PÁGINAS AMIGAS
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SANGRE GUARANI ARTIGUISTA ANDRES GUAZURARÍ Por. Rubens “Chopo” Rodríguez |
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Andrés Guazurarí, nació el 30 de noviembre de 1778, a los diez años de efectuarse la expulsión de los jesuitas de América, personalidad que se inmortalizará como el “Comandante Andresito”, el famoso Karaí-Guazú artiguista. (Guazú rarí, "ciervo arisco, ágil, veloz”). Otro nombre usado, “Guaçurarí”, es una deformación aportuguesada. Los pueblos, asentamientos y población guaraní, eran frecuentemente hostigadas por los vandálicos ataques de los "bandeirantes”, que trataban de aprehender indios para esclavizarlos en las “fazendas” portuguesas, haciendo retroceder la frontera jesuítica, ante el peligro creciente, principalmente entre 1628 al 40, abandonando el “Guayrá”, muy cerca de la actual Curitiba, que eran los límites que deseaba establecer el V Adelantado, Juan Torres de Vera y Aragón, el fundador (1588) de la ciudad de Vera, “en el sitio que llaman de las siete corrientes, provincia del Paraná y del Tape” (texto Acta fundación), marcando la extensión territorial de España, que fue perdiendo ante las argucias de la diplomacia portuguesa y la fuerza militar de sus poderosos y numerosos ejércitos, avanzando y conquistando hacia occidente. En este contexto, a los 10 años de la expulsión de los jesuitas, nace Andresito, según algunos historiadores, en Santo Tomé, o en la orilla oriental del río Uruguay, en San Borjas. Otros historiadores toman a las dos reducciones, como una sola. La segunda fundación de “Santo Tomé Apóstol”, 1638, ante el desarrollo de la misma, permite la fundación de “San Francisco de Borjas”, en 1690. Vale la aclaración, que en una correspondencia, Artigas menciona, dirigiéndose al cacique Andresito, “el pueblo de San Borjas, su amada cuna y la de sus padres”. Su madre una guaraní samborguense, su padre un español, mezcla de razas común después de la expulsión de los jesuitas, criado como niño en Santo Tomé, educado, aún bajo influencia misionera, escribía en español, portugués y guaraní, - sería hoy un perfecto embajador del Mercosur - con firme vocación religiosa, el futuro “karaí-guazú” (gran jefe) tomaría otros senderos de la historia. Muy importante la influencia educativa del Padre Martín Céspedes, cumpliendo el pequeño niño al igual que otros, la tarea de sacristán en el templo del pueblo de Santo Tomé, recreándose en la plaza bajo la sombra de los naranjales de fruta agria, destacándose como nadador en las aguas del río Uruguay. Tiempo después estaría junto a su familia materna en San Borjas, conociendo el modo de vida cotidiana y de supervivencia, hasta que alrededor de 1801, la zona fue ocupada militarmente por los portugueses, que tomaban principalmente a los jóvenes guaraníes como esclavos en las tareas del campo además de engancharlos en las filas de sus ejércitos, hasta que los adolescentes y los mayores, cansados del mal trato que recibían, escapaban a la orilla occidental del Uruguay, a la acogedora Santo Tomé. Hay dudas del lugar y fecha del encuentro de Artigas con Andresito, algunos historiadores señalan los años 1811 ó 12, en Salto Chico o Ayuí, siendo más firme la versión que señala, que el encuentro se haya producido, cuando Artigas establece, fugazmente, su Cuartel General en Santo Tomé, al ser designado por Buenos Aires, Comandante General de las Misiones (1811), oportunidad para conocer a Andrés Guazurarí, de 33 años, percibiendo Artigas en su mirada limpia, educación, cultura y firmeza libertaria de la presencia agresora portuguesa. Por su parte, Andresito ve que los postulados y propósitos del Jefe Oriental, concuerdan con los anhelos de libertad y felicidad de los pueblos guaraníes de las Misiones. El abandono, por expulsión, de la Compañía de Jesús, de los territorios donde habían fundado las Misiones, motivó que nuevas autoridades se hicieran cargo y fiscalizaran la actividad de las mismas, que dependientes de Buenos Aires, no supieron mantener el régimen y relaciones con los guaraníes, que no podían olvidar, las desgracias, ruinas y destrucción que asolaron las Misiones Jesuíticas por la guerra guaranítica (1750), llevada a cabo por españoles y portugueses, que como resultado final, acercó la presencia portuguesa, fijando la misma, en territorios españoles y jesuíticos, evitando por lo menos, ser gobernados por "los socios” de la guerra invasora, invadiendo y ocupando los portugueses, los pueblos jesuíticos de San Borja, San Luis, Santo Ángel, San Nicolás, San Juan, San Lorenzo y San Miguel. Dejado sin efecto el Tratado de Permuta, donde España entregaba las Misiones Orientales a los portugueses, no sería igual la vida de los aborígenes, acentuada después por el alejamiento de la Compañía de Jesús, que ante el trato de las autoridades españolas, dependientes de Buenos Aires, motivaron el despoblamiento de las Misiones, buscando los guaraníes nuevas zonas para residir, no tan subordinados al nuevo régimen, además de temer el regreso de los portugueses. La niñez de Andresito la pasará en la vecina Santo Tomé, costa occidental del Uruguay, por lo tanto un ambiente más tranquilo, con amplio territorio para llevar a cabo, entre pajonales, lagunas y esteros, una vida más libre, ganando experiencia geográfica. Un semblante de Andresito, “Como buen indio guaraní, Andrés era callado y taciturno. No sabía reír. Apenas dibujaba de vez en cuando la sombra de una sonrisa en su rostro carnoso, ligeramente rojizo y lampiño. Pero sus ojos, pequeños y entreabiertos, tenían en cambio, un fulgor ejemplar”. El destino acercaría a este pequeño “Karaí Guazú” (Gran Jefe), al camino que ya con firmeza transitaba el Jefe de los Orientales, cuyo movimiento emancipador y libertario tenía resonancia, principalmente en la región oriental de las Provincias Unidas con antecedentes de haber visitado con anterioridad la región de las Misiones Orientales, dejando en la memoria colectiva, que el nombre de Artigas, era de respeto y consideración. Históricamente se pregunta que habrá apreciado Artigas, en el pequeño guaraní, para otorgarle su confianza, afecto, responsabilidad de justicia y de mando de fuerzas militares, como representante de sus ideas y lucha. “En el fondo de su mirada, Artigas, descubrió sin duda, algunos signos inequívocos de valor y lealtad; y descubrió asimismo, a través de las parcas expresiones del indio, al baqueano y rastreador que va en derechura a los vados del río, ocultos en la maraña del bosque; o las sendas que permiten avanzar entre los juncos del bañado, o la huella que entre los altos pastos ha dejado la patrulla invasora, o los atajos, que acortan las distancias y por los cuales, sorpresivamente, se logra atacar las retaguardias enemigas”. Otro aspecto nada desdeñable, de los conocimientos que ofrecía la figura de Andresito, era el dominio completo de los idiomas empleados en la región, de indudable valor estratégico, en las comunicaciones, órdenes, para conocimiento pleno de los valores del ideario federal, de libertad e independencia, que alentaba la lucha artiguista. Se evalúa el proceder de Artigas, para aceptar la adhesión de Andresito, “Conociéndose la manera de ser de Artigas, su larga experiencia, su gravedad en actos y palabras, su trato severo y frío, su circunspección, en fin, debe pensarse que la confianza tan honrosa como extensa y firme que el héroe oriental dispensaba al guaraní, fue obra de lentas comprobaciones...”. NOTA II ARTIGAS RECONOCE AL CACIQUE GUARANI Andresito será adoptado por Artigas como su hijo, recibirá instrucción militar en Montevideo, a su regreso recibirá la designación de “Ciudadano, Capitán de Blandengues y Comandante General de las Provincias de Misiones”, bajo el mando del Jefe Oriental, etapa que producirá, la constante incorporación de guaraníes a sus legiones, demostrando autoridad de caudillo, “que no se mostraba ni en gritos ni en imprecaciones”. Andresito, señala el historiador Dr. Hernán Félix Gómez, “Era algo más que el Comandante General de las Misiones, de raza guaraní, disciplinado por la cultura del espíritu respetuoso de las formas y valiente como ninguno”, pudiendo ampliar que encarnó el sentimiento libertario de su pueblo al que guió en los combates y comprometió en las más grandes empresas. Ampliando el historiador correntino ofrece su opinión de la visión ancestral de la lucha guaraní por sus territorios, “... Educado en las tradiciones de su raza, que pretendía elevarla a la dignidad de la vida civilizada, vio en los hombres de Corrientes a unos usurpadores de los territorios de su pertenencia histórica, y erigiéndose en instrumento de la vieja política jesuítica, que enfrentó en el período colonial, el poder de la ciudad de Vera al abuso de los padres de la Compañía de Jesús, usurpó y castigó invocando la herencia que representaba. Había en los actos de Andrés Artigas, como una sombra de justificación, no desde el punto de vista de Corrientes, que siempre fue víctima de la República Jesuítica de Misiones, sino desde el más general de la política practicada por los gobiernos revolucionarios, inspirada en el alegato que formularan los jesuitas, en 1678, en que para defender sus intereses privados, dijeron que todas las tierras eran de los indios” Otra faceta de Andresito lo mostraba como, “De buen corazón y mucho más instruido de lo que podía suponerse; cuando sus fuerzas ocupaban alguna ciudad, se ofendía sensiblemente si las familias caracterizadas no concurrían a sus festejos, que consistían en representaciones dramático-religiosas heredadas de su educación jesuítica”. En una oportunidad ante la inasistencia de la clase alta a una ceremonia oficial, ordenó que los hombres principales, limpiaran la plaza de malezas y las damas atendieran a los heridos. El arribo de las fuerzas de Andresito a una ciudad, pueblo, fortificación, implicaba la inmediata libertad de indios, negros y mulatos esclavos, con la consiguiente protesta de la “clase decente”. Es ilustrativa la situación creada ante un reclamo de “matronas correntinas” por sus pequeños hijos en cautiverio, como represalia ante esclavitud de indiecitos. Las fuerzas correntinas de Vedoya y Casado, derrotadas en Saladas por las legiones guaraníes, en su regreso a Corrientes, al pasar por “San Antonio de Mburucuyá”, arrebataron de sus madres a los pequeños, que como tantos, podrían ser enviados a Buenos Aires como esclavos, dejando tristeza en las madres guaraníes. Se elevan las protestas y quejas ante el paso de las huestes indígenas, impactando la situación creada en la sensibilidad de Andresito, que una vez llegado a Corrientes, incorporó a sus legiones, a niños de las familias de la ciudad. Sin demostración de malos tratos, igualmente la “leva” de niños correntinos inquietaba a sus madres, ya que podían ser trasladados a campos de batalla. Además los “jóvenes de las clases decentes”, debían levantarse al alba, para realizar la limpieza de la ciudad, mientras, quizás algún esclavo indio o negro, liberado, se quedaba durmiendo su sueño de libertad. Tomando su tiempo, Andresito, ante el reclamo de las madres correntinas por sus hijos, les manifestó, “Pueden llevarse a sus hijos, pero recuerden en adelante, que las madres indias también tienen corazón”. ANDRESITO PIEZA CLAVE PARA ARTIGAS El mapa de la influencia artiguista en las Provincias Unidas, era cada día mayor, motivando que el Jefe Oriental asumiera mayores compromisos ante los pueblos que ansiaban engrosar en la nómina de “Los Pueblos Libres”, debiendo atender en un territorio cada día más extenso, los requerimientos de poblaciones que luchaban por una libertad plena. Desde su cuartel de Purificación, estaba conectado con todos los destinos, con los campamentos, guarniciones, fuerzas, ciudades y pueblos, pero su retaguardia, era quizás su punto débil por la pertinaz y permanente presencia invasora de los portugueses, que podían elegir libremente los puntos vulnerables de la extensa frontera lusitana. En las zonas de las ex-Misiones Jesuíticas, debía de programar un vallado para impedir que los portugueses pasaran el río Uruguay, ya que si lo conseguían, toda la estrategia de Artigas, caería como castillo de naipes, y el avance de la penetración lusitana sería incontenible, pudiendo llegar hasta el Paraná. Por lo tanto atacarían el flanco norte de las posiciones artiguistas, con la ocupación de regiones de Corrientes, que por otra parte, sectores de la población, eran proclives a la política porteña. Estos pueblos dirigidos y gobernados por delegados, autoridades, civiles y militares dependientes de Buenos Aires, tenían la oportunidad de ser representados en la acción de conductor y gobernante, por un natural de la región, un cacique guaraní, que como primera tarea sería reconquistar territorios y pueblos que se hallaban en poder de Paraguay, en la zona oriental del Paraná, tarea realizada prontamente, abril de 1815, ocupando Candelaria, y a continuación, las reducciones de Lorenzo, Santa Ana, San Ignacio Miní y Corpus, marcando para el futuro al río Paraná como divisoria de la provincia de Misiones, reconociendo aún los detractores, que marcó los actuales límites del país, “gracias a la valentía de Andresito”. En oficio al Gobernador de Corrientes, Andresito notifica, “El 17 de cte. a las 3 de la mañana recibí el oficio que se dignó remitirme ese Gobierno a lo que comencé en esa misma hora diciendo que esa tarde se habían aproximado a este punto, dos buques y 52 canoas y que al aproximarnos se han desbandado los paraguayos. Cuartel de Candelaria, 19 de noviembre de 1815 Andrés Artigas” Pero el destino y tareas de Andresito será el eterno enfrentamiento contra fuerzas invasoras, las paraguayas se harán presentes otra vez en 1817, las portuguesas con saqueos, incendios, destrucción total. Pero los guaraníes sabedores que debían mantener una constante lucha para lograr la ansiada paz y libertad, no daban tregua ni escatimaban esfuerzos, para recuperar y expulsar a los invasores. Los lusitanos volverían en 1818, mientras Andresito estaba ocupado en asuntos internos de la provincia de Corrientes, afectada por intrigas y planes conspirativos unitarios alentados por las autoridades de Buenos Aires, buscando desviar a la provincia de la influencia artiguista. Sofocado el movimiento unitario, colocado en su lugar a las autoridades legítimas que respondían a las ideas federales del Protector de los Pueblos Libres, Andresito dando cumplimiento a la estrategia de Artigas, no se contentará con defender solamente la zona occidental del Uruguay, planificará atacar y recuperar los pueblos guaraníticos orientales, en poder de los lusitanos desde 1801, intentando trasladar la frontera hacia el oriente del río Uruguay. Lamentablemente fracasará militarmente la operación, pero lo que será catastrófico personalmente y para el mantenimiento del poder de José Artigas en la Liga Federal de Pueblos Libres, será la condición de prisionero, llevado encadenado a prisión, alejando su figura de la escena misionera, lo que trajo desaliento en las legiones guaraníes. NOTA III Sin duda el accionar de Andresito y sus legiones guaraníes, lesionaban intereses de sectores sociales donde la influencia política-militar modificaba las relaciones de poder y cierta intromisión en las transacciones comerciales, sectores que le resultaba inaceptable considerar y soportar autoridades civiles y militares de origen guaraní, por años considerados siervos, esclavos, sirvientes, supeditados a las órdenes y leyes dictadas a conveniencia de los círculos económicos locales y funcionarios españoles. Ante denuncia que Andresito no había respondido con eficacia y esmero ante las acciones de los portugueses, resulta ilustrativo el tenor de los oficios de Andresito, con el general Artigas y Gobernador de Corrientes, donde rechaza y expone su inocencia ante las acusaciones, disponiéndose no obstante aceptar el fallo que se dicte, lo que testimonia su claro sentido del cumplimiento de las formas y reglas de la justicia, y del orden que debe imperar en las fuerzas artiguistas. Además expresa cierto desconsuelo, por las acusaciones vertidas contra su persona, dado que por su accionar, creía haber hecho méritos para que se le considerara un legítimo americano. Andresito desde Candelaria a José Artigas: “Mi general: adjunto a Vs. el oficio que me dirigió el Gobernador de Corrientes, para que se entere de el y al mismo tiempo se trate de aclarar esto, por que mi honor es el que padece, pues soy uno de los nombrados. Yo he contestado que me era muy sensible el que se formase mal concepto de mi, pues mis desvelos no eran otros que el velar la felicidad pública y que si las sospechas también imanaba de la reunión de gente en la capilla de la Merced, era arreglado a las órdenes que tenía de Ud. Y que esa reunión no era detrimento de esa providencia sino para el seguro y quietud pública y al mismo tiempo, que adjuntaba a Vs. el oficio para que si me encontraba delincuente, era súbdito y me sujetaba a toda pena, y que entretanto a esas personas trataron de asegurarlas hasta tanto que se aclarase la cosa. Por que esos hombres no son mas que unos perturbadores de la paz, quietud y sosiego. Continuaré a Vs. que esta cosa se aclare. He recibido los sables, las lanzas y queda en armas toda la gente que pueda, yo en todas partes tengo guardias y así no me distraigo en nada. Dios guarde, Cuartel de Candelaria, 15 de abril de 1816. Andrés Artigas” Por el mismo motivo, Andresito comunica al Gobernador de Corrientes, Juan Bautista Méndez, donde ya exige mejor consideración y respeto a su accionar en las constantes luchas contra los invasores, reiterando que se pone a las órdenes del dictado de la justicia, expresando lo siguiente: “Recibido el oficio de Vs, datado el día 3 que gira, me he quedado suspenso al ver la idea tan cabal que ha formado Vs, con el parte que la da su subalterno, bien se conoce a la persona que dio semejante noticia al Comandante de Curuzú Cuatiá por hombre poco adicto a la causa y que ha sostenido las armas en contra nuestra: pero en fin es enemigo este y sé que de todos modos, busca el contrario, como hacernos la guerra; me admiro si el Comdt de otra plaza, que ponga tanto celo y vigilancia y creer lo que se le dice de la gente que está en unión con ellos; no ignorará Vs que mi comando se extiende hasta la plaza de Mandisoví y que por consiguiente los habitantes de la Capilla de la Merced, son mis subalternos y que estos no se mueven sin orden mía; si la reunión de gente que habido en otra Capilla, habido para que forme mal concepto de mí; digo a Vs que habido orden superior arreglándose a las medidas que él tiene tomadas para nuestro seguro y según sus intentos, que es la felicidad común: no me parecía jamás que estos movimientos arreglados a las órdenes Superiores, habían de causar tanta sospecha a ese su Subalterno; pues yo jamás he desconfiado de mis hermanos, aun cuando hayan hecho rejunta de gente, por que me parece que las armas se obtiene no para los propios, sino para los enemigos; ojalá que mis cuidados no fueran otros mas que pensar de mis hermanos, entonces dormiría en quietud y reposo.Con esta fecha dirijo un oficio a nuestro General, adjuntando el de Vs para que como Jefe trate de averiguar la cosa y que se aclare, y si caso se encuentra a mi delincuente, conforme soy yo uno de los nombrados, estoy sujeto a la pena; pues en nuestra causa tiramos a repeler a los hombres díscolos y solo procuramos de los secuaces y amadores de la quietud, el sosiego; entretanto estimaré a Vs que las personas esas que dicen que mi corresponde, se han agarrado, el que los tenga próximo a una visita para cuando llegue el caso se presienten a donde se les ordene. Me es muy sensible, que cuando yo pensaba que con mis servicios y desvelos adquiría un nombre de fiel americano que aspiro a mi libertad, he adquirido el de opresor y tiranizador de los hombres que se desvelan por este ídolo encantador; Vs dispensará sí en los rasgos de mi pluma falto en algo; pues es llevado del sentir que me acompaña. Reitero a Vs mis limitadas facultades para que Vs disponga como guste a este que tiene el honor de saludarle por medio de esta desde este Cuartel de Candelaria, 15 de abril de 1816. Andrés Artigas. Al Gob. Int. Don Juan Bautista Méndez”. Oficiales dejaban traslucir en los informes militares, errores y hasta complicidades de Andresito con partidas de portugueses, salteadores, recorriendo las regiones llevando ganado para sus estancias. Desde Santo Tomé, Andresito se entera, al recibir un oficio, del día 22, de las novedades que ha noticiado el Comandante de Curuzú Cuatiá, que lo incluye en el parte dado, sobre una banda de portugueses, escribiendo al Cabildo de Corrientes: “…que hicieron esos robos, cuyo oficio yo tengo a la vista meditando por cuanta ingratitud se porta este Comandante para conmigo sin darle yo margen para que extienda tanto su pluma en producir proposiciones muy adversas a mi. Desde mi entrada en Misiones he procurado comunicar el mejor orden con todos los gobiernos hermanos, no he podido formar el depósito, ni el sagrario de los delincuentes conforme el celo En su oficio a nuestro Jefe diciéndole que su partida no dio alcance al enemigo por haber arribado a mis límites, donde es el sagrario y refugio de la perversidad. Yo no he privado a nadie que entra a los territorios de mi mando en seguimiento de los ladrones y máxime enemigos: de siéndose presentar dichas partidas a los Jefes inmediatos para Después que la partida enemiga entró a los territorios de mi mando fue sentida e inmediatamente se juntaron los jueces, lo que se consiguió con la pérdida de un hombre y 3 heridos, con el tiroteo, se desbandaron los animales, que arreados fueron entregados a los vecinos, entre ellos los de Yapeyú. Campamento de Santo Tomé, 7 de mayo de 1816. Andrés Artigas” INVASION PORTUGUESA A LA LIGA FEDERAL “ARTIGAS DEJARA DE MOLESTAR” Como demostración de políticas falsas y traiciones, de ambiciones personales y resguardo de intereses económicos, una paradoja histórica, mientras el Congreso de Tucumán consagraba la declaración de Independencia, 9 de julio 1816, pobladores de regiones de las Provincias Unidas, debían prepararse para enfrentar a un invasor extranjero poderoso, con la incitación y complicidad del Directorio porteño, que prohibió la venta de armas a las provincias en conflicto por la invasión, cumpliendo sugerencia del Congreso, de evitar actos que implicara confrontación con Portugal. Las maquinaciones unitarias llegaban hasta la entrega de territorios, gestiones que en las tertulias de Río de Janeiro, el embajador de Pueyrredón, Manuel José García, actuaba con suficiencia y conocimiento pleno de sus tareas traidoras, comunicando el Director Supremo (julio 1816), ”necesitamos la fuerza de un poder extraño no sólo para terminar nuestra contienda, sino para formarnos un centro común de autoridad, capaz de organizar el caos que están convertidas estas provincias… la extinción de ese poder ominoso es igualmente necesario… la escuadra está al ancla, esperando el viento, Artigas dejará de molestar…” Ante la anunciada invasión portuguesa, a la Banda Oriental, al mando del Gral. Federico Lecor, destino Montevideo, mientras que otras legiones se dirigían al norte para ocupar regiones de Misiones y Corrientes, José Artigas comunica con fecha 29 de junio 1816, al Gobernador Juan Bautista Méndez, de los planes lusitanos, quien realiza una proclama el 9 de julio, del peligro que se cernía sobre la provincia, oportunidad que la misma notificación de Artigas la habría recibido Andresito. PLAN OFENSIVO ARTIGUISTA – GUARANI La permanente, constante histórica, amenaza portuguesa de invadir la Banda Oriental, además de apoderarse de las Misiones Orientales, ya desde 1801, motiva que Artigas evaluando la situación de fragilidad de las fronteras, concibiera un plan ofensivo, penetrando en territorio portugués, para afianzar bastiones de defensa en regiones orientales, que históricamente pertenecieron a España, a las estancias de la “Compañía de Jesús”, “hábitat” natural de los verdaderos dueños de la tierra, los guaraníes. Andresito que se encontraba en Candelaria, Artigas le notifica, el 11 de enero 1816, “Los portugueses se mueven contra nosotros según las noticias privadas que tengo, y esa última carta que se ha recibido de Río de Janeiro. En consecuencia es preciso irnos preparando de a poco y ponernos en términos de contener refuerzos de esta potencia, a quien como vecina debemos suponerla más enemiga por la experiencia que tenemos de sus procedimientos inicuos y mayormente cuando sé que su plan es decidido a ocupar todo lo que divide la costa oriental del Paraná...” Una visión geopolítica muy clara tenía Artigas del afán expansionista de Portugal, de sus reales propósitos de ganar territorios, donde la sucesión de hechos históricos demostrarán que sin la presencia y actuación de las legiones guaraníticas, Portugal hubiera conquistado las Misiones Occidentales, hasta llegar al Paraná. Artigas le ordena a Andresito, planificando su estrategia, que se retire de Candelaria, dejando el mando al capitán Miño, para situarse en la costa del Uruguay, en Santo Tomé, observando los pueblos de La Cruz y Yapeyú. Como demostración de la jefatura de Andresito, el capitán correntino Manuel Miño, había comunicado a su Gobernador, “En cumplimiento de la orden de mi Jefe ciudadano Andrés Artigas, he hecho arribo a esta raya en el paraje Ybiratingá, con mi tropa auxiliar… que se me comunique siempre cualquier movimiento del enemigo para yo dar oportuno aviso a mi superior… Campamento de Ybiratingá, 29 diciembre 1815”. Ya instalado Andresito en Santo Tomé, pueblo de su infancia, reitera Artigas, (26 de marzo) “Ya he dicho a usted anteriormente que mantenga mucha vigilancia sobre la costa del Uruguay, y así con el armamento que se le va mandando procure armar a los pueblos de la costa...” La presunción de Artigas sobre presencia portuguesa, se la confirmaría Andresito, “Con esta fecha acabo de recibir un parte del pueblo de Yapeyú donde notician que habían observado portugueses con algunos naturales hacia el rumbo de Curuzú Cuatiá, con yeguas y materiales robados y que venían vaqueando y matando por las capillas del pueblo de Yapeyú y por otras capillas y mataron al capataz de la capilla de San Pedro. Campamento Icapitá, jurisdicción de Santo Thomé, 24 de abril de 1816. Andrés Artigas” Mientras Artigas pide vigilancia y atención en las costas del Uruguay, ya que partidas portuguesas, merodean haciéndose ver por las riberas orientales, contiene las ansias guerreras de los guaraníes (24 de abril), “... y que no era dable aventurar ningún golpe hasta que las cosas se preparasen de modo que la victoria se asegure en lo posible. Mientras es preciso estarse a la defensiva solamente...” A fines de junio, Artigas comunica a Corrientes y a Andresito, que la invasión portuguesa, ya preparada, “se venía nomás”. Al cacique guaraní, le expresa, “Acabo de recibir un extraordinario de Montevideo anunciándome que Portugal preparaba una expedición de cuatro mil hombres; debían salir en el presente mes de junio para venir a sojuzgarnos y tomar todo este territorio hasta el Paraná. En consecuencia de esta medida es preciso prepararse a la más vigorosa resistencia... es de necesidad que usted pase un exhorto a todos los cabildos de los pueblos para que estén alertas y prontos para reunirse y hacer un movimiento cuando se les ordene... Ya es tiempo que la división de Miño se recueste sobre el Uruguay según expliqué a usted anteriormente dejando solamente en Candelaria un piquete de 25 hombres con un buen oficial que quedará a la observación de los movimientos del Paraguay”. Es de considerar el tenor de la proclama del jefe guaraní, donde expone claramente, las maquinaciones y traiciones de España, la dominación portuguesa de los pueblos orientales y la apelación a sentimientos cristianos, de la protección de Dios para las armas guaraníes, apelando hasta fragmentos de la Biblia, de la lucha del pueblo de Israel para lograr su libertad del yugo del Faraón de Egipto. Andresito comunica a los pueblos guaraníes, “Siendo constante que por un favor del Cielo he sido llamado al mando de las Misiones, como para el efecto, he tenido la dicha de quitar los pueblos gobernados por Buenos Aires y rescatando los otros que se hallaban en el año anterior bajo el yugo del Paraguay, colmándome el Dios de los ejércitos de todos aquell0os beneficios que son necesarios para la empeñosa empresa de rebatir todo enemigo de la justa causa que defiendo, por tanto atendiendo, inteligenciado que las mismas, o aún mayores razones concurren en mi para libertar los siete pueblos de esta banda del tiránico dominio del portugués bajo el cual han estado quince años los infelices indios gimiendo la dura esclavitud. He puesto mi ejército delante del portugués sin recelo alguno, fundado en primer lugar que Dios favorecerá mis sanos pensamientos, y en las brillantes armas auxiliadoras y libertadoras, solo con el fin de dejar a los pueblos en el pleno goce de sus derechos, esto es para que cada pueblo se gobierne por si, sin que ningún otro español, portugués o cualquiera de otra provincia se atreva gobernar, pues habrán ya experimentado los pueblos los grandes atrasos, miserias y males en el gobierno del español y portugués: ahora pues, amados hermanos míos, abrid los ojos y ved que se os acerca y alumbra ya la hermosa luz de la libertad, sacudid ese yugo que oprimía nuestros pueblos, descansad en el seno de mis armas, seguros de mi protección, sin que ningún enemigo pueda entorpecer vuestra suspirada libertad, yo vengo a ampararos, vengo a buscaros, por que sois mis semejantes y hermanos, vengo a romper las cadenas de la tiranía portuguesa, vengo por fin a que logreis vuestros trabajos, y a dar lo que los portugueses os han quitado en el año 1801 por causa de las intrigas españolas, no tengais recelo en cosa alguna, si, temed las fatales resultas que pueden originarse de vuestra dureza y obstinación. Acordaos de aquel famoso pasaje de la Sagrada Escritura, en que se dice que Moisés y Aarón libertaron el pueblo de Israel de la tiranía del Faraón. Así yo siguiendo este apreciable ejemplo, he tomado mis medidas para el mismo fin, de las cuales una es la de dar comisión al Capitán ciudadano Miguel Antonio Curaeté, para que como representante mío corra los mencionados pueblos haciendo os entender mis ideas, y la sagrada causas que defendemos, y por la que estoy pronto con todas mis tropas a derramar las últimas gotas de sangre si se ofrece, como también de juntar todos los Naturales, para que los portugueses no los arreen para adentro, debiendo reunirse con él todos los que penetrados de la dulce voz de la libertad que os llama, quieran seguir el pabellón de la Patria: el se entenderá conmigo. Ea pues, Compaysanos míos, levantad el sagrado grito de la libertad, destruir la tiranía y gustad el deleitable néctar que os ofrezco con las venas del corazón que lo traigo deshecho por vuestro amor”. Con fecha 29 de junio, Artigas, comunica al gobierno correntino, los preparativos y expedición del ejército portugués para “ocupar la Banda Oriental del Paraná”, recibiendo además la Proclama del Cabildo Gobernador de la Banda Oriental, de fecha 22 de junio. El 9 de julio 1816, Juan Bautista Méndez, hace público ambas comunicaciones, “El Gobernador Intendente de esta Provincia a los pueblos de su comando. Ciudadanos: Acabamos de recibir noticias oficiales de una nueva intriga que han discurrido para incomodarnos los enemigos de nuestra libertad. El siguiente oficio de nuestro General Protector y la proclama del Excelentísimo Cabildo de Montevideo, os impondrán a fondo de este acontecimiento. Yo haría una injuria irremisible a vuestro patriotismo, si dudara un momento de vuestra energía y prontitud en sostener los sagrados derechos que hemos jurado al pie de los altares. Estos no son, como bajo el tiranismo, unos juramentos para sostener la causa de un déspota, que nos miraba y trataba como un rebaño de ovejas de las cuales mataba, vendía y disponía a su arbitrio... Por tanto, desde este punto, mírese todo vecino estante y habitante de los territorios de mi Comando, como soldado de la patria... (el que rehuya obedecer órdenes) será tratado como enemigos de la causa común y de la patria... publíquese por Bando en la forma ordinaria... Dado en la ciudad de San Juan de las Corrientes, capital de la provincia, a los 9 días del mes de julio de 1816 años. Juan Bautista Méndez”. NOTA V VICTORIAS Y DUDAS DE ANDRESITO Reitera Artigas comunicación para Andresito, 3 de julio 1816, con claras directivas de ejecución del plan ofensivo, era ya preciso entrar en acción, “Con el objeto de reforzar esos pueblos y prepararlos a una defensa vigorosa anticipo la remisión del armamento, municiones y demás pertrechos... Al efecto marcha el alférez (Pantaleón) Sotelo con cuatro soldados para reunir toda la gente que no se halle empleada, arreglarla y adiestrarla. Él va sujeto a las órdenes de usted y por lo mismo es preciso que ajusten con él todas las medidas que se crean oportunas... Según el plan que anteriormente expuse a usted, Miño con su guarnición debe guarnecer Concepción y la costa del Uruguay arriba. Usted el centro de Santo Tomé, y Sotelo el departamento de Yapeyú. Puestos en esta forma y arreglada toda la gente, no hemos precisamente aguardar que ellos nos ataquen, debemos penetrarnos a su territorio para asegurar un golpe para cuyo fin estoy tomando mis providencias en toda la circunferencia de la línea para que el movimiento sea general y violento”. Con el mando directo de Andresito, en los primeros días de setiembre traspasó el Uruguay, con dos victorias, una en Rincón de la Cruz, para días después poner sitio a San Borja (21/9/1816) por varios días, punto importante de las fuerzas portuguesas y cuartel general del Brigadier Francisco Dos Chagas Santos., que con 400 hombres defendía el fuerte, bien armado, más una docena de cañones. El día 25, Andresito por nota intima la rendición de la plaza, en el término de 48 horas, no se rinden los portugueses ni Andresito decide el ataque para ocupar el pueblo, lo que dará tiempo para recibir auxilio de una partida al mando del teniente coronel Abreu (3 de octubre), que logra vencer y alejar la presencia de los guaraníes, que repasarán el Uruguay, cuando los sitiados portugueses estaban a punto de rendirse. La vacilación de Andresito motivará una reprimenda de Artigas al jefe guaraní, de no atacar y tomar San Borja, sin lástima ni pérdida de tiempo y de las formas y tácticas de guerra, indicando, “Los buenos militares deben hacer la guerra sin ofender los derechos de la humanidad... que la clemencia debe comenzar recién cuando las armas enemigas sean vencidas y rendidas, no antes… Confié a Ud. la recuperación de los siete pueblos misioneros, para que asi se allanasen mis pasos hacia el corazón de la Capitanía de Río Grande. Pero Ud. no lo hizo y me ha puesto con ello en grandes dificultades...” Artigas le renueva su confianza, que busque reorganizar sus fuerzas que ya llegará el momento de utilizarlas, “...no cederemos. Al Jefe de los Orientales podrán arrancarle la vida, pero no llegarán nunca a envilecerlo al extremo de que venda el rico patrimonio de su Patria, al bajo precio de la necesidad… eleve el ánimo de los indios desparramados por los contornos de la laguna del Iberá...” mencionando en la comunicación, “el pueblo de San Borja, su amada cuna y la de sus padres”. La dura pero sensible comunicación de Artigas con Andresito, recriminando su accionar frente a una situación bélica, dentro del plan defensivo-ofensivo de Artigas, de hacer la guerra a los lusitanos en el propio territorio de las Misiones Orientales, demuestra el afecto y respeto que tenía el Protector por el Jefe Guaraní, mezclando en su misiva, reproches, consejos, experiencia, con la ternura de un padre a su hijo. Una explicación del fracaso de la acción de Andresito, que había cruzado el río Uruguay, por Itaquí, logrando superar la guardia portuguesa, al día siguiente en su marcha, los guaraníes vencen en San Juan, para lograr el día 16, gran victoria en Rincón de la Cruz, marchando en dirección a San Borja, donde estaba acantonado el Brigadier Francisco Dos Chagas Santos, acercándose al lugar el día 21. Un poco más al sur, el mismo día, el Jefe guaraní Pantaleón Sotelo pretende cruzar el río Uruguay, por el Ibicuy, siendo hostigado por fuerzas de José de Abreu. Recién el día 24 Sotelo logra trasponer el cauce de agua, acudiendo a San Borja, donde era esperado, para unir sus tropas con las de Andresito, donde resultaría, la razón de la demora y vacilación de Andresito de lanzar la ofensiva para rendir la plaza de San Borja. Las fuerzas de Abreu, en conocimiento de la situación de San Borjas, emprenden marchas forzadas, a donde arriba sorpresivamente el 3 de octubre, día que Andresito planeaba dar el asalto al pueblo, junto con las fuerzas de Sotelo, ya en su campamento. El combate es desfavorable a las fuerzas sitiadoras, las tropas portuguesas mejores armadas, con disciplina militar, logran desbandar a las legiones guaraníes, dejando en el campo de batalla 400 muertos, debiendo trasladarse a la costa occidental del río Uruguay. El retroceso de las legiones de Andresito y Sotelo, impedía la unión, como había planificado Artigas, de sus fuerzas junto a las de Verdún, con las guaraníes, que avanzarían sobre las regiones ocupadas por los portugueses, tratando de alejarlas de las cercanías de las Misiones Orientales y Banda Oriental. De ahí la contrariedad y malestar de Artigas con su fiel y noble lugarteniente. OCUPACION PORTUGUESA Prosiguieron los lusitanos su acción, trasponiendo el río Uruguay, ocupan y destruyen el pueblo de La Cruz, (Nuestra Señora de la Santa Cruz) 19/1/1817, debiendo Andresito replegarse al sur. Ante la reiteración de derrotas y afirmación de la presencia portuguesa, nuevas fuerzas se concentran en Curuzú Cuatiá, al mando del comandante Manuel Antonio Ledesma, pero carentes de armas, mientras que los portugueses se internan en Misiones, el pueblo de Corrientes presiente el peligro de la invasión a su territorio, ya con los invasores en la “Tranquera de Loreto”. El Director Pueyrredón, como salvando las apariencias delegó en el Coronel Nicolás de Vedia ante el General Lecor, que lo visitó en Maldonado, para “intimarlo” para que desalojara la Banda Oriental y que volviera a las fronteras naturales, lo que fue comunicado a José Artigas y a Montevideo. Los resultados, Lecor lo habrá saludado al Coronel Vedia, deseándole buen regreso a Buenos Aires, para seguir con sus planes de conquista. El sutil Pueyrredón jugando con la necesidad de los orientales y litoraleños, prometía ayuda (?) para la defensa de sus territorios, pero debían subordinarse al mandato y acatamiento de la autoridad del Directorio. El Jefe Oriental, responde con firmeza, el sentimiento general de los pueblos bajo su protección, “El jefe de los orientales ha manifestado en todo tiempo que ama demasiado a su patria para sacrificar este rico patrimonio al bajo precio de la necesidad”. Se mueve y avanza la maquinaria bélica lusitana, ya llegando a las riberas orientales del Paraná superior, derrotando a las fuerzas guaraníes del comandante de Itatí, Ignacio Baybé, defensores de Candelaria, en la batalla de “Guiratingay”. La presencia y saqueo por parte de los portugueses, al mando del general Curado, Marqués de Alegrete, en las costas del Río Uruguay, con acciones vandálicas en el Arroyo de la China, llevó hasta la indignación a amplios sectores de Buenos Aires, que ya despertaban que era necesaria la declaración de guerra a Portugal y la retirada de los territorios de la Banda Oriental y de las Misiones Orientales, lo que acercaba las posiciones de paz y confraternidad de ambos sectores, los artiguistas y los porteños. La orden del general Curado, al jefe de operaciones general Chagas, “nada debe quedar en pie, ni templos, ni habitaciones, ni capillas, ni estancias, ni nada, en fin, de lo que pueda servir un día para núcleo de una población”, respondiendo el obediente Chagas a su jefe, “he destruido y saqueado los siete pueblos de la margen occidental del Uruguay, saqueado solamente los pueblos de Apóstoles, San José y San Carlos, dejando hostilizada y arrasada la campaña adyacente de los mismos pueblos por espacio de cincuenta leguas... una partida al mando de Carvalho caminó más de ochenta leguas para perseguir y derrotar a los insurgentes. Se saquearon y se trajeron de este lado del río, 500 arrobas de plata, muchos y ricos ornamentos, 3.000 caballos, igual número de yeguas y $1.130 o reis plata”, consignando, quizás algo al margen para su espíritu, 3.190 muertos. Es ilustrativa la comunicación de Andresito al Gral. Artigas, relatando casi periodísticamente, su accionar frente a partidas portuguesas y su recorrido para encontrarse con legiones y jefes guaraníes, “A las ocho de la noche. Luego que avistó el Capitán al enemigo, trato de atacar... al primer tiro cayó a tierra... pero volvió por ser dos columnas enemigas... me retiré hasta este punto, donde pienso caminar, a esta misma hora, por venirse el Comandante sobre mi toda fuerza y pienso dispararme por las puntas del Miriñay y entrar a los campos de Curuzú Cuatiá, donde pienso encontrar alivio de caballadas y dirigirme al punto donde se halle Ud. o donde determine o sea más conveniente... me temo que haya pasado el enemigo por los pasos de abajo pues está muy seco el Uruguay... a la una para las dos estaban pasando caballadas y ganado... En el punto donde me encuentre la seguridad pienso detenerme para aguardar la gente que viene de “Sto. Thomé” y de Candelaria pues he oficiado que se dirijan por afuera hasta dar conmigo. 19 de enero 1817, a las ocho de la noche” La presencia de las huestes guaraníes, resultaban obstáculos insuficientes para el arrollador ejército portugués, que dominaba militarmente ya toda la región oriental de las Misiones y penetrando cada vez más en la parte occidental de las mismas, con la confusión consiguiente para la tranquilidad de la provincia de Corrientes. Como demostración de respeto, que adornaba el espíritu del jefe guaraní, aún perseguido por los portugueses, entiende que debe comunicar al gobierno correntino, en atención a su soberanía territorial, Andresito le comunica al Gobernador Méndez, que el 12 se hallaron los enemigos en el pueblo de La Cruz y que permanecerá en Capilla del Rosario, para una reunión general, “Con motivo de hallarse los enemigos del pueblo de La Cruz, el día 12 del corriente es de necesidad el que Ud. a la mira de lo que por esa promesa, por lo que es preciso haya mucha vigilancia; yo sigo con toda mi dedicación, para la capilla del Rosario, jurisdicción de Yapeyú en donde voy a permanecer haciendo mi reunión general, que en caso que tenga que retirarme por ser embestido por los enemigos en número considerable, haré mi retirada por ese territorio. Saludo a Ud. con todo mi afecto, Cuartel General volante en Yapeyú, 20 de enero de 1817. Andrés Artigas Nota VI RECONQUISTA DE LA CORRIENTES FEDERAL Al tener novedades Artigas de los planes para alejar su influencia de la provincia correntina, a la que había arribado, a mediados de 1818, el ex –Tte Gobernador Coronel Elías Galván, ducho en intrigas políticas, protegido de Carlos de Alvear, ofreciendo protección y mejoras económicas, “a la clase decente” bajo la adhesión a Buenos Aires, que se alejaran de la posibilidad de compartir poder y riquezas con los indios, raza útil para servir, para trabajar, pero nunca para competir en la explotación de los negocios, el Protector ordena al Comandante General de las Misiones, Andresito, que se ocupe de sofocar la intentona golpista acaecida en la capital de la provincia de Corrientes, como “Pacificador y Reconquistador de Corrientes”. Desde Santo Tomé, Andresito, se dirige a Candelaria, donde se habían asentado divisiones paraguayas, a las que logra desalojar del territorio misionero, logrando reunir “mil indios de lanza” (autores mencionan el doble), concurriendo en los primeros días de julio de 1818, a la estancia de San Antonio de Itatí (hoy Berón de Astrada), posición que ya inquietaba a la población de la capital correntina. El Cabildo reacciona enviando fuerzas al mando del Sargento Mayor Casado, que inicia sus acciones, remitiendo presos a la capital, al cura párroco Juan Capistrano de Meza, al Juez Comisionado Juan F. Meza y a Lorenzo Amaro, “por ser partidarios de los invasores”, es decir de las huestes de Andresito, comandadas en primera instancia por Pantaleón Sotelo. Una formación de los guaraníes al mando de Lázaro Yaguacá, acampan en las “Lomas de Caá Catí”, iniciando escaramuzas, las partidas indígenas se escabullen entre los pastizales, esteros y lagunas, mientras las fuerzas de Casado malgastan municiones, hasta que se entabla una batalla directa. COMPORTAMIENTO GUARANI EN CAÁ CATÍ El pasaje y ocupación de un pueblo, ciudad, por parte de las fuerzas guaraníes, dejan para la historia innumerables relatos de todo tipo y calificación, de los más sórdidos a los más respetables para los vencidos, debiendo considerar para abrir juicio, el criterio que se tiene por parte de quien cuenta y escribe la historia. Los ejércitos y fuerzas militares de los “civilizados”, también cometieron tropelías, a los ojos de hoy, pero costumbres y prácticas, lamentables, comunes de la época de guerra de la conquista y emancipación, pero los mismos hechos producidos por acciones de los aborígenes, siempre encontraron menciones descalificadoras de los “ilustrados de la historia”. El comportamiento de los comandados por Andresito en Caá Catí, dejaría un cúmulo de censuras, que algunas podrán ser valederas, otras como siempre, agrandando y deformando los hechos. El estudioso caacateño, don Pedro Celestino Cabral, nos relata, “Andresito tomó Caá Catí, la tradición dice que la horda de indios quemó los archivos de la Iglesia, y ese es el motivo que los libros de la Iglesia arrancan con posterioridad a esa fecha, existiendo capilla desde 1743. Otros dicen que el sacristán cargó los papeles y libros de la capilla en árganas y maletas a caballo y huyó para salvar a los mismos... si fuera cierta esta versión... es extraño que no fueran reclamados... por el padre Capistrano de Meza al ser puesto en libertad... Llama la atención de que Andresito haya dispuesto la quema de los archivos de la Iglesia por haberse declarado el cura del pueblo partidarios de ellos y además por que lo acompañaba como capellán de su ejército Fray José Acevedo desde el comienzo de sus campañas, no pudo permitir la quema de los archivos... Solamente al marchar para Saladas, los indios salvajes que quedaron en la retaguardia, pudieron hacerlo. El lector que haga sus conjeturas, pues hasta hoy es un misterio...” Según la versión del padre Capistrano de Meza, en nota enviada a las autoridades de la capital, (18/3/1819) relataba los hechos, con actores diferentes, salvando de responsabilidad a los guaraníes: “Habiéndose hecho presente don Pedro José Cabral, un avance que yo venía nominado con 100 pesos plata... el ciudadano Andrés Artigas me dio 5/m pesos por vía de limosna... ya que estaba en estado de mendicidad a causa del gran saqueo que me hicieron mis paisanos, de suerte que me dejaron únicamente las paredes y el suelo de mi casa, cinco meses hace que he estado en clase de capellán, sirviendo a las tropas de Pantaleón Sotelo...” Lo que se deduce que los saqueos fueron producidos por los soldados de Casado. EL HIJO DE ANDRESITO El pasaje de los guaraníes por la región de Caá Catí, además de las falsas y verdaderas tropelías, de las incomodidades que siempre presenta un ejército invasor, exagerando y alarmando por medidas que se adopten, por el natural miedo y terror que provocaban el encuentro bélico de blancos e indígenas, se le sumará para la historia, el nacimiento del hijo de Andresito. Al tener noticias firmes del arrollador avance de las huestes de Andresito, siendo Caá Catí pasaje casi obligado, la población tomaba alguna medida de protección, escondiendo sus joyas y artefactos de valor, comestibles no perecederos, como también a las mujeres, siempre botín codiciado por invasores, de un bando u de otro. La familia de Nicolás Esquivel (hijo de Angela Romero) y su esposa Micaela Esquivel (hija de Baltasar y Dominga Romero) (Investigación genealógica de Gustavo Sorg, aporte y colaboración que valoramos mucho) tuvieron 10 hijos, entre ellos cuatro hermosas jóvenes, Magdalena, Gervacia, María Mercedes y Margarita Antonia, famosas por su hermosura, trataron de esconderlas en las islas del Santa Lucía, siendo delatado el lugar donde se encontraban. “Andresito al marchar hacia Saladas, llevó a María Mercedes, bella mujer, cuya cabellera casi le llegaba al suelo. La historia cuenta que fue devuelta a sus padres después de pagar fuerte rescate sus familiares y amigos”, por otro lado la tradición familiar, relata que el regreso de María Mercedes a su pueblo, se produjo, cuando un grupo de indios, de las fuerzas de Andresito, se presentan en una loma cercana, con gritos y disparos de armas de fuego, buscando llamar la atención de los pobladores. Los guaraníes al darse cuenta que estaban siendo observados, retroceden y pegan la vuelta en sus cabalgaduras, quedando en la escena, la figura de María Mercedes, vistiendo ropa nueva, una cartera de cuero en bandolera, con una cantidad de monedas de oro, y como obsequio, un crucifijo realizado en madera. (Relato de Juan Alberto Gómez, tataranieto de Andresito). Lo comentado habría acontecido en oportunidad, que legiones y tropas guaraníes, al llamado de Andresito se iban concentrando en la zona para iniciar el plan de Artigas, de ofensiva en territorio de las misiones orientales, ocupadas por los portugueses, que debían concentrarse en la Asunción del Cambay, cerca al río Uruguay. La probable fecha del regreso de María Mercedes, se habría producido en el primer trimestre de 1819. María Mercedes, embarazada, fue recibida por su familia, y en su pueblo pudo dar a luz al hijo de Andresito, José Mariano Esquivel, que vivió en Caá Catí falleciendo de anciano, casado con Feliciana Esquivel, tuvieron cinco hijos, Manuela, Mercedes, Dolores, Tomás y Francisco. La colaboración de Gustavo Sorg y Juan Alberto Gómez, aportan que la madre de José Mariano Esquivel, - el hijo de Andresito- María Mercedes, nació el 8 de setiembre de 1790 en Corrientes, bautizada el 13 del mismo mes y año, siendo además madre de, Roque Esquivel, Francisco de Paula Esquivel, Sinforosa Esquivel, Isidoro Esquivel y Rosa Esquivel. No habría sido fácil la convivencia de José Mariano dentro de la comunidad de Caá Catí, sufriendo discriminación por ser hijo de Andresito, donde la publicidad oficial y sectores influyentes denostaban de cualquier forma la actuación del cacique artiguista, que aumentaba con el paso de los años, al consolidarse en el gobierno sectores hostiles al accionar artiguista en la provincia. El rechazo y discriminación habría perdurado hacia familiares y descendientes de José Mariano, pese a la relevante actuación de la familia Esquivel en la historia del pueblo. Confirmando datos señalados, Manuela, una de las nietas de Andresito, habría nacido en 1856, cuando su padre, José Mariano, contaba con 37 años de edad, falleciendo con 73 años el 13/9/1929. Uno de sus nietos, Juan Alberto Gómez, nos ofreció detalles familiares, teniendo en cuenta que su padre, Juan Bautista Gómez Esquivel, bisnieto de Andresito, falleció el 16/2/1980. NOTA VII ANDRESITO RESTABLECE EL ORDEN ARTIGUISTA Conocedor Andresito y sus baqueanos de la topografía de la zona donde acampaban las fuerzas correntinas, en la noche del 1º de agosto acampan cerca de Saladas. Al día siguiente, el caudillo artiguista dividió a sus fuerzas, denominadas, “Fuerzas Libres Guaraníes Occidentales Reconquistadoras”, en tres columnas, el ala derecha al mando de Juan Pablo “López Chico” López, el ala izquierda por Pantaleón Sotelo y el centro al mando del propio Andresito, con el aporte del Jefe del Estado Mayor, Vicente Tiraparé y de los Comandantes, Francisco Javier Sití, Juan Asencio Abiaró, Ignacio Mbaibé y el Comandante de Artillería, Blas Uré, ejército que entró en acción en la madrugada, sobre el campamento enemigo, culminando alrededor de las tres de la tarde, con el triunfo de las legiones guaraníes. Al conocerse las noticias bélicas en la capital provincial, cundió el pánico entre los “ilustrados”, donde cada ruido era un presagio de presencia guaraní, y las familias “decentes” se empujaban por llegar rápidamente al puerto para embarcarse y poder huir de la hecatombe que su miedo agrandaba cada minuto que pasaba. El Cabildo o lo que quedaba de él, nombró delegados ante Andresito, al luego repuesto Gobernador Juan B. Méndez, el Alcalde de 2º Voto Francisco de Paula Pérez y el R.P. Comendador José Rodríguez, “para implorar al señor general Andrés Artigas desarmarse su ira y no la descargue sobre inculpados inocentes”. Posicionado militarmente, Andresito se encamina a Corrientes. LOS GUARANIES OCUPAN LA CIUDAD Afirmada la campaña e interior de la provincia bajo los postulados federales artiguistas, el ejército comandado por Andresito acampa unos días en Saladas, recibiendo el apoyo del comandante Ledesma de Curuzú Cuatiá, lo que quedaba del ejército de Angel Escobar y la presencia de Pedro Campbell, que es enviado a Goya para interceptar fugitivos, alistándose junto al irlandés, Lorenzo, hermano de Andresito. (Lorenzo perderá la vida en enero de 1820, en la batalla con los lusitanos en el paraje denominado Belarmino) Según quien escriba la historia, la marcha de Andresito es calificada de una forma u otra, desde la visión de un ejército de ocupación, que podrá tomar medidas que molesten y poco simpáticas para la opinión de los pobladores, con algún desmán inevitable, presente para modificar y alterar los mandos del poder, hasta la visión aterradora de una turba de seres despreciables, asesinos sin compasión, en harapos, sucios y feos. Es justo resaltar la preocupación del Jefe Guaraní, por la disciplina, orden y respeto de sus soldados, cuando en comunicación con el Gobernador Méndez, respondiendo a un oficio, manifiesta, “Debo decir que las grandes infracciones a que me hallo por las presentes circunstancias que me dan lugar a tomar redobladas medidas... pero estamos en que el que la hizo deberá pagar, bajo ese esfuerzo mantendremos la tranquilidad pública y con esa visual a cualquiera que sea que lo agarren, den el castigo merecido al delito... Santo Tomé 15 de julio 1816” En su camino a la capital, Andresito es enterado de las acciones “civilizadas” de las tropas de Vedoya y Casado, que en retirada hacia Corrientes, privaron de sus hijos a madres indígenas, desprotegidas por estar los hombres en las acciones bélicas, para trasladarlos como pequeños esclavos, muchas veces enviados a Buenos Aires. Al conocer la situación, Andresito ordena que Campbell, navegando por el Paraná, arbitre las medidas necesarias para evitar el paso de barcos y lanchones que pudieran transportar niños guaraníes y el decomiso de la carga, si esta fuera de utilidad. El irlandés Campbell se disculpó ante Andresito, por carecer de banderas, (18 agosto), “... este descuido yo atribuyo a inadvertencia mas bien que a omisión culpable. El Sr. Comdt. Gral. tal vez no lo conceptuará así, que lo mismo condolido yo del resultado que puede acarrear descuido semejante, ruego a Ud. y suplico no sea omiso en esta parte poner, yo esperar de no depender de otro, que de nuestro Señor Comandante General”. Antes de arribar a la capital, Andresito decreta varias medidas de interés general, que por supuesto molestaría a sectores de la población correntina, que ya de entrada, toda disposición dictada por el jefe guaraní se entendería inaceptable, Andresito, hizo preceder su entrada en Corrientes por una serie de enérgicas disposiciones: requisó todas las armas y municiones, fueran del Estado o particulares, bajo pena de muerte; dispuso que las casas de comercio fueran abiertas sin temor a la presencia de las fuerzas; que se le devolviesen todos los indios misioneros que Vedoya había traído y que habían sido repartidos para el servicio doméstico; que todos los comerciantes que tuvieran deudas con el Estado las saldasen porque él precisaba esos recursos.. Otras medidas tomadas, “Despojar a muchos amos de sus esclavos y aplicarlos a soldados, castigando con azotes a los infelices que se presentaban a lograr sus derechos” .Como se aprecia, nada indicaría atropellos, a no ser que se entienda que liberar esclavos no sea de justicia humana, además de dar cumplimiento a ciertas leyes elementales de ocupación, El viernes 21 de agosto de 1818, “entre la una y dos de la tarde, vio el pueblo de Corrientes, por sus mismos ojos, al indio Comandante General de las Misiones Dn. Andrés Artigas, quien a distancia de una legua, emprendió su marcha, a pie y sin sable, precedido de un escuadrón de caballería, con los dos cañones que perdió Vedoya y a retaguardia un batallón de infantería y un piquete de caballería, llevando en el centro las dos banderas de su ejército. El Cabildo en cuerpo lo recibió más allá de la capilla de la Cruz de los Milagros, en cuyo Santuario tuvo un rato de descanso mientras la música entonaba algunos himnos… en la Iglesia Matriz, lo recibió el Cura y Vicario, con el clero, comunidades religiosas y parte del pueblo… un solemne Tedeum, en presencia del Santísimo Sacramento, que entonó el capellán del ejército Fray José Leonardo Acevedo; tomó posesión de la ciudad, dando vuelta a la plaza con todo su acompañamiento y se alojó en casa de Manuel Vedoya…“. Sobre las banderas hay referencias a sus colores, blanco, rojo y verde. Este último, algunos especulan que por acción del tiempo, se deterioró el azul original. Pero resulta importante, la observación de un testigo presencial del desfile de la partida el 4/1/1819, de las fuerzas de Andresito, desde Corrientes, para iniciar la ofensiva en las regiones de las Misiones, cuando Fermín Félix Pampín, en sus “Memorias”, menciona las armas transportadas y “una bandera nueva, colorada, verde y blanca” la franja verde, quizás como distinción de la provincia de Misiones. El historiador correntino Manuel Florencio Mantilla, nada proclive a suavizar opinión sobre Andresito, menciona, “El Cabildo y los sacerdotes lo recibieron bajo palio en las afueras de la ciudad, descansó en el Templo de la Cruz, escuchando himnos religiosos; en medio de músicas, salvas y repiques de campanas, llegó hasta la iglesia Matriz, a cuya puerta lo recibió el Vicario con la clerecía, comunidades religiosas y pueblo, asistió a un solemne Tedeum cantado por el capellán de su ejército, Fray José Leonardo Acevedo; tomó posesión de la ciudad, dando vuelta a la plaza con todo su acompañamiento y se alojó en casa de Manuel Vedoya... “ Adjuntar Carta de Andresito “Cobro Deudas” Andresito intima cancelación de deudas de los comerciantes, ordenando al Ministro Manuel Mantilla y Los Ríos, “Yo considero estado de languidez las cajas del sostén a nuestras armas, nuestros derechos y según esto es preciso que Ud. presente a este despacho los adeudos de los comerciantes para yo practicar pronto en sus pagos para ver el rebozo de las cajas. Saludo a Ud. con las veras de mi afecto, desde mi cuartel General Libre Occidental en la capital de Corrientes, 18 de setiembre de 1818. Andrés Artigas” NOTA VIII GOBIERNO DE ANDRESITO Las fuerzas guaraníes que restablecieron el orden artiguista-federal en la ciudad y provincia de Corrientes, en agosto de 1818, se componían de alrededor de 1.000 hombres, que para los habitantes de la ciudad capital, representaban, “Era un conjunto aterrador y repugnante, una indiada poco menos que desnuda, sucia, fea y de aspecto feroz; unos llevaban harapos, otros, raídos chiripaes tan sólo, y otros se cubrían con pedazos de cuero”, descripción física y de indumentaria, del historiador Manuel F. Mantilla, quizás nada ajena a la realidad, por las carencias y costumbres, como también por convenir a la explotación que sufrían los indígenas por sectores “civilizados”. Vuelta la provincia de Corrientes a responder a la acción política del Protector de los Pueblos Libres, desbaratando la intentona unitaria, Andresito, repondrá en el cargo de gobernador a Juan Bautista Méndez, además de conformar las nuevas autoridades del Cabildo y del interior provincial, respetando ciertas normas de convivencia y diálogo entre los diferentes sectores, ya que dentro de los nuevos nombramientos se tenía en cuenta a vecinos del bando contrario vencido, a los federales nacionalistas, desde el pensamiento artiguista, que entendía que, “…estas transacciones de política práctica podían ser beneficiosas para la causa”. Se promueve una amnistía general, a fin de lograr ingresos de hombres a las filas, “Por la Patria y mis desvelos. Considerando que los hombres, cometen crímenes y por ellos se ausentan, olvidando su Patria, sus familias, sus bienes de fortuna y en fin un todo se olvidan y se arrastran a la bajeza del abandono. Esta tan rara miseria los inclina a otros tantos males, basta ya de tan miserable vida. Por la Patria, por la Patria y por mi generosidad, en el término de 15 días, si se me ponen a mi presencia, perdonados e indultados de todo delito. Dado en mi Cuartel General de mis fuerzas Libres Occidentales Guaranís. 5 de septiembre de 1818. Andrés Artigas" Pero también interesaban los ingresos económicos para auxiliar el mantenimiento de las fuerzas guaraníes, donde además de los pedidos y “sugerencias” de contribución de los vecinos correntinos, la acción de Pedro Campbell, fiscalizando el comercio fluvial del Paraná, confiscando los cargamentos de las naves, de banderas enemigas, que serían ofrecidos en la “Tienda del Ejército Guaraní”, recaudando por la venta de las mercaderías. ARTIGAS CONFIRMA LO ACTUADO El domingo 20 de setiembre de 1818, se reciben comunicaciones de Artigas, aprobando la restitución de Juan Bautista Méndez, como Gobernador; el nombramiento del capitán Miguel Escobar, Comandante de las fuerzas correntinas; al Cabildo que actuara con tranquilidad y justicia, y sobre Andresito, le ordenaba que ocupara y vigilara los pasos del Uruguay, comunicaciones que en ceremonia en la Plaza Mayor, el día 22, se harían públicas, como también dos proclamas de Andresito, confirmando la claridad de su pensamiento, adhesión, voluntad y participación plena en la afirmación del ideario artiguista. “El ciudadano Andrés Artigas, Comandante General de las Fuerzas Libres Occidentales Guaranises. Ciudadanos ya habéis naufragado indecorosamente y con que en contra de vosotros. Ya habéis visto por vuestros ojos, los lamentos y contrastes que ha manejado la ligereza de vuestra debilidad… Quien negará o discutirá la constancia y energía de los occidentales, en defensa de sus derechos, siete años que esto es practicable. ¿Cuál de los que nos observan con alguna prolijidad, ocultara este deber? Este es un sacrificio o una pequeña ofrenda a nuestra Santa Libertad, muchos pueblos se sustentan solo de nuestros afanes… tampoco es de duda, que solo los libres Orientales se saben poner a los riesgos de los peligros y también librarse de ellos… ¿No parecen estos unos méritos, que todos deben apetecer? ¿Y que los complicados en estos trabajos, no son memorables? El Señor general, Protector Ciudadano José Artigas, en todo el discurso del tiempo de esta obra, ha nombrado al Sr. Gobernador Ciudadano Juan Bautista Méndez… Basta ya de frenesí y de tan tristes servicios, vamos, vamos batiendo presurosos los ejércitos de los enemigos, todos, a la aniquilación de ellos y no la de nosotros, que es dolor, tenéis ya espadas resistibles para el contrarresto de ellos todos. Mujeres y ancianos, esposas aconsejen a vuestros maridos que el amor tierno, también con su suelo o su desempeño y así daremos uno solo y venturoso rastrillazo a que firme se cierre las puertas de nuestras iniquidades. Yo he protestado todos mis últimos esfuerzos y nuevamente lo protesto en obsequio de nuestra amada Patria. Cuartel General de mis Fuerzas Libres Occidentales Guaranises, en Corrientes 21 de septiembre de 1818. Andrés Artigas”. El día siguiente, con la tropa formada en la plaza, nos relata Fermín Félix Pampín, en sus “Memorias”, se presentó en su centro “el guaraní Dn. Andrés, cercado de su comitiva Misionera y Correntina. Al son de la música, con fusión de cajas, estallidos de cañón y gritos de vivas…”, se dieron a publicidad las comunicaciones y novedades, con un nuevo manifiesto de Andresito: “Las cosas apuran como ayer, en manifiesto anuncié: los enemigos están en una impostura… a este efecto el Capitán de Blandengues Orientales, el Ciudadano Miguel Escobar, ya está destinado a continuar las marchas en los términos de combatirlos. Los americanos celosos y amorosos a su Patria…” insistiendo en el apoyo que deben mostrar los pobladores para el accionar de las fuerzas que combatirán a los invasores. LOS NOBLES LIMPIAN LA PLAZA El Comandante guaraní creyó oportuno organizar actividades recreativas, tanto para sus legiones como también para la población local, para lo cual dispuso que entre los días 4 al 7 de octubre, “…se bailara en los pórticos de las Iglesias de la ciudad, varias pantomimas y danzas, que los indios desempeñaron con agilidad… se observó la falta en una danza de unos doce oficiales”, motivo que Andresito dispuso sanciones a los ausentes. Otra versión la ofrecen las hijas del comerciante inglés John Postlethwaite, Jane y Anne, que relatan lo acontecido, cuando ante invitación de Andresito a los principales de la ciudad para concurrir a una representación, nadie asistió, y enterado de la causa, “¿quién podía darse el trabajo de concurrir a bailes de indios?, Andresito había soportado muchas demostraciones públicas de menosprecio por parte de la ciudad, dando más prueba de indulgencia que las que hubiera podido esperarse, pero esto último lo ofendió mucho y desde entonces se mostró decidido a castigar a sus enemigos. ¿Entonces –dijo- no quieren venir a bailes de indio?... Muy bien, vamos a ver... Y así a la mañana siguiente (un día muy caluroso) los tambores tocaron a las armas y todas las personas respetables –excepto don Isidoro Martínez, el anciano Durán y mi padre- fueron reunidos en la plaza y obligados a cortar la hierba hasta dejarla limpia de un extremo a otro. Tuvieron que trabajar casi todo el día bajo un sol abrasador y la verdad es que, no obstante la compasión que provocaban los obreros forzados, la ocurrencia del indio inspiraba risa también... Mientras los hombres trabajaban de ésta suerte, sus esposas e hijas fueron llevadas al cuartel y obligadas a bailar durante todo el día con los indios...” Adjuntar carta de Campbell Pedro Campbell, en correspondencia dirigida a un amigo, Isidoro Martínez, solicita la presencia del Tesorero de la provincia, “Goya, 3 de diciembre 1818. Mi amigo: Por la presente doy atentamente todo mi poder para que con los vecinos que incluyo se presente al Sr. Gobernador pidiéndole que mande al Ministro Tesorero, que favor de ellos y confrontadas las partidas que convinieron con las cantidades que me entregó Don Francisco Sosa hallándose contestes se me exonere de toda disponibilidad. Pedro Campbell”. NOTA IX PREPARACION DEL PLAN OFENSIVO DE ARTIGAS Andresito tenía que cumplir las órdenes del Protector José Artigas, en una recorrida por el interior, reclutó y formó divisiones de soldados que al mando de Vicente Tiraparé, Mbaibé y Blas Uré, debían dirigirse al norte de Corrientes, a territorios de Misiones, zona de Caá Catí e Ibiritingay. En su accionar por el interior provincial, fiscalizó la Aduana del puerto de Goya, como demostración de buena y clara administración de su gobierno, certificando, “Entregó el ciudadano Pedro Campbell, Comandante en Jefe de la Marina en la Secretaría de Guerra, sesenta y tres onzas de oro y cuatrocientos cuarenta y cinco pesos fuertes y tres reales, pertenecientes al Estado. Cuartel General en el Puerto de Goya, 3 de diciembre de 1818. Andrés Artigas”. Los hombres que logró reclutar Andresito en su recorrida provincial, remitidos a la capital para su ingreso a las legiones guaraníes, posibilitaron que las primeras formaciones partieran a su destino bajo el mando de Vicente Tiraparé, “... se puso en marcha el 4 de enero 1819, llevando un cañón de bronce y seis carretas y en ellas hermosas canoas de tabla y abundancia de municiones de guerra. Esta división llevó una bandera nueva, colorada, verde y blanca, su destino a Caá Caty, para incorporarse allí a las divisiones de los comandantes Mbaibé y coronel Pantaleón Sotelo, toda la fuerza al mando de este último, se dirigió a la costa del Uruguay por Misiones. Tiraparé, era un indio viejo y feo natural y desertor del pueblo de San Borja, sujeto a los portugueses, pero muy cortés y de trato afable y humano, se decidió con la mayor política y urbanidad de todos los conocidos. Para el momento de su salida pidió rogativas en todas las iglesias de la ciudad...con las tropas de su división, haciendo oración en todas ellas”. Es de mencionar que en esta oportunidad, Fermín Félix Pampín, en sus “Memorias”, especifica a una bandera nueva, que difiere de la tricolor artiguista, sustituyendo el verde por el azul. Un segundo contingente se sumará a las legiones guaraníes, “El 16 de febrero parte de la ciudad, el Tte. Coronel de artillería Blas Uré, 400 hombres, una bandera, dos piezas de bronce, siete cargadas de efectos y tres carretillas de municiones y equipajes, para incorporarse a las legiones de Pantaleón Sotelo”. Es de apreciar que el testigo ocular de estas partidas, como cronista avanzado, era muy detallista y observador, de los elementos que transportaban las fuerzas de Andresito. MELCHORA CABURU Dentro de la gran animación que se vivía en Corrientes, fiestas y bailes, se había presentado en la ciudad, 15 de octubre, para alegría sin duda de Andresito, su compañera sentimental, Melchora Caburú, “Bien sentada como hombre, en un caballo ensillado con apero chapeado, sable al cinto, la pollera atada en forma de chiripá, un pañuelo punzó al cuello y gran sombrero de palma” llamó la atención de la sociedad correntina al entrar en la ciudad, “china blanca, quemada del sol, de ojos azules, pelo castaño, ancha, mofletuda la cara, baja de estatura y de un trato modesto y afable…” que recibiría muchas atenciones de quienes buscaban ventajas en el trato y relación con Andresito, que debió alejarse de su compañera, para realizar por el interior de la provincia, una adecuada incorporación de hombres a las legiones que debían tomar parte del plan ofensivo del Protector en las regiones orientales del río Uruguay. Finalizada su tarea por el interior, el jefe artiguista regresa a la capital (madrugada del 4 de marzo 1819), encontrándose con una situación personal, “... poseído de una furia incontrolable debido a que se enteró que su compañera Melchora Caburú, había asistido a frecuentes bailes, organizados por algunos aduladores en su honor... ninguna persona que algo hubieran tenido que ver con ellos... se salvó de los tremendos azotes descargados por la ira del celoso mandamás, ni siquiera la promotora de esos celos...” Al iniciar Andresito su marcha para reconquistar las Misiones Orientales, de acuerdo al plan de Artigas, dispuso que Melchora fuese conducida al pueblo de Santa Lucía, “donde residían sus padres, cuya comisión le fue encomendada al porteño Manuel Segovia, teniéndola el Gobernador (Méndez) hospedada en su casa, hasta el momento de su embarque y transporte por el Paraná” Pero Andresito, “baqueano al fin, cambió de monta”, la correntina Benedicta Blanco pasó a la función de “compañera confidencial”. LAS MISIONES ORIENTALES META DE ANDRESITO De acuerdo a esta crónica, después de “azotar a todo el mundo”, Andresito, dejando en paz las espaldas maltratadas, el martes 23 de marzo de 1819, a las dos de la tarde, parte de la ciudad para cumplir con el plan ofensivo de Artigas, de ataque a los portugueses, en las regiones misioneras conquistadas por ellos. A la partida de Andresito, queda como gobernador Juan Bautista Méndez, con el resguardo y apoyo de una legión guaranítica al mando del Sargento Mayor Juan Asencio Abiaró, y Juan Mexías Sánchez a cargo de 50 soldados negros granaderos, formación esta que partirá el miércoles 21 de abril, con el Fray Agustín Galain, como capellán. Aprovechando la ausencia de Andresito, debieron sofocar un intento de cambio político provincial. El movimiento, encabezado por José Mariano Torres, oficial de Vedoya, por lo tanto “civilizado”, con su antecedente de dirigir la matanza general de indios en Garzas, al frente de un grupo de maleantes, atacó Caá Catí, San Miguel, Yaguareté Corá y sus regiones, contando ahora, con el apoyo de Miguel Escobar, que dejaba su adhesión a Artigas para atacar Curuzú Cuatiá, feudo del artiguista José Gabriel Casco, que finalmente logra derrotarlo en Avalos, dándose a la fuga, “... que perseguidos por el inglés Juan Tomás Ardets, segundo de Campbell, en Santa Lucía, los tomó prisioneros, a once, siendo pasados a degüello, entre ellos los hermanos José Luis y Domingo Escobar, cuyas cabezas remitidas como trofeo a Méndez, fueron mandadas por éste a la desdichada madre de las víctimas. Torres, a su vez, huyó al Paraguay, lo mismo que los otros dos hermanos Escobar, Miguel y Angel” Los historiadores tendrían en cuenta, para adornar y llenar de calificativos el pasaje de los guaraníes por la ciudad de Corrientes, el relato del 12/11/1827, de Pedro Ferré, testigo presencial, que quizás como excusa y justificación, al combatirlos en la provincia de Misiones, “Desde que los naturales de Misiones obtuvieron su libertad, quisieron distinguir la época de su independencia adoptando el sistema de destruir en vez del de edificar. El peso de las cadenas que habían arrastrado por más de dos siglos, los había reducido a tal extremo de degradación, que cuando se vieron libres de ellas pasaron al exceso de una licencia sin límites... después que los portugueses... llevaron a la ruina en aquellas desgraciadas regiones, ellos continuaron errantes por todas ellas, oprimidos de hambre y desnudez... atacaron a esta provincia (Corrientes, año 1818)... En un momento se hacen dueños de vidas y haciendas... por espacio de diez u once meses. Los habitantes abandonan sus hogares... las familias huyen con pavor a aislarse en los bosques más lejanos y espesos; no se oye más que el eco lastimero de niños y ancianos...” donde de cierta manera, explica y hasta justifica el comportamiento levantisco y agresivo de los indígenas, ante la presencia del usurpador hombre blanco, olvidando que las familias indias, también emitían ecos lastimeros de niños y ancianos que trataban de salvarse de las matanzas indiscriminadas. Sin duda que para toda la región, donde los sistemas de explotación del indio, que perdía sus tierras, sus bosques, su ancestral modo de alimentación, en manos de los conquistadores, para los cuales debía servir como esclavos, pese a las leyes de protección, debe de haber dejado sedimentos de rebeldía y ansias de venganza, contra los usurpadores de sus dominios. Si el comportamiento de los indígenas, llevaba terror y pavor a las poblaciones blancas, no eran menos los sentimientos, que padecían las tribus indígenas, sus mujeres, niños y ancianos, ante los ataques y masacres que sufrían por las partidas de conquistadores, colonizadores y ejércitos. Para los hombres blancos, la civilización era representada por el poder de la espada, para someter la voluntad de los verdaderos dueños de las tierras del Nuevo Mundo, codiciadas desde el principio por el oro y la plata. Adjuntar certificación Andresito liquidación de Campbell NOTA X ANDRESITO DERROTADO Y PRISIONERO El plan ofensivo de José Artigas que debía llevar a cabo Andresito Artigas, en regiones de las misiones orientales, dominadas y ocupadas por los portugueses, era una instancia que de prosperar, desalojaría a los invasores lusitanos de las fronteras de la Liga Federal, aliviando la presión militar sobre la Banda Oriental. El 17 de marzo de 1819, Andresito solicita 8 mil pesos para mantenimiento de las tropas, recursos que provendrían de impuestos al comercio realizado por ingleses, permitido ahora, que “... por una sola vez lo hago pensando... la seguridad de la patria y aun sin proporción de intereses”. El Sargento Mayor Pedro Sánchez Negrete, acompañará a Andresito como jefe de la división correntina, mientras que el Comandante de Asunción del Cambay, Manuel Cayré, tratará de cruzar el Uruguay al sur, por la zona de La Cruz, para unirse a las fuerzas de Andresito. El 20 de marzo, el secretario de Andresito, Juan M. Sánchez, ya instalado en Corrientes, hace saber por un bando, ” Que el Ciudadano Andrés Artigas, Comandante General del Ejército Libre Guaraní, Occidental y Reconquistador de la Provincia de Corrientes... por cuanto hallarme estrechado a perseguir al enemigo, cedo todo mi poder, autoridad y facultades para que represente mi propia persona, mi Secretario de Guerra, ciudadano Juan Mexías Sánchez, pueda hacer observar mis órdenes según queda instruido en todas las partes que me corresponde, para cuyo efecto, doy esta firmada por mi mano, sellada con el sello del que hizo mi provincia. Sala de mi Despacho de Guerra, marzo veinte de mil ochocientos diecinueve. Andrés Artigas” El día 22 Andresito le enviará a su Secretario una comunicación “... en marcha desde Itatí”, hasta que este se pondrá en marcha en abril, para las Misiones, con 50 negros granaderos, apropiados a vecinos, como capellán Fray Agustín Galain. Por abusos de autoridad y mal desempeño, el Secretario, a instancias del Cabildo, el 4 setiembre, el Comandante Pedro Campbell, lo tomará prisionero, llegando al campamento de Artigas el día 20, siendo juzgado con pérdida de sus bienes mal habidos como una muestra más, que en las filas artiguistas no todo era encubrimiento de malas acciones. La ruta trazada por Andresito indicaría que sus planes eran acercarse al Uruguay por la zona norte del Iberá, para encontrarse con las tropas reunidas en Ibiritingay y Caá Catí, tarea cumplida por Pantaleón Sotelo, para cruzar Andresito el río Uruguay a fines de abril, para afincarse en San Nicolás, donde también actuaban divisiones al mando de Vicente Tiraparé, Mbaibé y Uré, con el fin principal de sustraer ganado a las fuerzas lusitanas, afectando el mantenimiento de las mismas. Legiones guaraníes estaban dispuestas en ayuda de mantener la defensa de Santa Fe, mientras que otras se quedaron en Corrientes para resguardar y mantener al Gobernador Méndez, de posibles revueltas Alertados los portugueses de la presencia de legiones armadas de guaraníes, que habían traspasado el Uruguay, sabedores además de la peligrosidad y fiereza que combatían, debieron de tomar precauciones, para enfrentarlos en diferentes escenarios, aprovechando para encontrarlos con fuerzas divididas. El Coronel Chagas arremete (mayo) contra la guarnición de Andresito en San Nicolás, ocupado por las fuerzas guaraníes, siendo rechazado en su intento. Quizás con demasiada confianza, Andresito había dispuesto que parte de sus fuerzas buscaran encontrarse con el ejército de Artigas, en una recorrida exploratoria acompañado de algunos guaraníes, es vencido el 6 de junio por el ejército veterano del General José Abreu, en Itacurubí (piedra partida), iniciando una serie de derrotas, que terminarán con la presencia vigilante de las huestes guaraníes en las fronteras orientales del río Uruguay. El 11 de junio, los guaraníes que habían quedado en San Nicolás, deben abandonar el lugar ante la aproximación del ejército al mando del Capitán General de Río Grande, Conde de Figueras. Importante baja sufrirán los guaraníes, Vicente Tiraparé perderá la vida en la batalla de Santo Cristo, acciones bélicas que evidenciaban que los portugueses no escatimarían esfuerzos en derrotar y expulsar a los “invasores” guaraníes de las regiones orientales del Uruguay. La desorganización cundió en las filas guaraníes-artiguistas, tratando de cualquier forma traspasar el Uruguay, algunos sin monturas, escondidos en los montes, para trasladarse por la noche, hasta que el jueves 24 de junio, Andresito es sorprendido en el paso de San Isidro o San Lucas, por una partida portuguesa, que en un primer momento, le costaba creer que habían tomado prisionero al gran Jefe y Cacique Guaraní, principal lugarteniente de José Artigas, que encadenado será trasladado prisionero a San Borja, siendo finalmente trasladado a Río de Janeiro, para ser arrojado adentro de un calabozo de la prisión de la isla Das-Cobras. La confirmación de la derrota y la prisión de Andresito, caló hondo en el entusiasmo y espíritu de las legiones guaraníes, que en un primer momento no sabían como sobreponerse a la ausencia de su Jefe indiscutido, se encontraban perdidos sin claridad de las acciones a seguir, vagando errantes por las llanuras, esteros y bañados de Misiones, en otros casos sin tutela disciplinaria, desorganizados, dándose al pillaje y al robo, conducta que resaltaba más la ausencia del Jefe Andresito Artigas. En julio se conoce en Corrientes la derrota de Andresito en territorio de las misiones orientales y su captura como prisionero del Gral. Abreu, el Gobernador Méndez le ordena a al Jefe de la Marina, Pedro Campbell, en el momento autoridad en la capital, “... que se siga un novenario de Misas Solemnes al Todopoderoso Dios de los Ejércitos, por intersección de la Soberana Virgen Nuestra Señora de Mercedes Redentora de cautivos, con asistencia de la Municipalidad y todos los oficiales de la guarnición y en el ultimo día con todo el clero, comunidades religiosas y el pueblo, por la salud y rescate de nuestro benemérito General don Andrés Artigas y buen éxito de nuestras armas contra los enemigos de la Patria... para cuyo cumplimiento se dará principio a la función el 19 del presente y continuará hasta el 27 inmediato en la Santa Iglesia de Mercedes, debiendo estar cerradas todas las casas de comercio y trato durante la misa; pena de 50 pesos a los contraventores... Dado a bordo de la Capitana a la Armada en el puerto de San Sebastián de Corrientes, a 17 de julio 1819. Pedro Campbell, Eusebio Antonio Villagra, secretario. Artigas debe reorganizar sus fuerzas, reacomodar las jefaturas de las legiones guaraníticas ante la ausencia ya aceptada del fiel Andresito, decidiendo que el Gobernador de Corrientes y los principales jefes guaraníes, se concentren en Asunción del Cambay para decidir y nombrar al Jefe del Ejército Occidental Guaraní. El 21 de setiembre se habría designado a Pantaleón Sotelo, como Comandante General de Misiones. NOTA XI SANGRE GUARANI ARTIGUISTA TACUAREMBO EL PRINCIPIO DEL FIN En esta última nota, se resume el final de la gloriosa lucha de Artigas, junto a los guaraníes de Andresito, defendiendo la libertad y soberanía de su tierra, manteniendo el ideal federal del Protector de los Pueblos Libres. En reunión efectuada en Asunción del Cambay, el martes 21 de setiembre 1819, se designa al segundo de Andresito, Pantaleón Sotelo como Comandante General de Misiones. El nuevo jefe, nacido en Santo Tomé, “Pertenecía al arma de caballería y se habría formado militarmente bajo las órdenes de Artigas…formaba parte del Cuerpo de Blandengues de Montevideo, en febrero de 1811… durante el segundo sitio de Montevideo, como sargento comandando la 3º Compañía”. Artigas remite oficios al Cabildo de Corrientes, “Yo marcho el martes inmediato a mi Cuartel General donde la Patria exige mi presencia, pues según las últimas comunicaciones los enemigos parece que salían de Montevideo… Cambay setiembre 25 de 1819” En comunicaciones a los Cabildos de Corrientes, Santa Fe y a “Pancho” Ramírez, Artigas les comunicará que el 24 de noviembre parte rumbo a la frontera con todas las divisiones, resaltando que las misioneras van al mando de Pantaleón Sotelo. Si la ausencia de Andresito, al confirmarse su confinamiento en las cárceles lusitanas, resquebrajaba el andamiaje defensivo en las fronteras del alto Uruguay, además de ser la figura aglutinante de las legiones guaraníes, cuya presencia hubiera desbaratado posiciones contrarias al accionar de Artigas, el combate de Tacuarembó, con resultado adverso al ejército artiguista, marcará en cierta forma, el declinar de la figura de Artigas, su influencia, apareciendo cuestionamientos a su posición intransigente ante las autoridades de Buenos Aires, condensada en la famosa frase, “No venderé el rico patrimonio de los orientales, al bajo precio de la necesidad”, mientras oficiales y lugartenientes, creían y opinaban, las conveniencias de arreglos, pactos, acuerdos, con los porteños unos, con los portugueses otros, a la sazón, amplios ocupantes del territorio de la Banda Oriental, con dominio completo, y complaciente, principalmente de Montevideo y los poderosos estancieros, que para nada estaban conformes, con las “ideas raras” de Artigas, de repartir tierras entre los más infelices y desposeídos. En su lucha ideológica de formar la “Patria Grande”, de constituir el país de las “Provincias Unidas del Sur”, encontró las mayores defecciones y abandonos, en su propia provincia, la Oriental, que debiendo soportar la presencia portuguesa, apreció las mieles de la misma, cierta estabilidad y tranquilidad para su comercio, que bien supieron alentar los invasores para desviar la atención de su presencia. Primeras victorias artiguistas, 13 de diciembre derrotado el coronel, Abreu, entre las vertientes de Ibirapuitá y Quareim, por la vanguardia al mando de Andrés Latorre, y la presencia cerca de San Borja, de legiones guaraníes al mando de Pantaleón Sotelo y Mbaibé. El ejército portugués es poderoso, con espías y vigilancia en toda la frontera, comienza mal el fatídico año 20 para Artigas, su ejército es derrotado en la quebrada de Belarmino, “... Perdiéronse más de 400 hombres esa tarde, entre ellos los mejores oficiales de Misiones, como Ticureí, Lorenzo Artigas (hermano de Andresito) y otros...” El desastre final se produciría el sábado 22 de enero 1820, cuando en la batalla de Tacuarembó, las fuerzas comandadas por Andrés Latorre, las guaraníes por Pantaleón Sotelo y Manuel Cayré, son derrotadas por las lusitanas al mando del Conde de Figueras. Pero quizás peor que la derrota, sería la muerte en la batalla de Pantaleón Sotelo, que tenía antecedentes y carisma para suplir la ausencia de Andresito. Por segunda vez, Artigas pierde un respaldo vital, de gran significación en el articulado de la historia futura, ya que Sotelo, en última instancia, se hubiera interpuesto y sofocado la rebeldía acomodaticia de Ramírez y jefes guaraníes. “El desastre de Tacuarembó, más la posterior defección de las filas artiguistas de don Fructuoso Rivera, marca en cierta medida el principio del fin de la vida pública del caudillo oriental y Protector de los Pueblos Libres, José Artigas. Para los misioneros, Tacuarembó significó un verdadero genocidio, no sólo de sus principales... oficiales y milicianos, sino también de la “chusma” que siempre acompañaba a las tropas guaraníes. Además, la muerte de Pantaleón Sotelo dejaba a los misioneros nuevamente sin Comandante General”. Aunque exagerado, el parte portugués oficial de batalla, establecía 800 muertos, 15 heridos, 490 prisioneros, mientras los portugueses, un muerto y cinco heridos. Artigas con unos pocos orientales abandona el territorio de la Banda Oriental, ya ocupada totalmente por los portugueses, situación que para algunos sectores, era agradable, creando una situación política para nada irritante. Las aspiraciones de libertad y soberanía, se cambiaban por libertad y seguridad de comerciar libremente. Al retiro de Artigas derrotado en su suelo natal oriental, le habrán llegado del occidente sones y campanas de triunfo, con la victoria del 1º de febrero, de los ejércitos federales de Ramírez y Estanislao López, con importante presencia guaraní, sobre las fuerzas de Buenos Aires, cuyas autoridades fueron suplantadas, suscribiendo el Pacto del Pilar, que manteniendo ideas federales, motivaría el enfrentamiento de Artigas con Ramírez, ya que este firmante del Tratado, no se obligaba a sostener la lucha contra los portugueses, ignorando la situación de Corrientes, Misiones y Banda Oriental. La derrota de Tacuarembó caló hondo en la nación guaraní, que sin recursos, con su territorio devastado y empobrecido por los saqueadores portugueses, con sus hermanos, milicianos, jefes, prisioneros o muertos, poco podían esperar que se aliviara su situación, máxime el acoso que padecía el Protector por los portugueses, en sus permanentes intenciones de traspasar el Uruguay. El tratado que no aceptó Artigas, tenía además hojas escondidas, que muy astutamente las escribió el sutil y traicionero, gobernador de Buenos Aires, Manuel de Sarratea, que depositará en manos de don “Pancho”, 200 mil duros, 1.500 fusiles, 1.500 sables, trabucos, municiones y la flota del Paraná. Pero no era para combatir a los portugueses, la tarea sería aniquilar a José Artigas El triunfo de Cepeda sobre las fuerzas porteñas, marcó como paradoja, el ocaso terminal del Jefe oriental. El Cabildo de Corrientes en principio estudiaba la situación desde tres posiciones, una encontraba positivo el Tratado, otra apoyaba la posición de Artigas, y la tercera, quedar a la espera de los acontecimientos. En el Campamento General del Miriñay, el 5 de marzo, oficiales, tropa, con la anuencia de Artigas, designan a Francisco Xavier Sití, Comandante General de Misiones. Artigas por nota enviada al Cabildo correntino el 11 de abril, invitaba a reunión en el cuartel de Abalos, con representantes de las provincias de Corrientes, Misiones y Banda Oriental, sesionando el 24 de abril, donde será ratificado Artigas como Protector de la libertad. TODOS CONTRA ARTIGAS En junio comenzarían los enfrentamientos bélicos, Ramírez aumentaba su poder, el 25 de julio se celebra el acuerdo de Mocoretá, entre Ramírez y Sití, lo que desbarataría toda resistencia de Artigas, que perseguido por fuerzas contrarias, alentadas por portugueses, conversaciones y futuros acuerdos entre Fructuoso Rivera y Francisco Ramírez, lo van acorralando contra el Paraná. El martes 5 de setiembre 1820, último día que pisa el suelo de su patria, ingresará a territorio paraguayo, esperanzado de lograr apoyos de amigos, sin saber que muchos de ellos habían sido detenidos al descubrirse un complot contra el Supremo, Gaspar Rodríguez de Francia, motivando que se ejerciera sobre Artigas una vigilancia especial. El historiador correntino, Dr. Hernán Félix Gómez, se refiere a la actitud de Artigas, “Una gran figura desaparecía del escenario litoral… no se pueden ensombrecer las altas cualidades de su espíritu ni el leal principismo de sus convicciones federales… es fecunda la obra de Artigas; Corrientes le debe las prácticas representativas de su democracia, definida por primera vez en el litoral y el país todo… ese justiciero reglamento de los derechos de aduana… como ese hábito de respetar formas administrativas y de renovar funcionarios al cumplimiento de sus mandatos”, ampliando Antonio E. Castello, “…agregamos que Artigas fue uno de los más importantes próceres argentinos. Lamentablemente su forma de sentir la patria y defenderla no fue sostenida por otros…” |
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