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SALVEMOS EL PLANETA

TSUNAMI

   
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Origen del Tsunami

Para que se origine un maremoto es necesario que una gran masa de agua del océano sea alterada fuera de su equilibrio normal. Esto se genera debido a que el fondo marino es movido de manera abrupta en sentido vertical, y cuando éste intenta recuperar el equilibrio genera olas. Esto es lo que comúnmente denominamos terremotos generados bajo la superficie acuática a gran escala, y  ésta es la causa principal de la mayoría de los tsunamis. No siempre los terremotos bajo la superficie marina ocasionan un maremoto, sino que para que esto suceda se requiere una magnitud considerable, y el hipocentro de dicho movimiento debe estar en el punto de profundidad adecuado. El tamaño de los tsunamis depende de la magnitud del desequilibrio vertical generado en el fondo marino, entre otros parámetros como la profundidad del lecho marino.
Si se produce en maremoto tectonico en un fondo oceánico a 5km de profundidad, éste removerá una columna de agua que va desde el fondo hasta la superficie marina. Este desplazamiento vertical puede llegar a ser de unos pocos centímetros, pero si éste se produce en la superficie marina, la velocidad alcanzada puede ser muy alta y la energía que se transmite a la onda es enorme.
La ola en alta mar pasa casi desapercibida, debido a que se camufla con las olas superficiales del mar. Esto cambia en el fondo marino, debido a que se destacan en la quietud agitando toda su profundidad.
El Océano Pacífico es el mas afectado por maremotos tectónicos, esto se debe a que es la zona mas activa del plantea, la denominada cinturón de fuego. Es por esto que éste es el único océano con un verdaderamente eficaz sistema de alertas.

Uno de los indicios que pueden advertir acerca de la aproximación de un tsunami, es la bajada de marea más conocida como “recogimiento”. Posteriormente el mar vuelve con gran fuerza. El tiempo de llegada del tsunami, varía dependiendo de la magnitud del terremoto y de la velocidad con que viajan las olas. También influyen: la velocidad del viento, la rugosidad del fondo marino, la temperatura del agua entre otros factores. Las olas pueden alcanzar incluso los 800 kilómetros por hora, y pueden llegar a una altura distinta, cambiando desde algunos milímetros hasta más de 30 metros. Las olas al interior de la extensión oceánica pueden no ser grandes, sin embargo, llegando a la costa ganan altura.
Una de las zonas más vulnerables es el océano Pacífico. Expertos recomiendan, luego de un gran terremoto que genere un tsunami, situarse en un lugar sobre los 30 metros de altura a nivel del mar.

¿DONDE Y CON QUE FRECUENCIA APARECEN LOS TSUNAMIS?

Los tsunamis son desastres que pueden generarse en cualquier océano, mar o lago, de hecho, en cualquier gran masa de agua. Cada región del mundo parece tener un patrón y una frecuencia de aparición de tsunamis, que pueden ser pequeños e inocuos, o grandes y muy destructivos.
La mayor parte de los tsunamis tienen lugar en el océano Pacífico y en los mares que lo bordean. La razón es que este océano ocupa más de un tercio de la superficie terrestre y está rodeado de cadenas de montañas, grandes fosas oceánicas y un arco de islas denominado “cinturón de fuego”, que es donde se producen la mayor parte de los terremotos. Los tsunamis son generados por terremotos superficiales en todo el Pacífico, pero los que tienen lugar en la zona tropical suelen ser modestos y, aunque son devastadores localmente, su energía decrece rápidamente con la distancia; no suelen ser destructivos a pocos cientos de km. del epicentro. En cambio, los tsunamis generados por grandes terremotos en el Pacífico norte o en la costa de Sudamérica suelen ser de grandes proporciones y enormemente destructivos. Estos grandes tsunamis tienen lugar media docena de veces cada siglo; en estas ocasiones uno de estos tsunamis barre todo el Pacífico, rebota en las costas más alejadas y mantiene todo el océano en movimiento durante días. Aunque no son tan frecuentes, también se han registrado tsunamis destructivos en el océano Atlántico y Índico, el Mar Mediterráneo e incluso en masas de agua menores, como el Mar del Mármara (Turquía).

En la última década del siglo XX, se han registrado tsunamis destructivos en Nicaragua (1992), Indonesia (1992, 1994, 1996, 2004), Japón (1993), Filipinas (1994), México (1995), Perú (1996, 2001), Papua-Nueva Guinea (1998), Turquía (1999) y Vanuatu (1999).

FACTORES DESTRUCTIVOS DE LOS TSUNAMIS.

Son tres: la inundación, el impacto de la ola en las estructuras y la erosión. Las fuertes corrientes inducidas por el tsunami erosionan los cimientos y provocan la caída de puentes y muros. La flotación y las corrientes mueven casas y vuelcan trenes. La gran cantidad de restos flotantes arrastrados por las aguas es responsable de gran cantidad de daños: los troncos de árboles, los coches y los barcos se convierten en peligrosos proyectiles que colisionan con edificios e instalaciones eléctricas, destruyéndolos y a veces originando incendios. Los fuegos iniciados en barcos dañados en los puertos, o oleoductos o refinerías afectados pueden causar más daños directos que el propio tsunami.

Megatsunamis

Los otros mecanismos, menos usuales, de generación de tsunamis son las erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra, meteoritos o explosiones submarinas. Estos fenómenos pueden producir olas de varios cientos de metros y alcanzar velocidades de 900 Km/h. Ese tipo de tsunamis son los llamados vulgarmente Megatsunamis. De todas estas causas alternativas la más común es la de los deslizamientos de tierra producidos por erupciones volcánicas explosivas que pueden hundir islas o montañas enteras en el mar en cuestión de segundos. También existe la posibilidad de desprendimientos naturales tanto en superficie como bajo ella. Un ejemplo clásico de megatsunami sería la explosión del volcán Krakatoa en 1883, cuya erupción generó una energía de 300 MT. Se midió una altitud en las olas de hasta 50 m, muy superior a la de las medidas por los tsunamis convencionales del Océano Índico, acabando con la vida de más de 35.000 personas. Esto es debido a que los megatsunamis, aunque cuentan con una menor energía, se producen de una forma mucho más localizada y suelen producirse en zonas de aguas poco profundas. Esto último hace que, aunque este tipo de fenómenos es increíblemente destructivo en las costas cercanas al desastre, se diluya con rapidez. Otro ejemplo de megatsunami sería el producido por el impacto de un meteorito en el océano, ya que su efecto sería similar, aunque en mayores dimensiones, al producido cuando se lanza una piedra al agua. Su poder de destrucción sería inimaginable aunque son los más raros, no se tienen referencias históricas de su acción. Uno pudo producirse hace 65 millones de años, cuando un meteorito impacto sobre la península del Yucatán (Méjico), y que causó la quinta gran extinción de especies.

  

Tsunamis en la Historia

El tsunami de 2004 en el Océano Índico, causó 288.000 víctimas, y fue provocado por el quinto terremoto más fuerte de la historia moderna…
En 1755 se produjo en Lisboa uno de los terremotos más destructivos y mortales de la historia, causando la muerte de entre 60.000 y 100.000 personas. El seísmo fue seguido por un tsunami y un incendio, causando la destrucción casi total de Lisboa. Tsunamis de hasta 20 m de altura barrieron la costa del Norte de África, y golpearon las islas de Martinica y Barbados al otro lado del Atlántico. Incluso un tsunami de 3m golpeó la costa meridional inglesa.

El 28 de diciembre de 1908 se produjo un terrible terremoto en Sicilia, ocasionando un maremoto que arrasó completamente la ciudad de Messina en Sicilia. Se calcula que murieron cerca de 70.000 personas, de los 150.000 habitantes con que contaba la ciudad.

El más reciente tsunami, y uno de los más devastadores, se produjo en el Océano Índico en el año 2004, causando más de 250.000 víctimas directas. Las zonas más afectadas fueron Indonesia y Tailandia, aunque los efectos también se notaron en , India, Sri Lanka, las Maldivas e incluso Somalia, en el Este de África, a 4.100 km al oeste del epicentro. Este tsunami se originó como consecuencia de un sismo submarino con una magnitud de 9.2, el quinto terremoto más fuerte de la historia moderna (desde que se registran con sismógrafos).

Sistemas de alerta

Muchas ciudades alrededor del Pacífico, sobre todo en Japón, Chile y en Hawai, disponen de sistemas de alarma y planes de evacuación en caso de una tsunami peligrosa. Diversos institutos sismológicos de diferentes partes del mundo se dedican a la previsión de tsunamis, y la evolución de éstos es monitorizada por satélites. El primer sistema, bastante rudimentario, para alertar de la llegada de una tsunami fue puesto a prueba en Hawai en la década de 1920. La predicción de tsunamis sigue siendo poco precisa. Aunque se puede calcular el epicentro de un gran terremoto subacuático y el tiempo que puede tardar en llegar un tsunami, es casi imposible saber si ha habido grandes movimientos del suelo marino, que son los que producen tsunamis. Como resultado de todo esto es muy común que se produzcan falsas alarmas. Además, ninguno de estos sistemas sirve de protección contra un tsunami imprevisto.


 

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