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UNA HISTORIA POCO CONOCIDA
CANTINFLAS , JULIO PÉREZ (CAMPEÓN DE MARACANÁ ) Y LA CAMISETA NÚMERO 8
por. Julio César Romero Magliocca.

   
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Mario Moreno Reyes nació en el corazón de la ciudad de México, en la Colonia Guerrero, en 1911, durante los turbulentos tiempos de la Revolución Mexicana. Hijo de una numerosa familia de escasos recursos, desde temprana juventud supo ser lustrabotas, cartero, ocasionalmente boxeador, aficionado a el baile, el teatro y a las corridas de toros. Comenzó su trayectoria artística a los 16 años, debajo de la lona de uno de los tantos circos que transitaban por los barrios de la ciudad de México. El circo era la forma más popular que tenían la mayoría de los mexicanos de divertirse y expresarse.
Allí comenzó a interpretar «el peladito», denominación con la que se identificaba a los residentes de los barrios más humildes de la ciudad. El escenario circense fue el marco ideal para que Mario Moreno difundiera su imagen y su ingenio, la carpa resultó el mejor lugar para que desarrollara su excepcional talento para la improvisación verbal, ante las réplicas del público.
Primero fue el nombre artístico de «Polito», luego el de «Cantinflitas» y finalmente adoptó el de «Cantinflas» forjando un personaje que dio forma verbal al famoso «cantinfleo», una manera de decir un montón de cosas sin decir absolutamente nada. Bajo la carpa de los circos nació el más entrañable ídolo del humor latinoamericano, algo similar había sucedido en Inglaterra con Charles Chaplin.

 

EL LENGUAJE DE LOS POBRES

En el medio centenar de películas que filmó, el personaje de Cantinflas encontró la mejor forma para manifestar su dominio expresivo y alcanzar su consagración a nivel internacional. Con su lenguaje entreverado, convertía los más insignificantes diálogos en una sucesión de malentendidos destruyendo toda la formalidad lingüística, social y hasta política. Con su decir que no dice nada, Cantinflas hacía estallar y llevar a la desesperación a ministros, embajadores, abogados, fiscales, jueces y a todos los elegantes señores que usan y abusan, de los pobres. Con su picardía y sus ocurrencias verbales destruía todo ese orden y seriedad que proponen al mundo los poderosos. Esta fue una de las causas fundamentales de la simpatía que el público le tenía. Por medio de ese lenguaje absurdo y delirante, él era la voz de los humildes.
Debutó en el cine en 1936 con el filme "No te engañes corazón" y las siguieron El signo de la muerte en 1939 y Ahí está el detalle, en 1940. En esta década y hasta la mitad de los años cincuenta es cuando realiza lo mejor de su filmografía y en ella se destacan: El bombero atómico, El bolero de Raquel, Abajo el telón, Ni sangre ni arena, Si yo fuera diputado, Sube y baja.
La mayoría de sus películas fueron realizadas por su propio sello productor: Posa Films SA y distribuidas internacionalmente por Columbia Pictures.

EN NUESTRO PAÍS.

Mario Moreno visitó nuestro país en el Primer Festival de Cine de Punta del Este, realizado en febrero de 1951 en un balneario que por esos años era casi un arenal y el Cantegril Country Club se elevaba solitario en medio de un bosque.
Estuvo acompañado de varias celebridades, entre las que se destacaban Silvana Mangano, Joan Fontaine, Ives Montand, Silvana Pampanini, Walter Pidgeon, Gérard Phillipe, Ricardo Montalbán, los argentinos Mirtha Legrand, Malvina Pastorino y Luis Sandrini.
Durante los primeros años de la década del sesenta, el cine Plaza estrenaba todos los primeros de año un filme de Cantinflas. Por su pantalla desfilaron El barrendero, El patrullero 777, El ministro y yo y Pepe.
Si Uds. se acuerdan de ver una y otra vez imágenes de la gran final de Maracaná, verán la de Julio "pata loca" Pérez que jugaba con la número 8 , tenía un parche y luego el número. Resulta que a pocos días de la final , había desaparecido la camiseta original misteriosamente. El equipier Matucho Fígoli, tuvo que ingeniarse para recortar de una camiseta número 18 , el número 8 que usaría posteriormente Julio Pérez en la final, la que al llegar a tierra uruguaya llevaría a San Cono (Florida) como ofrenda al Santo.

EN 1980 ASALTARON LA CAPILLA DE FLORIDA

“El robo del siglo”. Así fue calificado el atraco a la capilla de San Cono, registrado en julio de 1980, donde entre joyas, alhajas y diamantes hurtados del propio manto del santo, se llevaron también las ofrendas realizadas por varios de los jugadores del Mundial de 1950.
“Robaron todo lo que pudieron encontrar y estaba a su paso. Entraron por una de las ventanas que da hacia el techo, se dirigieron hacia adentro y vaciaron todo lo que había. Cuando a la mañana siguiente uno de los párrocos abrió la capilla se encontró con esa situación”, recordó a El País Jorge Eduardo Morela, tesorero de la capilla de San Cono desde hace varios años.
Habían sacado el manto con las joyas de San Cono, además de abrir las vitrinas y mostradores donde se exponían todas las ofrendas de los jugadores del `50, entre otros objetos entregados al santo como muestra de fe.

EN EL ROBO SE LLEVARON LOS BOTINES DE GHIGGIA

Pocos días después de volver del Mundial con el título bajo el brazo, Alcides Edgardo Ghiggia, se dirigió con otros jugadores a Florida para ofrecer los botines que calzó en Maracaná y “agradecer” a San Cono. “A Florida fui con Julio Pérez, fue Óscar Míguez, fue Schubert Gambetta; unos llevamos los botines, otros las camisetas”, dijo Ghiggia en su momento.
“Lo único que tenemos hoy del Mundial de 1950 en la capilla es la camiseta de Julio Pérez. Lo demás que había fue robado. El tema es que nunca se llevó un registro de todo lo que había aquí. Y hay cosas que no se recuperaron nunca más después del robo. Desaparecieron los zapatos del `50 y otros objetos de los jugadores que fueron entregados como promesa”, afirmó el tesorero de la capilla, Jorge Eduardo Morela.

¿PERO QUE PASÓ CON LA CAMISETA NUMERO 8 ORIGINAL?

En esa visita de Mario Moreno "Cantinflas", en 1951 para estar presente en el festival de cine de Punta del Este, en su paso por Montevideo concurre a un programa de radio que conducía el conocido periodista Nobel Valentini , luego de la entrevista en el momento de despedir al actor , el periodista le regala una camiseta uruguaya número 8 , del campeón mundial de Maracaná , la misma que había desaparecido misteriosamente.
Don Julio Pérez ese día justo estaba escuchando la radio con su señora Gladys Castro, seguramente se miraron y dijeron:

¡¡¡ mirá apareció la camiseta !!!

Este relato es poco conocido, yo tuve el privilegio de escucharlo directamente por parte de Julio Pérez y Gladys Castro con quién tengo una linda amistad.
En una de las fotos que Uds. verán, se encuentra Gladys Castro , esposa de Julio Pérez mostrando un original de nota en diario, donde se ve la camiseta ofrendada a San Cono , que en el robo de 1980 , milagrosamente fue desestimada por los "cacos" que actuaron en la oportunidad y que aún permanece en Florida , y fue con la que Jugara Julio Pérez.
También vale decir que muchas veces Don Jacinto Obdulio Varela, el gran capitán de Maracaná , comentó que en esa final el mejor jugador de la cancha, usó la camiseta número 8.

 

 

 

 

 





   
 


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