espíritu de fraternidad que, en verdad, es muy frágil. Cuando los franciscanos, los lazaristas y tantos otros se replegaron sobre sí mismos para resistir mejor a las persecuciones de las que eran víctimas, por cierto, injustamente, su corazón fraternal comenzó a congelarse. Se cerraron las puertas de las comunidades que estaban bien abiertas y se precipitaron sobre los textos y la Regla. En nuestro caso, los lazaristas nos pusimos a celebrar la memoria de san Vicente de Paul, a estudiar su vida y sus obras, hasta saberlas simplemente de memoria. Eso no era lo que san Vicente nos pedía: no nos pedía estudiar, sino vivir, impregnarnos del espíritu de Jesús que se identificó con los pobres. Preferimos las bibliotecas antes que la autenticidad del encuentro. Resultado: nos protegimos, pero olvidamos la fraternidad.

Cuando yo estoy en Taizé entre los jóvenes, siento esa fraternidad, esa frescura. Se me llena el corazón de alegría y los pulmones de oxígeno. Esa es la primavera de la Iglesia. ¡Entonces seamos alegres como esos jóvenes de Taizé y abandonemos las caras de velorio! Hagamos curas de alegría y eso nos ayudará a ser más fraternales. Olvidemos los oficios tristes, las oraciones apagadas, las palabras repetidas por costumbre, maquinalmente. Vivamos el Padre Nuestro estremeciéndonos de júbilo. Es un excelente entrenamiento para sentirse fraternal, y el corazón necesita entrenamiento.

Para esto conservemos un alma de niño. Si creemos haberla perdido, busquemos bien y la reencontraremos. Pero reencontrar el alma de niño no es ser “infantil”, “tonto” , es ser sensible, estar lleno de compasión, de apertura, de confianza, de alegría. Es ser fraternal. Un consejito: ¡aprendamos todos a cambiar nuestras sempiternas costumbres! Me acuerdo de un anciano hermano lazarista, un sacerdote que en comunidad llegó a decir misa con su alba y su estola, pero sin la casulla.

 

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Setiembre 2020)

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”


08
¡ACTUEMOS A FAVOR DE LA FRATERNIDAD!

…Se le hizo notar que no era la regla, que no era la ley. ¡Qué ridículo! La ley por la ley misma…¡La costumbre por la costumbre!. Les pido que sean libres y audaces, otórguense la posibilidad de ser sorprendidos, de ser maravillados. ¡Esa es la maravilla del cristiano! Reside en la novedad. Evangelio significa Buena Noticia. Rechacemos nuestro mundo limitado y aséptico, y avancemos con curiosidad, con los ojos bien abiertos. Es peligroso, me dirán. Sí, san Pablo supo asumir riesgos, lanzando su caballo al galope, mientras nosotros nos quedamos atrás, bien atornillados a la silla…

-San Pablo era santo, y nosotros, ¡pobres hombres!

-¡Todos somos pobres hombres, y él también lo era! Como san Agustín y Carlos de Foucauld. No podemos esquivar la gracia de Dios. ¡Busquemos y busquemos una y otra vez! Todos recibimos un llamado en la vida. Somos libres de responder o no. No esperemos a caer de un caballo, ¡Dios no lo permita! Además, esto no es más que una imagen. La caída del caballo puede producirse de mil maneras. La belleza está en la búsqueda de ese llamado, de ese signo. No seamos como aquellos que se apoyan en la ley y en las tradiciones. No temamos. La misma búsqueda es un llamado de Dios. Cuando estamos en esta búsqueda, ya estamos en el amor. Y como dice san Agustín: “¡Ama y haz lo que quieras!”.
05En el amor nunca harás daño. Jamás. Una vez que has comenzado a buscar, has vuelto al mundo de la gracia, estás obligado a renovarte constantemente porque es la esencia misma de la vida y debes decirte esto: la gracia a veces es apenas un roce o una caricia, y no un encuentro fulminante ni una sacudida acompañada de grandes golpes de platillos. Incluso, a veces, se trata de un simple murmullo que solo percibiremos si tenemos las antenas conectadas.

¿No nos impacientemos! La madre Teresa y los grandes santos pasaron por eso. Ellos también dudas. Los santos no son perfectos. Son hombres y mujeres como nosotros, pero que están a la búsqueda y guardan en lo más profundo de ellos mismos las palabras que Jesús le dijo a la samaritana: “Llegará el día en que se orará en espíritu y en verdad”. Esas palabras constituyen la culminación de la búsqueda; no obstante, el día en cuestión nunca es el mismo para cada uno de nosotros. Para todos los que todavía dudemos, pensemos en san Pedro. Fue un experto en materia de caídas y recaídas, sin embargo…¡es san Pedro! Recordemos que no hay búsqueda más hermosa que aprender poco a poco a amar al leproso, a besar a los descalzos, a perdonar al criminal y si puedes, a amar a tu enemigo.

 (Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Octubre 2020)

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡COMBATAMOS SIN TREGUA LA POBREZA!

Comprometámonos en este combate con pleno conocimiento de causa. Todos estos años al servicio de los más pobres de Madagascar me dan autoridad para hacer esta sencilla advertencia: evitemos el romanticismo y la inmadurez. Ningún otro combate está sujeto a tantas ilusiones y desiluciones. Algunos podrían pensar que el padre Pedro es Obelix que cayó dentro del caldero del druida o de cualquier otro encantador. Sería un error. A riesgo de decepcionarlos, Akamasoa no surgió de un toque de varita mágica. Cuando uno arremete contra la pobreza, el peligro radica en pensar a lo grande de entrada, lo cual es una debilidad muy natural. Uno se imagina fácilmente a la cabeza de un pueblo de pobres llenos de gratitud y de amor que nos siguen como al mesías, a la manera de los pobres de Palestina que seguían a Jesús. ¡Craso error! En primer lugar, hay que encarar el proyecto a una escala razonable. Luego, la gratitud no se hace presente forzosamente. Por último, las desilusiones son tan numerosas que se hace necesaria una fe muy resistente para superarlas. ¡Lejos de mi intención el disuadirlos sea como fuere! Se trata más bien de poner todas las cartas sobre la mesa para que el compromiso de ustedes no se convierta en una llamada pasajera. La experiencia de todos aquellos que se comprometieron a lo largo de los años en esta guerra, la única “guerra hermosa” como decía el abate Pierre, no es inútil.

Otra pequeña advertencia de entrada: ¡evitemos idealizar a los pobres! Si la pobreza hiciera mejor a la gente, sería una sorpresa. El pobre puede ser una buena persona, abierta y generosa, pero también puede ser taimado, mentiroso, hipócrita, egoísta, como cada uno de nosotros. El que se lanzara a este combate con actitud dulzona, pensando que el pobre es agradecido y generoso, no soportaría mucho tiempo y se escaparía corriendo ante los primeros magullones. ¡Nada de angelismo ni de ingenuidad!.
Más vale prepararse para las lágrimas, los dramas y las dudas así como para las alegrías que acompañarán nuestra ruta. Sepan que los engañarán, incluso a veces en grande, una y otra vez. A nuestro lado, para ayudarnos a escapar de esas trampas, está el Espíritu de Dios. Para no abandonar y resistir, es necesaria la fe y cambiar plegarias por acciones.

Hace algunos días, me llamaron para ir a ver a un hombre que había intentado quemarse dentro de su casa. Si una vida humana no tiene precio, una casa entre nosotros es un tesoro. Como todas las familias necesitan un techo para desarrollarse, una parte de la ayuda que recibo se destina a construir casitas, lindas en lo posible, pues los pobres son sensibles a la belleza como cualquier persona. Ciertamente, el hombre se salvó de milagro. ¡Qué alegría! Pero había, no obstante, motivo para enfurecerse. Si esa casa se hubiera quemado, eso significaba ¡una familia sin techo! ¡Una familia que nosotros no podríamos acoger! Le expresé a ese hombre toda mi felicidad de que estuviera vivo y luego ¡lo reprendí!

Nada es simple entre nosotros. Los pobres a veces dan muestra entre sí de la misma indiferencia que los ricos frente a ellos. Es cierto que no hay que generalizar pero sí advertir a los que desean largarse a la aventura, ¡decirles con crudeza lo que les espera! Sí, nuestros hermanos sufren, pero a veces también engañan a las esposas. ¡Ocurre incluso que roban o violan y matan! Algunas veces hasta abandonan a sus hijos. Por supuesto, también hay hermosas sorpresas, almas que se abren, fraternidades que se crean, pero los progresos son siempre lentos. Trabajar con los pobres nunca será fácil.

No obstante, ¡no se desanimen jamás! Cada vez que se sientan abatidos, si se dirigen a Dios, él no los dejará nunca sin respuesta. Cada vez que le pedí, aun cuando oía sólo una vocecita, él me decía: “¡Continúa!”. Y esa palabrita tan simple me revitalizaba, reconfortaba todo mi ser. La fe de mis padres, de mi familia regresaba a mí, y yo reflexionaba: “¡De todos modos no vas a dar marcha atrás frente a este problema!”

 (Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Noviembre 2020)

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡APOYEMOS A NUESTRO HERMANO , EL PAPA FRANCISCO!

 

La llegada del papa Francisco…Vean cómo el Espíritu Santo sorprende a toda la Iglesia e incluso a aquellos que lo eligieron. Estén seguros de que si se pudiese dar marcha atrás, algunos de sus electores posiblemente cambiarían su voto. Nadie hubiera imaginado que este hombre nos pediría tamaño esfuerzo, un replanteo tal de nuestra vida de obispo, de sacerdote, de cristiano. Venía de lejos, ya era viejo, algunos opinaron luego de su elección que ¡no duraría mucho! No es la primera vez que los “inertes”, los que quieren que nada cambie, tienen que vérselas con un papa llamado “de transición”.
Además, se decía que con Juan Pablo II habíamos conocido un modelo insuperable. ¿Qué podría ser mejor?

Y hete aquí que Francisco, recién llegado , emprendía un camino distinto, un camino tan inesperado como revolucionario. ¿Es para sorprenderse tanto?. Cada vez que se elige un papa, este es transformado por la gracia de su papel. La sorpresa con Francisco sobreviene desde su entronización en la plaza San Pedro, en el momento mismo en que se encuentra proyectado en un mundo irreal y nos dice estas palabras, con la firme intención de no dejarse engañar por la solemnidad del momento:  “¡Bendíganme!”.
Palabras simples y, sin embargo, audaces, sorprendentes. Jamás antes que él un Santo Padre había comenzado su discurso pidiendo a la multitud que lo bendijera, cuando ella misma esperaba ser bendecida. Él se presenta como un humilde pecador, elige mostrar el camino llevando a cabo una revolución sobre sí mismo: la de la simplicidad absoluta. Era necesario que fuese inspirado por el Espíritu Santo para expresar tal libertad: Ya ves, ahora yo doy mi vida por el pueblo de Dios, Cristo y el Evangelio.
Ustedes pueden tratar de impedírmelo, de matarme si quieren, pero no hay marcha atrás porque no tengo miedo.

Impregnado del Evangelio, se pone a combatir el clericalismo que tanto daño le ha hecho a la iglesia.
No empieza sermoneando al sacerdote, empieza por las latas esferas, los cardenales, los obispos y, al hacerlo, sabe el riesgo que corre de hacerse enemigos en la corte, la famosa curia. Posee un coraje tranquilo. Sus palabras son tan fuertes que no sabemos ni cuáles citar. Algunas son sublimes: “¡Un pastor debe tener olor a oveja!”  Es tan hermoso, simple y cierto. Y él, el hombre de blanco, muestra el camino y se va a besar a los enfermos y a los miserables, a lavarles los pies. Estos gestos hablan. Mejor dicho, gritan. No se trata de comunicación, sino el Evangelio en estado puro. El Papa deja de ser el tótem inaccesible. Se mezcla con el pueblo. Es como el pueblo. Habla como él : “Buenas tardes” , “Buen provecho”. Nunca se había visto algo así. El Papa ya no es un ídolo. Va por todas partes a pie, como Jesús en su tiempo, para decir palabras simples y verdaderas. En cuanto a estas palabras , ya no se trata de moral, sino de amor.

Los papas que lo precedieron fueron todos papas extraordinarios, cada uno a su modo, el papa bueno Juan XXIII, Pablo VI que suprime la tiara, Juan Pablo II, ese gigante que abre la Iglesia a los cuatro vientos del mundo y a la juventud universal, y Benedicto XVI que nos conmociona con su humilde renunciamiento, mostrando con ello qué diferente es de la etiqueta de intelectual seguro de sí que muchos le colgaron de la sotana. (continuará)

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Diciembre 2020

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡APOYEMOS A NUESTRO HERMANO , EL PAPA FRANCISCO! (Parte II)

No obstante, Francisco aporta algo más: está allí donde nadie lo espera y habla con franqueza y claridad de la revolución interior que debemos llevar a cabo todos, desde el más encumbrado hasta el más bajo en la escala. Cuando evoca ante los cardenales los males de la curia, no anda con rodeos, se dirige directamente a ellos, les pide que cambien ante la mirada de todo el pueblo de Dios. Algunos no se lo perdonan. Hasta se puede pensar que no se lo perdonarán jamás. “Francisco está de ahora en más entre los lobos” , escribe uno de sus biógrafos. Lo atacan a propósito de la doctrina y de la ley. Él les retruca en nombre de la misericordia y del amor. Los seguidores de la ley y de la doctrina se desmoronan poco a poco. Están desorientados. Cuando él les pide que olviden el incienso y los palacios episcopales y vayan a la “periferia”, a las bocas del metro y a las villas miseria, quedan atónitos. ¿Cómo un papa puede descender así de su pedestal para mezclarse en algo semejante?

  • Eso debió complacerte a ti, el hombre de la periferia, ¿no?
  • ¡Claro que sí! ¡Ver finalmente que en la cima de la Iglesia un papa comulga con semejante amor por los pobres! Cuando vives inmerso en la periferia desde hace cuarenta y siete años, ¡casi te has olvidado de que la gracia del evangelio es una sorpresa permanente y que puede tocar a un papa tanto como a un humilde sacerdote o a un simple fiel! Por primera vez, un papa afirma que no representa el poder absoluto e infalible y que es un servidor, un servidor de su hermano pobre. Entonces, ¡por supuesto que estoy feliz!

 

Si Francisco viene, lo recibiremos en nuestra catedral hecha por los pobres en la cantera y lo acogeremos como los pobres que somos. En Occidente, las catedrales surgen del suelo y se lanzan hacia lo alto. En este lugar, nuestra catedral es un gigantesco agujero, un hueco de meteorito cavado por miles de manos de hombres y de mujeres, un agujero dejado por miles de toneladas de granito, extraídas cada una hondonada, como las catacumbas de los primeros tiempos de la cristiandad. Si Francisco no viene y elige visitar un sitio todavía más pobre, ¡ningún problema! De todas maneras, ¡él ya ha bendecido a todo el pueblo de Akamasoa!

Resulta que yo estaba en Roma durante el cónclave. Al día siguiente de la elección, fui al Vaticano para comprar una estola como recuerdo del papa Francisco. En lugar de la estola que no conseguí, me encontré cara a cara con el cardenal Claudio Hummes… Es el brasileño que estaba sentado al lado de Francisco en la Capilla Sixtina y que, terminada la elección, le susurró al oído: “Acuérdate de los pobres!” . Esas palabras hicieron detonante en la cabeza de Francisco, que de inmediato escogió su nombre ¡en memoria de San Francisco de Asís! Hummes había venido a Akamasoa unos años antes. – Eh, ¡estás aquí?... ¡Ven! ¡Te presento a Su Santidad! - ¡Como todo el mundo!  - Bueno, Santo Padre, ¡bendígame y conmigo al pueblo de Akamasoa! Y eso fue lo que hizo. En síntesis, lo saludé como a un hermano argentino con un abrazo. No tuve tiempo de decirle que habíamos estado en el mismo colegio – el Máximo de San José, en San Miguel , Buenos Aires - , yo como alumno y él como profesor jesuita. Ahora se ha vuelto un profeta, una luz para nuestro mundo atormentado.

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Enero 2021.

 

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡ REENCONTREMOS LOS VERDADEROS VALORES!

Cuando yo llegué, Madagascar tenía seis millones de habitantes. Hoy ¡cuenta con veinticinco millones! Los mismos recursos deben alcanzar para que vivan cuatro veces más personas. ¡No sorprende que la pobreza se haya triplicado e incluso cuadruplicado! Sin embargo, no es una fatalidad, ya que Madagascar es rica. ¡Es un país rico con un ochenta por ciento de muy pobres! ¿Dónde está la falla? Todo es rico en Madagascar : el subsuelo, la tierra, los minerales, la biodiversidad…El problema es que se ignora quien explota qué y por dónde pasa el dinero. No hay prospectiva, ni visión, no se conocen los ingresos, no se sabe qué se puede compartir. El dinero es rey para un muy pequeño número, y la gente está mayoritariamente en la miseria. Ya no existe la autoridad del Estado. La violencia se desarrolla prácticamente en todas partes mientras que, por tradición, los malgaches son pacíficos y acogedores. Nuestros hermanos están desorientados por ello.

La situación aquí es casi la misma que en toda África. En ninguna parte o casi, se ve que haya una dirección inspirada, y reina la corrupción . En los países ricos, ¿es mejor? La deuda es abismal, las jubilaciones y las protecciones sociales están amenazadas, y las finanzas gobiernan el mundo. En el fondo, reconozcámoslo, la crisis es mundial.

Esta crisis afecta todos los extremos : político, económico, financiero, agrícola…Antes que nada, es una crisis de sentido y de valores. Pues todo lo demás deriva de esta pregunta: ¿qué sentido quiero darle a mi vida? ¿En qué voy a emplear mis talentos, mi inteligencia, mis capacidades? ¿Con qué objetivo? ¿Para mí solo? ¿O para servir a los demás?.

Entonces rebelémonos, ciertamente, en primer lugar, ¡contra la decadencia de sentido y de valores! Prácticamente en todos lados la juventud está desencantada, hastiada. Prácticamente por todas partes la gente se encierra en sí misma y solo piensa en su seguridad. Queremos volvernos más fuertes, más grandes, más hermosos, más ricos, pero ¡solos!. Las décadas “gloriosas” , el fin de los imperios, las revoluciones de la izquierda así como las reacciones de la derecha nos han dejado desamparados. Hasta el punto que nos dejamos tentar cada vez más por los extremos y por el voto populista, a pesar de que la historia ya nos ha enseñado las consecuencias. El bolchevismo fue una de ellas y el nazismo, otra. Entonces rebelémonos contra las palabras huecas que actualmente sirven de reflexión a la humanidad e interroguémonos acerca de los verdaderos valores, sin los cuales vamos a darnos contra la pared.

 

(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Febrero 2021).

 

PEDRO PABLO OPEKA “EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡ REENCONTREMOS LOS VERDADEROS VALORES!
…estos valores son la verdad, el compartir, la sobriedad, la fraternidad, por nombra solo algunos. Si hoy nuestro valor cardinal consiste en ganar dinero para acumularlo, entonces estamos arruinados porque eso no lleva a ninguna parte, excepto a la injusticia, a los conflictos y a los odios. Alejémonos de la obsesión por el dinero y por el consumo desenfrenado. Seamos sobrios en nuestra manera de gastar los bienes terrenales porque no son inagotables, convenzámonos de una vez por todas. Seamos también moderados para con nosotros mismos. El discurso hueco que domina el mundo nunca construyó nada duradero. ¿De qué sirve a las Naciones Unidas hablar de los grandes objetivos del milenio si ese discurso es un discurso de fachada, el de las grandes asambleas y los seminarios de expertos, y no llega jamás a las villas miseria, a los barrios bajos y a las escuelas de los países más pobres? Por eso, no es de extrañar en absoluto que las Naciones Unidas hayan revisado y bajado esos grandes objetivos. La erradicación de la pobreza a escala mundial ya no era una previsión para el 2015, sino para el 2030, esperando sin duda, el 2050…
Como ocurre siempre cuando algo va mal, algunas voces destacadas se hace oír e intentan despertar las conciencias. La encíclica del papa Francisco sobre “la casa común” asume esa voz, siempre y cuando ese grito del Papa sea retomado y difundido por todas partes. Mis hermanos de Akamasoa lo oyeron incluso antes de que fuera emitido, por eso, cada trimestre todos nuestros alumnos – los trece mil quinientos jóvenes de nuestras escuelas – limpian nuestros pueblos, barren la basura y los desechos para salvaguardar nuestra casa común. ¿Cómo y por qué lo han hecho? ¿Son mejores que otros? ¡No!.
Pero escucharon las voces correctas. Solo Dios sabe lo necesarias que son las explicaciones en reuniones en que les hablamos a nuestros hermanos acerca del sentido de la vida. ¡Dos mil quinientas reuniones en veinticinco años! ¡Para hablar del sentido y siempre del sentido! Es lo que hemos hecho. Es el precio que hay que pagar si uno quiere ser oído. Aquí no nos conformamos con darle una casa a una familia, se le explica lo que representa tener un techo en materia de deberes. ¡ Esa casa es su orgullo, su honor y el de sus hijos! ¡Yo los invito a mantenerla, a embellecerla!.
Los políticos, ¿se toman el tiempo de explicar su visión a todos los ciudadanos, incluso a los más pobres? Se conforman con darles dinero por acá, arroz por allá y ¡que se arreglen! Lo importante es que vengan a engrosar las filas de los partidarios, que ustedes se hagan clientes suyos, que estén en deuda con ellos. El sentido no les importa para nada. Mañana reuniremos a cuatrocientos obreros que construyen nuestras calles y nuestras casas. Algunos no trabajan, otros roban material. Vamos a sacudirlos, a despertarlos e iremos todos juntos a pie a la cima de la montaña hasta nuestra gruta, para sentir que somos un equipo, un equipo de hermanos…
(Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Marzo 2021).

 

¡ REENCONTREMOS LOS VERDADEROS VALORES!

La vida es renovación permanente, cuestionamiento incesante, todo lo contrario del anquilosamiento. Planeamos atravesar la existencia con máscaras y roles preestablecidos y así vivir en paz; ¡qué nos importan las consecuencias para las generaciones futuras! Es un engaño, y lo padecemos. Los hermanos del norte vienen aquí para intentar reencontrar el modo de ser y la espontaneidad que han perdido. Buscan la verdad, la autenticidad y el compromiso. La vida es demasiado valiosa para ser “actuada” solamente. La vida no es solo la “comedia humana”. Sufrimos la falta de veracidad. Satanás nos envió el ego y el becerro de oro que son señuelos seductores, pero nos compete a nosotros y a nuestra libertad apartarnos de ellos. Es cierto que la tentación está en todos lados e incluso en las comunidades religiosas. Por eso, yo también he querido reencontrar ese modo de ser con mis hermanos de la calle y lo hallé en un vertedero de basura. Queridos amigos, aceptémoslo, nuestra generación que posee tantas ventajas, en un punto no tiene oportunidades. En el siglo primero, no había ni televisión, ni tablets para ingresar virtualmente en las residencias lujosas y en los palacios reales. El becerro de oro no le saltaba a la vista a todo el mundo. En la actualidad, está en todas partes y entra virtualmente en las viviendas más humildes gracias a las pantallas, a tal punto que se cree que solo el dinero te hace más hermoso y seductor. Así es en apariencia, pero ¿e el interior? ¿Qué pasa con la única belleza que cuenta, que es la del corazón? Una familia bajo un techo de paja donde se aman unos a otros será siempre más dichosa que una familia rica en la que se lastiman entre sí. Entonces mantengamos el confort necesario sin apegarnos a él. No busquemos el confort por el confort mismo, pues no es así como le vamos a dar sentido a nuestra vida y a acceder a la verdadera alegría. El sentido lo encontraremos abriéndonos a los demás.

  • Preguntémosles a nuestros jóvenes qué esperan de la vida. La mayoría responderá: tener una buena situación y encontrar el gran amor.

 

  • Lo que no está mal ni se contemplan dos condiciones. Una buena situación, para servir a los otros tanto como a uno mismo. El gran amor, siempre y cuando sea verdadero y no solo la expresión del deseo y de una pasión pasajera que se confunde a menudo con el amor. El amor no se confunde con la carne, porque la carne envejece y el amor permanece joven. No olvidemos jamás que hay más gozo en amar que en ser amado, en dar que en recibir. Triunfar en la vida es darse. Es posible que esta sea la razón por la cual Onassis, ese hombre que en apariencia había tenido todo, haya pronunciado en el umbral de la muerte esas palabras que suena como un arrepentimiento :

“Fracasé en mi vida..” Verdadera o falsa, esa confesión final merece ser meditada.

 (Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Abril 2021).

 

PEDRO PABLO OPEKA
“EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡ DESENMASCAREMOS A LOS POLÍTICOS MENTIROSOS!

Entrar en política, hacer política podría ser la más noble de las misiones, siempre y cuando se lo tome precisamente como una misión. ¿Qué es la misión política? Un compromiso para hacer feliz a un pueblo. Desgraciadamente de eso estamos muy lejos. Nos encontramos la mayoría de las veces frente a líderes que utilizan su talento, a veces grande, para fines personales y para quedarse en el puesto lo más posible, incluso toda la vida en el caso de los dictadores. ¿Su habilidad? Hacer la menor cantidad de olas y ser el primero en aprovecharse. Es vergonzoso usar así a su pueblo, como un trampolín para sí mismos sin pensar en los conciudadanos. El arte de la política consiste esencialmente en prometer lo que se sabe imposible, adulando a los electores. Prevalece el más astuto y hábil con las palabras, es decir, el que se muestra tan buen actor que es capaz de darte gato por liebre. Los políticos han hallado un medio radical para disimular el fracaso de sus promesas: postergarlas permanentemente. Así, jamás progresa nada, y ¡ellos pueden seguir prometiendo la luna! . De los fracasos no se hacen responsables, ya que uno no puede controlar los tiempos. Y para hacerte tragar todo eso, hacen uso y abuso de un término: ¡proceso! .
Es práctico porque el proceso define una acción en curso de realización. Las guerras, la reducción de la deuda, el salvataje de las jubilaciones en el norte, la lucha contra la pobreza en el sur son procesos, y no podría evaluarse ni cuantificarse el tiempo necesario para resolverlos. Los políticos realizan promesas, en su mayoría sin fecha son incapaces de cumplir las que pueden cumplirse y son más aptos para hacerse elegir que para gobernar. Son seductores, mentirosos, tenazmente apegados al poder y terminan por creerse que todo está permitido. Aferrados a los oropeles y a la alfombra roja, habituados a los palacios, son reacios a irse al terminar su mandato y para eso están dispuestos a todo, más aún, si la rama en la que se sentaron amenaza con romperse. Es cierto que las cuestiones por resolver son complejas y que el hombre no es Dios, pero exijamos al menos de aquellos que nos gobiernan, aquí y en todas partes, que traten de materializar sus promesas. No se les reprochará haberlo intentado ni fracasar. Por el contrario, se los acusará de no intentar nada por su pueblo. Eso sí, manténganse creíbles, ¡por supuesto! Si en Madagascar un político llega con bombos y platillos, y le asegura a cada uno de los malgaches que en un año tendrá una casa, cantidad suficiente de alimento y atención médica gratuita, nadie le creerá…Por lo menos, señores, no se conformen con hablar, con hacer alianzas partidarias, sino  ¡actúen aunque sea modestamente, pero actúen! Al final, la política termina siendo una actuación de figuras, donde una sucede a la otra prometiendo hacerlo mejor que el anterior.

  (Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Mayol 2021).

 

 

PEDRO PABLO OPEKA
“EL SANTO DE MADAGASCAR”

¡ DESENMASCAREMOS A LOS POLÍTICOS MENTIROSOS!

¿cuántos grandes proyectos de lucha contra la pobreza he vista pasar durante cuarenta y siete años de vida en Madagascar? Más de diez. En vano, y , sin embargo, ¡en cada ocasión los pobres creyeron que esa vez iba en serio! Señores, que cada una de sus promesas pueda traducirse en actos. ¿Anuncian rutas? ¡Háganlas! ¿Hospitales? ¡Háganlos! ¿Escuelas? ¡Háganlas! ¡No desesperen a su pueblo! La vergüenza no mata, ni tampoco el ridículo, ¿no? Qué importa, ya que no se hicieron elegir para una misión, sino para recolectar ante todo privilegios para sí mismos y para la familia. ¿Dónde quedaron los grandes hombres, los que querían devolver la dignidad a su pueblo? ¿Dónde están los Churchill, Gandhi, De Gaulle, Mandela, aquellos para los cuales la política consistía en dar la vida por su pueblo? Los buscamos y no los encontramos.
La realidad es trivial: una vez que se probó el poder, éste se pega a la piel, y no se lo quiere dejar. Así siempre es más de lo mismo. Nacen políticos, mueren políticos. Ya no es una misión, sino un oficio, un cargo que incluso, a veces, se transmite de padre a hijo. Resulta de ello un sistema cortesano similar al que causaba estragos bajo las antiguas monarquías. Una corte poblada de cortesanos que no está ahí para aconsejar, sino para adular al príncipe y recoger las migajas del festín. Esto se ve en todas partes, tanto en el norte como en el sur, en la democracias como en las dictaduras. El honor de la palabra dada o prometida ya no existe. Además, ¿para qué? Si se sabe que la cólera del pueblo tarda en desencadenarse y nuestros políticos son conscientes de que pueden obrar impunemente y salir indemnes de las situaciones más delicadas.
Hemos heredado una subespecie: los “políticos”. Un diploma de gran escuela no ha sido nunca un sello de calidad suplementario del alma y de comunión con el sufrimiento de los otros. Si en La Reina Muerta de Montherlant se hubiera aplicado la sentencia del rey de España contra su hijo “en prisión por mediocridad”, ningún otro político estaría libre.
¿Es posible que la política ya no atraiga a los seres de grandes valores? ¿Es posible que estemos desencantados hasta el punto de pensar que la política es incapaz de asegurar la felicidad de la gente? O principalmente puede ser que los políticos jamás han estado en contacto directo con la realidad, jamás han vivido la vida y los sufrimientos reales de sus pueblos porque han estado encerrados en sus torres de marfil. De ahí esa indolencia, esa hipocresía, ese sentimiento generalizado de impotencia. De ahí la aversión legítima de los ciudadanos por un gallinero político donde se representan historias de escándalos financieros y de corrupción. ¡Cuidado que no les salga el tiro por la culata! Ningún pueblo es idiota, y el sentido común de la gente puede convertirse en un arma poderosa contra los que han elegido y los han engañado. En todas partes se los ha comenzado a despreciar, ¿van a empezar a odiarlos? En todo caso, el proceso se ha puesto en marcha: ya no se vota por un hombre político, se vota contra un hombre político. La lucha contra la pobreza es tan lenta y los sufrimientos, tan terribles…La lentitud en ese terreno es una falta, casi un crimen. Y esa falta causa estragos. Terminemos con esa lentitud criminal que resulta un caldo de cultivo para la pobreza y contribuye al aumento de las desigualdades. Es una obligación moral tomar el camino más corto para socorrer al pobre y no el más largo, ya que éste puede morir. ¿Qué se ha hecho? Reuniones por aquí y por allá, coloquios, conferencias y simposios de donde surgen ideas algunas veces muy buenas, ¡pero no se realizan jamás!

 (Queridos amigos, este trabajo pertenece al libro “REBELARSE POR AMOR” de Pedro Opeka , si les parece bien seguirlo , los invitamos con RAICES de Junio 2021).