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EL CASTILLO DEL PRESIDENTE JUAN IDIARTE BORDA  
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Las últimas décadas del siglo pasado atraían a esta zona familias aristocráticas de aquel Montevideo que iba dejando los recuerdos coloniales, para ir adquiriendo su identidad de capital. También los políticos se acercaban a esta hermosa villa.

En 1896 compra varias hectáreas de terreno en la localidad, el presidente Idiarte Borda. Recordamos la época histórica que le tocó vivir. En aquellos años el presidente de la República era electo por votación de la Asamblea General Legislativa.

El país estaba gobernado por Julio Herrera y Obes, uno de los pocos presidentes que ocupó ininterrumpidamente la presidencia desde que tomó el poder hasta la finalización del mandato. El 1º de marzo de 1894 debía asumir el nuevo presidente. Se votaba por varios candidatos como Montero Pérez y otros que no alcanzaron los votos necesarios. Ellauri, los alcanzó pero renunció. Durante veintiún días se sucedieron las votaciones ya que no se podía cumplir lo estipulado en la Constitución que pedía el voto de la mitad más uno de los componentes de la Asamblea Legislativa.

El poder, hasta que no se alcanzaran los votos necesarios, lo ejercía el presidente del Senado Don Duncan Stéwart – que curiosamente ya había sido propietario de terrenos en la villa – cuando se estaba formando. El 21 de marzo de 1894 resultó electo Don Juan Idiarte Borda. Elegido décimo tercer presidente constitucional, con cuarenta y siete votos. El mismo número que obtuvo Herrera y Obes para asumir la presidencia el 1º de marzo de 1890. Idiarte Borda compró en la villa el amplio terreno que conservaron durante casi un siglo sus familiares. Un Castillo, de estilo Luis XIII, construido en esa propiedad, fue traído de Francia para ser armado en esa localidad. Hermosas estatuas de mármol y de bronce, diseminadas por el espacioso jardín engalanaban, junto a grandes glorietas y el parque de pinos, todo el entorno.

Una gran fuente, con una figura con un ave en la mano, vertía agua a los nenúfares y peces de colores. Rodean al castillo cinco escaleras. Dos de ellas de cinco escalones cada una – de mármol de Carrera – bordean la fuente llegando  a la terraza que da acceso a la fuente central de cuatro hojas con cristales y grandes postigones. En sus jardines, hay árboles únicos en el país, como el cefalotasus. Había un invernáculo donde las orquídeas florecían todo el año. Con el correr del tiempo este vernáculo se transformó en un lugar de estar y se le construyó una churrasquera a su lado. La verja, hermosa filigrana de hierro es lo único de la mansión que es obra de artesanos de nuestro país.

Se hizo en la herrería de don Manuel Sorrondegui. El presidente no llegó a vivir en el castillo, pues el 25 de agosto de 1897, al salir de la Catedral, dirigiéndose al Cabildo, en la esquina de Sarandí y Cámaras (hoy Juan Carlos Gómez) fue asesinado por Avelino Arredondo. La viuda del Presidente, doña Matilde Baños de Idiarte Borda, al saber, a los pocos años, libre el asesino de su esposo, se fue del país a vivir en Buenos Aires y no volvió nunca, falleciendo allí en 1914. Si vivieron sus hijas , nietos , bisnietos y otros familiares, en esta mansión.

Fue, por lo tanto , Idiarte Borda el tercer presidente que compro tierras en esta villa. Se puede destacar que Idiarte Borda fue el ideólogo de la construcción del puerto de Montevideo, la creación del Banco República, la creación del arzobispado y otras obras que beneficiaron al país. Justamente, el primer arzobispo de Montevideo Monseñor Mariano Soler, fue elevado a esa dignidad por su Santidad León XIII, el 19 de abril de 1897 por gestiones de Idiarte Borda y fue él quien estaba a su lado para recibirlo en sus brazos cuando cayó mortalmente herido. La hora oficial del país la emitía el Observatorio del Colegio Pío, por ley firmada en 1896, por Idiarte Borda.

 
   
 


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