(Parte I)
Crack entre los cracks
Hace dos décadas que dejó de jugar, es decir que dejó la práctica de fútbol activa y oficial, porque todavía - a los 58 años – se sigue entreverando en algún pleito de papi fútbol, allí a un paso de su coqueta casa, en la canchita del Schiaffino, un club de baby que fundó allá por 1964. Pero a pesar de esos veinte años sin verlo en una cancha, dejando tras de sí la marca rival, o el adversario desairado por sus esquives enloquecedores, Ramón Cantou, “La bordadora” del Rampla fuerte y famoso o del comienzo en Bella Vista o el del final con la celeste de Uruguay Montevideo, sigue siendo el mismo ; en todo, en su físico, en su bonhomía que la tiene a flor de piel, en su modestia por considerar excesivo este lugar que ESTRELLAS DEPORTIVAS le debía desde hace tiempo. Porque este Cantou que pasó a ser estrella en la época en que las estrellas eran muchas en el medio local, fue siempre igual. Tratando de quitar trascendencia o disminuir el elogio que se tenía con razón hacia él, por esa modestia que cobra un valor incalculable cuando al jugador se le deja de lado y se empieza a pensar de firme en el hombre. Y en Cantou, futbolista y hombre marchan del brazo desde hace muchos años, porque cada vez que alguien le recuerda a la mención de ¡qué jugador bárbaro! , le sigue enseguida… ¡ y que flor de tipo! Aprendió a caminar la vida de una sola manera de frente, entregando lo suyo, formando un hogar ejemplar, rodeándose de una familia que hace apenas dos meses se vio más feliz aún, cuando el primer nieto llegó a la casa que desde hace años cobija a todo este grupo. Su paso por las canchas trajo el elogio y hasta el asombro de su afiligranado juego, imparable cuando lanzado en carrera, quedaban atrás – sorteados con facilidad increíble – los más férreos marcadores. Delgado, esmirriado, con una figura que poco impresionaba a la vista, como para hacer pensar que “no era rival” , Cantou fue demostrando lo que puede la habilidad, la sutileza de un fútbol que pasó a la historia y por sobre todo su corrección sin la mínima mancha, que le valiera la primera medalla que AUDAF le otorgara a un jugador para premiar esa aptitud. Fue uno de los grandes habilidosos en una época en que abundaban y su valor es aún mayor porqué no jugó en ninguno de los grandes, aunque por aquellos tiempos, el viejo Rampla Juniors era tan poderoso como Nacional y Peñarol. ¡Si! Se habrá merecido el ESTRELLAS DEPORTIVAS. Porque fue crack sin vueltas de hoja cuando el fútbol de este país podía formar tres selecciones sin problemas; donde a esa palabra –crack – se le daba la verdadera dimensión que debe tener. Así escribió su vida Ramón Cantou y así la recuerda ahora.
BELLA VISTA , EL PRIMER PASO
Escribe Américo Montautti.
¿Cuándo empecé en Bella Vista?
Mire, fue en el 1940, cuando un señor Peralta, allegado a Bella Vista, me vio jugar en un cuadro de barrio y me instó a ir a probarme. Allá marché, pero a las dos prácticas dejé de practicar. ¿Sabe por qué? Porque me dieron un “baile” bárbaro y no quise saber más nada. Por ese entonces, yo jugaba de centrehalf en los cuadros de la zona y cuando llegué a Bella Vista, me probaron de half , me gustaba el puesto, porque a mi siempre me gustó correr la cancha, no estar quieto, a la espera, y en ese lugar podía ir y venir a mi gusto. Pero me agarraron en dos prácticas y me hicieron pasar vergüenza; dejé de ir por un tiempito pero Peralta insistió y de nuevo volví, para practicar entonces como entreala, así se llamaba por aquellos tiempos, sobre la izquierda preferentemente.
Lo miro enfrente mío y le recuerdo cuando se convertía en el jugador imparable de las mejores jornadas que tuvo Rampla Juniors, solo le falta la “boina” que le identificaba todavía más, aunque por su fútbol sutíl, por su corrección permanente, por su calidad sin mengua, Cantou era inconfundible. Recuerda y vacila en seguir.
¿Dígame, usted cree que yo merezco esta nota?...me dice con la timidez de quien quiere ocultar el valor que tuvo para la época dejando un recuerdo imborrable. Sólo le replico que por supuesto lo merece y que trate de contar todo lo suyo, porque supo ganarse un lugar en la historia grande de nuestro fútbol, porque los que peinan (o no) canas que tuvimos la satisfacción de verlo jugar, sabemos que se merece esto. Sin estar totalmente convencido y todavía con la modestia pronta a afluir en cualquier momento, reanudó el diálogo:
“Tengo un gratísimo recuerdo para Bella Vista. Fue mi primer club, allí conocí grandes jugadores y mejores amigos. Y eso que con Bella Vista siempre jugué en la B, pero me dio la oportunidad de que me conocieran y se me abriera la puerta para ingresar a la divisional superior. Recuerdo un gran equipo de tercera división, donde formaba ala con Deluca, aquel puntero que luego pasó a Defensor; en el arco actuba el “ruso” Costa, Borsani Cuevas, entre otros. Era todo muy lindo. Además, el fútbol me apasionaba y sólo quería jugar y jugar. Bastante pronto dejé la Tercera y debuté en primera, jugando los tres últimos partidos de una temporada, cuando ya no había posibilidades de ascenso. Pero eso me dio chance para irme adaptando al medio, totalmente distinto al que enfrentara abajo”
¿En qué cuadros de barrios jugó?
Mire, yo siempre viví por estos lados. Primero en Paso de la Arena y después en Nuevo París, aquí donde ahora tengo mi casa. Empecé a los 16 años en el Peñarol Juniors, un cuadro de Paso Molino, que me dio grandes alegrías; era allí donde yo le decía que me entreveraba como centrehalf, aunque mi físico no me ayudara mucho para el puesto; pero esa pasión que siempre tuve por querer correr y estar en el juego, tener la pelota, me impulsaba a ocupar ese puesto. Tuve otros cuadros como El Hacha, y algunos que ahora no recuerdo. Aceptaba siempre jugar, no decía que no nunca.
Queridos amigos lectores, con el próximo número seguiremos recorriendo la historia de este otro deportista uruguayo …nos encontramos en Febrero-2015)
RAMÓN CANTOU Una “Bordadora” de lujo (Parte II)
EL RAMPLA INOLVIDABLE
¿Cómo llegó a Rampla Juniors?
¿Recuerda en qué condiciones se hizo su pase?
Recorre mentalmente para atrás el álbum de los hermosos recuerdos que tiene en su mente, piensa, da una pitada al cigarrillo y con la voz calma que no cambia nunca me dice:
Claro que recuerdo todo. En 1944 Rampla Juniors descendió a la B. Allí debió jugar con Bella Vista, donde yo hacía temporadas que actuaba en Primera. Me vieron y quedaron conformes porque cuando terminó la temporada, un compañero de trabajo que era allegado a los rojiverdes me habló para llevarme a su club. Por aquel entonces, había una reglamentación que permitía a los clubes de la A , llevar jugadores de la B por sólo 500 pesos. Rampla logró el retorno inmediato y cuando se terminó el campeonato, me insistieron para que pidiera pase. Se habló mucho de mi pase, hay una anécdota que muchos pueden pensar que no existió.
¿Cuál es?. Cuéntela
Se dijo y aún se sigue diciendo que Rampla Juniors me secuestró. No fue tan así. Lo que ocurrió es que mi contrato con Bella Vista vencía un día antes de empezar el periodo de pases y si algún otro club me hablaba y entregaba a los papales los 500 pesos, se quedaba conmigo. Es por eso, que una semana antes de que se abriera el período, allegados de Rampla me llevaron a pasear por el interior y me tuvieron con ellos hasta que oficialicé la transferencia para los de la Fortaleza; pero no me secuestraron, yo sabía los motivos y estaba de acuerdo en pasar a Rampla; lo que había que hacer era sacarme un poco de circulación, para que nadie me recordara y el pase se hiciera sin problemas.
Su esposa y su nuera nos acompañan y mantienen vivo el interés por escuchar la historia que tal vez hayan escuchado en muchas ocasiones. Pero siguen la conversación, mientras un álbum de recortes y fotos aparece sobre la mesa. Don Ramón continúa su historia:
Finalmente Rampla le pagó más a Bella Vista por mi pase: le dio 2.000 pesos que por aquella época era buena plata y allá marché para el Cerro, donde encontré muy buena gente, en todos los niveles, en mis compañeros, en los directivos, en la hinchada, en todos lados.
Pienso que no era para menos, porque este Ramón Cantou es imposible que despierte otro sentimiento que no sea el de la amistad, el de sentirse satisfecho de tener a un tipo como él por amigo: porque es leal, bondadoso, humilde.
¿Vinieron los grandes días después?
Y Sí. Rampla empezó a ser una potencia, aún cuando fuera un equipo llamado “chico”. Pero nadie nos llevaba por delante, ni los dos grandes. ¿Es que sabe qué jugadores teníamos por ese entonces? Mire, yo empecé teniendo de compañeros a tipos como Cajiga, Rivero, Riephoff, Durán y luego me tocó en suerte, alistar en un equipo que del 49 al 54 no bajaba de los primeros lugares, casi siempre salía tercero, detrás de Nacional y Peñarol. Durante esos años, prácticamente tuvimos un equipo estable, el mejor – sin querer desmerecer a otros – de los que jugué. En el arco actuaban Ghietti y después Perico Rodríguez; los zagueros eran William Martínez y Carrizo; la línea media la formaban Sabatel, Durán y Luján, y adelante el “cabezón” Puente, Techera, Loza, yo y Peláez. Nos dirigía el “Manco” Castro, un fenómeno, el mejor técnico que tuve. Con Rampla logré mis satisfacciones más grandes: ganar el torneo Competencia de 1950 y el cuadrangular que correspondió a esa temporada, que se jugó en enero de 1951, donde le ganamos el último partido , la final, a Nacional por 2 – 1.
¡Cuántos recuerdos hermosos para don Ramón , que siente al viejo Rampla Juniors arraigado en su fuero íntimo, que vive en la actualidad aquel presente de permanentes alegrías! Y como para no recordar aquella final, si Cantou marcó un golazo, de chilena que dejó sin cuento al “gato” Peñalva.
Si, es cierto, hice un gol de chilena y me valió que me obsequiaran una medalla, donde está grabado un jugador realizando precisamente esa jugada. Fue un partido bárbaro, dramático, intenso como pocos y que nos dio una merecida consagración porque esa temporada fue la mejor para nosotros. Mire que Nacional tenía un excelente equipo, Peñarol también, ya que en los aurinegros alistaban todos los campeones mundiales de Maracaná. Pero Rampla estaba convencido de su fútbol y de su poderío y guiados por el “manco” Castro, conseguimos darle a nuestra hinchada la satisfacción que se merecía. Por eso le digo que esa temporada y la culminación tuvieron y tienen para mí una significación muy especial. No fue una revancha para mí por aquello de Maracaná, pero si el aliento que me permitió olvidar un poco de aquel sinsabor”
¿ Qué pasó con lo de Maracaná?
Digalo, que la verdad siempre tiene que conocerse, duela a quien duela.
“Mire, yo no guardo rencor a nadie, ni quiero herir a nadie. No ha sido mi forma de ser ni antes, ni ahora, ni de aquí en adelante. Además pasó mucho tiempo, pero la verdad, como dice usted, debe conocerse. Antes de ir al mundial de Brasil pasaron muchas cosas extrañas y me quedé sin la tremenda alegría que hubiera significado defender aquella selección. Por todo lo que ocurrió después, el título, la consagración, el prestigio, yo qué sé, un montón de cosas que trajo aquella consagración. Mire que le hablo de corazón, sin rencor le insisto, y sin acusar a nadie”.
Fuente ESTRELLAS DEPORTIVAS No.130 Autor Américo Montautti.
Queridos amigos lectores, con el próximo número seguiremos recorriendo la historia de este otro deportista uruguayo, continuando con el relato de esa experiencia de no haber podido estar dentro del plantel de Maracaná …nos encontramos en Marzo-2015)
RAMÓN CANTOU Una “Bordadora” de lujo (Parte III)
LA FRUSTRACIÓN DE MARACANA
¡ Claro que lo sé don Ramón!
¡Qué va a guardar rencor usted, que a cada frase parece pedir disculpa si se le va un elogio que puede surgir altisonante! ¡Como si usted tuviera necesidad de darse “filo” Aunque no lo quiera entender, aunque con su humildad aflorando a cada instante. Pero siga, diga la verdad que esa es la que vale, le insisto.
“Le hablo de realidades. En aquella época, como ya le expresé, Rampla no bajaba del tercer puesto y en el plantel que fue al mundial, sólo estaba William Martinez y de suplente. No parece muy lógico, ¿no le parece? Mire, hubo una preselección de 40 jugadores y ahí estábamos varios de Rampla. En ese entonces el técnico era Enrique Fernández, quien luego renunció. Pero mientras él estuvo, yo tuve posibilidades de alistar en el plantel. Pero, ¿sabe qué pasó?. Una vez uno de los punteros derechos, no recuerdo si Ghiggia o Britos, estaba lesionado y Enrique Fernández le pidió a varios si podían jugar en esa plaza para colaborar, para que el plantel continuara moviéndose armónicamente, nadie quiso hacerlo hasta que al final yo acepté; me presté porque pensé que era necesario para los intereses de todos y además porque andaba como “bala” me tenía una confianza bárbara. Sé que anduve bien, pero un día de esos, el técnico renuncia y viene otro, que piensa distinto y le sirvió los dos punteros derechos que tenía; con lo que al hacerse el plantel definitivo, Cantou afuera, sin siquiera darle la oportunidad de probarse en el puesto que siempre había jugado, allí como entreala izquierdo. Mire, que no es vanidad, pero en esos momentos estábamos Schiaffino y yo; mire , que no es sólo mi opinión, sino que la propia prensa lo dijo y lo sostuvo. Pero no hubo caso. Allá marchó la selección y yo me quedé en Montevideo, con una amargura tremenda, la mayor de mi vida, que me nació mucho antes de definirse el campeonato y de conocer el resultado. Después de eso , la desazón fue en aumento, porque es muy distinto ser campeón del mundo que quedarse en Montevideo, siguiendo los partidos por radio. Se es uruguayo por encima de todo, pero se siente la tristeza de no haber podido figurar en un plantel que tocó la gloria y que ganó el último título mundial para Uruguay”.
¿Pero sólo el cambio de técnico influyó en su exclusión?
“No, creo que hubo otras cosas. Por ejemplo, había una subcomisión de fútbol que formaban dirigentes o delegados de los clubes, pero en ella Rampla no tenía representantes y sin defensa, en la mayoría de las veces, uno queda de lado. Es como dicen, el que no tiene padrino, muere infiel. Quiero significarle si que en esa ocasión, como siempre, el mérito mayor fue de los jugadores, aquellos que formaban el equipo titular o que entraron en algunos partidos. A ellos se debió esa consagración, que todavía cuando la recuerdo, no puedo ignorar el dejo de tristeza que me causó. Fíjese que yo considero que el técnico que debió haber ido a dirigir era el “Manco” Castro, quien en esos momentos lucía un prestigio ganado a fuerzas de títulos y sapiencia”
No puede escaparse del recuerdo triste, aún cuando hayan pasado muchos años. No es para menos. No todos tienen la posibilidad de consagrarse mundialmente y ver perdida la oportunidad por hechos totalmente ajenos a lo único que debió tenerse en cuenta : la capacidad futbolística.
Fuente ESTRELLAS DEPORTIVAS No.130 Autor Américo Montautti.
Queridos amigos lectores, con el próximo número seguiremos recorriendo la historia de este otro deportista uruguayo, continuando con el relato de esa experiencia de no haber podido estar dentro del plantel de Maracaná …nos encontramos en Abril-2015)
RAMÓN CANTOU Una “Bordadora” de lujo (Ultima Parte)
¿Cuál es el verdadero fútbol, don Ramón? ¿Cuál le gusta a usted?
“Mire, sólo hay un fútbol: el bien jugado y ese es el único que a mí me gusta. El juego limpio, el fútbol técnico, el que sea un deleite para el jugador y para el público, el que igualmente puede llegar a resultados porque es la esencia misma del deporte. Le cuento a una anécdota: nunca me divertí más a una anécdota: nunca me divertí más en un partido que en el 48, cuando la huelga de jugadores. Recordará que esa situación llevó a la mutual de jugadores a organizar partidos, para recaudar fondos y así poder subsistir todos. En la cancha de For Ever, allá en Colón, se programó un partido entre un seleccionado uruguayo y otro integrado por jugadores extranjeros que actuaban en nuestro medio; en este equipo había figuras como el paraguayo Hugo, el argentino Colvera (un excelente golero) ; entre nosotros, jugaron Máspoli, Obdulio, Gambetta, el “cachorro” Pini y en la delantera actuamos Luis Ernesto Castro, Walter Gómez, yo , el “Pepe” Schiaffino y Magliano. No importaba el resultado, por lo menos a mí, y creo que a la mayoría; lo que sí me importaba era divertirme, deleitarme y créame que fue un “pic nic” ; porque creo que la pelota quedó chiquita luego del partido. Eso es lo lindo, jugar con alegría pero con seriedad ; pensar siempre en ganar , pero hacerlo por medios lícitos, que triunfe el mejor, el más habilidoso, el más capaz ; que el halago premie al fútbol en sí, no a la especulación, a la frialdad”.
¿Y el fútbol uruguayo actual es eso?
“Claro, sólo especulación. Un gol y a defenderlo, la marcación encimada, agresiva hasta con exceso, atar la inspiración a una estrategia conservadora; a veces da sus frutos, pero mire que a la larga pierde. Esa es la gran diferencia en mi opinión, entre aquello y esto. Aunque la razón fundamental es otra. Todo nace, para mí, en la escuela diferente, es decir en la formación de los jugadores. Antes, nosotros hacíamos tres horas de fútbol por día; ahora un movimiento de fútbol no va más allá de una hora o dos a lo sumo y en ocasiones, no todos los días. Observe que antes, en una semana, teníamos 15 horas de fútbol y 60 en el mes; ahora llegan a la mitad en 30 días y a veces a menos; se pierde cariño a la pelota, entusiasmo por el juego mismo, se pierde dominio y visión de la cancha, en fin, se malogran y se van dejando en desuso todas las virtudes que se pueden tener individualmente. Mire, que lo que digo se apuntala además en que se ven tantos campitos como había antes o no se observan los “picados” en las calles, aquellos de la pelota de goma, pero que servían porque así se iba tomando cariño por el fútbol. Usted como la mayoría de la gente debe notar que ya no hay jugadores técnicos como antes ; ahora impera la destrucción antes que la habilidad”.
Lo noto estusiasmado con el tema; le gusta analizar aunque no quiera demostrarlo, pero no tengo dudas que es observador y criterioso en sus juicios, porque los hechos avalan sus aseveraciones. No caben dudas que ahí está una de las grandes razones de nuestra declinación actual. ¿Hay algunas otras, don Ramón?
“Sí, la dirección técnica de las divisiones inferiores, allí donde haber docencia, donde se tiene que formar al jugador. No estoy contra los técnicos de esas divisionales, pero creo que no son los más capaces para el cargo, porque muchos son jóvenes en exceso para esa función; se olvida que para el puesto debe ser gente experiente la que actúe, la que puede enseñar mucho más y que dé una formación ideal al chiquilín que empieza y tiene condiciones. Ha cambiado mucho todo. Hasta en el aspecto familiar; antes los grupos eran numerosos y se daba más libertad a los niños o los jóvenes; se les dejaba jugar libremente en la calle o en el campito, donde moldeaban una personalidad que es necesaria para la formación misma del hombre del mañana; ahora se retiene en demasía en los hogares y la carencia de espacios libres va influyendo cada vez más. Los muchachos se conforman muy pronto; si pueden jugar al fútbol, bien ; sino, no importa ; no se esfuerzan por hacerlo, se les ha pasado el entusiasmo”.
Fuente ESTRELLAS DEPORTIVAS No.130 Autor Américo Montautti.
Queridos amigos lectores, con el próximo número seguiremos recorriendo la historia de este otro deportista uruguayo,…nos encontramos en Mayo-2015)
|
|
|