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HISTORIA DEL BARRIO

BARRIO AIRES PUROS

   
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CASA QUINTA FRANCISCO JUANICÓ (CIRCA 1815-1820). BARRIO AIRES PUROS.
Entre 1815 y 182(aproximadamente), Francisco Juanicó construye a orillas del arroyo Miguelete –a unos 8 kilómetros de la Bahía- una gran residencia en una Chacra cuya extensión abarcaba unas 600 hás. Propiedad que en 1845, hereda su hijo Cándido y a partir de 1887 sale del dominio familiar, al ser rematada y fraccionada en solares por Francisco Piria, creándose el Barrio “Cuchilla de Juanicó”, hoy Barrio “Aires Puros”.

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

En esa Casa –emblemática del Montevideo Colonial- fue sede de las veladas más románticas de la época, allí la Música de Cámara era el deleite no sólo para los habitantes de la finca: la familia Juanicó – Texería, sino sus invitados. Por allí estuvieron Louis de Fraycinet (un aristócrata de la corte de Luis XVIII de Francia), Nicolás de Anchorena, Manuel de Sarratea, Pedro de Angelis, o el canónigo Mastai Ferreti, fueron gentiles huéspedes de la suntuosa mansión del Miguelete. Hay un documento de un distinguido visitante –Monseñor Muzzi- de esta finca, que comparte esto, y hoy forma parte del Libro –recientemente editado, en el marco del 140 aniversario de nuestra comarca: “JUANICÓ, de apellido a localidad” que dice: Esta región (del Miguelete) queda más allá del Cordón, a distancia de una legua y media de la ciudad, y está toda cubierta de huertas, jardines y casas de recreo. Una de las más hermosas es la del señor Francisco Juanicó, de Puerto Mahón, de Menorca, domiciliado en Montevideo. Está plantada al gusto europeo, con largas avenidas adornadas a ambos lados con lindas plantaciones de limoneros, naranjos y cedros, podados en forma de piña, en número de más de tres mil. En los cuadros, o espacios centrales, entre una y otra avenida, se ven dibujos de césped, flores escogidas, parques ingleses y otras cosas deliciosas. Hay también bosques de duraznos, de manzanas y de otras excelentes frutas en la falda de una colina, a cuyo pie murmura un ancho torrente, navegable en pequeñas embarcaciones, completando el encanto de aquella amenísima Villa.

Otros datos que pudimos recabar de propietarios posteriores fue que perteneció a Baltasar Brum, también que funcionó en el sótano la fábrica de Billares Tucci, y, gracias a una fotografía antigua que adquirimos hace poquito y compartimos en la última foto, en algún momento fue propiedad de un tal Don Miguel Hortal, del cual tampoco pudimos encontrar información alguna.
En el año 2021 fue a remate judicial sin base en dólares, donde pudimos averiguar que no hubo interesados. El padrón, que incluye la casona y varias casitas a su alrededor, posee una deuda con la Intendencia de alrededor de US$ 400.000...