PÁGINAS AMIGAS

puntanews

linea horiz

REDOTA

linea horiz

GAMAMULTIMEDIA

linea horiz

 

LA REVISTA - PUBLICACIONES ANTERIORES - ARTÍCULOS DEL MES - MANDA UN ARTÍCULO - VÍNCULOS - DESTACADOS - CONTACTO - APOYAN - INICIO

 

 

 

 

 

 

 

 

imagen

 

 

 

 

 

 

EL PALACIO LEGISLATIVO

 


 
imagen
linea horiz
linea horiz

NUESTRO PATRIMONIO DE MÁRMOL   (Parte I)

El siglo XX encuentra a nuestro país entregado a la construcción de grandes obras públicas, puentes, carreteras, puertos, ferrocarriles; junto a esta actividad la sociedad siente la necesidad  de dar decoroso lugar a las instituciones públicas que eran la garantía de su prosperidad. Es entonces que se cristaliza la idea de dar local apropiado al  Poder Legislativo con la construcción de un palacio para las leyes.
En el siglo XIX ya habían aparecido algunos proyectos referentes al tema, una de las cuales fue la del Arquitecto Carlos Zucchi en 1837, el autor del proyecto del Teatro
Solís, el cual ubicaba entre las Plazas Constitución e Independencia. Junto a este aparecieron muchos otros proyectos,  pero el decisivo camino hacia la concreción del anhelo de levantar la casa definitiva y cómoda para el digno funcionamiento de las dos cámaras lo marcó la ley del 10 de febrero de 1896, la cual establecía que el edificio tendría que levantarse en la manzana limitada por las calles Agraciada, Nicaragua, Venezuela y Pampas que se encuentra frente a la Iglesia de la Aguada.
El 28 de junio de 1902, la Asamblea General aprobó una Ley que aumentaba los rubros destinados a levantar el futuro palacio y en la que se ordenaba el llamamiento a concurso para su realización..
El 12 de agosto de 1902 se constituye la primer comisión integrada entre otros por   Don José Batlle y Ordoñez  como Presidente  y Don M. Artagaveytia , tesorero.
Fue  a  la segunda  comisión, que presidía el Ingeniero Juan A. Capurro en el año 1903 la que le tocó fijar  las bases del “Concurso Internacional para un Proyecto de Palacio Legislativo en la Ciudad de Montevideo”.
Este llamado tuvo amplia repercusión sobre todo en los países europeos llegando a congregar casi 30 proyectistas. A pesar de todo el 24 de agosto de 1904 la Comisión resuelve:

  1. Declarar desierto el primer premio.
  2. Adjudicar dos segundos premios:

1-Arquitecto  español Manuel Mendoza y Sáez de Argadona
2-Arquitecto  italiano Víctor Meano, eligiendo este último para la ejecución del edificio.
El Arquitecto Meano, en el momento del llamado estaba en Buenos Aires dirigiendo la obra del Congreso del cual es creador. Pero fallece sin conocer el fallo positivo.
Puestos en ejecución los planos, se vio  lo inconveniente del lugar adjudicado, se elige un nuevo emplazamiento en la Plaza General Flores, el frente del edificio en el eje de la Avenida Agraciada. El proyecto, sin embargo, no satisfacía todas las necesidade4s , en                               el futuro su capacidad sería rebasada.
Se resuelve ampliar las dimensiones sin alterar sus disposiciones fundamentales y manteniendo el carácter de sus frentes y manteniendo el carácter de sus frentes.
Se adjudica el trabajo a los arquitectos Jacobo Vázquez Varela y Antonio Biachini, este último ayudante de Meano en el Congreso..
El 18 de julio de 1906 se coloca la piedra fundamental, la ceremonia tuvo lugar en las primeras horas de la tarde.
Después de la parte oratoria, ante las autoridades de los tres  poderes y numeroso público, el Presidente de la República Don José Batlle y Ordoñez, antes de colocar la piedra fundamental , echó en el pozo destinado a ella la primera mezcla usada en la construcción utilizando para ello una pala de plata ricamente adornada con grabados y expresamente  confeccionada para aquella solemnidad.
Después de ello la piedra fue bajada a su definitivo lugar. En su interior se había colocado el acta pertinente; un ejemplar de la Constitución de la República, copias de un acta de la Constituyente, de la Jura de la Constitución, de la Leyes referentes al Palacio Legislativo, Reglamentos y diarios de Sesiones de la dos cámaras; de la Asamblea   General y de las  Comisión  Permanente. Copia de la Ley modificando el Escudo Nacional, sellos, tarjetas postales, diarios y revistas de la época, monedas corrientes de plata y de níquel etc
Para conmemorar esta ceremonia se había  mandado imprimir diez mil tarjetas postales con el proyecto del Palacio y acuñar medallas de oro, de plata y de cobre. Las medallas fueron hechas según un único modelo elegido por concurso y cuyos autores fueron Fernández  Copello  y Enrique Lerena Joanicó.
Los trabajos de edificación se iniciaron el 26 de setiembre de 1908.

 

NUESTRO PATRIMONIO DE MÁRMOL   (Parte II)

Cuando Don José Batlle y Ordóñez planeó su idea de la democracia para el Uruguay la tenía clarísima. Conciente de la importancia de las imágenes mandó construir en una de las zonas más altas de la ciudad un monumental vigía de mármol que diera una sensación de solidez, para albergar todos los credos. Caminando tras la felicidad, la grandeza y el honor,  un día los uruguayos comenzaron a pensar en serio en crear un monumento desde el cual irradiar todo el brillo intelectual y moral posible de la joven nación.
Viviendo en la modernidad, pensaron sin embargo apoyar una idea basada en la memoria del planeta. Entonces construyeron el Palacio Legislativo, un edificio que tiene 85  años de existencia física pero más de cien si se estiman las idas y vueltas de su protohistoria. Un edificio emblemático, de estilo neoclásico, tan cargado de valores históricos o artísticos, como de riquezas objetivas irrepetibles.
Constituye la primera edificación de magnitud realizada por el Estado. Es también, en el aspecto artístico, la principal de las creaciones del siglo pasado.
Reputados técnicos y artistas, nacionales y extranjeros, pusieron el mejor de sus esfuerzos en esta monumental expresión de la arquitectura nacional, construida también con materiales del país. Debemos destacar la labor del arquitecto Gaetano Moretti, director técnico desde el años 1913, que concibió y ejecutó  brillantemente el plano definitivo de la obra seleccionado además con el mayor acierto de decoración, materiales, color, forma, cerrajería y mobiliario, sin descuidar detalle alguno que pudiera desentonar o desvirtuar la grandiosidad del conjunto.. A este re4specto, hubo que abocarse posteriormente, al estudio de la parte complementaria de la edificación, que se relaciona con las dimensiones de la plaza de circunvalación, proporcionada a la mole del Palacio, afluencia de calles a la misma, tipos de construcción privada de los alrededores.
El arquitecto Moretti fue secundado por el ingeniero José Foglia, primer Director Técnico de la obra, que demostró estimables condiciones técnicas y administrativas en el contralor de la misma. Fueron también colaboradores de gran estima el arquitecto uruguayo Eugenio Baroffio y el técnico italiano Darío Pedroni, radicado en Uruguay.
Las tareas de albañilería se encargaron a la Empresa Debernardis y su costo final culminó siendo de un millón y medio de pesos. En cuanto al tema puntual de los materiales empleados, otro nombre  destacable, que algunas fuentes literarias asocian a la empresa de manera exitosa, fue el del italiano Luís Massardi, un experto de trayectoria mundial en materia de mármoles. Este hombre operó como el gestor  magistral de la industria nacional de la piedra caliza. Primero recorrió, acompañado de expediciones de obreros, varias sierras de Maldonado, Minas y Colonia Suiza. Luego, al comprobar la solidez y belleza contenida en dichas canteras, se dedicó a traer maquinaria desde su  patria peninsular para ensayar en diversas construcciones. Por último ayudó a decidir que cada centímetro  cuadrado del Palacio Legislativo de los uruguayos contase exclusivamente con mármoles nativos.
Las obras pictóricas más prominentes  pertenecen a consagrados artistas nacionales;
Pedro Blanes Viale con sus óleos “La Jura de la Constitución”, que domina la pared izquierda del vestíbulo de honor y mide 5 metros  de ancho por 6 de altura y “Las Instrucciones del año XIII “ en el extremo derecho del salón de fiestas; Manuel Rosé con su tela “Final de la Batalla de las Piedras” y retratos de los Generales Fructuoso Rivera y Manuel Oribe, colocados en el mismo salón y óleo sobre la “Visita al campamento de Artigas en el Cerrito” frente al de Blanes en el vestíbulo de honor;
José Luís Zorrilla de San Martín, con sus retratos de Rivera y Juan Antonio Lavalleja en el salón de fiestas y Fernando Laroche, que en gran mural de 5x8 en el testero de la Presidencia de la Cámara de Diputados, evoca el histórico “Encuentro de Artigas y Rondeau”
Las esculturas y bajo relieves, fueron realizadas por el escultor italiano Giannino Castiglioni y por los uruguayos Belloni y Pratti. Todos ellos traducen el afán común de imprimir a la obra, el carácter, fuerza y severo conjunto en que se simbolizan las energías de un pueblo joven, sus industrias, sus inquietudes espirituales y materiales. Y por encima de todo, la acción tutelas del legislador, a quien ese mismo pueblo confiara su destino.
También existen en el Palacio más de un centenar de obras artísticas de diverso mérito, producto de la protección del poder Legislativo a los salones de arte y a los artitas que desarrollan sus actividades en el país, muchos de los cuales representan nuevos valores que se busca estimular. 
Sobre 8 mil metros cuadrados, el edificio condensó un eclecticismo general volcado de todos modos hacia el estilo greco-romano, en sus tres plantas y subsuelo, distribuidas hacia cada punto cardinal, macizas, coronadas por el majestuoso ático donde quedaron instaladas las cariátides simbólicas que modelaron múltiples escultores.. Es de destacar que este ático que corona la zona central y proyecta una serena grandeza fue creación del ya nombrado arquitecto Gaetano Moretti También a él se le encomendó dar las proporciones finales del clásico Salón de los Pasos Perdidos, un ambiente suntuoso al cual se llega después de trasponer la Pronaos y el Vestíbulo de Honor, entrando por la puerta de la fachada que da a la Avenida Lavalleja.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 



historias