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Por. Ana María Sammarco

 


 
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marzo 2010

RENACIMIENTO DE NUESTRO PATRIMONIO

REMODELACIÓN DE LOS  CLÁSICOS EDIFICIOS  DE MONTEVIDEO

JOCKEY CLUB
Por. Ana Maria Sammarco

Corría el año 1888 y ocupaba la Presidencia de la República el General Máximo Tajes. El prestigio  de la generación recién nacida cuando la Guerra estaba en su apogeo. De ella no se sabría  que admirar más  en la magnífica calidad intelectual y moral de sus componentes, si la heroica altivez cívica o el deslumbrante brillo del genio.En el Parlamente, la Universidad, las Tribunas, los salones, las tertulias, las voces tenían resonancia lírica, los ademanes de grandilocuencia y las costumbres de severa elegancia. Predominaba la finura espiritual, la galantería, el valor estoico. El país atravesaba una era de conciliación.
Tal era el clima  moral del país. En lo material, existía una sensación de confianza que promovía la prosperidad. El Banco Nacional impulsaba el crédito, los valores subían, se iniciaban grandes empresas. La municipalidad había gestionado un empréstito destinado a costear el adoquinamiento de la ciudad, la apertura, la construcción y compostura de las calles; y la realización de diversas obras  de embellecimiento. Para dirigir  las mismas se habían contratado los servicios de dos técnicos franceses notables: el arquitecto paisajista André y el señor Racine, especialista en organización de viveros y jardines de flores. Montevideo tenía apenas 200.000 habitantes. El alumbrado era a gas, hacía 10 años que se había demolido la Ciudadela, recién se iba a ensayar la iluminación eléctrica y se estaban por instalar los depósitos de filtración y decantación del agua corriente. Funcionaba todavía el teatro San Felipe y en la Plaza de Toros daban corridas como rezaban  los programas ”Con permiso de la autoridad y si el tiempo lo permite”. Por ese entonces se creó el Jockey Club.. Los hombres que lo concibieron actuaban en los planos más caracterizados de la sociedad contemporánea. Muchos de ellos habían viajado, conocían los centros culminantes de la civilización. Todos amaban el señorío y el buen tono. Habían nacido para impulsar  el progreso del Uruguay. Y el esfuerzo que aplicaron en las distintas manifestaciones de la vida, los agrupó junto al ideal concreto de la fundación de la institución.
ACTA DE FUNDACIÖN
“En Montevideo a los 15 días del mes de noviembre de mil ochocientos ochenta y ocho reunidos en el local de sesiones del Hipódromo Nacional de Maroñas, las personas que suscriben esta acta, a  invitación de los  señores D. Pedro Piñeyrúa, D. Horacio Aveco y D. José Shaw se acordó lo siguiente:

  1. Constituir un centro bajo el nombre de Jockey Club, cuyo principal objetivo será fomentar la raza caballar en la República y explotar un hipódromo que se adquirirá una vez instalada la sociedad.
  2. La sociedad se considerará instalada una vez que cuente con 50 socios fundadores, ingresando desde luego en ella todos los que suscriben la presente acta.
  3. Los socios concurrirán a la formación  y sostenimiento del Jockey Club con una cuota de $ 100, llamada de ingreso y otra mensual de $ 4.
  4. Se considera instalada la sociedad y queda nombrada una Comisión Direstiva Provisoria compuesta por los cinco miembros siguientes: Pedro Piñeyrúa, Horacio Areco, José Shaw, José Pedro Ramírez, Carlos Saénz de Zumarán, la que formará los estatutos del Jockey Club y el Reglamento de Carreras presentándolos a la aprobación de la Sociedad.
  5. Una vez aprobados los Estatutos y el Reglamento a que se hace referencia en el capítulo anterior, se procederá a la adquisición de un Hipódromo, en la forma y condiciones que lo juzgue conveniente la Comisión Directiva nombrada.

Aparece más tarde la imperiosa necesidad de una sede social, acorde con las exigencias de aquellas personas que fundaron esta sociedad.
Para ello se decide construir un edificio en la parte céntrica de la ciudad. Este singular edificio fue erigido en la calle 18 de julio 857 y es uno de los más emblemáticos de Montevideo. Inaugurado el 1 de enero de 1932, es obra del arquitecto francés José P. Carré, profesor de los cursos de arquitectura de la Facultad de Matemáticas a partir de 1907. De formación académica, emplea para la fachada un eclecticismo historicista que monumentaliza para lograr que el edificio resalte dentro de la trama existente.. El interior,  sin embargo, no refleja el historicismo de la fachada sino que se vuelca decididamente  a un estilo que supera la tradición académica: el Art Decó
El edificio conforma con la unión de dos partes articuladas entre si por una circulación central( escalera principal) que vincula los espacios de doble altura que se encuentran en ele frente con los niveles simples de la parte posterior.
Es de especial interés la integración de las luminarias con la arquitectura, principalmente en la  planta baja y en la escalera central  en todo su desarrollo, así como los bajos relieves de la sala de fiestas.. Su ubicación y prestigio, sus espléndidos salones, las dimensiones de los mismos y la calidad de las terminaciones lo convierten en una obra casi inigualable dentro de nuestro  Patrimonio arquitectónico, lo que podría permitir albergar los más variados y prestigiosos destinos. Se convierte en una sede social de los carreristas que entre el 30 y el 70 congregó a una gran parte de nuestra aristocracia local. Adonde no era permitido entrar mujeres y para ser socio debía ser autorizado por la dirección del mismo. Pasaron los años, las circunstancias cambiaron  la bonanza abandonó el fastuoso lugar. Caen las apuestas en Maroñas y las deudas comienzan a acumularse. Esta decadencia culminó en 1997 con el remate del local. Desde entonces permanece cerrado. Sin embargo una esperanza se abre en el futuro, una inversión portuguesa de U$S 20 millones resucitará uno de los edificios más emblemáticos  y lo convertirá en hotel  cinco estrellas pero sin perder su pasado señorial. De este tema y con amplitud nos referiremos en una próxima nota.

 

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febrero 2010

EL CASTILLO PITTAMIGLIO EN NUESTROS DÍAS
Por. Ana Maria Sammarco

Un hombre solitario-dueño de 400 propiedades-solía pasearse entre 1911 y 1956, por los alrededores de Francisco Vidal y 21 de setiembre. Usaba una capa roja y se le veía meditabundo. Durante casi 50 años,  Humberto Pittamiglio planeó, diseñó y construyó un castillo, cuya característica esencial era que nunca podría terminarse.

Esta fantástica construcción es hoy propiedad de la Intendencia Municipal de Montevideo y fue utilizada en un principio como oficina central de la  brigada de salvavidas  comunales. Fue legado por su propietario  a un amigo personal de origen francés, pero al negarse este a aceptarlo, pasó a pertenecer a la Intendencia.
Aparece más tarde un convenio entre la Intendencia y la Asociación de Promotores Privados de la Construcción (APPCU) mediante el cual se establece el uso de la propiedad a favor de la Asociación durante 15  con opción a cinco más. Como contraprestación dicha institución  se encargaría de refaccionar el edificio y de entregar a ala comuna un área destinada a Museo, así como de abrir sus puertas al público en general. Por medio de este convenio la Intendencia autorizaba a establecer allí la sede social de APPCU para el desarrollo de exposiciones, conferencias y otras actividades centradas en temas vinculados a la vivienda, la construcción y el urbanismo.
En un par de años los montevideanos y turistas pudieron hacer un tour alquímico, único en  Sudamérica. Se ingresará por la calle Francisco Vidal, en Punta Carretas y durante una cuadra esotérica se recorrerían 54 habitaciones, enfrentados a escaleras que no conducen a ninguna parte, sorprendidos con una torre principal de 45 metros de altura y 23 torreones de diferentes tamaños y objetivos, para llegar al final del camino, a un torreón gigantesco, con la rosa de los vientos sobre el mar, con la Victoria de Samotracia asomándose a la Rambla. Según la tradición alquímica, se procesaría así la transformación del visitante, con una  reverberación de su energía.
El proyecto presentado  constó de distintas etapas donde estuvo en primer lugar, en forma primordial el relevamiento  del lugar que permitió contar con elementos gráficos imprescindibles para establecer las distintas áreas.
El cronograma presentado abarcaba desde el diagnóstico previo hasta el mantenimiento posterior a la recuperación edilicia
En la acción hubo dos etapas muy importantes, a saber:
-La primera etapa consistió en la rehabilitación estructural del edificio que acusaba un gran nivel de deterioro. Se consolidaron estructuralmente las torres de ladrillo, así como los entramados de vigas de hierro y madera y los techos con tirantería de madera y teja.
-La segunda etapa consistió en el acondicionamiento de las instalaciones eléctricas y sanitarias de las áreas a utilizar .
Se establecieron criterios de recuperación y adecuación funcional con la colaboración de especialistas en temas específicos, como el de los vitreaux y las pátinas, entre otros elementos que presenta el castillo.
La idea que guió todo el proyecto fue la de recuperar y resaltar por contraste aquellos puntos de especial interés dentro del conjunto, manteniendo el espíritu del arquitecto ideólogo.
Para ala realización de este trabajo  los encargados del  mismo se pusieron en contacto con los principales restauradores del país, para que todo pueda reconstruirse con la misma calidad del diseño original.
El proyecto y dirección estuvo a cargo del arquitecto Aldo Lamorte, siendo sus colaboradores los arquitectos Jorge González Rego  y Guillermo Carbone.
El proyecto dio comienza en 1996 siendo su culminación en 1998.
Consultado el arquitecto González Rego indica que: “la construcción ha sufrido un profundo deterioro por las sucesivas ocupaciones que tuvo. Lo que no pudo destruir eel tiempo, lo terminó destruyendo el hombre. Entre otras cosas se han llegado a destruir vitrales valiosísimos para pasar caños”
Para los arquitectos encargados de la reconstrucción  constituyó un desafío de ribetes desconocidos
Fueron descubriendo etapas de la vida de Pittamiglio, con obras superpuestas, donde se manifiesta la transformación permanente del autor. Dice Lamorte” Detrás de una pared encontramos otra, porque Pittamiglio nunca dejaba una habitación siempre igual. Y las sucesivas etapas se van descubriendo a medida que avanzamos. Se saca la madera y se encuentra el estuco, y detrás la pintura, y así sucesivamente. Hay incluso escaleras que conducen a puertas que no van a ninguna parte, porque desembocan en la medianera, lo qu en la simbología alquímica es sinónimo de caminos errados, por donde deben transitar los hombres hasta encontrar el camino correcto”
El programa del proyecto estableció tres áreas definidas:
EL MUSEO: ubicado en las habitaciones que originalmente correspondían a los dormitorios, lugar de estar y servicios.
SEDE DE APPCU: se recuperaron espacios interiores y exteriores como galerías y torreones que enfrentan a la Rambla.
PATIOS INTERIORES: podrán ser visitados  conjuntamente con el Museo, para lo cual dos de ellos se recuperarán rescatando trabajos de madera, mampostería y pintura.
La reconstrucción ha despertado no sólo el interés de los uruguayos vinculados con la alquimia, que desean acompañar el desarrollo de las obras y han advertido sobre la importancia de determinadas simbologías, que deberían resguardarse sino que atrajo el interés por parte de univer5sidades alemanas, que desean elaborar estudios minuciosos sobre el castillo alquímico.
Tal vez imbuidos por el espíritu de Humberto Pittamiglio, los arquitectos responsables de la obra aseguraron que saben cuando comienzan los trabajos, pero no pueden predecir cuando finalizarán.
La transformación del castillo, como lo quería su autor, no tiene fecha de vencimiento.

Estimados lectores, ahora les toca a ustedes averiguar que pasa con el castillo. Les dimos las armas necesarias para que un día de estos lo visiten y sepan  que esta pasando allí en estos días del 2010.Adelante ¡ los invito a la aventura esotérica del Castillo Pittamiglio.

 

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octubre 09

LEYENDA Y MISTERIO DEL  CASTILLO  PITTAMIGLIO
Por. Ana María Sammarco

Humberto Pittamiglio nació en Italia en 1886.En su primera juventud se trasladó  a Montevideo con sus padres donde estudió y se recibió de arquitecto en la Universidad de la República.
El Presidente Feliciano Viera lo designó Ministro de Obras Públicas, cargo que desempeñó desde 1915 hasta 1919.
La leyenda cuenta que era un ser oculto. Fanático de la ópera,  empresarialmente amasó una gran fortuna que supo legar a empleados e instituciones públicas y religiosas.
Al momento de su muerte poseía 400 propiedades.
Fiel a sus creencias dos de ellas las legó al propio Humberto Pittamiglio, quien las recibiría, se presume, cuando terminara su transformación, aunque no de la muerte, porque esta no existe para la alquimia.
De pocos amigos, solía pasearse por las inmediaciones de su castillo en horas de la noche, bajo una gran capa roja.
Se cree, así mismo  que su laboratorio de alquimia funcionaba en el subsuelo del castillo, el que todavía no se ha encontrado
Murió en el mes de setiembre de 1966, soltero y sin hijos, En el castillo vivió solo  con sus sirvientes. Como arquitecto realizó algunos proyectos como la casa de la esquina de Dr, Francisco Vidal y 21 de setiembre; la construcción donde funciona la heladería  Cantegril, en 21 de setiembre; el edificio San Felipe y Santiago, detrás de la Universidad; la curiosa “Torrecita” de poco más de tres metros de frente, en Br, Artigas, entre Br. España y 21 de setiembre  y  también el castillo próximo al balneario Las Flores en Maldonado.
Tuvo un inconfundible estilo. El cual se inmortalizó entre los uruguayos y en especial de los montevideanos con su famoso castillo de la Rambla Gandhi 608.
El mismo de la Victoria de Samotracia, contada sobre una barca, destacándose sobre la curva de Trouville.
Ella anuncia la presencia del conocido castillo que a los largo de los años profundizó la melancolía y y también agudizó el entusiasmo y la curiosidad.
El Castillo lo legó a su muerte  a un barón francés, el marido de la cantante estadounidense Josephine Baker. Como el destinatario no lo aceptó, el inmueble pasó a manos de la Intendencia..
Como anécdota curiosa diremos que Pittamiglio ofrece su castillo al Papa Pío  XII durante la guerra para que se refugiara de las bombas en alguna de sus infinitas plantas.
El Papa como es de suponer no respondió a esta carta.

En su artículo de El País Cultural  (Nro. 392) , bajo el título “testamento y Tumba del Alquimista,  Helena Corbellini nos aclara algunos conceptos sobre el tema que tratamos en esta nota:
“EL CASTILLO DE LA DEGOLLADA” es llamado así por los vecinos, ya que exhibe una Victoria Alada como gigantesco mascarón de proa sobre la Rambla Wilson. Cumpliendo finalmente  la voluntad de su antiguo propietario, la Intendencia de Montevideo lo dio  en concesión  a la Asociación de Promotores Privados de la Construcción, bajo la condición de convertirlo en museo y centro cultural. En torno a la extravagante mansión se ha creado una biografía imaginaria, alimentada por los esoteristas. Tras arduas indagaciones se descubre la verdadera historia de Humberto Pittamiglio.

En su curioso testamento  dejó cuantiosos bienes, a veces bajo extrañas condiciones. Por eso se ha hablado de su riqueza sin fundamento, de su escandalosa homosexualidad, de la rara atracción al vacío que ejercen las torres del castillo. Incluso un moderno esoterista aseguró estar documentado sobre el posible retorno a la vida de aquel ingeniero, rico, alquimista y masón.
En los últimos tiempos, el convenio celebrado entre la Intendencia y la Asociación de Promotores Privados de la Construcción para el reciclaje y conversión del castillo Pittamiglio en museo atrajo la atención de la prensa. Coinciden en afirmar que Pittamiglio era un arquitecto italiano, que adquirió los terrenos de Punta Trouville en 1911 y poco después inició la edificación del castillo. Esta construcción lo revela como un mago dedicado a la alquimia, arte que le habría aportado una cuantiosa fortuna para la cual, sin embargo, aparentemente no tuvo herederos. Así fue que al morir, en 1966, legó su gran obra a un poeta francés, amante suyo. Como éste declinase el bien, el castillo pasó a manos de la Intendencia. Sin embargo, quedó abandonado a los depredadores, a los intrusos y a la inclemencia de los años, exceptuando el uso parcial que le diera Cristina Lagomarsino como Centro para las Artes, realizando refacciones en parte del edificio. El actual virus esoterista encontró en el castillo una fuente de historias maravillosas. Un artículo periodístico concluye con el pronóstico de un “psicoalquimista”: Floriano dice que Pittamiglio- como muchos alquimistas- no murió sino que desapareció. Investigó los testigos que figuran en el acta de defunción y ninguno existe. No hubo avisos fúnebres en los diarios de la época y además el testamento especifica que los apartamentos que él dejaba a uno de sus empleados en usufructo volverían a manos de Humberto Pittamiglio.

Piedra Filosofal- se dice que Pittamiglio era alquimista. La alquimia es ”arte de transformar los metales impuros en oro”. En el laboratorio medieval, entre retortas y crisoles, se preparaban y se combinaban azufre, mercurio y otras sustancias químicas para obtener la Piedra Filosofal, elemento que tiene la propiedad de lograr el oro hermético. Pero el ocultismo asegura que la trasmutación no podrá ser sólo física, sino mental y aún espiritual. El alquimista debía trabajar sobre su propia interioridad por la perfección de su alma.
De lo contrario, la labor era infructuosa o equivocada. Porque las propiedades de la Piedra comienzan por los metales, pero continúan por dar salud a los enfermos, juventud a los viejos y un cuerpo inmortal…………..”

PARTE 2

El castillo Pittamiglio provoca diversas sensaciones que van desde la melancolía hasta el entusiasmo y la curiosidad.
Con su proa hacia el mar encierra un misterio intocado a través de los siglos.. Se dice que su dueño, extranjero,  alquimista y masón tuvo extrañas amistades y celebraba en su castillo fiestas orgiásticas que duraban varios días.
Podemos afirmar con propiedad que penetrar en él es sumergirse  en cantidad de símbolos, donde se lee  todo un tratado de creencias en las que se expresa la búsqueda interior de su dueño.
En el frente  predomina el ladrillo,  de fuerte color rojo, en cambio hacia la entrada que  da hacia  la Rambla se aprecia el uso del cemento y la piedra.  En su interior podemos también apreciar otros colores como el  enchapado negro de la madera  de la habitación central, así como también se puede observar otra de las habitaciones toda pintada de verde.  Entre los otros colores que se aprecian aparece el oro cuya exteriorización culmina  con la escultura de un niño dorado quien mirando hacia el este sentado sobre un animal sobre uno de los tejados más altos.
Entre las numerosas torres del castillo hay dos mayores. La primera es la torre central, semejante a un campanario, que expone en lo alto un  escudo con un rostro demoníaco. Se dice que era el de Humberto Pittamiglio. La figura emana poder y fiereza, tal vez esa era la imagen que su dueño quería proyectar.
La torre central es cuadrada y cuenta con dos vías de acceso: una escalera de madera que parte de la planta baja y otra exterior. Este ingreso presenta otro enigma: se alcanza trepando azoteas, y hay que atravesar dos boquetes rectangulares muy estrechos, semejantes a las entradas de las pirámides. Es difícil conjeturar el  uso que tendrían. Ahora, el olor ácido del excremento de las palomas y sus curruqueos, es lo único que se siente.. La otra torre importante, es la circular que se ubica junto al mascarón de proa de la Rambla. Después de cruzar la pérgola construida sobre los techos, comienza la escalera, que es exterior y de cemento. Los esoteristas afirman que conduce a un centro de energía cósmica . Todos los que se sienten tentados por subir, experimentan allí una emoción profunda, pero coinciden en que es peligroso el descenso, ya que la escalera no tiene baranda y la persona se asoma al vacío.
Escaleras de ascenso y de descenso, ambas revisten significación. Las unas simbolizan progresiva elevación  y las otras representan el mundo infernal.
Oscuros estremecimientos  envuelven a los visitantes, que no encuentran una explicación convincente para las paredes embaldosadas que emergen de un pasillo, delimitando un metro de diámetro, ni para los quince ganchos empotrados en el techo de otra estancia. El  pasillo desemboca en un pentágono trunco con banderolas y el piso como un damero..
Las salas de la planta deslumbran de un modo siniestro por un lujo ostentoso y extravagante. Habitaciones octogonales en la parte delantera, y circulares en la posterior.
La rica ornamentación desplegada en las paredes enchapadas de madera como en los muros de los patios, no está librada al azar. Son una sintaxis simbólica de la actividad cósmica. Se plantea  la idea de que el castillo es un centro de poder, construido con pasadizos y aberturas semejantes a las pirámides, capaz de captar la energía exterior.
Se conjetura también  que Pittamiglio debía tener una ceremonia de vida y que trabajó en grupo, ya que la profusión heráldica no corresponde a una sola persona.
Por debajo de la galería de vitrales del oeste, se llega a un patio diferente: una especie de altar sin ídolo y en el muro reaparecen las iniciales HP unidas en tres lazos verticales, con uno horizontal y semicircular para la “P”. También hay dos símbolos de estirpe masónica gobernando el lugar: una cruz con tres puntos por encima y ua regla de cálculo dentro de un escudo. Los jardines cerrados representan  la naturaleza sometida, seleccionada y cercada. En el jardín trasero se lee una inscripción en letras romanas JULIA. Se dice que es el nombre de la madre de Humberto, pero los esoteristas especulan  sobre el simbolismo de las letras, una de las técnicas favoritas de los cabalistas.
Entre el tupido bosque de símbolos que la construcción ofrece, hay un inocultable carácter marino: el galeón de la mayólica a la entrada y el mascaron de proa de la Rambla  lo convirtieron en un  navegante.
Escaleras sin destino, puertas y ventanas ciegas, un laberinto orquestado por corredores de engañosa trama, vitrales y frisos de Dianas cazadoras, blasones y más blasones sobre los que galopan leones y duermen gaviotas, estatuas y bustos que han crecido con la complicidad de los ladrillos y en la puerta sobre Rambla Gandhi 63, una señora llamada Victoria para impedir la entrada de los intrusos. Un mundo inquietante que con el correr del tiempo será liberado a todo público cuando se convierta en museo.

 

Nota: la información de la nota se basa en informaciones del diario ”El País” del 14 de agosto de 1994 y del 13 de junio de 1999

 

 

 

setiembre 2009

ÉXODO DEL PUEBLO ORIENTAL
Por. Ana María Sammarco


Al campamento de San José llega la noticia de que el gobierno de Buenos Aires ratificaba el tratado con Elío.
Abandonados frente al español, tigre hambriento  al que se habría la jaula;  y frente al portugués, que ya estaba en Maldonado, y poco caso hacía de un armisticio que no había firmado; los orientales pudieran atenerse  al “sálvese quien pueda”; pero por el contrario se aglutinaron en torno al caudillo.
Después de la firma del armisticio, Rondeau recibe órdenes  de embarcar sus fuerzas rumbo a Buenos Aires, y así lo hizo desde el  puerto del Sauce (Dpto. de Colonia), Artigas, por su parte, designado gobernador de Yapeyú, inició su marcha hacia el noroeste. Comienza así uno de los hechos más significativos de nuestra historia. Este hecho  fue denominado por los historiadores como el Éxodo del Pueblo Oriental y así es recordado hasta nuestros días. Este comenzó un 23 de octubre de 1811.
La característica fundamental de este hecho histórico   fue la de que todo un pueblo reconocía a Artigas como su conductor. A medida que el ejército oriental avanzaban  desde todos los lugares  del territorio se fueron incorporando vecinos con sus familias, abandonando sus viviendas y con las pocas pertenencias  que podían llevar consigo se fueron agregando,, a caballo o en carretas, a la larga caravana que marchaba hacia el exilio. Toda esa gente, en un movimiento espontáneo, tenía la certeza de encontrar en Artigas la protección necesaria frente  a las posibles represalias de las autoridades españolas y los abusos de las partidas portuguesas que  permanecían en la campaña oriental, así como también  con sus hermanos  en esa hora de infortunio.
 La actitud de Artigas fue en un primer momento, la de tratar de disuadir a los vecinos que hacían  más complicada la marcha, del ejército,, entorpeciéndolo y distrayéndolo en la atención de problemas no militares. Luego decidió tomar la responsabilidad de u conductor de pueblos y hacerse cargo de la protección de estos nuevos contingentes, llevándolos consigo. “… todo individuo que quiera seguirme, hágalo, uniéndose a usted para pasar a Paysandú, luego que yo me aproxime a ese punto; no quiero que persona alguna venga forzada, todos voluntariamente deben  empeñarse en su libertad, quien no lo quiera deseará ser esclavo”
“En cuanto a las familias, siento infinito que no se hallen los medios para poderlas contener en sus casas; un mundo entero me sigue, retardan mis marchas, y yo me veré cada día más lleno de obstáculos para obrar; ellas me han venido a encontrar, de otro modo yo no las habría admitido, por estos motivos encargo a usted se empeñe en que no salga familia alguna; aconséjeles usted que será imposible seguirnos; que llegarán casos que nos veamos precisados a no poderlas escoltar; y será muy peor verse desamparados en un paraje  que nadie podrá valerlas; pero si no se convencen por estas razones, déjelas usted que obren como gustan…”
Las marchas fueron lentas, casi dos meses llevó el recorrido desde San José hasta Salto. Los primeros días de enero  se efectúa el cruce del río Uruguay y la instalación del campamento en la otra orilla, primero en el llamado Salto Chico oriental y más tarde en el Ayuí. En estos campamentos permanecieron hasta 1812, fecha en que emprendieron el regreso a su tierra.
No fue fácil alimentar, alojar y cuidar a toda esa gente, así como también mantener el orden, administrar justicia y al mismo tiempo tener los hombres listos  para el momento de la lucha. Artigas que hasta ese momento sólo había sido  un conductor militar, tuvo su primera experiencia como gobernante. Para el pueblo oriental fue también una experiencia inolvidable. Aprendieron a vivir juntos y sentir en común los sufrimientos, las alegrías y los sacrificios. Bien puede decirse  que fue aquí donde comenzó a germinar la nacionalidad oriental.

Nos dice Eliseo Salvador Porta en su libro “ Intemperie”: “Y se pusieron en movimiento. Todo el campo se conmovió, como un rancherío que, de pronto, comenzase  a  boyar, derivando sobre una lava que se remese pastosa, con hondo rumor.”
“Debe organizar sobre la marcha rondas y carneadas, partidas de flanco para la protección del convoy, avanzadillas exploradoras, fijar con antelación los campamentos, adelantar caballadas, asegurarse los vados, prever sorpresas y desbandadas, distribuir leñadores. Recibe familias, destaca soldados”

“La  noche está picada por el braserío de lejanos incendios, y detrás del horizonte aparecen todos los días  humos pardos y abullonados que se disuelven en el cielo”

“Contadas veces la historia puso tan completamente la suerte de un pueblo en manos de un hombre, y poquísimas, ese pueblo comprendió negros africanos, indios americanos y blancos descendientes de europeos.”

 

 

 

 

agosto 2009

ASAMBLEAS ORIENTALES ARMISTICIO
Por. Ana María Sammarco

En el transcurso de las negociaciones  entre Buenos Aires y Montevide4o, Rondeau, que por ese entonces se había  unido al Sitio de Montevideo, convocó a una reunión entre los principales vecinos orientales en armas. Su intención era explicarles la situación y tratar de calmar el descontento. Hacerles entender como se estaba decidiendo su suerte sin que ellos tuvieran participación  en las negociaciones.
Así deciden reunirse en asambleas en el lugar de las líneas sitiadoras, allí concurren los orientales a tomar las decisiones del caso.
Los intereses de los orientales que habían apoyado desde un primer momento a la Junta, son dejados de lado.
La primer asamblea se realiza el 10 de setiembre del año 1811,  en  el  paraje que se conoció como la Panadería de Vidal. Actualmente hay allí una placa recordatoria en la intersección de  las calles Gral Flores y Dr. Gallinal.   En esa reunión los orientales deciden oponerse al armisticio que se tramitaba, así como también se  declaran dispuestos a mantener ellos solos el sitio, para permitir que el ejército bonaerense enfrentara a los portugueses.
A pesar de la oposición de los orientales, las negociaciones continuaron. Cuando se tuvo la noticia de que el acuerdo era ya prácticamente un hecho los orientales solicitaron a Rondeau la convocatoria de una nueva reunión.
La segunda  asamblea  se realizó el 10 de octubre de 1811 en el lugar conocido como la Quinta de la Paraguaya. En ese paraje es donde hoy podemos apreciar la sede del Club Nacional de Fútbol en la calle 8 de octubre 2847, esquina Comandante Braga
. Esta reunión se realiza en presencia de los delegados bonaerenses que negociaban el armisticio. Entre los mismos contaron con  el bonaerense José Julián Pérez. Los orientales  se declaran nuevamente contrarios  a este tratado y designan a Artigas Jefe de los Orientales. Esta decisión fue muy importante. Si bien hasta ese momento era innegable la autoridad de Artigas, ahora se agregaba el pronunciamiento formal de una asamblea, lo que daba  un carácter más democrático al poder de éste. En los momentos de peligro, en las horas de incertidumbre, el comandante militar es llamado por su pueblo para transformarlo en su guía, su Conductor.
Artigas agregaba a su carácter de jefe militar dependiente del gobierno de Buenos Aires una autoridad política emanada de la decisión soberana del pueblo oriental.
Como consecuencia de lo que se estaba pactando, el 12 de octubre las fuerzas sitiadoras comenzaron a retirarse de los alrededores de Montevideo. Cuando el ejército oriental se hallaba en el cruce del río San José, recibió la notificación de la firma y ratificación del armisticio. Entonces, en un a nueva reunión, celebrada el 23 de octubre, decidieron abandonar el suelo natal, preferían las incertidumbres del exilio al riesgo de sufrir las represalias del gobierno montevideano o los atropellos de las fuerzas portuguesas que se mantenían en la campaña. Y era este, el medio de evitar que todo el trabajo de organización del ejército oriental se viera frustrado con la dispersión de sus hombres.
(Extractado del Historia 2 Mazzara-Arocena-Trelles)

Deciden entonces emigrar, poniendo de manifiesto, en ese momento, la tendencia autonomista de la Banda Oriental, El “nada debemos esperar sino de nosotros mismos” aparecería asentando a partir de este momento en el epistolario artiguista a lo largo de la década.

 

 

 

julio 2009

SURGIMIENTO DE LA NACIONALIDAD ORIENTAL
Por. Ana María Sammarco

Sitio de Montevideo : pocos días después  del éxito obtenido en Las Piedras,  las fuerzas orientales inician el Sitio de Montevideo. Las autoridades fueron intimadas por Artigas a rendirse. El 10 de junio de 1811, Rondeau asumió su dirección, cañoneando varias veces la ciudad y reforzando de este mofo, las operaciones de guerra iniciadas por Artigas. José Rondeau venía al mando de las fuerzas bonaerenses, puesto que desde el mes de abril  reemplazaba a Manuel Belgrano en su cargo. Los sitiadores habían quedado prácticamente aislados de Buenos Aires  después  de la llegada de Rondeau , lo que les impidió recibir auxilio de armas y municiones, porque la escuadra española al mando del Capitán Michelena vigilaba el Río de la Plata y el Uruguay.
Nos cuenta Alfredo Traversoni, en su Historia del Uruguay que ”Ante la urgente nece4sidad de municiones  el Ayudante don Pablo Zufriategui, al frente de treinta hombres asaltó la isla de Ratas frente a Montevideo, apoderándose de los pertrechos de guerra que guardaba el enemigo. Luego volvió a la línea sitiadora con las municiones capturadas siendo felicitado por su gesto de arrojo”.
Pero el sitio produjo otro inconveniente que fue el de aislar la ciudad de la campaña. No olvidemos que los productos del campo  provenían de las chacras y estos se encontraban con que no podían ser introducidos en Montevideo.
Una vez instalado el sitio no se produjeron movimientos militares de importancia, sino simples acciones de hostigamiento.. Las fuerzas sitiadoras, con más de tres mil hombres, no tenían suficiente artillería ni elementos de asalto como para poder doblegar las defensas de las murallas montevideanas. Y las fuerzas españolas después de su experiencia en Las Piedras, no se atrevían a salir a combatir a los patriotas en campo abierto.
En la plaza sitiada, las autoridades se aprestaron a resistir confiadas en el apoyo que podían recibir desde el mar, validos de la superioridad de las fuerzas navales. Para evitar un alzamiento interno, el Virrey Elío dispone expulsar de Montevideo a las familias patriotas. Al mismo tiempo sus soldados penetraron en el Convento de los Padres Franciscanos a quienes también echaron de la plaza diciéndoles:”Váyanse con sus amigos los matreros”, todos ellos se refugiaron en el campamento Artigas

Invasión Portuguesa: viendo Elío  que su situación en la ciudad era cada vez peor, pidió auxilio a la Reina Carlota del Brasil, hermana de Fernando VII.
El 17 de julio de 1811 las fuerzas portuguesas comenzaron su penetración en territorio oriental. Desde el Brasil es enviado un numeroso ejército, de más de 3.000 hombres, al mando  del general Diego de Souza. Entrando por varios frentes hacia el mes de agosto comienza la invasión portuguesa,  la cual creaba un nuevo problema para la Revolución.  
Ingresaron a través de Yaguarón y por la ruta de la Fortaleza de Santa Teresa, Rocha y San Carlos. De Souza estableció su cuartel  general en Maldonado y envió fuerzas hacia el centro y el litoral de la Banda
Esto alarma al gobierno  bonaerense, pues les era imposible sostener  una lucha a dos frentes. No olvidemos que ya se estaba luchando con los ejércitos absolutistas del Perú , en el norte argentino. Ahora enfrentar a los portugueses sería imposible. Ante la cercanía del peligro la Junta  de Buenos Aires aceptó hacer un Armisticio con Elío sea un Tratado de Paz

Firma del Armisticio: desde la declaración de guerra  el Virrey Elío había ordenado el bloqueo del puerto de Buenos Aires, lo que constituía un  perjuicio para el comercio. Además debía sostener como ya hemos dicho otros enfrentamientos. Por otra parte, la situación interna en la propia capital era difícil. Esto debido a diversos grupos de dirigentes que rivalizaban entre si provocando cambios de gobierno. El caso más destacado fue el del 23  de setiembre de 1811, cuando fue  reemplazada la Junta Grande por la creación del Primer Triunvirato. Por todo esto el gobierno de Buenos Aires  se mostró bien dispuesto a negociar un armisticio con el gobierno de Montevideo. Este a su vez se hallaba en la misma disposición, porque si bien había solicitado la ayuda de los portugueses, temía que estos terminaran quedándose  con la Banda oriental, sobre la que tenían pretensiones desde hacía tanto tiempo.
¿Qué se establecía en este armisticio?. Los gobiernos de Buenos Aires y Montevideo cesarían el estado de la guerra en que se hallaban y, sin renunciar ninguno de ellos a las profundas diferencias que los separaban, dejaban para el futuro la resolución definitiva de estos problemas y se comprometían a ayudar ambos al gobierno español en su lucha contra los ejércitos napoleónicos.Al interrumpirse la guerra,  el gobierno montevideano debería disponer el levantamiento  del  bloqueo de Buenos Aires y el cese del avance de las fuerzas del Alto Perú. También se comprometía a solicitar del gobierno portugués el retiro de las fuerzas invasoras. Por su parte, el  gobierno bonaerense, dispondría el levantamiento del sitio de Montevideo y el retiro de sus fuerzas de la Banda Oriental, territorio este que quedaría bajo la autoridad de Montevideo, lo mismo que algunos pueblos de Entre Ríos, como Arroyo de la China, Gualeguay y Gualeguaychú

Este armisticio dejaba a los orientales abandonados a su propia suerte y a las actitudes vengativas de Elío. Sus trámites se realizaban sin consultar las opiniones orientales, quienes al enterarse del próximo levantamiento del sitio, resuelven reunirse en “asambleas de vecinos”, en las que aparece el pueblo oriental solo, separados de sus hermanos de la otra banda

 

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junio 2009

JOSÉ ARTIGAS GESTOR DE UN PUEBLO
Por. Ana María Sammarco

 

Hay un color  Artigas  que pinta mi bandera,
y una palabra Artigas para encender el sol.
En todas las batallas fue el águila guerrera,
y tuvo la fijeza del bronce pensador.
Apóstol de los libres, Patriarca del destino,
en tiendas andariegas campeó la Libertad.
mancera de la aurora, fue el Padre campesino,
que el trigo del futuro sembraba al caminar.

Cándido Belando Viola- (uruguayo)

Evocar a José Artigas, fundador de la Nacionalidad Oriental es pulsar la cuerda más sensible del alma uruguaya. Investigar  en el tiempo la raíz de su existencia,  la historia de sus antecesores es ciertamente otra forma de rendirle homenaje. Desde la altura, siempre elevándose al influjo de su pensamiento, surge la estampa del héroe, entre héroes, ejemplificando con su vida misma,  la conducta de su pueblo de hoy, sucesor del que le siguiera por la ruta del Éxodo.
Lo vemos desde nuestro  momento histórico actual, tan luminoso como el Artigas de nuestros días escolares, en que su figura idealizada y nítida, hacía palpitar nuestros corazones niños, con aceleración jubilosa.
Un José Artigas proyectado del pasado heroico al presente optimista, un José Artigas con una invencible fe en su tierra, en su gente, en su amada Patria, ganada al opresor a punta de tacuara y coraje. Al frente siempre de los gauchos que lo veneraban, son sus palabras, su prestancia, su apoyo moral jamás escatimado, que sostienen la voluntad del pueblo que lo sigue, incondicionalmente. La Libertad era el alimento vital del prócer, la fuerza viva que trasmitía en sus palabras       con las que sabe llegar al corazón humano. De ahí  su natural facilidad para entenderse con su gente y ayudarla con sus problemas.
Respetuoso siempre de la voluntad de su pueblo, se siente gratificado cuando escucha las ideas expresadas por sus hombres.
Amigo del indio y del negro, sin distinción del nacimiento, ni del color, sabe predicar su Verbo, adecuándolo  a la comprensión de sus oyentes.
Los orientales de hoy, seguimos siendo parte de sus filas de antaño. Respetuosos de sus altos ideales y fervientes admiradores de su pensamiento.
Por dejarnos una Patria libre, sacrificó vida y esfuerzos. Su poncho criollo se inflamó con el viento de nuestros campos, atravesados una y mil veces con su caballo compañero.
Hombre modesto, con la gloriosa y única sencillez que otorga la grandeza a sus pocos elegidos. Su conversación es agradable y pausada.
Fue tan completo en sus virtudes, que bastaría estudiar a fondo su personalidad para dar al mundo la mejor lección de humanismo           
-Fue el único prócer que no recibió ayuda extranjera.
-Fue el primer americanista.
-Incomparable educacionista.
-El primero en perdonar a sus enemigos.
-El primero en actos caballerescos.
-El primero en efectuar canje de prisioneros.
-El primero en vacunar a su ejército
-El primero en exigir la independencia absoluta de España.
-El primero en admitir el sufragio universal, en el mundo entero.

Se adelantó:
-40 años a la Constitución de la República Argentina, redactada por Alberdi.
-50 años a José Pedro Varela.
-125 años al Congreso Ecuménico  organizado por el Papa al proclamar ”la libertad civil y religiosa en toda la extensión imaginable”

En este mes de junio, más precisamente el 19, se conmemora  un nuevo aniversario de su nacimiento, siendo el año del mismo 1764. Por eso nos pareció acertado hacer un alto en el raconto de la Revolución Oriental para homenajear la personalidad de este gran hombre, orgullo de todos los orientales
A través del tiempo muchos son los cronistas que han hecho de nuestro héroe retratos escritos. En ellos  vierten las características físicas y en algunos casos morales y de carácter de Artigas.
Hemos elegido lo escrito por el escocés John Robertson , en su libro “Letters on Paraguay”. Este joven observador  de nuestras costumbres y nuestra realidad histórica nos dice que…….”Era el hombre más extraordinario, lo vi sentado en una cabeza de buey, junto a un fogón encendido en el suelo, comiendo carne del asador; …en la puerta estaban los caballos jadeantes de los correos…me recibió con modales de caballero, me llevó a su derecha a recorrer el Campamento, sus soldados eran jinetes admirables y endurecidos, de poncho recogido en la cintura como las prendas de los escoceses  montañeses, y otro poncho que caía de los hombros, una gorra de cuartel, botas de potro, grandes espuelas, un sable, un trabuco y un cuchillo”

Junto a este recordatorio añadiremos que en este día con respeto y fervor recordamos la creación del Pabellón Nacional. Fue una de las leyes más importantes  que surgieron de la Asamblea Legislativa y Constituyente del Estado Oriental del año 1828
En la sesión del 16 de diciembre de 1828 la Asamblea creó el Pabellón Nacional con el siguiente diseño: “El Pabellón del Estado será blanco  con nueve listas de color azul celeste, horizontales y alternadas, dejando en el ángulo superior, del lado del asta, un cuadro blanco, en el cual se colocará el sol” Las nueve listas azul celeste  representan los nueve departamentos que había en ese entonces.
Como las franjas parecieron numerosas, poco después la bandera fue reformada tal como se conserva actualmente. Por ley del 11 de junio de 1830 la Asamblea dispuso el siguiente cambio:” El Pabellón Nacional constará de  cuatro listas azules en campo blanco, distribuidas con igualdad en su extensión, quedando en lo demás conforme al que establece la ley del 16 de diciembre de 1828”

 

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mayo 2009

MES DE MAYO
LA  REVOLUCIÓN  CONTINÚA…
BATALLA DE LAS PIEDRAS.

Después de la proclama de Mercedes, los caudillos fueron uniéndose y concentrando sus respectivas fuerzas bajo el mando de Artigas y luego emprendieron la marcha hacia Montevideo. Cuando los orientales llegaron a la localidad de Las Piedras se encontraron con un ejército legitimista a las órdenes del Capitán José Posadas,
Para detener el avance de las fuerzas de Artigas rumbo a Montevideo el Virrey Elío hizo salir a su encuentro un ejército al mando del antedicho Capitán.
Ambos bandos, desiguales en armamento pues el español tenía más armas de fuego, se enfrentaron en las proximidades de la Villa de  Las Piedras, en una sangrienta batalla, el 18 de mayo de 1811.Cada uno de los bandos puso en combate alrededor de mil hombres y contando como ya dijimos, los españoles con una marcada superioridad en armamento. Sin embargo, el fervor de las tropas orientales y las órdenes de Artigas disponiendo una acción envolvente y arrolladora de la caballería dio un brillante triunfo a los patriotas. Una vez finalizada la batalla se pudo constatar gran número de bajas y prisioneros en las filas artiguistas, para lo cual se puso especial cuidado en su protección para evitar cualquier exceso
Esta batalla fue de gran importancia por sus consecuencias:

  1. Constituyó el primer triunfo decisivo de los revolucionarios del Río de la Plata.
  2. Aumentó la confianza de los orientales  en sus propias fuerzas.
  3. Aisló a Montevideo de la campaña, cuando luego de esta Artigas pone sitio (21 de mayo) a la ciudad desde el Cerrito.
  4. La derrota obligó a las fuerzas españolas a refugiarse tras los muros de Montevideo y toda la campaña quedó bajo el control de los patriotas entusiasmados por el triunfo.
  5. Aumentó el prestigio de Artigas como militar y patriota.
  6. La Junta de Buenos Aires lo asciende a Coronel  y dio gran difusión a las noticias de la victoria.

 

Pero que mejor que saber los hechos en palabras de su legítimo conductor.
Es así que transcribiremos el Parte de la Batalla de Las Piedras a la Junta de Buenos Aires realizada en su momento por el propio José Artigas:
  “…El 18 amaneció sereno; despaché algunas partidas de observación sobre el campo enemigo, que distaba menos de dos  leguas del mío, y a las nueve de la mañana se me avisó que hacían movimientos en dirección a nosotros. Se trabó el fuego con mis guerrillas y las contrarias, aumentando sucesivamente sus fuerzas, se reunieron en una loma distante una legua de mi campamento. Inmediatamente mandé a Don Antonio Pérez que, con la caballería de su cargo, se presentase fuera de los fuegos de la artillería de los enemigos, con objeto de llamarles la atención y retirándose hacerles salir a más distancia de su campo, como se verificó, empeñándose ellos en su alcance; en el momento convoqué a junta de guerra, y todos fueron del parecer de atacar
…Exhorté a las tropas recordándoles los gloriosos tiempos que habían inmortalizado la memoria de nuestras armas y el honor con que debían distinguirse los soldados de la patria, y todos unánimes proclamaron con entusiasmo, que estaban dispuestos a morir en obsequio de ella. Emprendí entonces la marcha en el mismo orden indicado, encargando el ala izquierda de la infantería y la dirección de la columna de caballería de la misma a mi ayudante mayor el teniente de ejército don Eusebio Valdenegro, siguiendo yo con la del costado derecho y dejando con las municiones al cuerpo de reserva, fuera de los fuegos. El cuerpo de caballería al mando de mi hermano, fue destinado a cortar la retirada del enemigo. Ellos seguían su marcha y continuando el tiroteo con las avanzadas, cuando hallándome inmediato mandé echar pie a tierra a toda la infantería. Los insurgentes hicieron una retirada aparente acompañada de algún fuego de cañón. Montó nuevamente la infantería y cargó sobre ellos; es inexplicable Excmo. Señor, el ardor y entusiasmo con que mi tropa se empeñó entonces en mezclarse con los enemigos, en términos que fue necesario todo el esfuerzo de los oficiales y mío para contenerlos y evitar el desorden. Los contrarios nos esperaban situados en la loma indicada arriba, guardando formación de batalla con cuatro piezas de artillería, dos obuses de a 32 colocados en el centro de su línea y un cañón en cada extremo de a cuatro. En igual forma dispuse mi infantería, con las dos piezas de a dos y se trabó el fuego más activo.
La situación ventajosa de los enemigos, la superioridad de su artillería, así en el número como en el calibre y dotación de 16 artilleros en cada una y el exceso de su infantería sobre  la nuestra, hacían la victoria muy difícil pero mis tropas enardecidas que empeñaban más y más y sus rostros serenos pronosticaban las glorias de la patria.
El tesón y el orden de nuestros fuegos y el arrojo de los soldados, obligó a los insurgentes a salir de su posición abandonando un cañón que en el momento  cayó en nuestro poder con una carreta de municiones.
Ellos se replegaron con el mejor orden  sobre Las Piedras, sostenido del incesante
Fuego de su artillería y como era verosímil que en el frente hubiesen llegado  alguna fuerza cuya reunión era perjudicial, ordené que cargaran sobre ellos las columnas de caballería de los flancos y la encargada de cortarles su retirada, de esta operación resultó que los enemigos quedasen encerrados en un círculo bastante estrecho, aquí se empezó la acción con la mayor viveza de ambas partes; pero después de una vigorosa resistencia, se rindieron los contrarios quedando el campo de batalla para nosotros. La tropa enardecida hubiera pronto descargado su furor sobre la vida de todos ellos,  para vengar la inocente sangre de nuestros hermanos, acabada de verter para sostener la tiranía; pero al fin, participando de la generosidad que distingue a la gente americana, cedieron a los impulsos de nuestros oficiales empeñados en salvar a los rendidos..”

BIBLIOGRAFÍA

Historia 2 :  Mazzara-Arocena-Trelles
Historia del Uruguay :  Shurman Pacheco-Cooligan Sanguientti.
Documentos Históricos

NOTA : no olvidar que los textos están dirigidos a escolares. Sencillos y con poco dato. El fin de este estilo es que al niño  lleguen  de la manera más clara y simple los grandes hechos históricos de nuestra patria. Enseñarles a amar nuestras raíces desde la sencillez y humildad de los forjadores de nuestra nacionalidad. 

 

 

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abril 2009

Los principales hechos 
que nos llevan a la Batalla de las Piedras

 

La revolución que se inicia el 28 de febrero de 1811 con el Grito de Asencio, lanzado  por Pedro José Viera y Venancio Benavides al frente de un centenar de gauchos a orillas del arroyo del mismo nombre, en el actual departamento de Soriano tuvo repercusiones impresionantes  que quizá ellos mismos nunca habían imaginado.
No olvidemos que inmediatamente ocuparon Mercedes y Soriano sino que también se apoderaron de Colla en Colonia, Paso del Rey y San José. En esta última pierde la vida Don Manuel Artigas, primo del Prócer .Luego fueron Maldonado, San Carlos y Minas sin ofrecer resistencia. Destacando que al mando de estas fuerzas patriotas se hallaba Manuel Francisco Artigas, hermano de  Artigas. Sin dejar de valorar profundamente la valiente pasada de Artigas con algunos de sus hombres  a las filas revolucionarias. Con el correr de los días este se convertiría en el guía indiscutido de la misma.
La revolución estaba en marcha por obra de estos caudillos y otros entre los que se destacan Fructuoso Rivera, más tarde destacado prócer oriental y Juan Antonio Lavalleja, futuro jefe de los Treinta y Tres  Orientales
Como ya habíamos visto Artigas   cruza el Uruguay y llega en los primeros días de abril a Paysandú. Las semanas anteriores se había ocupado de  dirigir abundantes comunicaciones a sus compatriotas, invitándolos a alzarse y luchar unidos y organizados. El 11 de abril instala su Cuartel General en Mercedes, desde donde como ya dijimos  dirige su proclama a los orientales.
En muy poco tiempo, la dispersión inicial de los grupos sublevados en las diversas regiones fue superada por la organización de un ejército unido bajo las órdenes de Artigas: Integraban este “ejército nuevo” los peones de las estancias, los hombres sueltos, los indios y hasta esclavos huidos de sus dueños. También desempeñaban un papel importante los curas de la campaña, que adhirieron rápidamente a la revolución, incorporándole la fuerza de su prestigio y su ascendiente sobre la población rural.. Los hacendados,, los capataces de las estancias y los oficiales militares que se habían incorporado al movimiento se hallaban al mando de las fuerzas. Cada hombre aportaba su caballo y sus armas- que en muchos casos eran sus herramientas de trabajo- Las armas de fuego eran escasas y basaban su fuerza en el empuje arrollador de la caballería al que se sumaba la destreza y el valor de todos los hombres.
Durante los meses de abril y mayo, la movilización de los patriotas tuvo resultados favorables. Las fuerzas orientales se desplazaron victoriosamente por los actuales departamentos de Soriano, Colonia, Flores y San José en dirección a Montevideo. Simultáneamente los actuales departamentos de Rocha,  Maldonado y Lavalleja eran escenario de otros operativos exitosos.. La zona del norte, más despoblada, presentaba en ese momento menos interés.
Luego marcharon  hacia  Montevideo…

En los primeros meses  de la Revolución se actúa de completo acuerdo con la Junta de Buenos Aires

El hecho más importante de este período, por sus consecuencias , fue la Batalla de las Piedras, el 18 de mayo de 1811, que terminó con el triunfo de los patriotas comandados por José Artigas.

 

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LA REVOLUCIÓN ORIENTAL
El fervor tiene un guía:  José Artigas
Por. Ana María Sammarco

Ya hemos dicho que la Revolución Oriental se inició en la campaña y que surge en varios sitios a la vez. Es un movimiento espontáneo, desordenado que ganó muchos partidarios.
Su objetivo, la lucha contra Montevideo donde residían las autoridades del gobierno español, con una marcada tendencia conservadora. Los primeros jefes de la revolución fueron caudillos y hacendados  respaldados por los gauchos y los indios que hacían el papel de soldados. Sin olvidar que contaban con el apoyo del clero. Los primeros meses la revolución se realizó de acuerdo con la Junta de Buenos Aires, siendo esta reconocida  como autoridad directora. Sin un plan general recién comienza a organizarse bajo la dirección de José Artigas.
La revolución  tiene su comienzo cuando llega a Montevideo Francisco Javier de Elío con el cargo de Virrey del Río de la Plata. Este no fue reconocido por la Junta de Mayo por lo que el español le declara la guerra.
Un momento muy importante lo marca sin duda, el hecho de que Artigas un  15 de febrero de 1811 deserta  de su cargo en Colonia. Lo hace en compañía del cura Párroco de Colonia José María Enriquez de la Peña, del Teniente Rafael Hormiguera y seis hombres de la  Compañía de Blandengues. Con su grado de Capitán había  cumplido con éxito las misiones que le habían encomendado, las mismas eran entre otras,  persecución de maleantes o de indios sublevados, cuidado de las tierras, reparto de las mismas etc. Tradicionalmente se habla de que su deserción se debió a un incidente con el Brigadier Muesas, su jefe. Sin embargo, hay fundamentos para afirmar que dio ese paso convencido de lo oportuno del movimiento y su necesidad de incorporarse a él.
Se pone a las órdenes  de la Junta de Buenos Aires, la cual no duda en aceptarlo. Todos sabían la gran influencia que este hombre ejercía sobre los orientales. Le otorga el grado de Teniente Coronel y lo designa jefe de las milicias orientales, o sea de aquellos grupos que no tenían formación militar profesional.
Su compenetración  con los problemas del hombre de campo. Lo habían convertido en una figura prestigiosa del medio rural. Para ayudarlo en la empresa le da esta Junta armas, dinero y ciento cincuenta hombres.
Artigas entonces se dirige a Entrerríos para sublevar a los hacendados de la costa argentina del río Uruguay. Más tarde, ya en Paysandú, adonde llegó cruzando este mismo río, daba a conocer  que:”Desde mi arribo a Paysandú  escribí unas cartas a los sujetos más caracterizados de la campaña como de la ciudad de Montevideo”…”los que se ofrecieron con sus bienes y todas sus facultades a impulsarnos en obsequio de nuestra sagrada causa”
Como limaduras de hierro atraídas por el imán, fueron impulsadas las partidas criollas por la presencia de Artigas.
Encabezadas por “los sujetos más caracterizados” de cada pago fueron rodeando la figura del Blandengue heroico, la cabeza del levantamiento, su caudillo. Figura omnipotente en torno a la cual se entretejen los acontecimientos a lo largo de la década que va desde 1811 a 1820, siendo la Historia de los Orientales, la del General Artigas.
Su esfuerzo se dirigirá hacia la ciudad amurallada de Montevideo, foco de ligazón a los interese europeos ajenos al sentir local. El 11 de abril ya en el cuartel de Mercedes dirige una Proclama a los Orientales que termina con una vibrante frase:
“A la empresa compatriotas, que el triunfo es nuestro: vencer o morir sea nuestra cifra y tiemblen eso tiranos, de haber exitado nuestro enojo, sin advertir que los americanos del sur  están dispuestos a defender su patria y a morir antes con honor que vivir con ignominia, en afrentoso cautiverio.”
Mercedes, 11 de abril de 1811
José Artigas

ADMIRABLE ALARMA

“Permítame usted que llame un momento su consideración sobre esta admirable alarma que simpatizó la campaña toda y que hará su mayor y eterna gloria. No eran los paisanos sueltos, ni aquellos que debían su existencia a su jornal o sueldo los que sólo se movían: vecinos establecidos, poseedores de buena suerte y de todas las comodidades que ofrece este suelo, eran los que se convertían respectivamente en soldados”
General José Artigas a la Junta del Paraguay
Dayman, 7 de diciembre de 1811.

 

Nota de la autora:  en estas dos notas con las que he comenzado el ciclo de la Revolución Oriental, así como las que vendrán, es mi propósito usar un lenguaje lo más sencillo posible para que  simplemente nuestra historia se acerque a todos. En especial es mi objetivo que la  Revista Raíces, también pueda llegar a manos de los niños, que la manipulen, que se la lleven a su maestra y la comenten. De ahí  que esta serie de notas será realizada casi a su nivel para irlos preparando para temas mayores .Agradeciendo vuestra atención, saluda a todos ustedes     (  LA AUTORA)

Debo agregar que sigo respaldándome en los libros de excelentes profesoras de historia y manuscritos que han llegado a mis manos

 

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GRITO DE ASENCIO – Febrero de 1811
Primer manifestación revolucionaria del pueblo oriental
Por. Ana María Sammarco

La Revolución Oriental que comienza en 1811 , no fue un hecho aislado, sino un movimiento general que se realiza en toda la América Española. La joven América que se agitaba en procura de un gobierno propio. Los orientales como todos los hispanoamericanos estaban desconformes con la situación planteada por la administración española. Deseaban tener mayores libertades, gobernarse por si mismos, hacer prosperar su economía y mejorar su situación en la sociedad. En la ciudad, en los sectores mas ilustrados se hacia sentir la influencia del pensamiento de los filósofos del siglo XVIII , conocidos a través de los libros con los que ya contaban las bibliotecas montevideanas. Las nuevas ideas les habían hecho tomar conciencia de sus derechos, así como los ejemplos de Estados Unidos y Francia que les trasmitían entusiasmo y confianza para logra un cambio favorable. Veremos como luego en plena revolución estas influencias se reflejan en sus documentos y proclamas. En la campaña oriental fue donde comenzó este movimiento revolucionario.

Allí había otros motivos de resentimiento, los hombres de campo sentían que la ciudad no contemplaba sus problemas y que sus intereses siempre estaban postergados. Los propietarios de la campaña se sintieron agredidos cuando en 1810 el gobierno de Montevideo, necesitando fondos para preparar la guerra contra el gobierno de Buenos Aires tomo una serie de medidas que los perjudican. Estas medidas consistían entre otras en un “donativo patriótico” , que al principio fue voluntario y más tarde se convierte en un impuesto. Así mismo a estas exigencias se agregó la obligación de alojar y alimentar en sus campos a los contingentes militares con su ganado, encargados de recorrer la campaña. Y por último, causando una verdadera conmoción Soria y Vigodet en 1810 exigieron regularizar la situación de todos aquellos  que poseían tierras de la Corona….Hasta ese momento se había permitido usar esas tierras, en este momento se obligó a la gente a comprarlas o abandonarlas. Aprovechando la situación el gobierno de Buenos Aires trató de estimular a los descontentos prometiendo soluciones. Esto inclinó a los orientales de la campaña a apoyar el movimiento revolucionario iniciado en Buenos Aires. El 28 de febrero de 1811 triunfa el primer alzamiento en la Banda Oriental. Después de varios días de reuniones los vecinos de los alrededores de Mercedes, congregados en esa fecha en las márgenes del Arroyo Asencio y acaudillados por Pedro Viera y Venancio Benavides se aprestaron para comenzar la lucha contra los españoles. A este pronunciamiento se le llamó “Grito de Asencio” . El mismo día el grupo ocupó la villa de Mercedes y luego la de Soriano. La Revolución había comenzado victoriosamente , y ya la Banda Oriental había emancipado parte de su territorio de las autoridades españolas. En otras zonas de la Banda Oriental se producían episodios similares. Grupos de paisanos, acaudillados por hombres de prestigio en cada pago, se pronunciaban por la Revolución, alzándose en armas : Juan A. Lavalleja ; Francisco Antonio Bustamante y Pablo Pérez en Maldonado, San Carlos y Minas ; Blas Basualdo y Baltasar Ojeda en Tacuarembó : Félix y Fructuoso Rivera en Durazno ; Bartolomé Quinteros y Baltasar Vargas en Arroyo Grande ; Santiago Figueredo (cura) , Tomás García de Zúñiga , Manuel Francisco Artigas y Andrés Latorre en Pintado ; Casupá y Santa Lucía ; Joaquín Suárez y Valentín Gómez (cura) en Canelones ; Fernando Otorgués en el Pantanoso. En poco tiempo , la campaña oriental se había levantado a favor de la Revolución y en contra de las autoridades montevideanas. Sin embargo a este movimiento espontáneo le faltaba unidad ; carecía de un jefe que coordinara todos los esfuerzos y les diera posibilidades para luchar con éxito contra los ejércitos españoles. Y esa sería justamente la misión de Artigas.
Nota : los datos y organización de esta nota se basaron en libro de Historia 2 (Ciclo Básico : Primera Parte) perteneciente a las profesoras : Susana Mazzara, Matilde Arocena y María G. Trelles.