MADRE TERESA DE CALCUTA (Parte II)
“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”.
Madre Teresa de Calcuta
SU VIDA
“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”. De pequeña estatura, firme como una roca en su fe, a Madre Teresa de Calcuta le fue confiada la misión de proclamar la sed de amor de Dios por la humanidad, especialmente por los más pobres entre los pobres. “Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mi para que seamos su amor y su compasión por los pobres”. Fue un alma llena de la luz de Cristo, inflamada de amor por Él y ardiendo con un único deseo: “saciar su sed de amor y de almas” .
Esta mensajera luminosa del amor de Dios nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los Balcanes. Era la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu, recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes, hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y recibió la Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La repentina muerte de su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en una gran estrechez financiera. Drane crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo grandemente en el carácter y la vocación de su hija. En su formación religiosa, Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.
Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpétua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”. Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida. Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, Jesús le reveló el deseo de su corazón de encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz”,Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”. Le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.
Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Visitó a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en“los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, una a una, sus antiguas alumnas.
El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.
Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitó solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.
Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención “para gloria de Dios y en nombre de los pobres”.
Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un testimonio de la alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada persona humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y amor, y del valor incomparable de la amistad con Dios. Pero, existía otro lado heroico de esta mujer que salió a la luz solo después de su muerte. Oculta a todas las miradas, oculta incluso a los más cercanos a ella, su vida interior estuvo marcada por la experiencia de un profundo, doloroso y constante sentimiento de separación de Dios, incluso de sentirse rechazada por Él, unido a un deseo cada vez mayor de su amor. Ella misma llamó “oscuridad” a su experiencia interior. La“dolorosa noche” de su alma, que comenzó más o menos cuando dio inicio a su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, condujo a Madre Teresa a una siempre más profunda unión con Dios. Mediante la oscuridad, ella participó de la sed de Jesús (el doloroso y ardiente deseo de amor de Jesús) y compartió la desolación interior de los pobres.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General de las Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo viaje al extranjero. Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración para gente de fe y de extracción social diversa (ricos y pobres indistintamente). Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe sólida, de una esperanza invencible y de una caridad extraordinaria. Su respuesta a la llamada de Jesús, “Ven y sé mi luz”, hizo de ella una Misionera de la Caridad, una “madre para los pobres”, un símbolo de compasión para el mundo y un testigo viviente de la sed de amor de Dios.
Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. El 20 de diciembre del 2002 el mismo Papa aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el milagro obtenido por intercesión de Madre Teresa.
MADRE TERESA DE CALCUTA
Ultima Parte
“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”.
Consiguió dos grandes barracones, cerca del templo de la diosa Kali. El primer día acogió a dos niños, que pronto se convirtieron en cientos y con ello aumentaron las necesidades de espacio y de medios económicos. La madre Teresa llamó a todas las puertas para reclamar con amabilidad y firmeza todo tipo de ayudas. Su mirada penetrante, la dulzura de su sonrisa y su rostro, prematuramente surcado de arrugas, se hicieron en poco tiempo famosos en todo el mundo. La madre Teresa ya no está sola: existen centros de asistencia para los más pobres por todo el Tercer Mundo... y también en los barrios más deprimidos de los países más ricos, ayudando a los afectados de SIDA. Fue galardonada con el premio Nobel de la paz en 1979. En 1986 logró ser recibida en Cuba. Se entrevistó con Fidel Castro e instaló su orden, a pesar de haber afirmado que no había visto pobres en la isla. Recién en 1988 se le permitió entrar en la ex Unión Soviética, cuando ocurrió la tragedia del terremoto de Armenia. A partir de 1990 le empezó a fallar el corazón, entonces le pusieron un marcapasos que la volvió a levantar y la hizo trabajar más fuerte que nunca. El papa Juan Pablo II, llegó a pedirle personalmente que no trabajara tanto, pero ella no le hizo caso. En 1994, el inglés Christopher Hitchens atacó duramente a la Madre en un documental para la televisión, en donde la trató de "ángel del infierno" y la acusó de "demagoga, oscurantista y sirviente de las potencias occidentales", aduciendo que el objetivo de Teresa no era el de ayudar a enfermos y moribundos sino el de realizar una cruzada contra los anticonceptivos y el aborto provocado. Este documental provocó la indignación del mundo entero ante un hombre que cegado por su visión anticlerical, no supo o no quiso distinguir la infatigable tarea verdadera de la Madre Teresa más allá de cualquier prejuicio religioso. Porque si hay algo que esta maravillosa mujer no hizo fue utilizar la demagogia o intentar conversiones oportunistas al catolicismo. Lo único que hizo durante toda su vida fue dar. "Dar hasta que duela", como suele decir ella misma. En 1974, Pablo VI la visitó personalmente a la India y, doce años más tarde recibió a Juan Pablo II, quien incluyó en el programa del viaje una visita a la "Nirmal Hidray", la "Casa del Corazón Puro" fundada por la religiosa, más conocida en Calcuta como "la Casa del Moribundo", abierta a personas de todas las religiones sin excepción. En sus últimos años, su precario estado de salud no le impidió trabajar a favor de los más necesitados hasta las últimas fuerzas, a tal punto que Juan Pablo II, le solicitó que disminuyera su ritmo de trabajo para no forzar a tal punto su organismo.
La Madre Teresa de Calcuta falleció el viernes 5 de setiembre de 1997, víctima de un paro cardíaco. Miles de personas de todo el mundo se congregaron formando largas filas en la Iglesia de Santo Tomás para despedirse de la Madre Teresa, quien es considerada una de las personalidades más influyentes del siglo XX. Permanecerá para siempre como símbolo del amor a los más pobres y desasistidos.
Falleció en setiembre de 1997 a los 87 años de edad.
(Queridos lectores de RAICES, queríamos homenajear de esta humilde manera a esta GRAN MUJER, que llegara a consagrar su vida al servicio por los más pobres del mundo …de alguna forma con ello contribuir a la reconstrucción de un país solidario con este otro gran ejemplo , como el Padre Cacho , quién falleciera un 04 de setiembre de 1992 , cinco años antes…)
María Teresa y Su Acción en las Calles de Calcuta
Al observar la muerte en las calles, la Madre Teresa no lo dudó y decidió salir del convento a recorrer la ciudad. Pidió permiso a las autoridades eclesiásticas pero se lo negaron. Los asustaba la idea de que una monja europea anduviera por las calles en una época de grandes disturbios sociales, políticos y religiosos. Para prevenirlo, la alejaron, enviándola a Asansol Pero Teresa siguió insistiendo, y ante la obstinación, el Arzobispo de Calcuta le puso como condición para salir por las calles que dejara de ser monja para convertirse en una laica. No se dio por vencida y elevó su pedido al Vaticano. Finalmente, en julio de 1948, recibió la autorización desde Roma, para recorrer las calles de Calcuta, sin perder su condición de monja. Con solo cinco rupias, la hermana Teresa deja el convento. Tiene 38 años de edad. Copia el atuendo que usan las personas de los arrabales y comienza a usar un zari blanco con bordes azules. Primero toma un corto curso de medicina en una misión médica en Patna, India. De vuelta en Calcuta, renta una cabaña en un barrio marginal y comienza a enseñar a los niños pobres. Empieza a correr rápidamente la voz, aunque ella no tenga realmente un plan. La gente le ayuda, le regala una silla y un armario. Teresa baña a los niños a los cuales enseña y luego también baña a los enfermos además de brindarles cuidados. Salió a caminar por el suburbio de Motijhil infestado por la basura y las cloacas desbordantes. Se sentó en la calle y empezó a dibujar en la tierra con un palo. Unos niños se acercaron curiosos al ver una monja vestida con ropa india que dibujaba en el suelo. Enseguida dio una breve clase y compartió la comida con los pequeños. Así durante una semana, hasta que un cura le obsequió cien rupias para que creara una escuela. A los 2 meses se sumaron 56 alumnos y la gente del barrio comenzó a obsequiarle muebles, útiles y medicamentos en señal de agradecimiento. Decidió ir más allá y se internó en un barrio mucho más pobre llamado Tijalba. Nadie se había atrevido a ir allá. Las calles estaban pobladas de leprosos, abandonados por sus propias familias. Teresa salió a pedir ayuda a las parroquias. En unas pocas la ayudaron. En la mayoría la humillaban y la insultaban. La llamaban "La monja de los callejones" y se reían de esa mujer que prefería rodearse de leprosos antes que estar con la gente poderosa. Pero los voluntarios crecían y junto a Teresa recorrían las calles recogiendo a los leprosos, tuberculosos o borrachos. Constantemente veía la muerte en las calles por lo que fue creciendo en ella la idea de crear un lugar para que los moribundos pudieran partir en paz . Su petición causó sorpresa, hicieron falta muchos permisos y autorizaciones. Por fin, llegó el sí desde Roma y ese mismo día sor Teresa dejó el convento para confundirse con la multitud que amaba.
Madre Teresa de Calcuta
La India es uno de los estados más grandes del mundo. Posee inmensas riquezas en todo su territorio y su subsuelo, además de una de las poblaciones más numerosas del planeta. Bombay, Delhi o Calcuta son grandes centros urbanos donde unos pocos privilegiados llevan una vida fácil, rodeados de un pueblo hambriento y enfermo, en los límites de la dignidad humana, resignado con su situación por una filosofía fatalista. Allí, entre la muchedumbre, actúa sin descanso una monja menuda, vestida con su sari blanco bordeado de azul, sostenida sólo por una fe inquebrantable; es la madre Teresa de Calcuta.
Agnes Gonscha Boyaxhiu -su verdadero nombre-, nació en Skopje (Yugoslavia),en 1910, en una familia de la pequeña burguesía. Nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una antigua ciudad Albania hoy perteneciente a la República Yugoslava de Macedonia. Sus padres tenían pensado llamarla solamente Agnes, pero cuando vieron su cara parecida a un capullito, le agregaron Gonxha, que en albanés quiere decir capullo en flor. En 1917 murió su padre, luego de que su socio en la empresa constructora lo dejara sin su parte. Entonces, la madre tomó las riendas de la familia y puso un negocio de ropa de encajes para así poder continuar con la educación de sus hijos. Por los misioneros que volvían de trabajar en la India, tuvo noticia de aquel mundo de infelicidad y sufrimiento. Su sensibilidad y su fe la decidieron en seguida a elegir un camino; a los 18 años entró en la congregación del Loreto, con sede en Irlanda, que tenía un gran número de misiones.
El Deseo de Ser Monja
Agnes y su hermana participaban de las labores de la parroquia. Sus horas libres no eran del todo habituales para una chica de su edad: los pasaba en la biblioteca de la Iglesia del Sagrado Corazón.
A los 12 años sintió el deseo de convertirse en monja. Lo consultó con su madre, y ella le aconsejó que no forzara ese sentimiento. Pasó largas horas rezando en la iglesia junto a su mamá, en busca de una respuesta. Entonces escuchó los relatos del Padre Jambrenkovic, quien le contó las aventuras de los misioneros yugoslavos que viajaban a la India. Quedó fascinada con las historias y deseó fervientemente ser una de ellos. Inexorablemente comprendió su verdadera vocación: Al cumplir los 18 años pidió ingresar en la Orden de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto e
En la India:
En noviembre de 1928, partió hacia el Noviciado en Darjeeling, uno de los centros culturales británicos más importantes de la India. Al convento asistían, para tomar clases con las monjas, los niños ingleses y los hijos de las familias indias adineradas. Pero a Agnes, eso no le bastaba y también les daba clases a los chicos humildes de Darjeeling. Paralelamente se dedicó a aprender dos idiomas locales: el bengalí y el hindi. Allí permaneció 20 años, al cabo de los cuales abandonó el colegio, porque quería dedicarse a los pobres que estaban fuera de aquel oasis de tranquilidad y bienestar.
(Queridos lectores…los esperamos con RAICES de agosto-12 para seguir con esta hermosa historia llena de entrega)
1910-1997. Monja y misionera católica de origen albanés naturalizada india.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.
Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.
El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.
El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.
No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz.
No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.
La paz comienza con una sonrisa.
Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite
Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Visitó a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en“los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, una a una, sus antiguas alumnas. El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba. Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitó solamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu. Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención “para gloria de Dios y en nombre de los pobres”. Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un testimonio de la alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada persona humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y amor, y del valor incomparable de la amistad con Dios. Pero, existía otro lado heroico de esta mujer que salió a la luz solo después de su muerte. Oculta a todas las miradas, oculta incluso a los más cercanos a ella, su vida interior estuvo marcada por la experiencia de un profundo, doloroso y constante sentimiento de separación de Dios, incluso de sentirse rechazada por Él, unido a un deseo cada vez mayor de su amor. Ella misma llamó “oscuridad” a su experiencia interior. La“dolorosa noche” de su alma, que comenzó más o menos cuando dio inicio a su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, condujo a Madre Teresa a una siempre más profunda unión con Dios. Mediante la oscuridad, ella participó de la sed de Jesús (el doloroso y ardiente deseo de amor de Jesús) y compartió la desolación interior de los pobres.
Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General de las Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo viaje al extranjero. Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas. El 5 de septiembre, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración para gente de fe y de extracción social diversa (ricos y pobres indistintamente). Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe sólida, de una esperanza invencible y de una caridad extraordinaria. Su respuesta a la llamada de Jesús, “Ven y sé mi luz”, hizo de ella una Misionera de la Caridad, una “madre para los pobres”, un símbolo de compasión para el mundo y un testigo viviente de la sed de amor de Dios.
Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. El 20 de diciembre del 2002 el mismo Papa aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el milagro obtenido por intercesión de Madre Teresa.
(Querido lector, por razones de espacio ofrecemos esta primera parte de una historia cargada de entrega y amor, Madre Teresa de Calcuta, esta gran mujer en su pasaje por la vida derrochó toda su energía y amor por los más desposeídos, este es nuestro pequeño homenaje a su persona…nos vemos en Junio-2012)
“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”.
De pequeña estatura, firme como una roca en su fe, a Madre Teresa de Calcuta le fue confiada la misión de proclamar la sed de amor de Dios por la humanidad, especialmente por los más pobres entre los pobres. “Dios ama todavía al mundo y nos envía a ti y a mi para que seamos su amor y su compasión por los pobres”. Fue un alma llena de la luz de Cristo, inflamada de amor por Él y ardiendo con un único deseo: “saciar su sed de amor y de almas” .
Esta mensajera luminosa del amor de Dios nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, una ciudad situada en el cruce de la historia de los Balcanes. Era la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu, recibió en el bautismo el nombre de Gonxha Agnes, hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y recibió la Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La repentina muerte de su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en una gran estrechez financiera. Drane crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo grandemente en el carácter y la vocación de si hija. En su formación religiosa, Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.
Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Irlanda. Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la Escuela para chicas St. Mary.
El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpetua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.
El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”. Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida. Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, Jesús le reveló el deseo de su corazón de encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz”, Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”. Le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.
(Querido lector , por razones de espacio ofrecemos esta primera parte de una historia cargada de entrega y amor, Madre Teresa de Calcuta , esta gran mujer en su pasaje por la vida derrochó toda su energía y amor por los más desposeídos, este es nuestro pequeño homenaje a su persona…nos vemos en Mayo-2012)
FRASES DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA
“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.”
“El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.”
“Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.”
“El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.”
“Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.”
“No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.”
“Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios.
El aborto es un homicidio en el vientre de la madre. Una criatura es un regalo de Dios. Si no quieren a los niños, dénmelos a mí.”
“No hay mayor pobreza que la soledad”.
“Muchas veces basta una palabra, una mirada, para llenar el corazón de un niño.”
“¡Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas!”
“Que Dios te recompense en amor todo el amor que hayas dado y toda la alegría y paz que hayas sembrado a tu alrededor, en todas partes del mundo.”
“Lo importante no es cuanto hacemos, sino cuanto amor, cuanta honestidad y cuanta fe ponemos en lo que hacemos.”
“No hay una gran diferencia en la realidad de un país o de otro, porque son siempre personas las que encontramos en todas partes. Pueden verse diferentes o llevar otros trajes, tener una educación o posición distinta. Pero todas son iguales. Son personas a quienes amar. Todas están hambrientas de amor.”
“Haz las cosas pequeñas con gran amor.”
“Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña. Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida Detrás de cada logro, hay otro desafío. Mientras estés vivo, siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas.”
“La vida sin amor no vale nada; la justicia sin amor te hace duro, la inteligencia sin amor te hace cruel, la amabilidad sin amor te hace hipócrita, la fe sin amor te hace fanático.”
“Sed bondadosos, generosos, comprensivos. Que todos los que se acerquen a vosotros sean mejores y más felices. Sed la expresión viva de la bondad de Dios:
Bondad en la cara, bondad en los ojos, bondad en la sonrisa, bondad en vuestro saludo, cordial y afectuoso.”
Frase para Padres
Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.
Sin embargo...
en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño,
perdurará siempre la huella del camino enseñado.
Frases sobre La Vida
La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es un misterio, descúbrelo.
La vida es promesa, cúmplela.
La vida es amor, gózalo.
La vida es trsiteza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una tragedia, domínala.
La vida es aventura, vívela.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es es vida, defiéndela.
En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo. Este amor debe resultar del sacrificio de
sí mismos y ha de sentirse hasta que haga daño.
Tómate Tiempo
Tómate tiempo para pensar, es la fuente de poder.
Tómate tiempo para rezar, es el mayor poder de la tierra.
Tómate tiempo para reír, es la música del alma.
Tómate tiempo para jugar, es el secreto de la perpetua juventud.
Tómate tiempo para amar y ser amado, es el privilegio que nos da Dios.
Tómate tiempo para dar, el día es demasiado corto para ser egoísta.
Tómate tiempo para leer, es la fuente de la sabiduría.
Tómate tiempo para trabajar, es el precio del éxito.
Tómate tiempo para hacer caridad, es la llave del Cielo.
Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.
Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.
ANÉCDOTA
Cuenta la Madre Teresa que una señora hindú, muy rica, fue a verla y le dijo: "Madre, yo quisiera tomar parte en su trabajo." La Madre le respondió: "Eso está muy bien". La señora , entrando en confianza , le dijo: "A mí me gustan y compro saris caros y elegantes todos los meses", (sari = vestido de la India). En ese momento, la señora llevaba un traje que valía 800 rupias, el de la Madre apenas valía 8 rupias. La Madre le aconsejó : " Yo empezaría por el sari, la próxima vez que vaya a comprar uno, cómprelo de 500 rupias y las otras 300 úselas para adquirir saris para los pobres". La señora rica siguió el consejo y fue bajando el costo de su compra mensual ; dice la Madre que la buena señora llegó a comprar para ella saris hasta de 100 rupias y eso porque la Madre le pidió que no bajase de allí. Y ella misma confesó que esto había cambiado su vida y por ahora había tomado verdadera conciencia de lo que es compartir, asegurando que tenía la sensación cabal de haber recibido mucho más de lo que ha dado.
Reflexionemos sobre este pasaje y aprendamos a compartir lo poco o mucho que tengamos.
Con los más pobres de todos
Se fue la Madre Teresa de Calcuta. Y se fue luchando contra su propia muerte y contra su viejo corazón cansado de latir y de ver y socorrer tanto dolor, miseria y sufrimiento. Pero el legado de esta misionera, que intentó convertir el infierno de Calcuta en una casa con calor de hogar, permanecerá en la conciencia de la Humanidad como un aldabonazo de solidaridad y amor hacia los más desfavorecidos, los últimos: aquéllos que no cuentan.
La Madre Teresa llevaba varios años, aquejada de crecientes problemas de salud, contemplando la posibilidad de jubilarse. Una y otra vez retrasó la fecha de su retiro, pero finalmente en marzo de este año abandonó su puesto a la cabeza de las Misioneras de la Caridad, la congregación por ella fundada hace casi medio siglo.
Su rostro sembrado y surcado de profundas arrugas, su aspecto menudo y frágil eternamente enfundado en su sarí blanco con franjas azules ha quedado grabado para siempre en la retina, en el subconsciente, en los corazones de millones de personas en todo el mundo.
Inés Goinxha Bejaxhiu nació hace 87 años en una familia burguesa de origen albanés de la ciudad, entonces turca (y hoy capital de la nueva República de Macedonia), de Skopje. Desde niña a los 12 años sintió la llamada de la vocación religiosa y de misión, "para ir a propagar el mensaje de amor de Cristo" y, siendo aún una adolescente, a los 18, ingresó en Dublín, en la congregación de Loreto, más conocida en todo el mundo con el nombre de las Damas Irlandesas.
Al poco tiempo de estar en la orden, fue enviada a la India, para dar clases en uno de los mejores colegios de Calcuta, el St. Marys High School, al que, sin embargo, llegaba un fuerte olor de la miseria de los barrios de chabolas de Calcuta, la ciudad a cuyo nombre quedará para siempre ligado el de la religiosa.
Dejar el convento
Ese hedor de Calcuta tortura la conciencia de la joven monja, que tras cumplir con sus obligaciones de directora del colegio, recorre las chabolas ayudando en lo que puede. Pero a la vuelta a la comodidad de su colegio, su conciencia sigue turbada y angustiada. Por eso, en 1946 la Madre con sus 36 años recién cumplidos, toma la decisión de dejar su congregación y dedicarse por completo a los más pobres de los pobres.
"Tengo que dejar el convento y ayudar a los pobres viviendo entre ellos. Oigo la llamada a abandonarlo todo y seguir a Cristo en las chabolas, a fin de servirle entre los más pobres de los pobres. Es su voluntad y debo cumplirla", escribe en aquella época.
La hermana Inés debe obtener el permiso del arzobispo católico de Calcuta, Ferdinand Periers, para poder abandonar las Irlandesas. El obispo no era ningún entusiasta de la monja. Según recuerda la agencia France-Presse, se le atribuyen estas palabras: "Conozco a esa mujer. Es una novicia que no sabría ni siquiera encender correctamente un cirio en una capilla".
Pero a principios de 1948, con el apoyo de su superiora y del propio Papa, que tenían mejor opinión de ella que el arzobispo, es autorizada a abandonar su orden. Y la hermana Inés cambia el hábito de las hermanas de Loreto por el sarí blanco con ribetes azules de las mujeres pobres, y también cambia su nombre en honor de Santa Teresa de Jesús. Se dedicará a socorrer a los hambrientos, a visitar a los enfermos y a acompañar a los moribundos abandonados en las calles. Pronto se le unieron unas cuantas jóvenes, que también querían luchar contra tanta pobreza que les gritaba desde cada esquina y en cada recodo de la misérrima Calcuta.
En 1950, la monja del sarí fundó una nueva congregación religiosa con el nombre de Misioneras de la Caridad. Era una congregación especial, como su fundadora. Por ejemplo, la nueva congregación añade a los clásicos votos de pobreza, castidad y obediencia, el de entregar su vida exclusivamente a los más pobres y no aceptar recompensa material por su trabajo.
¿Por dónde empezar? Por los más débiles e indefensos. Lo primero que hacen las hermanas de la Caridad es recoger a los recién nacidos abandonados en las calles, en los vertederos o en las cunetas.
Y de los niños a los moribundos, cuando en 1952 la Madre Teresa se encuentra con una joven herida y moribunda, con los pies roídos por las ratas, en una calleja. Para los moribundos, Madre Teresa abre la Nirmal Hridaya o Casa de los Moribundos, en unos cobertizos a pocos metros de un templo dedicado a la diosa Kali, que es la diosa de la muerte para los hindúes.
Los sacerdotes del templo, intrigados por el continuo ir y venir de enfermos y harapientos, se acercan para comprobar qué pasa. Uno de ellos vuelve diciendo: "En el templo de la diosa Kali, he visto a una diosa viva: la Madre Teresa".
Desde la fundación de Nirmal Hridaya, las misioneras de la Caridad han recogido sólo en Calcuta a más de 30.000 personas que se estaban muriendo en las calles. "Han vivido como animales, al menos que mueran como personas", solía decir la Madre Teresa.
Poco a poco, sus casas florecen y se extienden por toda la India: Sishu Bhavan, residencia que acoge permanentemente a cientos de niños, que luego son adoptados (a menudo por matrimonios extranjeros); Shantinagar, la primera leprosería, y luego otras muchas. También se extienden las casas de la congregación por todo el mundo, desde Venezuela (la primera fundación fuera de la India) hasta Estados Unidos donde se ha abierto recientemente un centro para enfermos del sida, Colombia, Perú, Africa o los países del Este. Hoy su imperio está formado por más de 400 centros, repartidos por los cinco continentes, de los que se ocupan unas 3.000 misioneras de todas las nacionalidades.
En plena época de sequía vocacional, las monjas de la Madre Teresa aumentan sin cesar, a pesar de la vida espartana que llevan. Cada hermana sólo tiene tres saris (el que lleva puesto, el que lava y el que se está secando), un par de sandalias, una jofaina y una esterilla de paja. La propia Madre Teresa llevó siempre la misma vida de una absoluta austeridad que sus más jóvenes novicias, en la casa matriz de Lower Circular Road, en el corazón de Calcuta.
El rolls del Papa
Siempre se las ingeniaba para arrancar algún dinero, o mucho dinero, a todos los que podían darlo. Pidió a Juan XXIII, con el descaro que la caracterizaba, que le diese parte de las riquezas del Vaticano para poderlas dedicar a sus pobres. El Papa le regaló entonces su Rolls Royce, y ella organizó una subasta para venderlo, obteniendo varias veces su precio. También logró convencer a los organizadores de la ceremonia del Nobel para que renunciasen a organizar la clásica recepción y le entregasen la suma ahorrada.
Con el paso de los años, aumentan sin cesar sus casas y sus obras. Madre Teresa alcanza renombre mundial y le empiezan a llover los premios y las condecoraciones. La culminación de todos los honores fue el Premio Nobel de la Paz, que le fue otorgado en 1979 cuando ella creía que nunca lo obtendría porque pensaba que el jurado estaba dominado por protestantes, y ella sabía que su concepto muy tradicional de la moral católica no era bien visto en sectores cristianos diversos. En Oslo, la gente salió a recibirla a la calle, en una gigantesca procesión de antorchas. Al recibir el premio sólo dijo: "Personalmente, no lo merezco. Sólo he procurado ser una gota de esperanza en un océano de sufrimiento. Pero si esta gota no existiese, el mar la echaría en falta".
Convertida en una estrella, agasajada por príncipes y banqueros, reyes y gobernantes, Papas y artistas, la Madre Teresa se convierte en el símbolo por excelencia de una santa viva, ante la que se postra el mismísimo Juan Pablo II.
Quizá por eso, surgen las primeras críticas hacia la Madre Teresa y hacia su labor. Sobre todo desde los sectores más progresistas de la Iglesia, que la acusan de dedicarse simplemente a hacer caridad, sin luchar por la implantación de la justicia, y desde ciertos ámbitos de la sociedad inglesa, donde se la acusa de fundamentalista en el ámbito moral y de haber aceptado sin remilgos las ayudas que le ofrecieron personajes poco claros: dictadores como Jean-Claude Duvalier o personajes corruptos como Robert Maxwell. Ella, como siempre, aceptaba todo y desde cualquier lugar para poder aliviar las miserias de los desheredados. Su fundamentalismo cedía ante un enorme sentido práctico que la llevaba a pasar su tiempo negociando con todos: el Ayuntamiento de Calcuta controlado por los comunistas o los más poderosos gobiernos occidentales. Así lograba el caudal de medios necesario para una obra en constante expansión.
Uno de esos gobiernos, el de Estados Unidos, la honraba el año pasado de una manera absolutamente excepcional: concediendo la nacionalidad estadounidense a esta religiosa, símbolo de la emigración y de la universalidad durante toda su vida entre la Macedonia turca, Irlanda y la India.
La Madre Teresa no escondía su respeto a los valores más tradicionales de la Iglesia. Un día confesó a un periodista que, de haber vivido en tiempos de Galileo Galilei, habría dado la razón a la Iglesia frente a sus postulados científicos. Estaba frontalmente opuesta a toda forma de contracepción y solía proclamar: "Si no queréis esos bebés, yo si los quiero. Traédmelos a mi".
Los nuevos mitos
A los que la acusaban de utilizar un método demasiado ingenuo para cambiar el mundo y prestar un peligroso servicio a los culpables de la miseria social, Madre Teresa respondía: "A mí no me interesan las estructuras sociales. No tengo tiempo para pensar en grandes programas. Nuestra misión es el hombre individual que nos necesita ahora".
Por eso, después de su muerte, el mito de la monja más célebre del mundo continuará vivo, socorriendo a los pobres, sin denunciar a los ricos. Y es que, como dice el teólogo jesuita francés Paul Valadier,"los tiempos han cambiado y, con ellos, también las figuras carismáticas dominantes: Helder Cámara ha sido sustituido por la Madre Teresa. Uno y otra son figuras excepcionales, pero mientras el primero es un denunciador vigoroso de los responsables de las injusticias, la segunda aparece devorada por el socorro inmediato".
Quizá por eso, hace unos años, la Madre Teresa se convirtió en centro de debate y de polémica en la India sobre la situación de los intocables bautizados en el catolicismo. La Madre Teresa participó en una amplia campaña de oración en favor de los católicos cuya pertenencia a la casta inferior los intocables seguía siendo causa de que se les colocara, en la propia comunidad católica, en una posición tan discriminada que, incluso en misa, se veían obligados a ocupar bancos distintos a los de sus correligionarios de castas superiores.
Con alegría
Pero la Madre Teresa nunca se paró ante las dificultades a la hora de defender a los más desgraciados. Una defensa a ultranza que siempre hizo con alegría. No en vano repetía constantemente a sus hijas que el espíritu de su obra es de "entrega, confianza y alegría". "Queremos que sientan que se les quiere. Si vamos a ellos con una cara triste se sentirán aún más deprimidos", añadía.
Ninguna congregación, ninguna orden ha tenido tanto éxito en la Iglesia durante este siglo como la de la Madre Teresa. Los poderosos de este mundo hacían cola para fotografiarse junto a la frágil religiosa con fama de santidad. Una fama que, quizá, la haga acreedora a ser canonizada en un breve lapso de tiempo.
Su final ha sido difícil, no sólo por sus extremos sufrimientos, sino por una agria polémica que, hace menos de dos semanas, había amargado su último cumpleaños. Sus más próximos afirman que se sentía "muy contrariada" por una película sobre su vida, realizada para la televisión con guión del escritor francés Dominique Lapierre que hoy escribe en EL MUNDO sobre la Madre Teresa, al que la religiosa había otorgado un visto bueno que luego, según afirmó, le retiró.
La Madre Teresa ha muerto en vísperas del funeral y entierro de Lady Diana Spencer en Londres. Estas dos mujeres, que parecían estar en las antípodas en cuanto a cualquier consideración social y personal de la vida y de sus valores, se conocieron hace cinco años en Roma, congeniaron de inmediato porque compartían una devoción muy marcada por la ayuda a los necesitados, y la Madre Teresa nunca cuestionó los motivos de la princesa británica.
Ya el jueves una portavoz de la congregación había anunciado que Madre Teresa no podría, debido a su mala salud, asistir a las honras fúnebres en Londres, a las que había sido invitada. En las horas posteriores al accidente del domingo en París, y antes de conocerse la muerte de la princesa de Gales, se informó de que la religiosa de Calcuta había estado rezando por ella.
(Madre Teresa (Inés Goinxha Bejaxhiu), nacida el 26 de agosto de 1910 e Skopje (Macedonia), falleció el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta)
Cronología
- 1910, nace en Skopje, Imperio Otomano.
- 1928, a los 18 años, ingresó a la Orden de las Hermanas de Nuestra Señora de Loreto en India.
- 1929, en el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta
- 1931, la Madre Teresa tomó el nombre de Teresa en honor a una Monja francesa Thérèse Martin quien fue canonizada en 1927 con el título de Santa Thérèse de Lisieux.
- 1937, la Madre Teresa emitió los votos religiosos y enseñó por 20 años en el Colegio Santa María en Calcuta, India.
- 1946, el 10 de septiembre, recibió otra llamada de Dios, el servicio hacia los más pobres.
- 1948, el Papa Pío XII le concedió a la Madre Teresa permiso para ejercer su servicio pastoral como monja independiente y empezó a compartir su vida en las calles de Calcuta con los más pobres, los enfermos y los hambrientos. La Madre Teresa fundó una congregación llamada las Misioneras de la Caridad. Su trabajo inicial fue el de enseñar a leer a los niños pobres de la calle.
- 1950, la Madre Teresa empezó a ayudar a las personas enfermas de lepra.
- 1963, fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad.
- 1965, el Papa Pablo VI colocó a la congregación de las Misioneras de la Caridad bajo el control del Papado y autorizó a la Madre Teresa a expandir la Orden religiosa en otros países. Alrededor de todo el mundo se abrieron centros para atender leprosos, ancianos, ciegos y personas que padecen del SIDA y se fundaron escuelas y orfanatos para los pobres y niños abandonados.
- 1979, se le concede el Premio Nobel de la Paz.
- 1984, Funda los Padres Misioneros de la Caridad.
- 1997, Muere en Calcuta.
- 2003, la Madre Teresa es beatificada por el Papa Juan Pablo II.
Para el día de su muerte se habían consagrado casi 4.000 Misioneras de la Caridad, y sus comunidades se habían establecido en
Reconocimientos
La Madre Teresa recibe en vida numerosos premios y reconocimientos, entre ellos:
- 1971 – Primer Premio Juan XXIII de la Paz (concedido por Pablo VI)
- 1971 – Premio Kennedy
- 1972 – Premio Nehru
- 1973 – Premio Templeton
- 1975 – Premio Internacional Albert Schweitzer
- 1976 – Premio Pacem in Terris
- 1978 – Premio Balzan a la humanidad, paz y hermandad entre los pueblos
- 1979 – Orden del Libertador (Venezuela)
- 1979 – Premio Nobel de la Paz
- 1985 – Medalla Presidencial de la Libertad Estados Unidos
- 1994 – Medalla de Oro del Congreso (Estados Unidos)
- 1996 – Ciudadana de honor de los Estados Unidos.
EL HIJO DEL PLANETA
Cuando te encuentres sereno y contento
En cualquier lugar del mundo ...,
Cuando todo lugar sea tu país ...,
Cuando no teniendo nada
Sientas que lo tienes todo ...,
Cuando en la opulencia luzcas humilde ...,
Cuando puedas devolver el mal por bien
Sin importar a quien ...,
Y veas a tu hermano en cada ser ...,
Cuando apliques que amar
Es solo dar y dar
Sin importar más nada que tan solo dar ...,
Cuando indiferente avances ...,
Entre aquellos que te insulten ...,
Y en el silencio les envíes tu perdón ...,
Cuando nadie pueda herirte
Ni por nada has de afligirte ...,
Cuando a quien te odie tu le des amor ...,
Cuando ejerzas la inocencia con conciencia ...,
Cuando busques el saber
Así como buscas el pan ...,
Cuando ames todo sin pasión ni posesión ...,
Cuando la realidad se imponga al fin a la ilusión
Cuando sepas aliviar
Las penas de aquellos que sufren ...,
Y tus labios digan solo la verdad ...,
Cuando hagas del deber un placer
Y el placer no sea más para ti un deber ...,
Cuando vivas el presente como lo único urgente ...
Cuando la Bondad sea tu voluntad ...,
Cuando el egoísmo ceda al altruismo ...,
Cuando la impureza, ceda a la pureza y la virtud,
Entonces serás un hombre, serás una mujer,
Serás un ser que alcanzó la humanidad ...,
Serás un hijo del planeta ...,
Serás un ser que alcanzó la humanidad.
(Madre Teresa de Calcuta)
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